sábado, 29 de septiembre de 2018

la sala de no esperar

no esperar respuesta nunca, con un par, no esperar y ya, ni respuesta ni repuestos ni reposo ni responso ni nada, no esperar respuesta del mismo modo que no se esperan las preguntas, lo ves, no, espera, dale otra vuelta, no esperar respuesta como el que no pregunta, mejor por ahí, sigue, a ver, no esperar respuesta como el mudo, venga, no esperar respuesta como el sordo, vale, todo es igual, no esperar respuesta como el que no conoce el idioma, no, ya no, cambia algo, no esperar respuesta como el que manda sondas al espacio, vale, esa es buena, sigue por ahí, otra vez, no esperar respuesta como el que suelta marras, no, eso no, es feo, prueba de nuevo, no esperar esa gran frase sentenciosa que lleva el eco incorporado y a la que llamamos respuesta, pues vaya mierda, debería borrarlo, borra todo, no esperar respuesta como el que borra todo, ok, no esperar respuesta del panel de mandos de nuestra cabeza para actuar solo con la electricidad del impulso y seguir la corriente que trasmiten los sentimientos y solo eso, no esperar equilibrio, no esperar turbulencias, no esperar turbiedad, no esperar nada bueno, no esperar sentirse amado o pleno, no esperar que triunfe, no espera que asome la cabeza, no esperar que nazca vivo, no esperárselo sano y con todos los dedos, no esperar que sea algo que nos haga felices, no esperar que no nos haga llorar y colgarnos de la cocina, no esperar la felicidad y a ninguno de su familia, no esperar que llegue todo de forma inesperada, eso o lo contrario, que sea lento pero satisfactorio y que no cambie el mecanismo, no me explico muy bien pero eso ya no se puede cambiar, no esperar cambios, no esperar una explicación, no esperar una última cita, no esperar un mensaje de reconciliación, no esperar una llamada de arrepentimiento, no esperar que cambien los demás, no esperar ser otro, no esperar que nos esperen, no esperar reacciones distintas de las que siempre tienes,  y tampoco esperar que reaccionen como tú, no esperar golpes de suerte, esperarse golpes de todos los tipos menos de ese y no esperar para protegerse, no esperar para montar el refugio, no esperar a que cambie el tiempo, no esperar la protección de nadie, ni el cuidado, ni el consejo, ni la tutela, no esperar la penúltima conversación, no esperar la última coyunda, no esperar que te den la razón, no esperar que no te la quiten, no esperar cobrarlas todas juntas, no esperar que rime, no evitarlo tampoco, no esperar correcciones ni parabienes, no esperar maniobras traicioneras por la espalda, no esperar la paranoia que galopa, no esperar escuchar halagos, no esperar reconocimiento de ningún tipo, no esperar que estén ahí los amigos, no es la respuesta, es la espera, da igual lo que sea, pero no da igual de quien depende, eso es lo único que no libra de esperas, que no depende de otros pero en multitud de ocasiones, es inevitable, dependemos queramos o no, y depender es esperar y para no esperar solo hay que no depender, se puede, es durillo a veces, es un rollo, es pesado, es tedioso, es una puta mierda vaya pero si no dependes, no esperas y es lo que hay, no se puede cambiar eso, por mucho que se intente, le puedes asignar otro valor a tus esperas o a tus dependencias pero solo eso, y cómo hago para no esperar nada, cómo se hace no esperar nada de las cosas a las que les pones ilusión, amor, cariño... Cómo hago para no esperar el próximo polvo que me quema en la piel... Cómo hago para no esperar querer.... Lo mismo que haces esto.... Como no espero respuesta, vuelvo a los puntos suspensivos y yo mismo me contesto, los lectores fieles de este estercolero sabréis que tuve una época muy mala con los puntos suspensivos.... A las malas, puedes decirte a ti mismo que el sexo no es tan importante, y convencerte para no esperarlo. Depender de la cama, es jodido para el amor. Qué asco de frase pero es fiel a lo que pienso. No esperar que las frases no te den asco antes o después, que todo termine por parecerte una gran mierda agrandada artificialmente, no esperar como no esperas para escribir. Simplemente escribes. Ya es bastante. No esperar como no releer. No esperar como no corregir. No esperar como con todas las cosas que no haces. A veces nos cuesta. Y lo tenemos delante. Hay mil cosas que debería hacer y no hago. Pues igual. Escribir, sin más. No esperar, sin más. Y no esperar nada, escribas lo que escribas, no esperar respuesta de la editorial, ves, lo ves, mejor, no esperar la carta de rechazo, no, ni eso, arrancar el número de la puerta y no tener buzón siquiera, no esperar nada, no tener timbre, no tener teléfono, darse de baja de internet, no tener móvil, no tener nada y que luego la nada te posea, no esperar respuesta como un náufrago, venga, te has pasado, que no está visto ni nada, olvida lo de naufragar, cómo si no fuéramos cada uno ya una isla desierta, o un par, un archipiélago, una isla con muchas cosas pero bastante desierta por dentro, como estamos un poco todos, pero no es el gran simil como para manosearlo tanto, no esperar que las metáforas salgan como croquetas, como el que echa a navegar botellas vacías con mensajes dentro, oh, no, es demasiado, eso no, muy manido, borra, borra, borra todo, no esperar como el que borra, o el que nunca borra, no esperar como no espera la goma de borrar, uf, eso no, de mal en peor, deja de personificar, no funciona, la goma de borrar no tiene conciencia ni actúa de motu propio, eres tú el que la aprieta y la rasca contra tu idea invalidada, no esperar que las cosas se borren solas, vamos, inténtalo otra vez, cambia cosas, puede que así funcione, no esperar que las cosas funcionen es una buena forma de que por lo menos mejoren un poco en su disfuncionalidad, no esperar que nada se arregle, no esperar peores dolores, no esperar estabilidad, no esperar colores y no esperar el blanco o el negro, no ser gris en todo caso, afrontarlo, asumirlo, el silencio, la nada, no esperar respuesta como el que llama fuera del horario comercial, ok, eso es, sigue, no esperar respuesta como el que llama de la compañía telefónica con sus ofertas comerciales a la hora de la siesta, bien, es eso, por ahí, no esperar respuesta como un captador de ong, no esperar respuestas como el que pide firmas, no esperar respuesta el que  reza en voz alta, vamos, sigue, no esperar respuesta como el Testigo de Jehová que llama a puerta fría, es justo eso, no esperar respuesta el que le escribe una carta al periódico, una carta abierta o a súplica al monarca o a la Administración o a un político, uf, flojo, sigue probando, no esperar respuesta como el que hace ensayo y error, mejor, no esperar respuesta como si mandas sms a tu ex que te ha bloqueado de todas partes, vas pillándolo, muy de ahora pero poco plástico, no esperar respuesta como el que escribe a las salas de concierto chulas que piden alquileres imposibles y ni te lo piden porque te ven las hechuras, así mismo, no esperar respuesta como el que habla solo, buena, vas afinando la escopeta, sigue dando tiros, no esperar respuesta como el que dispara al aire, venga, no esperar respuesta como el que escribe un blog, buena, dale, no esperar respuesta como el que maldice a los dioses, como el que blasfema, no esperar respuesta como en el delirio, no esperar las tomas de la medicación, no esperar respuesta como el que envía versos poco corregidos a un concurso en un certamen de poesía, venga, es eso, no esperar respuesta como el que pide justicia, no esperar respuesta con esa ingenuidad buena de los que piden tierra y libertad, no esperar respuesta como el que es sordo de nacimiento, venga, dejalo ya, no esperar a secas, no esperar llueve o truene, no esperar que pilles un saxofón o una trompeta y que solo con soplar, suene, no esperar que todo lo que se toque sea oro, no esperar que no nos engañe e brillo de todo lo que reluce, no esperar la respuesta apropiada, no esperar amor o car ni respuestas ni en consultas, ni el autobús, echar a andar, es el concepto: echar a andar y no esperar nada, no esperar darse la vuelta, no esperar llegar a la siguiente parada como el que llega a la segunda base en baseball, no esperar nada de los astros, no esperar señales del cielo, no dar vueltas como no se espera, no esperar como con lo que sale solo, que no se piensa, no es eso exactamente, me explico como el culo, no esperar follar igual que no esperas que se te acerquen, no, no es cosa de acercamiento, no esperar éxitos de lo que no no esperar la tormenta pero tampoco paralizarse y cómo conseguirlo, cómo dejarse los mecanismos mentales que nos hacen no dejarnos llevar, vivir en el pasado, vivir en lo que debería haber sido, es el primer paso para morir en el presente, negarlo, negar esto, que estás aquí y que estás leyendo, que sigues leyendo, es esto, donde estamos y lo que estamos haciendo, el conflicto viene por la colisión de los planes o metas con lo que simplemente pasa, las cosas pasan, es bueno o es malo o simplemente escapa al juicio, no estar todo el tiempo analizando, ya, me gustaría no hacerlo, me encantaría librarme de las expectativas, hacerlo un quiebro a lo que espero, y quedarme la ilusión pero sin agotarla, sin bebérmela toda al trago, sin que se acabe pronto, intentar alargarlo, y buscar ese equilibrio, hacerlo sin proponerselo y ya es tarde para eso, el material de la tierra es el tiempo, es nuestra única unidad de medida y pronunciarse es situarse en la línea, dos fuerzas medidas en una magnitud, por lo menos dos, en una realidad concreta, y es clavar una pica, es plantar un mojón, es clamar al cielo, es montar un campamento, es ponerle un nombre a algo, es un  es un hecho concreto, esperar un hecho concreto, no sé si es eso, los hechos o el proceso de la espera, y mira, pasa a veces que esperas respuesta sin formula pregunta o creyendo haberlo hecho pero no ha llegado, pasa a veces con los correos que se quedan en el limbo de la bandeja de salida, y nunca salieron, y nunca podrán llegar de vuelta, no es algo de lo que nos demos cuenta así de pronto, pasa tiempo, pasan las penas, cambia el sol, cambia la estación, se nos hinchan las pelotas, se nos quiebra la voz, se nos eriza el vello con un inoportuno recuerdo, y así, con días y más días, finalmente se olvida, el corazón se va llenando como una presa pero se vacía como un reloj de arena, el teclado está lleno de hebras de tabaco y de polvo y pelo, células vivas, su propio ecosistema, ecosistemas inesperados que nacen donde no nacen las respuestas, y di respuesta, di aventura, di corazón, di paciencia, di viaje, di campaña, di búsqueda, di algo pero dilo, claro, porque lo que no dices, no puede contestarse, lo que crees haber dicho, o lo que crees haber hecho, como por ejemplo haber enviado un correo que nunca llegó o una llamada que no fue ni perdida, o un enlace roto, o vete a saber, a veces se rompe la cadena, ojo con la presunción en todo ámbito, en resumen todo lo que crees y no es seguro, que son el cien por cien de cosas y el miedo que acarrea la poca certeza en muchas de sus formas, condción humana aunque creo que a los gatos les pasará algo parecido, y ahí está, en el mismo sitio donde no se espera respuesta, no esperar respuesta como si no hubiera señal de móviles, no esperar respuesta como si no tuvieras batería, no esperar respuesta como si no tuvieras teléfono, ayer pensé en deshacerme del teléfono que quizá sea un método tajante de no esperar respuesta pero sin duda, definitivo, voy haciendo mis pesquisas sobre cómo librarse de anhelos, di anhelo, di ansiedad, di correo de todo ok, di mensaje de confirmación, di lo que quieras, pero di algo, si no lo dices, no existe, si no contestas, estás creando un pespunte en el destino que a saber cómo retuerce la sisa, y piensa solo en tu hilo y en tu puntada para coserte al universo, ojo, que no es poca cosa coserse al universo y los flecos pues mejor que no sean ni de tu incumbencia, todo lo que no depende de ti, que es mucho más de lo que crees, pues déjalo ir, y también el miedo que en parte no está en tu mano por lo irracional pero se le puede buscar cauce como el que acota una riada, está en tu mano eso y no así la tormenta, ni la del cielo ni la de tu cabeza, hay que aceptar la naturaleza de las cosas, hay que aceptar que los días se van de las manos, hay que aceptar que las cosas son como salen y nosotros hacemos lo que podemos, a veces más, y aceptar el fin, aceptar los medios, y aceptar incluso los miedos, que es como lo peor, aceptar los principios, los de uno y los de los demás que esto cuesta un poquito más y aceptar sobre todo los finales, aceptar los dolores como parte del proceso de la cura, que si te pica es que ya está casi curado, aceptar el picor y controlarlo, es todo la aceptación, después del amor, qué otra cosa podía ser, llegar a aceptar lo que no es, lo que no será, lo que no era, lo que parecía, lo que parece pero no es, lo que parece que nunca será y todos los tintineos posibles, con el miedo a que las cosas terminen mal, o que terminen simplemente pero terminar es siempre terminar, ni bien ni mal, terminar es un fin, terminar en el medio a veces y un fin en sí mismo, no tanto una meta, no es un objetivo, es la manera, es el tiempo, es el ciclo, por fin, las dudas se acaban, se lanza uno al vacío y vienen las cosas, los divertimentos, los comentarios espontáneos, los tropiezos, los engaños, uno se relaja y vuelve a confiar y de repente, tienes todas las respuestas sentadas a la mesa esperando a que les sirvan la sopa, con la servilleta colgando del cuello de la camisa y alguna respuesta a pecho descubierto, sin camiseta y sin pudor ninguno, y vienen las prisas, con el hambre y ahora eres tú el que está en la sala de no esperar, con pupilas que te meten prisa, con voces que se apuran, con la tensión de tener que tomar decisiones y sobre todo, apechugar con ellas, y ese es el sitio, dónde te sientas a no esperar y deberías tener una habitación en tu casa, sin nada más, pintar las paredes si acaso pero sin muebles, sin nada, de negro pintadas o de algún color oscuro y que sea esa la habitación para las respuestas, la habitación de la pregunta permanente, y meterte ahí cuando tengas dudas y salir siempre sin ellas, de la forma que sea, el tiempo que haga falta, la sala de no esperar, la sala de no esperar nada

