viernes, 29 de agosto de 2014

refugio de invierno

Resulta que la casa de vacaciones de mis padres era mi refugio ocasional en invierno, donde la temporada baja posibilitaba los encuentros fugaces sexuales principalmente en el tramo final de la relación y recuerdo que hacía mal tiempo, que no había gente, claro, como sí la hay en verano, bueno esto no es ninguna novedad, el vacío tenía algo de intimidad y un mucho de aburrimiento, que persiste a pesar de la super población en la época estival. Los olores, sobre todo los olores al entrar, el suelo que es donde más miro, el sonido del ascensor: Puertas cerradas, el momento de entrar en el asecensor, de rodearnos con los brazos, la intimidad, casi un secreto, sin decirselo a la parte racional, a la parte razonable donde quiera que esté, que no estaba y ahora diría que ni existe, el primero, el segundo, a veces un escarceo bajo la ropa, plim, puertas abiertas, tercera planta, casi sin vecinos, desde luego sin veraneantes, las calle vacías... Ella llorando en la terraza el primer día de 2011, ¿o era 2010? Mucho tiempo con ese uso y negándome a ir en otro momento del año, siempre nos llega la penitencia, de negarnos a aceptar lo que realmente está ocurriendo, lo que lleva ocurriendo años o lo que dejo de ocurrir cuando simplemente era necesario. Los olores, lo más molesto. De la última vez, no hace un año aún y me lo repito para darme ánimos, no es un año, no es tanto, aunque sepa perfectamente que nos separan universos, a Dios gracias, para ella especialmente y bueno, no es tanto, doce meses, o eso me dijo porque a mí se me ha hecho eterno y volver a esos sitios, pues precisamente el sitio, uno de los últimos, donde siempre íbamos, a por pan y quizá Coca Cola o cerveza, y que estaba lleno de souvenirs, hechos de conchas, una vez quise comprarme algo, les hice fotos, fue la última vez, un crucifijo de conchas, una virgen en un caracola con una bombilla multicolor dentro y postales antiguas y novelas de euro del oeste y un montón de souvenirs como anclados en el tiempo, las tazas, del estilo Fajalauza, quisiste llevarte algo, un estropajero o una aceitera, algo así, a un euro, no sé, te dije que no era una gran idea, no sé el nombre del sitio, en la puerta solo pone: prensa, y bueno, lo temía, ir a por tabaco este año, tener que hacer el mismo paseillo que en invierno y que a veces, más de uno, hice solo, con ella en el sofá o en la cocina, pues le temía, ya digo... Bueno, pues se ha quemado. La tienda se ha quemado. A finales de mayo o junio. Un cortocircuito, según me contaron. Las manchas negras llegan hasta el sexto. Algunos pisos, de la segunda y sobre todo, de la primera planta, han tenido que ser reformados y en las terrazas estaban todos los muebles, acorralados en una esquina... Me alegré. No está bien, lo sé, que se hubiera quemado. Una metáfora. No tuve que volver a ver a las vírgenes sobre caracolas con bombillas de colores, y me alegro. Así de mal estoy, que me alegran los incendios. Un punto pirómano tiene esto, no lo niego. Una memoria a lo bonzo. Menos de año, es lo que yo digo. No es tanto. Y que se quemen, me alegra, lo de ver calcinados por otros mis recuerdos, por accidente. Por cortocircuitos. Las virgenes en conchas multicolores reducidas a cenizas, me gusta. No es de estar muy bien, me hago cargo. Si no haces tú las cosas, al final se hacen solas. Ocurren simplemente, como los cortocircuitos. Con el mismo mecanismo y similar sorpresa. Algo que por otro lado, parece bienvenido, te libra de tomar decisiones, algo que personalmente me agota y prefiero no hacerlo, no hacerlo siempre, para evitar duelos o dudas o simplemente, no sé, tener que recapacitar al respecto, prefiero que no, las llamas, yo lo hago mucho, creo que he dado cuenta de ello aquí, en la chimenea, papeles, recuerdos, fotos, todo lo quemable, porque a veces la ropa, pues no sé, creo que el humo de ropa va a ser un desastre y me sirve de exorcismo, o eso me figuro porque servir lo que es servir, pues en fin, ya se ve que poco.

