viernes, 29 de abril de 2011

Spotify no es guay

Hay una entrada anterior en mi blog en la que hablaba de ello: "Spotify es guay o no".
Pues bien, ya tengo veredicto.
Fue un poco profética la entrada: después de publicarla, se anunciaba que Spotify cobraría en el futuro.
Es decir, se anunciaba oficialmente que Spotify no es guay.

¿Por qué escribí sobre la plataforma en este blog?
Pues porque Spotify apoyaba la visita del Papa y la revista Rolling Stone se hizo eco de ello.
En un tono de denuncia, me atrevería a añadir.

Pues bien, resulta que esa misma revista que le hacia indicaciones morales a Spotify, ahora le hace indicaciones técnicas.
En este artículo: http://www.rollingstone.es/noticias/view/si-quereis-que-paguemos-por-spotify-arreglad-esto

El titular es directo: "Si queréis que paguemos por Spotify, arreglad esto"
Y enumera una serie de errores en el sistema de archivo o en la biografía de muchos de los artistas que tienen ahí su música. Lo que me parece descabellado es exigir que estén disponibles los discos de grupos que no quieren estar ahí. Intentaré ser breve aunque me va a costar.

Al grano. Spotify es un negocio. La mejor muestra de ello son los errores en las fechas de los discos. Ningún fan, nadie que realmente disfrutara de la música cometería un error en las fechas de los discos, o a la hora de ubicarlos. Es decir, Spotify no es un proyecto de fans. Ni una comunidad. Ni un proyecto abierto a los usuarios. No lo es. Desde Rolling Stone, les piden una serie de mejoras que son extrañas. Escribí la anterior entrada sobre Spotify y la visita del Papa, a raíz del artículo de Rolling Stone porque le pedían unas cosas, una actuación moral, un posicionamiento, una forma de posicionarse... Quiero decir, que parecían echarle en cara a Spotify que promocionara algo tan poco cool como el Papa pero a marcas como Coca Cola no parecía exigirle nada. En fin, cuestionar los patrocinios o sacar conclusiones a partir de ellos me parece aventurado.

Con el artículo que enllazo hoy, pasa algo parecido. Hay como un tono de consumidor indignado. Supongo que los de Spotify estarán tan contentos de que les hagan publlicidad gratis en la revista Rolling Stone, aunque sea para ponerles en evidencia y también agradecerán que les digan, desde la experiencia de cliente, las cosas que no terminan de funcionar. Pero Spotify es u negocio, no se le puede pedir que sea de esta manera o de la otra poque es un negocio. Y si no tienen canciones de los Beatles, es porque los Beatles, o sus representantes legales, no quieren que las tengan. Ni Arcade Fire, ni Pink Floyd, ni Metallica, ni tantos otros que no tienen su música en Spotify. Es decir, no es culpa de los señores de Spotify que se olvidaron de listar a esos grandes grupos, lo que por otra parte sería un error imperdonable, sino que es una opción de esos propios grupos. Y si las fechas están mal, en los años de edición de los álbumes, es porque no está hecho desde el cariño de los fans. Es un negocio. Suben datos. Ponen fechas. Subirán discos de China, artistas de China, quiero decir, de Portugal o de España todos los días a manojos y no tendrán ni la menor idea del año de publicación de cada disco que suben, ni falta que hace me atrevería a añadir porque hasta ahora con ese método parece que les ha ido bien.

Escribo esta entrada porque me parece que a veces se tiene una noción de las empresas como buenrollistas cuando son simples mecánismos para ganar dinero, y se rigen por las normas mundiales de ganar dinero, las mismas que rigen a Coca Cola o al Corte Inglés y no son nuestros "amigos". No sé si me explico, creo que no. Tenéis que leer antes el artículo de la revista Rolling Stone para situaros. Spotify está hecho para ganar dinero, lógicamente y conforme el negocio les ha funcionado, necesitan más dinero para seguir ganando dinero, lo que es en sí misma la gran trampa del capitalismo, el dinero exige más. Más. Y más. Y más, y así. Por eso reducen su gratuidad, para ganar más dinero porque con lo que reciben actualmente por publicidad no les llega y dices: ¿No os llega? Pero si os habéis forrado en un periquete. Pues no.  En fin, la macroeconomía no es lo mío pero creo que van por ahí los tiros.

¿Dónde quiero ir a parar? Buena pregunta. Pues ni idea. Pero creo que mi primera intención al escribir esto era mostar que las empresas friendly pues no lo son tanto. Spotify no es guay. Exactamente, eso. Los de Rolling Stone vienen a decir lo mismo. No sois tan guays como para gastarnos las perras. A mí lo de pagar por Spotify me parece el fin de muchas cosas. Mucho más significativo de lo que parece. Bien, si has llegado hasta aquí leyendo el artículo, al loro que ahora viene lo bueno, la carga filosófica. Si pagas por poder oirlo todo, es que en realidad no quieres oir nada en particular. No pagas por algo, pagas por la posibillidad de muchas cosas que realmente no posees. Es decir, antes te gastabas 10 euros en un disco y tenías el disco y ahora pagas 10 euros por poder oir muchos discos pero al final no tienes nada. ¿Se ha entendido lo que planteo? Tiene calado. Pagas por vagar de un disco a otro. Por el picoteo. Por oir un tema aquí, otro allá. Un disco entero que te gusta o la misma canción que acabas de descubrir y te encanta y la oyes en modo repeat sin parar, de acuerdo. Lo usas a tu manera, la que sea, pero no tienes nada. Ese servicio ilimitado, pues vale. Le ponen el nombre de Premium y ya te sientes encima un poco más bien, mas realizado, más primera clase y en realidad, es una estupidez. Esa misma música que ahí te ofrecen a ese precio está en Youtube, en Myspace, en goear, en mil sitios. Tu pagas por tenerla en Spotify, a mano. Pagas por poder escuchar un montón de música que está disponible en otros sitios. Y encima lo defiendes, soy Premium y es guay. Es guay ser Premium. Pues no.

Creo que no lo he dejado muy claro pero me voy a tomar un café y ya está bien.

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