jueves, 27 de septiembre de 2018

palabrentarme inventalabras

pues voy a probar otra vez de mañana, son las ocho y media pasadas, una hora muy buena para estar durmiendo y poco propicia para darle a la divagación existencial, mejor para todos, uno sin querer hace un breve repaso mental de lo último que ha transitado la chola, y claro, lo que viene así de primeras son los sueños, pero no los recuerdo del todo, se queda más bien la sensación, no lo que ha pasado si es que se puede decir que en los sueños pasen cosas, es todo complejo y tedioso de explicar, antes pues lo dejada a medias, sin acabar, en la carpeta borrador y ya, no era el momento o no lo tenía yo, era lo que me figuraba y lo de figurarse es el primer elemento realístico, me da la picada de inventarme palabras, palabrentarme inventalabras
me ha parecido divertido hacer eso todo el tiempo, gran parte de la movida viene de una repetición no consciente y muy alargada del asunto, me pasa con las canciones, me tiro media hora muteando un do mayor y mientras canto desmuteo, y así, no tiene el formato lógico, se ha alargado en una de sus partes, supongo que es parecido al pintar, abuso de un determinado pigmento, y eso es lo que le da el sentido, el exceso es donde nace la sensación primigenia de novedad, de simplemente unir y unir frases, a mí la inspiración que me pille inspirado y que trabaje su puta madre, la inspiración es tangible, la inspiración no es inasible, sí está, se nota, y pesa, el trabajo es un elefante cojo, el trabajo es la ecuación del que no se agacha para quedarse una rodilla tuya, sino las dos, sino la cadera y no dignifica, la dignidad es un mirlo blanco, va mucho en lo que uno se figura, inventalabrarse un futuro cercano que brille, inventalabrarse un porvenir, palabras nuevas para las sensaciones de mierda de siempre, que pegar dos conceptos no es un invento como quién dice, es un nuevo uso, un uso alterado, de eso va un poco todo, de alterarse y darle uso a las alteraciones, la música es aberrante por definición, la vida es aberrante por defición, creo que con la homilia estoy guillotinando la primera deposición del día, son las ocho y cincuenta y siete
me vienen refranes a la cabeza, qué mierda que tengamos ocho mil dichos populares para soltarlos a la primera de cambio, y escupirle el cliché a quién sea, y qué mierda de día se me avecina, estoy en ese punto que no sé si es miércoles o jueves, es jueves, pero lo he tenido que pensar dos veces, la semana se acaba por fin, van tropezando unas con otras y cuando te quieres dar cuenta ha pasado un mes, y otro, y otoño y el puto frio entrando por las rendijas, suena mucho la frase esa de lejos de aquí se pasa mucho frio, fuera de este techo pasarás mucho frio, la premonición esa, que la aplican en el fúrbo y se supone que se le dice al que se marchó del grupo, a la oveja descarriada, a la vaca sin cencerro, al ácrata, al disidente, pero el frío es de todos, es un lugar común, las rendijas son más personales y los sistemas de calefacción son otra conversación, y mientras tecleo pienso en lo poco que me apetece la ducha y el jueves en general, tengo que cambiar esa figuración del asunto, es un poco como funciona el cerebro, por moldes, con planchas, la idea de un árbol no es un chopo ni un ciprés, la idea de un árbol no es un árbol, lo he escrito aquí más veces creo, es un palo y un círculo, la idea de un árbol no tiene raíces, por decir algo y así son las ideas en general, sin raíces, y acabo de pensar que hoy voy a comer fruta, cada uno lo hace a su manera, pero casi todos lo hacemos mal, el mal es un lugar común, el dolor es un lugar común, la fruta no es un lugar y ha dejado de ser común, la fruta del tiempo, el tiempo es el gran lugar común, así se va mapeando el cerebro y en las  perspectivas del día, me agobia conducir, la gente conduce mal, es el lugar común por el que todos transitamos muy penosamente a estas horas, nueve y seis para ser más concretos, no va a haber otras nueve y seis de este jueves veintisiete, así son las cosas, puede que estuviera mejor arqueando correctamente la espalda en la taza con la primera sino segunda deposición del día, pero aquí estamos guillotinando ya casi para veinte minutos y sin haber dicho nada, ni haber inventado ni una palabra, aunque creo que lo que os mola es el rollo diario, es o no?
Querido diario, esto guillotinando y lo mismo es solo un gas, que se va con el agua caliente de la ducha, tengo el pelo champiñón y me lo cortaron para el videoclip y así se quedó, querido diario, las cosas se quedan, de hecho de eso os aprovechais los diarios, los queridos diarios y los odiados, de que se queda, el furor, la tristeza, la emoción, en vuestras paginillas con una fecha anotada, que luego no dice absolutamente nada, el veintisiete podía ser veintiseis que ventidoce y es septiembre pero ya el octubre se huele y el verano apesta o el otoño se intuye o todo eso da igual porque el diario es el vaho de lo cerca que estamos del cristal, el querido diario de los cojones, pero qué vas a hacer, si ayer follé ya empieza a ser un buen día, seámos honestos, uno lo piensa, dejemos las erratas, vamos a hacerlo de una vez, sin ensayar, vamos a hacerlo de verdad y no a recrearlo, no te recrees tú tampoco que son las nueve y doce, qué tontada el tiempo, too figuraciones que nos hacemos, tengo mil papeles que pasar a limpio y hacerme un calendario, y bajar una mesa de oficina en plan mudanza en mi coche, tengo mucho trabajo pendiente, hoy va a ser el jueves del trabajo pendiente, querido diario de los cojones y estoy contento porque ayer follé, a veces pienso que eso es lo que buscan los lectores de blog o lo que he buscado yo mil veces, que uno dice, a ver, muy bien, mucha historia y mucha frase y mucho blablabla pero es que nunca desfogas, y acaso hay algo peor que un compañero de trabajo sino jefe mal follado, el malfollamiento va a llegar, el malfollesqueo es letal, la malafollescada es la madre de todos los males, el malfollaje en general, son pasos en falso del universo, son oportunidades perdidas para siempre es el paso del tiempo pero que paso totalmente del tiempo que es que oye, te lo recuerdo, querido diario que no somos inmortales, bueno claro tú no, puto diario arrogante de los cojones que por tener la fechilla puesta te crees que eres pa siempre como si tuvieramos mil vidas, pequeño iluso, como si no acabase esto o te fueras a poner una segunda vez, pienso en hacerle cambios a lo que hemos grabado, pequeñas cosas de mezcla aunque hace unos díez días pensaba incluso en regrabar alguna voz, lo que no tiene el más mínimo sentido querido diario de los cojones, y no tiene nada que ver con uno mismo, conmigo mismo vamos, que lo hago y lo defiendo que todo sea creación lo más única posible, pero claro, luego, dices, pues así se queda y da pelín de trauma, pero lo más probable por otro lado es que lo que cambies o regrabes quede peor, que es fuerte eso, no? que le dices oye, está un poco baja esa voz del coro no? se podría subir, no? y cuando sube es como, ah, claro, que quedaba mejor antes, cambiar las cosas para darte cuenta de que eran mejor antes, o de que mejor no existe, que todo es el patrón que tomes, que está guay como está o que, esté como esté, nunca estará guay y es el paso del tiempo, porque esto son diez días dándole vueltas a la olla y son y veintiuno ya voy tarde, no he dicho ni la mitad de lo que quería, pero ayer puse una lavadora, ojo con eso, que aparte soy amo de casa, la tendí al estilo explosión, veremos a ver, no tengo una frase épica de cierre, que mañana es viernes: ¡mañiernes!