jueves, 28 de agosto de 2014

El no amor pendiente

Me cansa escribir. De un tiempo a esta parte, me harto antes de entrar en calor. Pocas historias, menos ganas.Me cansa, es tedioso pasar a palabras mis vivencias y sensaciones. No hay historias que contar realmente. O es siempre la misma. Estoy cansado de esa.historia y sin embargo, me retroalimenta. No tiene el menor sen tido. Lo veo claro. Es siempre lo mismo. No tiene nada que destacar. Es aburrido. Es.un redil de dolor y es para nada. Escribir es una condena cuando te lo impones, como casi todo lo impuesto supongo. El blog es una forma de obligarse. No digo que sirva. Menos en mi caso. Sirve para poco. Hoy es todo pesimismo. Ya lo siento por lo que pueda volverse contagioso. No es lo que quiero. Pasa por épocas. No se si es la imposición de la curva. Que pide abajo para no ser siempre alegría o que las cosas se joden y ya está, y no es fácil y no es algo que simplemente se consiga o no. Las cosas ocurren. Nosotros ocurrimos y en ocasiones, ocurremos que es como ocurrirse pero con ocurrencia con brillo. Que es lo menos de los menos de los días porque si hacen recuento, hay cierta lógica, cierta cautela en ser poco optimista, es una estrategia bastante consecuente y parece la mejor posición de enfocar el futuro. Me cansa vivir. Es peor mucho peor de lo que parecía el diagnóstico. Porque perdemos más tiempo en el trayecto que en el destino. Porque el viaje es trayecto. La poesía es breve. Es nube. Es extasis. Es una borrachera buena. No es sostenible como estado. No se desea un placer sin fin. Es necesario el tedio para el extasis, ¿lo debo entiender así? O es un rezo del resignado. Una fe mal puesta. Un orden mal trenzado en las emociones. Una mala elección. Porque todo lo son. Malas y buenas somos elecciones nuestras y de otros. Dos elecciones juntas o dos elecciones que se cruzan. Es el final del verano que trae las tormentas en sus bolsillos. Y el curso que empieza ya a arrastrarse y lo que tengo pendiente. Y que no hay amor. Es eso, ojo. Lo principal. Lo pendiente. Lo que se nos quedó en reserva. Y nunca dimos. Nunca soltamos. Lo no correspondido. Lo no sentido. Lo ni siquiera pensado. Es el no amor pendiente. Es eso. La mayor merma. El mayor dolor. El no amor pendiente que ya no será. Es el manatial de las depresiones. Lo pendiente: lo que debería haber sido. Nuestras vacaciones felices que no fueron. Nuestra canción de éxito que no fue. El viaje feliz que no ocurrió. Todo ese eco nos come lentamente en nuestra soledad. No le temo a la soledad porque soy un idiota. La soledad es una potencia mundial. Los solitarios son sicarios de la poesia que se produce azarosamente en los cruces de pensamientos no deliberados. Y huyen de estar abrazados. Se pierden. Se tapan ellos solos. Se arropan. Se duermen al raso pensando que les resta una vida infinita y que vendrán a por ellos, a recogerlos. Pero no es así. Somos piedras. Nos mueve algo mucho más grande de lo que podemos entender. Y está en sus manos. Como el viento. No sabemos más que lo que el corazón dice y no debemos fiarnos nada más que de eso, porque mira por una rendija, por un pequeño agujero y nos habla del exterior. Es un circulito de realidad y es diminuto, no es todo el pastel pero debemos entender que es nuestro punto de partida. Desde ahí empezamos a hacer camino. Nos empezamos a buscar. Desde cada día. Desde cadda latido. Desde lo que nos dice el alrededor. Lo que sentimos que es nuestro. Nuestra senda. Nuestro camino. No es fácil. No me apetece escribir. Me parece una mierda esto. Me gusta poder decir que me parece una mierda. Este verano ha sido el peor en años. Y siempre siento lo mismo. Vendrá otro peor. NO te apures. Vendrá otro peor. EL peor verano siempre pendiente. El verano pendiente, desde hace años. Como si tuvieramos apuntandos los bailes que nos debe y las copas y las chicas llenas de arena a las que pudimos meter mano por debajo de la falda, ellas también están a la cola. En la de cuentas sin saldar. Con todo loque prometimos hacer el verano que viene. Lo que vendría y no. Lo que iba a ser y tampoco. Vendrá otro peor. Seguirá pendiente el peor de los peores. Y no habrá chicas. Los veranos son siempre tristes cuando no hay una chica a la que abrazar. Es como una letra de una mala canción. La soledad con calor se pega más al cuello. Lo tensa y se ve a todos en el estío gastando los ahorros del años y esa cívica forma de huir de la rutina, como si tuviera una escapatoria la vida, como si por ser turista no fueras a morir como todos y como si te lo hubieras ganado. Como si fuera divertido. Simulemos que lo es. Que es el verano es una maravilla. El verano maravilla pendiente. Lo pendiente es loq ue mata a la gente. Lo que acribilla su esperanza. Pensar que todo iba a ser de otro modo y esperar, tiempo pasado, años después, que siga siendo así. No es ser flexible, me decía ella. Pero no tiene nada que ver con ser flexible o no. No es una cuestión de ser flexible si te golpean con una barra de hierro. Es el hierro el que no es flexible. Da igual lo que tu seas. Te han metido un golpe. Pierdes el aire y respiras. Respiras el dolor que te raja la primera vez y que después se irradia lentamente en cada bocanada y así es como se vive. Igual. Como se revive el desamor. Las barras de hierro que amamos. Es así. A golpes. Y este verano es eco. Eco. Eco. Eco. Del hierro que tanto quise y que tanto me dio. Lo echo de menos como si me atravesara. Esa idea me ha deprimido estos días y es de donde parte todo. El golpe me duele más y más. No lo asumo. Es cierto. Lo asumo mal. Quería estar fuerte. Que no doliera. Ser capaz. La dejé yo...: Qué más da. Mi amor seguía ahí. Como las chicas de la piscina esperando ser besadas. El verano del beso. Como la pandilla de la urbanización atentos a ver cómo se empareja cada uno. El verano de los pares. Y así. Todo lo pendiente de mi adolescencia lo llevaba en su piel. Y éramos infelices. Es de ciego y loco no verlo o no reconocerlo pero lo echo de menos. Echo de menos esa infelicidad. Es una locura y es verdad. Infelicidad pendiente.
Esto es más de lo que quería haber dicho.
El no verano pendiente sigue. Aqui me bajo yo. Tengan buen día.

