domingo, 8 de noviembre de 2020

Merodea tus sueños

Carecer de algo que se desea es condición indispensable para la felicidad. Lo dijo Bertrand Russell y es una de las citas que aparece en mi agenda 2020 que se me quedó grabada. Me costó entender la paradoja que plantea y tuve que buscar la cita para adjudicarle un autor. Mi dietario debe ser Made in China porque están las frases en un menudo cuerpo de letra pero no llevan firma. Están ahí flotando en la cabecera de la página como una enunciación sin dueño lanzada al cosmos o a la página en blanco de la agenda. Cada página es un día. Y los viernes, sábados y domingos van juntos en una sola. Las citas se salpican sin orden aparente. Me parece curioso y me pregunto cómo y dónde la maquetarian para obviar en las citas a los citadores. 


El deseo como motor de la vida y la felicidad como meta. Que me conformo en mis cortas entendederas con estar contento la mayor parte del tiempo y poco más. Es importante la búsqueda. Más que lo que encuentras finalmente o suele serlo. O lo dijo Russell y es una estupidez o era un conformista. Puede que tener lo que quieras cuando quieras sea menos placentero que cuando se alarga el proceso. Lo de indispensable quizá sea exagerado. La felicidad es un concepto amplio, desde luego y sus encarnaciones son diversas. Es un vértigo asomarse a lo que nos la produce y sorprenderse de su poca entidad como motivos, su escaso peso y lo cambiante del ánimo que ve la presa menos sabrosa cuando la muerde que mientras la acecha. Merodear tus sueños es más gratificante que perseguirlos. Estar agazapado y vivir a salto de mata en pos de lo que sea,  y que sea mejor que el lo que sea mismo caso de obtenerlo. Sea lo que sea. 


Me figuro que se puede aplicar a muchas situaciones. Estaba pensando en algo de lo que me haya pasado este mes pero ahora no se me ocurre. Un mes raro y más largo y tedioso. A veces apunto ideas. En la misma agenda de las citas sin nombre.  El auténtico problema no es si piensan las máquinas, sino si lo hacen los hombres. Esa es la del 2 de diciembre. Va sin nombre. Como todas, claro. Le pega a Asimov. Cuando es la multitud la que ejerce su autoridad, es más cruel que los tiranos. Esa es del 12 de este mes. No hay nada que desespere más que ve malinterpretados nuestros sentimientos. La del martes 10. Suele ir en martes pero no siempre. Están descontextualizadas y es raro. La de la multitud se la endosaria a Brech y la de malinterpretados pues no sé, Truman Capote por decir alguien. Voy a buscarlo. Pues vaya. No he estado ni cerca.

Sócrates. Qué te parece. El de multitudes y tiranos. La otra de Jacinto Benavente. Pues muy bien. No me lo imaginé. Las citas tampoco sirven de mucho más que de breve aleteo de inspiración en el mejor de los casos pero siempre una inspiración confusa y de bajos vuelos. Sonoros aterrizajes sin control. Como en El Gran Héroe Americano. La de Russell me inspiró y de hecho la memorice casi sin querer en  el proceso de enterderla. La mayoría de ellas se entienden de un vistazo. Pero siempre deja incógnitas. Sin nombre. Sin contexto. M hace gracia. Voy a ir buscando la agenda 2021 y estoy ansioso por llenarla de cosas sin hacer, por hacer y a medio hacer. El medio hacer es mi medio natural.  El por hacer es mi felicidad. Tengo muchas condiciones indispensables en el tema carencia. He hecho virtud de casi todas y apañarme en reducir al máximo el deseo ha sido lo mio en los últimos años. Regular de conseguido. Pero ahí sigo. Estoy en ello. No lo tengo dominado del todo ni falta que hace. Tampoco hay que ser feliz de golpe. Feliz de repente así de un día para otro y llevarte el susto. Una tristeza o un poco de ella hay que guardarse en algún sitio para por lo menos acordarse. Pasa que uno le pillas cariño a las tristezas y las trata con familiaridad. Como si fueran sobrinos. Y las consiente a veces. Tristezas consentidas que acaban en autocomplacencia en el autocompadecerse constante. Una verdadera ruina.


Más que obtenerlos o alcanzarlos, es preferible seguir los sueños y que no se escapen, no perderlos de vista. Tener contacto visual con lo que quieres. Con la vida real que quieres que sea real para ti y salir de tu cabeza. Cabeza irreal a veces la tuya, la mía y la de cualquiera en estos tiempos que no corren, se arrastran. Tiempos de arrastre pero con los sueños en el campo visual. Sembrados a la vista y regados con sudores y afán. No siempre agarra y tira para arriba. No siempre pasa. Salir de la cabeza está bien. Aunque solo sea ponerlo aquí..

Sigo deseando escribir mejor aquí para vosotros y veo carencia y lo mismo eso me da felicidad o... Acabo de reparar que no hay diminutivo de la palabra felicidad. Felicidacita. Felicidadilla. Es que no. Pero eso me da lo de contarles aquí mis cuotas de intrascendencia y mis cuitas y menudencias, una felicidad pequeña, de viaje o de bolsillo, de un solo uso, de pack individual y mira, pues ya es, mi felicidafilla pues para mí se queda.