martes, 25 de septiembre de 2018

desreconocer

pues medio que me gustaba lo de escribir recién despierto a diferencia de lo que hago desde bien adolescente de escribir recién insomne, es totalmente distinto, aunque de tramo nocturno nunca fue un hábito sino a impulsos, me sorprende que sea tan diferente de este lado, al otro está todo igual de claro, o de oscuro, es la misma mierda pero depende por dónde la tomes, la tomes o la dejas, déjalo ya, déjalo estar, escribir como el que lo deja estar, escribir como el que deja de respirar, escribir como el que contiene la respiración, escribir como si ya estuvieras muerto, depende de donde empieces el cuento y cómo sea el alma del que narra, no es lo mismo por la noche que por la mañana, noches largas y días por recortar, siempre es una búsqueda, como el final o el comienzo que no puede ser, el tesoro que no aparece y no te duermes, y cuando no te duermes te pones tenso y la cabeza vuela y pintan bastos, y asusta, pero emociona y es un nervio con susto y en las noches sin dormir pues te pones, por definición, derrotista y mira que eso es lo mío, que es mi derrotero, que es mi terruño, mira que en la derrota me da por hablar y se suelta la rienda y el penco galopa o da patadas, uno se autolesiona hablando a veces, y es darme cabezazos casi siempre con lo mismo, las piedras se apartan cuando me ven, me teme más la espada que la pared, las paredes se atraviesan, las espadas se parten, las paredes confunden porque las tomas por rectas, intenta ir marcha atrás en una cuesta en curva y te darás cuenta, las espadas te equivocan porque no las sueles ver en la espalda hasta que están muy hundidas, las espadas se enmascaran en bonitas palabras, las espadas vienen curvas como sonrisas, las espadas las sirven con nata, las espadas vienen a veces escondidas en trampas como las de los hijos de puta que ponen clavos o cristales o alfileres en trozos de comida para herir a perros en la calle, hay que ser muy hijo de puta, hay maldad original como la citada y luego está la fatalidad cotidiana que aparece sin cita y en la que todo se tuerce, todo se desmenuza, todo se rompe, todo se agota y es el tiempo con sus zapatones de payaso que es torpe y se rompen los moldes, y te pisa un día la edad que tienes y se rompen los esquemas, o se rompen los nervios o los papeles o los contratos o los platos, o se rompe la fila, se rompe la noche y por supuesto, se rompen las paredes, eso es experiencia personal, porque tuve que enfundar una vez una persiana que igual parece un mundo, y si tuviera que volver a hacerlo me lo parecería pero en el momento fue medio sencillo lo de meterle mano a la esquina de la pared para hacer hueco al capialzado, que en esa que se fue el mazo y se llevó el golpe, y agujero al canto, parecía la ostia pero luego era una minucia, las paredes se rompen que es a lo que voy y la rehicimos con gotelé incluido y muy dignamente en un periquete, que a ver no es todo drama, que se rompe todo es cierto pero que mucho de eso se rehace en un ratito, o sea, que se rompe pero se rehace, en que momento te quedes encasquillado de la movida o te condicione para acometer nuevas empresas pues es tu rollo, es cosa tuya como inventes, es tu responsabilidad como te lo imagines, el temor es lo jodido, uno que tiene miedo de reventar ladrillos, más el miedo que los cascotes, también para eso, para todo en realidad, comer bien, dormir mucho, uno lo ve fácil en la distancia, las cosas caminan por su propio pie, no podemos dejar de aceptar los tropezones de otros, lo inesperado del charco que pisas, esas cosas, lo que no esperas y lo que esperas y no es cómo esperabas, los círculos viciosos, los triángulos viciosos, los cuadrados viciosos, todo el vicio en todas sus posibles representaciones poligonales, el calor en la frente y el sudor que chorrea, las ganas de terminar con todo de una vez, la dejadez, todo lo que ocasiona o se origina del tedio, del hastio cotidiano, todo eso lo entiendo muy bien, pero me sale de noche porque cada amanecer trae su oportunidad y su confusión, todo es distinto, uso mucho la palabra todo, es como todo, es socorrida, vale para todo, mucho todo y pocas nueces, hasta el rabo, todo es todo, todo somos y en todo nos convertiremos, lo quiero todo pero luego me quejo por todo, pues qué quieres, eso somos, somos todo porque en parte en lo que queremos, uno lo intenta, lo hace, le va, le funciona, se funde, se finaliza solo y es complicado volver a ponerlo en marcha, se tuerce, se complica, se apagan las luces, se va la vida de una forma muy tonta escribiendo blogs pero sobre todo, leyéndolos, qué se supone que buscas, qué quieres probar, qué sentido tiene todo esto, para qué seguir dando vueltas, para qué todo, para qué tanto todo, y se vuelve a desplomar el castillo de naipes, perdido en el foso que lo absorbe como un desague, que es el morir, el desague y nuestras vidas, los rios que dan al mar, que se complica todo solo sin que tengas que hablar, imagínate si te afanas con lo de la sinceridad, esa mierda de forma de hablar que tú tienes, me dijo una vez un amigo, y me lo dijo con gracia el hijo de puta y me tuve que reir, la forma de mierda que tengo de decir las cosas, sí, pues claro, joder, pero qué hay de la forma de mierda de escuchar, me escuchan fatal, que es muy ajena a mi el proceso de escuchaje, debe tratarse de una componenda de tonos criminales que confluyen en las malas babas de las que vienen estos lodos, los lodos son todo, todo es barro y en barro me convertiré y en barro me convierto  a veces mientras le doy a los dedos recién despierto pero ahora estoy directamente hecho mierda, ayer dormí cinco horas y mal echadas, el concepto mal echado lo debería emplear mal, que sí que le pones ganas, que le pones corazón, que le pones tus horas pero mal echadas, que te echas hasta las siestas mal, ahora que madrugo pues no me queda otra que dormitar necesariamente tras el almuerzo, no me tumbo siquiera, es un trance apenas diez minutos hasta que me da el tembleque en una pierna o en un ojo y me salta un nervio, me despierto como con un resalto, y me da tiempo hasta a tener sueños, micro sueños, el concepto micro sueño, no llego a fase rem, no descanso una mierda, lo de no llegamos a fase rem se podia usar tambien con la gente, con mujeres, no llegamos a fase rem, micro fases, micro rem, micro vidas, micro mierdas, micro movidas, las quejas de una hormiga que pilla menos grano mientras refunfuña, así es todo, el camarón no es que se durmiera, el camarón era insomne, la marea se lo lleva pero porque las mareas son un poco hijas de puta como mi amigo Sergio vamos a ponerle nombre a ese pequeño cabrón que me dijo que dijo las cosas de mala manera, de malas formas, o algo así, qué pena no recordarlo textual, esa forma tuya de mierda de decir las cosas, me soltó el prenda y te ries, claro, qué vas a hacer, escupirle en la frente sería lo suyo o si te pilla el día malo, un cabezazo de futbolista que es más un tema de territorio que de impacto, un tema de reconocimiento, al final todo es el reconocimiento, fase rem del reconocimiento, cómo sería el antónimo de reconocimiento, desreconocimiento, inreconocimiento, antireconocimiento, qué fuerte cómo desreconoces las cosas, yo le veo un uso muy pertinente, qué quieres que te diga, la única salida digna en este mundo de mierda es inventarte palabras y sabotear al máximo los procesos