viernes, 22 de agosto de 2014

Qué habría pasado si Los Planetas hubieran firmado con Elefant records

El otro día lo hablaba con una amiga... Si no hubieran dado el salto... ¿Serían los mismos discos? ¿Idénticos? No lo creo. Puede que no tuvieran grandes diferencias, las canciones y la producción hubieran sido iguales, casi seguro. Pero algo habría cambiado... No sé exactamente el qué, pero... Es un What If? en toda regla como la colección esa en la que se desarrollaban universos paralelos en el cómic, qué habría pasado si el Duende Verde le hubiera ganado a Spiderman... Pues eso, Los Planetas no serían los mismos, eso estoy casi seguro, como grupo quiero decir. A lo mejor ni siquiera seguían juntos, porque las cuantías no habrían sido las mismas, ni los cachés... O si pensamos que las canciones no habrían cambiado en su esencía, pues lo mismo cabe pensar de los contratos, con los festivales, en los conciertos... Aunque la pírrica escena indie española los podría haber engullido como a tantos otros y quizá celebrasen, en estas fechas, la reunión de la banda, como los Automatics, que son un buen ejemplo porque editaban en Elefant y se hicieron sus tres discos (¿o cuatro?) y cayeron por su propio peso, pero en tiempos de "Super 8" y de "Cesárea", los sendos debuts de granadinos y linarenses, los que pintaban que iban a pitar más eran los segundos, y al final, quizá haya ese techo en lo indie, que lo he oido mentar en muchas ocasiones, de que el público es limitado, que se llega hasta donde se llega, no lo sé... A los que dicen eso siempre les rebato con el ejemplo de La Casa Azul, tambien en Elefant, es un caso de superar el público indie pero con una base de fieles enorme que pertenecen a ese segmento y con un pie en el mainstream, o no lo llamaría así, quizá la palabra sea más bien, establishment, como puedan ser las bandas sonoras, o el mundo de la publicidad... Pero vendiendo discos, entrando de número uno en Itunes y estas cosas.