comunicativos propios, como el que tira paredes. hay que ponerse, hay que pararse, hay que parecerse, hay que perderse, hay que pertenecer, hay que pararse, por las mañanas cuesta, y es inevitable hacer el recorrido mental de lo que va a pasar, por las noches es al revés, o el reverso, el reverso del día, la otra parte, la que no ha pasado, la que ha pasado mal, la que está mal echada, la que se echó donde no era, y la que no depende de nosotros, era de lo que me hubiera gustado escribir esta mañana, lo tenía en mente, lo repasé en la ducha, que es de menos de siete minutos, el termo dura diez, ahora da igual, en invierno es un parpadeo, en invierno cerrado es un suspiro, el frio vence el tiempo, el tiempo no es todo, el calor lo es todo, todo es una mierda es lo que piensas por las noches, pero al despertarse todo parece una mierda, lo que recuerdas de ayer y lo que pinta el hoy más inmediato pero es muy cenizo reconocerlo, así que desreconoces, antireconoces, inreconoces lo que intuyes que te va a pasar y no quieres o que no va a ocurrir y deseas vivamente, el deseo lo es todo, todo son deseos, todo son buenos deseos por las mañanas, todo es deseo malo de noche, deseo denso, deseo adormilado, deseo pesado, deseo dormido recién levantado escribiendo con el portátil en las rodillas y sentado en la taza y con otra taza en el lavado, me va mejor desde que no hago café en casa, porque era una cosa entre la cafetera y yo, lo habíamos convertido en algo personal, y caían tres cuatro tazas en cada asalto, se complica, cafeína y orgullo bailando un vals a cualquier hora en mi estomago y con tacón cubano, pinchando a cada paso, bailar con la más fea o que la más fea se da la vuelta en un giro y te deje agarrado al vacío, con mueca de me lo esperaba, por las mañana cuando escribo tengo mucho la mueca de me lo esperaba, lo de no tener ni puta idea de lo que va a deparar y estar en la deposición, en la de aquí y la de acá, y ponerse estupendo con el cálculo de posibilidades, y un poco automotivante mientras aprieta la comida mal echada, los párrafos mal echados, debería solo compartir canciones y no meterme en nada, quién me manda, no digo nada en realidad, digo lo que quería decir, decir cosas quiero pero no pierdo la esperanza, soy consciente de lo poco que queda al otro lado, es cansado pero peor es callarse, peor es perder la esperanza, peor es reconocer que no, peor es no caer en el desreconocimiento, hay que ponerse, hay que pararse, en la taza, con la taza, y con estas líneas que parece de tiza, a uno le cuesta, mi ánimo es de tiza, se rompe cuando está grande, y hay que apretar para que deje señal, yo me noto mucho la desesperanza de medianoche pero claro, lo mismo leerlo a otra hora pues no sirve de nada, son huellas, son escasas señales de vida que no me atrevería a calificar de inteligente, es vida a secas sobre todo al despertarte, eso es bueno, es otro punto, es otro comienzo, piensa que va a salirte como crees, y sale, o no, no sale, no suele salir, pero vale, pensabas eso, pensabas que no y es que no, claro, no eres tan idiota como para pensar que si, te lo crees, te lo tienes que creer, porque si no, no hay manera, hay que creer, hay que ponerse, hay que pararse, hay que mineralizarse, hay que vitaminarse, hay que motivarse, hay que monsergarse, que es una palabra que me vale también para algo aunque no sé muy bien para qué, un caso claro de monsergearse, que lio me hacía con la g y la j hace años, aún me queda hay una fistula mental que de vez en cuando me conduce al rebuzno, miera que tanto teclear para sacar tan poco en claro, qué noches más tristes, aún duermo desnudo, eso es bueno, pero estamos en otoño y no hace frío, luego viene todo seguido, tengo que ir al monte y coger leña, antes de que llueva, calor gratis, antes de las tormentas, es ejercicio, son todo ventajas, la leña lo es todo, el paseo es todo, todo es por pasear, te pasas la vida haciendo cosas y de últimas, paseas, pues haber empezado por ahí, ponte a pasear y ya luego, vas viendo, y lo vas viendo, como el que dice, lo vas creando porque convendremos que el primer paso es imaginarlo, te lo piensas, te lo piensas íntimamente, de forma desreconocida podríamos decir, y ya estás ahí, el primer tornillo de la cadena de montaje, que es lo mismo que pasa al teclear antes de la ducha que la legaña conviene porque se va por lo onírico, se va por lo de hace un rato que estabas soñando, los sueños, sueños son pero los sueños son todo y todo es el sueño que tengo porque duermo poco, mal echado, mal recostado, desnudo por el calor, sin sábana siquiera, en pompeta, hecho un cuadro, y aún se me acumula el sudor frío en la clavícula y huele como si fuera de otra persona, la historia la escriben los que escriben historias, la historia la escriben los que saben escribir, la historia la escriben los que tienen un boligrafo a mano o lo piden prestado, la historia la escriben los que son pesados por naturaleza, la historia la escribe la naturaleza y la pasa a limpio otro, y otra cosa es lo que se lee, lo que nos leen, lo que leyó uno y lo contó con bolígrafo a mano o no, eso es otra cosa bien distinto, un día me gustaría hablar de eso, debería de proponerme un reto de colaborador límbico de temas que me importan un carajo pero son de actualidad, que si el escándalo político de turno, que si las declaraciones polémicas, que si el enésimo linchamiento, creo que debería meter el pie en todo eso, en todo ese fango, en todo ese barro que somos o seremos, y darle forma, hacerme vasijas, una vez escribí aquí que somos las vasijas de otros, que solo somos con lo que otros nos llenan, pues a esa misma mierda me refiero pero con otras palabras menos cursis, pero que es mi blog y en mi blog la cursileria es considerada una cosa buena, o por lo menos, no molesta, casi necesaria diría algunas veces, en algunos días, sobre todo, en muchas noches, putas noches, qué oscuro todo, todo es oscuridad y por las mañanas todo es una niebla incómoda, todo son quejas, todo es fugaz, todo es una mierda, todo es una mierda corta, tonto el que lo escribe pero un hurra para el que lo lea, para el que busca, para el que espera, para el que quiere, para el que se la juega porque la historia la escriben los pesados pero la viven los vividores, la historia es de todos pero cada uno es un hilo y la teje el calendario, la teje la leña, la teje la rama que se cae, la teje la lluvia, la teje el frio y los tejemanejes con lo que mata, de eso era de lo que quería escribir, ahora me apetece queso, qué contrariedad pasada la medianoche, eso se pega al abdomen, esos accesos nocturnos de apetito y el ansía en general, me cuesta ponerle nombre a las cosas, y poner puntos, por eso me alegro de no parar, de escribir y ya, no ponerme a pensarlo, solo poner comas, solo existir, solo hablar, no quedarse mudo ante los giros del destino que son como para cortarse la lengua, buscando en los altillos, registrando cajones, persiguiendo insondables, durmiendo poco y mal, mal echado, y todo en ese plan, esa desesperanza de noche que se la saca uno de encima y se queda nuevo, pero nada de esto era sobre lo que quería escribir, es sobre las cagadas de gente con nosotros, o sea, cuando nos cagan y tenemos que poner buena cara, las mierdas de los otros que son injustas y nos joden de todas todos, sin remedio, sin solución, voy a darle un mordisco al queso, sin remedio, sin solución

Breezy - Miyamigo

lunes, 24 de septiembre de 2018

razonablemente regular

bueno pues ya estamos otra vez despiertos, y vamos en hora, no me acostumbro a hacerlo bien y es como si el mal esperase a la vuelta de la esquina para poner la zancadilla, quería hacer una letra que se titulase razonablemente mal, todas iban sobre eso, el mal y el bien, la referencia, cómo tomarla, cómo esperar la fatalidad, cómo hacerse a ello, la dignidad en la derrota, la pérdida como algo definitiva, la pérdida como parte del camino, la vereda que somos y en todo esto, pues escribo y escribo y lo hago rápido y de forma nada reflexivo, fue un buen fin de semana, solo salgo ya de día, y me pongo fina y segura y le tiro para casa, tengo ánimo en el nuevo curso, mejor no salir de noche, es casi igual pero te lías menos, te lo pasas igual, había muchos conciertos gratis en bares, debería ser todo el año igual, los conciertos en bares suelen ser mucho mejores que los de los estadios, es mi opinión, no se recrea una sensación, no hay nostalgia, no son famosos pero los tienes a un metro, y te enfrentas por primera vez a cosas que no conoces, mi gato ha meado en el baño y huele toda la casa a pis de gato, es mi culpa no suya por dejarlo con la puerta cerrada, el pobre se expresa como puede, tengo el estómago un poco reventado, se me ha pegado a la pituitaria y es una mierda, pero tampoco es que tenga tiempo para limpiezas, iba bien pero con esto ya empiezo a ir tarde, tengo la agenda super emborronada, os tendría que poner un par de fotos para que os hiciérais el cuerpo, es más dibujito que otra cosa, los dibujos relajan, voy a ponerme en la casa una zona para pintar, hace años que quiero hacerlo, y cuando llegué un poco subidito pues lo pago con la brocha, y me mancho, que mancharte siempre te da perspectiva de las cosas, que falta me hace, no es que me apetezca ni me guste lo que hago ahora pero me gusta hacerlo bien, no desayuno en casa y me voy en ayunas desde bien temprano, me motiva que salga bien, tengo mis cosas, y el disco que grabamos la semana pasada, pues veremos qué hacemos, si master o darle otra vuelta a la mezcla, no hay una segunda oportunidad para una primera impresión y pienso en cómo funciona el cerebro con la música, cuando le sorprende, como un sabor nuevo que abre una categoría en el paladar, pues igual con las neuronas en lo musical, con algo nuevo que escuchas, que no sabes bien si te gusta o no, porque es como un concierto gratis en un bar, no hay experiencia previa, solo puedes decir, me gusta o no me gusta, ok lo que viene a ser un juicio de gusto y ya te adentras en el valor y el gusto, que son distinciones comlejas cuando es tu propia mierda, luego las cosas se pueden cambiar es cierto, pero está el valor de lo readymade, de lo hecho y ya, de que se quede como quedó pero es verdad que pasa el tiempo y uno piensa, y si le hubiera dado otra vuelta, eso del lado de la grabación porque la parte de fabricación, caso de hacer algo físico, que es una duda eterna y el lanzamiento, que es otra movida, pues la cosa se complica, estoy bastante contento de cómo ha quedado todo, de vez en cuando me lo repito porque si no parece que todo son decisiones y quebraderos de cabeza y malos ratos que ojo, que alguno también tuvimos porque en el estudio son pocos días, son pocas horas, son muchas canciones y mucha mezcla, en fin, que es difícil pero a pesar de puntuales tensioncitas, todo fluyo razonablemente bien o razonablemente mal, o razonablemente regular siendo más justos, como todo en lo que meto mano y lo complicado en todo esto es sacarlo para adelante pero no estar en lo no tangible, de un lado tienes que estar todo el día dando paseos por el mundo de las ideas, pero por otro, si no atiendes a lo hecho por hora, al cuentakilómetros de los hechos, a ciento veinte de tarea finiquitada por hora y pisandole pues la cosa no sale, y las cosas salen, es lo bueno, con sus dudas, con sus matices pero salen, y se me hace tarde de tanto hacer balance que medio rima pero me gusta lo de expresar vivamente la confusión matinal, se va uno sin el peso de encima de la empanada, acepta la empanada, vive con la empanada, tira dela empanada para adelante, la empanada y yo, la empanada es mi vida, como decía Benzema, los pitos son mi vida, que es una forma increible de aceptar lo poco que corres, que lo mismo no corre tampoco pero es lo que parece que corre poco, es como decir, los tropiezos son mi vida, las caidas son mi vida, las recaidas son mi vida, llenar un folio de mierda a ritmo despiadado de tecleo es mi vida, vomitar párrafos sin sentido es mi vida, la verborrea es mi vida, soltar paridas es mi vida, dar la tabarra es mi vida, hacer canciones de mierda es mi vida, no correr por un puto balón en la vida es mi vida, pues eso, corre y calla que la vida acaba por ser lo que uno dispone y un sprint, a fin de cuentas, un sprint para todos y son todos los que al final lo ven a su manera, es así, el ojo de los otros, el oído de todos, lo que los demás estiman conveniente, de modo que asimilarlo es el primer paso, ponerse en eso, hoy tengo que ir a hacer movidas de banco, qué asco, peor que el pis de gato, hoy por la tarde me espera una tarde jodida de limpieza, a veces lo hacía los domingos pero deprime mucho, no es que los lunes sea mucho mejor pero lo metes a presión en la lista de cosas del día y se nota menos, las cosas van bien, las cosas van a ir mejor, me lo repito para animarme, las cosas van bien, las cosas van a ir mejor, si lo dices varias veces, va sonando cada vez mejor, prueba en serio que funciona, las cosas van bien, las cosas van a ir mejor y mientras lo repites, pues no dejas de hacer cosas, que es lo que hace que fluya y me acuerdo de los sueños que es rarísimo eso, siempre se me olvidan, me despierto en mitad y vuelvo a ellos, no descarto escribir sobre eso aunque llevo media hora y bueno, he perdido media hora y a esto no se le ha acabado la batería que es lo que me imaginaba que iba a pasar, pero nunca pasa eso, lo que imaginamos, aunque mola imaginar pero en plan bien pero sin fliparse aunque es dificil, en fin, me voy que llego tarde por vuestra, por vuestraaaaa culpaa, por vuestra graaaaaaan culpa, adiós.