Esas cosas pensamos y hablamos...
La realidad paralela del indie que pudo haber sido.

Qué aburrimiento de verano.

martes, 19 de agosto de 2014

Significado de material pirata a través de these years

Porque hubo un tiempo en el que hacerte con material pirata significaba que querías a un grupo por encima de todas las cosas. NO lo contrario.

domingo, 17 de agosto de 2014

Impresiones sobre problemas de género

Esta mañana me he desayunado la historia de la agresión a Helena Maleno.

Ella lo explica perfe en su twitter: https://twitter.com/HelenaMaleno
Aquí, lo resumen sucintamente (con un titular de esos que llaman la atención):
http://www.publico.es/538950/agredida-una-activista-espanola-en-tanger-me-tocaban-las-tetas-al-grito-de-puta-espanola-vete-a-tindouf
Aquí plantean en otros términos (más amplios en alcance político) el incidente:
http://www.elconfidencial.com/mundo/2014-08-16/marroquies-contra-subsaharianos-en-tanger-a-golpe-de-machete_176938/

A ver, empiezo rectificando. Incidente se queda corto. Me parece que incidente es una palabra que se antoja  nos queda demasiado corta, porque si uno se imagina la situación, pues no sé, ¿atropello? La palabra es agresión. No hay otra. Violencia. La cuestión del género es lo que me ha hecho dudar, es una violencia estructural, del suelo, de las fronteras, de las patrias y en medio, una mujer. Muchas mujeres. No tengo dudas de que los cambios en su dimensión real y en su sentido más práctico de nueva realidad, los llevan a cabo las mujeres, con pequeños pasos, con pequeños avances, con hachos reales... No me estoy explicando muy bien. Siempre he tratado a las mujeres como iguales, lo que en ciertos momentos, puede parecer machista, pero yo no me siento, nunca me lo he sentido, nada machirulo pero ante este tipo de agresiones, ¿qué hace uno? Quiero decir, no hay ningún tipo de justificación. Piensas, cómo no van armadas. Cómo confían en el amparo de la policía en países extranjeros. Cómo no llevan bates de béisbol. No sé, es mi primer pensamiento, quizá sea una estupidez, lo es, no cabe duda. Están a otras cosas, no a tener que defenderse de nadie, no es ese el plan, claro, lo entiendo, pero... No sé, es como que hay que aceptar que el mundo es violento. Es injusto. Hay intereses espúreos, no está directamente relacionado con el género


Al poco de todo esto, abro Facebook y veo este vídeo. Se me cae el alma a los pies. Es humor, ok. De trazo gusto y cuestionable gusto, personalmente no me parece gracioso, me resulta ofensivo, los clichés, los tópicos... Soez incluso. Me llega a alarmar que se haya compartido más de 160 mil veces. Me parece grave incluso.