miércoles, 19 de septiembre de 2018

Ahora es hoy

cuenta con el desaliento

pues uno intenta llevarlo todo al día y no poner ni puntos ni comas, aunque las comas caen por su propio peso, que es lo bueno, lo malo es caer por el peso de los demás o que no se nos caiga encima el peso de los demás y un poco de peso de los demás es lo que me tendría que buscar en mi barriga para deshacerlo como peso mío que estoy como un bolo pero bien, aún no soy la bola y aún no ruedo, pero casi, estoy más en tiro nulo y quizá por eso, que se intenta allanar los terrenos en los que transita el siempre despistado ánimo tan propenso al traspiés y a hacer la croqueta, tengo un ánimo rodante, tengo espíritu esférico, tengo redondeces mentales y no es fácil con tales mimbres que todo vaya en orden y al día, se comulga con ruedas de molino y lo duro no es tragar sino el masticarlas, la comunión va de dios y que dios exista y que la trinidad y que santos de su nombre pues acaba por ser lo de menos, si te funciona digo, si cunde el responso, si sale sin trauma, si se lleva con elegancia, pues tranquiliza y con eso, tenemos mucho ganado porque la calma es fundamental y darle la importancia a todo que se la merece, incluido dios o la idea de dios o nuestro lugar en el mundo o el amor que no puedes dar o que no es de verdad y a esto poco se le puede añadir, y muy poco llevo dicho, todo lugares comunes sin sentido, sin sentido común y que son, a la postre. islas en el mar y los días así, porciones solitarias de tierra que no quiere ser una montaña en estos días por descubrir, que son días que riman a lo tonto, días tontos, tonto todos los días, ese soy yo, son solo palabras, son solo palabras... tú eres tú y yo soy yo pero las palabras son las palabras. Las palabras son de todos, guapa. Tonterias tengo de todos los colores y en todos los tamaños, y ayer sin ir más lejos y tres cuartos de hora de cola después comprobé que no iba con la documentación en regla, mira tú qué tontada y es que si hay un regla en mi vida es que va mal o no reglada y que los requerimientos van todos peinados por el viento, y recuerdo que pensé hay que aprender de esto, y no es lo que siempre pienso y menos casi una hora de vida perdida de pie en una cola de decrepitud y desconcierto ante el paso lento o por momentos, nulo y la queja latente de cómo funciona todo, ese zumbido de descontento y no llevo yo lo que tengo que llevar, es algo que me pasa con frecuencia, el domingo pasado mientras decía lo importante de no tener resaca al día siguiente estaba bebiendo como un desagüe y me puse malo de verdad, al día siguiente era como una camiseta sucia tirada debajo de la cama, y claro, me tengo que callar la boca, lo que es un beneficio para la fatalidad inherente al curso de los acontecimientos en lo que me toca y que me sigue como un perro con hambre que no me tome ni un café antes de este tecleo tiene mucho que ver con lo errático aunque hoy ya tengo toda la documentación, tres días después, es el vuelva usted mañana de Larra pero de uno mismo, es el vuelvete mañana, vuelvete a donde estabas, camina en circulos mentalmente mientras aguantas ahora echando el peso en una pantorrila, ahora descargando en la otra, y así, ayer vino una señora simpática y me dijo de guardarle turno, pensé viene lo uno con lo otro, es decir, sonríe y es medio amable porque quiere que le sea de utilidad, otra mujer estaba allí con cara de pocos amigos o incluso de muchos enemigos, y apenas si dedicó una mirada más allá del primer vistazo medio amenazante de oye, no me quites mi puesto en la cola, y también dijo después de guardarle el puesto, pero finalmente se cansó de esperar, y le comenté a la otra, yo creo que aquí cuentan con el desaliento y es importante numericamente hablando, hay un porcentaje que lo deja, que se cansa, que abandona, un tanto por ciento de cambiantes o de dudosos que a mitad de espera, no lo soportan más y la mujer sonriente contó que venía del hospital porque tenía allí a su marido, dato que no sé en qué influye en su talante, el guardia de seguridad es el que se encarga de dar turnos y tiene más mala hostia que un gruista cargando en día libre, bueno he perdido un poco el hilo del asunto y si sigo voy a llegar tarde a mi vencida después de tres días, y buscar aparcamiento que es epopeya en esta época, un café un par que aporten un poco de fluidez al asunto, también ayer pensé que a primera hora se ve todo como un mundo, luego van pasando los minutos, van pasando de nosotros, nos hacen poco caso y seguimos, y la desatención es mutua, la cagada es habitual ylas cosas a eso de las doce o la una del mediodía ya están menos asentadas y parecen pesar menos, como peso nuestro, como peso propio y como el peso de los demás, el que tienen y el que le dan, la empanada sin el café la tengo, desayune o no desayune, lo que despierta es el azúcar, el café es bueno para cagar pero el relámpago lo suelta el sobrecito de droga blanquita y dulce, pues me tomaba tres de golpe y ayer pensaba en eso, que para la siesta ya es todo menos importante y antes de que anochezca el día se ha encaminado en otros propósitos, son sutiles pero son giros que no se pueden preveer de mañana que lo tienes todo por hacer y luego cambia, ayer mismo me dieron ganas de escribir pero es que la movida es que sea de mañana, como el cuaderno de los sueños o algo así, con la sensación pura del despertar y el despertar va a la hoja, lo contrario del sueño: la primera vigilia tan impenitente como poco lúcida, y por otro lado, con ese tono medio trágico, medio jodido, medio vete a saber cuenta con el desaliento, desaliento uno, desaliento dos, desaliento tres, desaliento cuatro, desaliento cinco, desaliento seis, desaliento siete, desaliento ocho, desaliento nueve, desaliento diez... vuelve a empezar.... lo dejo abierto por si a la hora de comer tengo un poco más de ACTUALIZACIÖN: Pues ya he vuelto aunque ahora me voy otra vez, y sonriente no es la palabra pero bueno, tengo otra carita que ya es, ha sido una mañanaproductiva y he llegado a todo por los pelos, hoy voy al médico, cosa que no hago nunca a no ser que haya avería seria y, toquemos madera, no suele ocurrir, y a ver, no es grave la cosa pero a ver qué tal, no tengo ninguna fe en la medicina, me fio lo mismo que de los talleres de coche, y ojalá tener médicos de confianza, que sepas que no te pirulean con la trocola de turno, el caso es que no me quito esa cosa nerviosa de a ver qué pasa con casi todo, es un nervio permanente más bien molesto, como una mosca detrás de la oreja, pretendo hacer oídos sordos a las moscas y a los moscos y no tener siempre zumbidos que persiguen, es movida, no sé por dónde se empieza, pero decirlo es empezar, eso creo yo, que cada comprendo menos pero hablo más, obviar la comprensión ajena ha sido una constante en mi vida, y ahora la tengo más en cuenta simplemente para no gastar saliva en vano, y recursos, los recursos son limitados, los tontos, no y hablo por mí claro que a las pruebas me remito tengo tontura ilimitada, me jode de los médicos también la pomposidad y la ceremonia de las consultas, el proceso, y como que hay que esperar por cojones, te hacen esperar porque es una forma de ser importantes, eso opino yo, no debería tenerse que esperar, no en eso, se debería esperar para otras cosas, paso de enumeraciones porque estoy hecho mistos, me despierto sin despertador que es buena noticia pero creo que descanso menos por eso, y los nervios y el querer llegar a todo sea como sea, y en eso estamos, ya más cerca de llevar retraso que de esperar en la puerta, y mas cerca de la de salida que de la de entrada, es lo que pasa, quisiera contar mejores cosas, sobre todo a mediodia que estoy con más cositas encima y tengo buenas movidas pero bueno, se me echa todo encima, esa es la verdad y cuenta con el descontento, cuenta con el fervor, cuenta cuando estés mejor, cuenta hasta diez, cuenta hasta veinte, cuenta verdades, cuenta lo que suman las cifras de la matricula del de delante, cuenta las horas de insomnio, cuenta los dolores, cuenta los agujeros, cuenta con el desaliento pero cuenta con la euforia, cuenta con el desamor, cuenta con la soledad, cuenta con los demonios y pilla para ellos, cuenta con el caos y preparate como sea como cuando hacen barricadas contra un tornado, cuenta con que te vas a equivocar hagas lo que hagas, cuenta con el cuento de nunca acabar en cuanto a lo de caer y levantarse, levantate más veces de las que te caigas, muchas veces no has ido al suelo pero te sientes pisoteado, es más una sensación y es más una estupidez pero es así como es, las cosas son como son, nosotros somos como podemos, me he propuesto cincelarme la tarde, aprovecharla al máximo, a ver, tengo rollos y un poco de congoja con lo del médico, les tengo poca fe y menos devoción pero pelín de miedo, nunca lo reconocería pero es cierto, va a estar todo guay seguro, son minucías, pero el miedo a las minucias es casi peor que los grandes temores, en fin, esta mañana anote una frase, vete quince minutos antes a todos los sitios y alguna vez llegarás a tiempo, pues eso voy a hacer, me voy un rato antes y mañana seremos otros y los días también lo serán, esperemos.

martes, 18 de septiembre de 2018

Pez globo

Planchar los miedos de mañana

hoy me levanto tarde y veo la televisión, tengo la mañana llena de pequeñas tareas y oye, es martes, espero que me cunda y salga para adelante, tengo que ir a una oficina de la administración a hacer papeles, tendré que hacer cola durante hora y media, en mi cabeza ya llevo un rato haciendo cola, una ducha rápida para refrescar ideas, a veces no me da tiempo y voy con las ideas secas del día anterior, con las ideas malolientes de un par de jornadas, me he propuesto prepararme la ropa el día antes para salir del baño ya vestido y hacer lo mismo con lo que tengo en mente, dejarlo preparado porque al final todo es la referencia que tomes, el eje sobre el que pivota y si es un punto de apoyo aleatorio pues suele pendular hacia el desastre, cimbrea la desesperación por el aleteo de un mosquito próximo a la oreja o por un contratiempo puntual que no acarrea mayores consecuencia y compartimos reloj, el tiempo es en apariencia el mismo para todos, para todos los que hacemos cola en la oficina de la administración, para todos los que no hemos pedido cita y viene a ser el mismo mecanismo, el de las citas, acotar el desastre o guíarnos de forma mínima frente al caos, debería imitar eso, darle número a mis cuitas y poner en fila la desesperación, que no es que vaya a cambiar los resultados, va a pasar lo mismo o en la cola vemos como el caos no se atenua, por el lado de los funcionarios al menos y la sensación es de desastre permanente, las sensaciones pesan en esto porque es la antesala de lo que ocurre, el primer proyecto mental asienta los cimientos

Se me está yendo
Vamos a intentar encauzar
Dar cita a la ansiedad, darle número a la preocupación, dar un horario a la flagelación mental de los finales posibles o los comienzos imposibles
Seguir un sistema para preveer el tropiezo, para amortiguar la bajona o para la reducción del daño íntimo que nos causa que las cosas no pasen cómo esperas, eso no lo sabe nadie, nadie comparte las expectativas que nos susurra nuestra voz interior y que no expresamos, que están solo ahí y que, incluso para nosotros mismos, son desconocidas en parte, cómo hacerlo, oidos sordos a nuestra propia voz interior, dejar la ropa del día siguiente preparada, dejar el desaliento doblado en la silla, dejar abrigo para lo inesperado pero es que lo inesperado es difícil de abrigar, buscar un cobijo en algún punto de nuestro sistema nervioso, con algún truco, con alguna técnica, que esto es como hacer yoga según me han contado los que lo hacen, es una forma de vestirse cada mañana con un manto bien meditado de ponderación sana de cada respiración, he pasado frio esta noche, he dormido en el sofá, me pasé muchos años durmiendo en el sofá, primero por una cosa y luego por otra pero explicaselo a mi espalda y a mis hombros que se despiertan siempre atenazados, el cuello se me cae para el lado y me entra el frio por la ventana como por la boca de un buzón, le temo a este frio invierno, deberíamos dejar listos los temores para plancharlos al día siguiente, llevar el miedo bien planchado a todos los sitios y una cartera con todo lo que hierve en el coco, lo no hecho, lo que no debería haber pasado, lo que no haremos, lo que no ocurre, los que no nos contestan, los que contestan lo que no nos conviene... El cúmulo de negativas lo llevamos, queramos o no, como un clavel en la solapa. El aroma que desprende nuestro ánimo nos hace de complemento o nos engalana de estigma. Es dificil explicarle todo esto a gente que no te escucha. A gente con miedo. En las noticias nos meten miedo. Miedo razonable pero sobre todo miedo razonado. Luego el miedo usa nuevas razones y es cuando de verdad asusta. Liberarse del miedo en cualquier parte del proceso. Se me agota la batería, trece por ciento. Es el primer aviso, Al siguiente me dice que con once lo enchufe y después simplemente se apaga. Bueno, lo dejo aquí, que tengo mucha plancha. Todos los miedos de mañana.

lunes, 17 de septiembre de 2018

cli cli cli ché ché ché

tengo que ponerme al día con el blog, es un cliché, tengo que organizar mi vida como si empezara de cero, es un cliché, el concepto cero es un cliché, los juegos mentales lo son y lo es escribir sobre mis sentimientos, es un cliché, tengo que abrirme en canal o en el papel, es un cliché, tengo que hacer memoria de lo que pasó o de lo que no llegó a pasar, es un cliché, voy a empezar en septiembre es un cliché y todo va a ser diferente es otro, porque todo son clichés y nada cambia eso, lo inmutable es un cliché, la percepción del tiempo es un cliché y su futilidad y su fugacidad y su furtividad y su funicularidad, son clichés, el tiempo es el gran cliché y lo son sus porciones,y septiembre es el mes perfecto para eso, es el mes cliché y también enero, ocasión idónea para dar rienda suelta al condicional compuesto y hacer volar las expectativas de todos los presuntos comienzos, los puntos de partida, un constante punto y una constante partida son cliché y en mi íntimo ámbito de verborrea esto que cuento es cliché del todo, lo de departir aquí tonterías frente al vacío y al monumento al lector de blogs desconocido, por eso, pues tengo que darle a los dedos, lucha contra el cliché, el vacío también lo es y muy recurrente por ciento, le da sentido en cierto modo por la lucha frente a lo obvio, y porque de lo contrario uno se acomoda en ser el eco de los comentarios del bar o lo que le cuentan aquí y allá, sin participar más que como repetidor, como los de las radios y de ahí se pasa al silencio puntual y se le pilla gusto pasando a ser un mutismo frecuente para terminar por caer en la temible quietud inmutable, y en eso está el ojo cuidado, el ojo peligro, ahí se precipita el agujero negro, en presuponer algo inmutable, la presunción es la madre del cliché y ser presa del pánico, que es su prima o del ansía o la desesperación, que son todos familia y que hay mucho imprevisto, que Dios no existe pero tampoco juega a los dados, lo que viene a ser mucha contradicción, mucho contratiempo, muchos cabrones y muchas hijes de pute en general y mucho mangante emocional y mucho psicópata del mal gratuito pero a pesar de todo hay que confiar y cómo hacerlo, con tanto cliché y tanto tonto y tanta tontería y tanto tiempo que perdemos mirando nada o leyendo nada o siendo vistos por la nada que es otra, la nada es un cliché, la nada es de los gordos, primo hermano del vacío existencial que es un cliché de buena familia, un cliché con posibles, huir del cliché es un cliché, y casi diría un imposible, dejar que el cliché te atrape quizá no lo sea, buscar más allá para volver al principio, ir cambiando de idea una y otra vez hasta quedarse con la primera es un cliché, que las cosas ganan su valor real con la perspectiva es otro cliché porque los valores de las cosas solo se asientan sobre lo que otros cimentaron conforme a, sí claro, sus clichés y así, en bucle infinito desde el descubrimiento del fuego, los mismos gruñidos, los mismos dedos manchados, las mismas historias que suenan en voces distintas o las armonías que nos son familiares o las tramas que ya hemos visto resolverse de varias formas y se huye en busca de nuevos buenos y nuevos malos o nuevos giros o salidas o la huella de uno que se queda en todo y lo cambia todo, buscando nuevas huellas, con el luminol que es esto o lo que sea, la hoja de un cuaderno, pues aparecen ahí en todo y limpiar las huellas es un cliché, hay hasta cinco o seis productos químicos para que aparezcan las huellas, eso lo sé por el programa Crímenes imperfectos que se tituló así en España con un poco de novelería porque el titulo original es Forensic files, pues eso que a veces las huellas cantan en azul y otras en fosforescencia pero ahí están, delatoras del crímen de alzar la voz y decir lo que te salga en este caso y de terribles asesinatos en el programa citado, que me parece un tanto traumante que lo pongan de madrugada, pero el miedo, el miedo es un cliché, el miedo que a todos nos hace correr, a todos los animales, la parte animal es un cliché y es curioso porque en su etimología hay poco o nada de animal, es pura mecánica, la palabra cliché viene del francés y es participio del verbo clicher que es imprimir por estereotipia, es en realidad el ruido, es decir, la onomatopeya del ruido de las planchas tipográficas, más concretamente del sonido que hace la matriz cuando se pone sobre el metal fundido para hacer esas planchas, lo he leído ahora mismo, claro, y me ha sorprendido porque es una onomatopeya, que sea lo típico un graznido, como un cuervo que le dice a todo, te veo siempre muy negro o siempre me dices lo msmo y decirselo a un mirlo, o a los pitidos de las golondrinas, es parecido, el canto de los pájaros es un cliché pero no, porque la naturaleza no se monta con planchas tipográficas, el musgo no tiene horma y nuestra comunicación responde más a ese tipo de formaciones húmedas, y la humedad es un cliché en todo poético de muchas cosas y conste que estoy sin echarme ni un café al cuerpo y son las ocho y veinte, acabo de decidir íntimamente que desayunaré media tostada en el bar del pueblo mientras bajo a la ciudad, es lunes eso es un cliché pero es verdad, es un puto lunes, un lunes de septiembre, ahora tengo puesta una canción que me encanta y eso me da ciertos ánimos pero no deja de ser lunes y bueno, la ambivalencia de las movidas, el aparataje que permitía fluir el conocimiento pega unos chasquidos en sus moldes que al final es como se llama lo que nos hace no conocer, porque es lo malo de todo cliché hoy en día que nos hace andar para atrás, sobre todo si no manejamos los mismos tipos, y ahora nadie lee, lo que me parece muy bien por otro lado, que nos lo dejen todo a nosotros, los que sí lo hacemos y es un tema, este particular, que me enoja porque la lectura obligatoria crea analfabetos vocacionales, es un circulo vicioso, es una puta mierda, aquí puedo decir puta mierda las putas veces que puto quiera y decir, por puto ejemplo, que me parece puto estúpido repetir puto como puto adjetivo en puto todo y que es una anafora puta anafora que puto hacen puto ahora los puto jóvenes que no tienen ni puta idea de nada, como los viejos que éramos los jóvenes de antes y ya andábamos poco en lo de leer, lo de leer es un cliché, las lecturas son un cliché, son golpes de planchas, he leído a Proust, plancha que choca, aún no llegué Joyce, plas onomatopeyaca, hay que empezar por Twain para llegar a Faulkner, a puto Faulkner, puto Twain, puto Joyce, puto Kafka y puto etc, porque los mierdas de cliché, los putos mierdas de cliché en lo de leer pues provoca lo contrario pero vamos que esta perorata mía no es que ayude en nada, pero oye, estoy en ayunas, es lunes y aunque me gusta la música y me está dando un puntito muy buena pues estoy puto jodido bastante y el blog está puto súper puto desactualizado de mi vida, no digo ni palabrica de lo que realmente hago o me pasa y os suelto toda la morralla por la cara, es correcto, es lo que pasa pero es que evito la tentación de contaros cosas que siempre lleva nudo, y no vayamos a no deshacerlo, y el desenlace que en lo que te pones, no estamos para desenlaces, ni para lances, estamos para que te lanzes, eso sí, con lo que pienses y que lo sueltes, no te vayas a quedar nada dentro que es para lo que hago esto, la ducha me espera, aquí ya empieza a hacer frio, el plan invierno va a empezar en septiembre, odio el puto invierno, odio el frio, esto no es mucho decir, las filias y fobias es mucho cliché, pero es lo que tenemos, o actualizo el blog con morralla o no esperamos a que se me ocurre algo que valga la pena y ya no nos vemos nunca, el frío es cliché al menos aquí el frío lo es todo cuando llegan estos meses, también es que ando en bolas hasta octubre, que tampoco es que sea un lumbreras yo en fin tampoco es que no hayáis dado cuenta, si habéis leído hasta aquí, allá vamos, mañana será otro día, clichetassso bueno

domingo, 16 de septiembre de 2018

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lo importante es perder

Lo importante es perder. Participar puede hacerlo cualquiera, no es importante. Ganar no es lo que nos hace ganar. La sola idea de ganar no tiene casi ningún asidero. Es la llegada. Es cuando te paras a respirar hondamente y dices: ya. Lo importante es no parar. Lo importante es no tener resuello. Lo importante es ahogarse. Lo importante es perder, es evidente. Ganar es una utopía. Es como el comienzo de las vacaciones que esperas con anhelo y cuando llega es un aburrimiento. Ganar es aburrido. Perder es emocionante. La mala emoción de perder. El amargor en la derrota como en el primer sorbo de cerveza. Se le acaba por pillar el gusto. Perder es lo que nos hace ganar, lo que nos acostumbra el gaznate a tragar derrota. Y digerirla. Y cagar victorias. Perder y derrotar no es el todo igual. Y ambos se vuelven verbos reflexivos a poco que te descuides. Hay matices en la derrota y muchos más en la pérdida pero no hay ganas de entrar en detalle. Así que pongamos que es todo lo mismo.  La negación es como perder pero tampoco del todo igual. Que te digan que no, no es perder pero lo parece. No es tan importante aunque nos lo parezca si nos lo dicen a nosotros.

Lo importante es perder. Como lo importante es aprender. De las derrotas, del no y de lo que venga. Lo importante es venir. En este caso que vengais por aquí de cuando en cuando a ver qué se cuenta. Me parece bien. Perder es lo que nos hace sentirnos bien, al fin y al cabo. Ganar nos para y perder nos mueve. Hay quien rebate mi teoria con la cuota de competencia, con el carácter o con la naturaleza... Hay gente competitiva y gente que no.... Ok, la hay pero los que compite son los buenos perdedores. Lo importante es perder y no perder las ganas de correr. Lo importante es perder y levantarse para perder otra vez, perder mejor, perder bien.

Perder bien. Es el título de una de las canciones nuevas. De las que hemos grabado para el nuevo disco. Es una canción importante. Por lo que dice más que nada. Es la primera que compuse y la primera que tocamos en el local de ensayo. Tenemos grabada en el móvil una versión de la canción esa de noviembre del año pasado, del 17. Con teclados y todo. En el último ensayo en el que fuimos cinco. Duraba cinco minutos con veinte. Una empanada muy bien horneada. No queda ni rastro. No se parece nada a cómo ha quedado en el disco. O cómo quedará. Aún no hemos terminado mezclas y demás. Mastering, en fin... Perder bien. Ha sido el concepto que ha sobrevolado todo el disco. Perder bien. Lo pensé incluso como título del álbum pero es un poco chungetas, reconozcámoslo.


Lo de "perder bien" no es del todo mío. Se lo escuché al ínclito periodista deportivo  Tomás Roncero. Hay que "perder bien, perder bien" decía gritando como un poseso. Y lo he buscado... Pensé en samplearlo. Era una idea idiota pero se me pasó por la chola. No recuerdo a santo de qué derrota fue aquel discursito. Una que escociera, seguro. Lo importante es perder, os lo he dicho mil veces. Todas las derrotas se parecen a su manera, son las victorias las que son únicas. Como las familias felices. Caso de que existan. Pues eso. Perder bien. Y lo busqué. NO di con ello. Pero lo busqué con ahinco. Medio por la tonteria del sampler y medio por aburrimiento galopante. Y una vez hace unos meses cuando me puse a buscarlo, por dar con las palabras exactas, me sorprendi de la mina de material de primera que había ahí. Y me tragué una súper sesión de enfados de Roncero en Youtube. Es un género en sí mismo. Eché una tarde buenísima. Había mucho de lo que tirar. Había mucho material. Había mucha verdad. Al final, da lo mismo el resultado, es esa visceralidad en la derrota, ese vivo escozor... El arañazo reciente. El orgullo derramado por el suelo. El orgullo sin fregar. Digno de ver, no bromeo. De hecho, me estoy planteando enlazarlos aquí. Un poco coñazo, pero merece la pena el corta pega para vuesas mercedes. Por separado son solo vídeos de cabreo. Noches de cabreo. Discursos en caliente. Noches de derrota. Noches de eliminación. Noche de clásico. Noche de tanteo abultado. Son todos un poco lo mismo vistos uno a uno pero juntos, y de seguido, tiene otro componente casi enciclo. Me da un poco de pereza tener que ponerme a copiar enlaces pero al final de la entrada, lo haré.

 


Hay más. Pero ya me he cansado. Si os ha picado el gusanillo, buscadlos vosotros mismos. Hay mucho. Podéis poner, como sugerencia para la búsqueda. Roncero explota o Roncero da la cara. Ojo al tip que hay oro. Es canela en rama. Todo. Lo que dice. Cómo lo dice. Me regodeo en su dolor, tengo que reconocerlo y con lo que particularmente flipo es con sus argumentaciones sobre la derrota. Por eso veo estas mierdas. Por cierto, que a mí el fútbol me da igual. Pero de verdad. Como deporte me parece un poco aburrido en general. Hay partidos con emoción pero son los menos. Me parece que influye mucho la suerte. Siempre he sido del basket, la verdad. Un poco de antimadridismo de siempre he padecido y me aflora imagino en estos casos pero con el tiempo, se mitigó y ahora es una mera indiferencia. No me gusta el Barcelona tampoco o no me simpatiza especialmente. No siento los colores, como se dice en el argot. Mi padre era del Bilbao. Y a mí me gustaba el Bilbao cuando era pequeño hasta que lo dije la primera vez en el colegio y me llamaron: ¡etarra! Automáticamente dejó de gustarme el fútbol. Dicho esto, que no sé si venía al caso o no y creo haberlo contado otras veces, creo que me trago las tertulias deportivas o futbolísticas porque solo habland de fútbol, solo por escuchar argumentos para la derrota. Argumentos en la derrota. Argumentos tras la derrota. Etc. Cuando antes del Mundial, España goleó a Argentina me especialicé en tertulias argentinas solo por ver cómo comentaban ese varapalo. Fue una goleada de las que hacen daño. Y en Argentina hay argumentos para la derrota que son gloria bendita. Por el modo en que se expresan y las palabras que usan, hay mucho de poético. Entonces lo entendí todo. La poética en la derrota. Por eso me lo trago.


Perder bien. Poética de la derrota. En fin, sobre estos conceptos van las letras del nuevo disco. Todas las horas de tertulia deportiva me van a servir para algo al final. Y un poco pesado que me puse con el concepto ese. Hay una que se llama Dejarlo Bien. Otra que se ha titulado Un no mejor. En fin, es todo como un poco de bajón pero bajón bueno. Bajón digno. Bajón con orgullo. Bajón pero dando la cara. Bajón que explota. Bajón estilo Roncero. Dando la cara. Perder es lo importante porque tienes que dar la cara. Los ganadores se pueden esconder en sus victorias. Los que pierden no tienen escapatoria. Los que pierden tienen que explotar. Las explosiones no se pueden disimular. Hay que dar la cara. Lo importante es perder. En la letra hago una enumeración de cojones: perder el móvil, perder los números, las fotos que guardé, perder la tez, la vez, el tren, las ganas de correr, el pelo, dinero, tiempo, perderme en un sentimiento, alguien a quien quiero, el mejor momento, las llaves, el monedero, a mi padre, a mi perro.... Es licencia esto último porque nunca he tenido perro. En el boceto de letra estaba perderse en Renfe, en la web. Pero me pareció a última hora una referencia que se iba a entender solo en parte, los que no sean usuarios de ese engendro de web no iban a pillarlo. Ese es el tipo de trabajo que hago con las letras. Quitarles particularidad. En fin, a veces sale bien, a veces sale mal. Va a ser la última canción del disco. Es la de la mezcla más radical. Tanto escribir de esto me da ganas de que la escuchéis.

Bueno, esta entrada iba a ir sobre la conversación que tuvimos con el tipo del Bla bla car sobre esto mismo. Ricardo se llamaba. Un saludo Ricardo si por casualidad me lees. Era granadino, es. Seguirá vivo. Un gran tipo. Trabajaba en el hospital, en radiología. Siempre admiro a la gente que le gusta su trabajo. Y era un enamorado de ello... Pero bueno ese viaje y las conversaciones que tuvimos las escribiré en una futura entrada porque estoy reventaito de tanto enlazar vídeos y poéticas del fracaso, que por cierto hay otra canción que se llama Mi mayor fracaso. Una alegría todo, vamos. Pues eso, amigos. El desenlace en Lo importante es perder 2. La secuela. Que la escribiré en breve y es tope molona. Gracias por leerme, perdedores y ganadores queridos todos por igual. Un beso y un afectuoso abrazo para todas y todos. Paz y amor, y ¡muchas buenas derrotas!


¡Etarra!
Vaya mierda el fútbol, eh.
Y la infancia en general.