miércoles, 13 de agosto de 2014

La ojeada que antes era una hojeada

Lo llevo pensando unos días, vivimos en una época con una permanente crisis de contenidos, parece todo lo contrario, que se multiplican de modo exponencial y que esa accesibilidad a los datos o a las historias redunda en un mejor conocimiento del mundo y de lo que nos rodea, pero mucho me temo que es más bien al contrario, cada vez sabemos menos y lo que sabemos, lo sabemos peor, casi que saber resulta un verbo temerario, no llega a eso, nos suena, todo nos suena, de poco llegamos a conocer un poco a fondo de qué o cómo se trata un tema, no llegamos, nos quedamos en el titular, la ojeada que antes era hojeada, pues en eso se pierde cosas, no es nostalgia por el tacto del papel, es más bien una melancolía de querer saber, de querer leer, de querer tener el dato antes que la opinión porque ahora es al revés, sin leerlo siquiera ya se está opinando, se opina sin conocimiento que no es lo más grave, lo peor es que se opina sin respeto, que le unes la falta de contenido, la poca información, los datos escasos, los tratamientos tendenciosos y todo va a peor, pero no un poco, va muy por el desagüe y una boca grande que nos está succionando el entendimiento y básicamente, nos está volviendo gilipollas.
Y le añado los memes.
Y le añado el video fail.
Y le añado todo lo que internet nos prometió como oasis del conocimiento y se está convirtiendo en el gran desierto de la estupidez lleno de gilipollas que opinan sin saber, sin leer y sin el más mínimo respeto. Eso pienso. Por lo menos, hoy. Nos vamos a pique, amigos. A pique de un repique. Sigo a lo mío. A misa y a repicar.

martes, 12 de agosto de 2014

Los deberías

Podía ser un nombre de un grupo... Los deberías. 

Voy a hacer una selección de DEBERÍAS recientes....y clásicos.

DEBERÍA no haber cancelado el Autostop tour
DEBERÍA dar conciertos solo todos los fines de semana fuera donde fuera
DEBERÍA dar conciertos entresemana
DEBERÍA tocar en la calle
DEBERÍA comprarme o buscarme una guitarrilla acústica de 2a mano
DEBERÍA comprarme un afinador
DEBERÍA comprarme dos afinadores (uno básico y otro de pedal)
DEBERÍA escribir las canciones en papel, aunque nunca lo hago
DEBERÍA escribir la letra de las canciones, aunque nunca lo hago
DEBERÍA escribir más a secas
DEBERÍA hacerme ya el planning de septiembre
DEBERÍA planear los puentes de otoño
DEBERÍA buscarme un tdt que vaya guay para comprobar si la Black Trintiron murió o era el tdt
DEBERÍA terminar de pintar la cornisa
DEBERÍA bajarme unos días a la playa con la familia
DEBERÍA bajarme unos días a la playa sin mi coche para no poder huir
DEBERÍA limpiar a fondo la cocina
DEBERÍA poner una lavadora solo de camisas blancas
DEBERÍA poner dos o tres de color
DEBERÍA buscar conciertos solo (ya lo he dicho, pero buscarlos y hacerlos son dos cosas distintas)
DEBERÍA aprender a usar un loop station
DEBERÍA bueno no, no debería pero me encantaría aprender a tocar el piano, dar clases, vaya
DEBERÍA aprender otro idioma
DEBERÍA aprender varios idiomas porque se me dan bien
DEBERÍA irme a la vendimia o a alguna campaña de ese tipo, por el dinero pero también con afán antropológico
DEBERÍA buscarme cualquier tipo de curro puramente alimenticio para pagar deudas
DEBERÍA darle una copia de la llave de mi casa a los vecinos, el otro día me quedé fuera
DEBERÍA llevar mejor las tareas por estaciones de mi huertecillo
DEBERÍA tener alcohol en casa para las visitas
DEBERÍA pintar (por ocio y esparcimiento)
DEBERÍA ser menos exigente en general con la gente
DEBERÍA ser más exigente conmigo en algunos aspectos
DEBERÍA salir menos y mejor
DEBERÍA hacer deporte, o salir a andar como hacen las mujeres mayores en pandillona
DEBERÍA ir más al parque natural que tengo al lado más a menudo
DEBERÍA tener más cuidado con los amortiguadores de mi coche, con badenes especialmente
DEBERÍA organizar la biblioteca
DEBERÍA volver a apuntarme al gimnasio en septiembre porque tiene piscina y la piscina es lo suyo
DEBERÍA recortarme un poco las puntas aunque me apetece dejármelo largo
DEBERÍA cortar radicalmente con cualquier chip o manía del pasado con métodos netamente conductistas
DEBERÍA plantar flores perennes que soporten el invierno
DEBERÍA pensar en el invierno
DEBERÍA hacer un plan climático en la casa para asumir el invierno y no poner la calefacción
DEBERÍA ir pillando leña ya
DEBERÍA pasear por el parque natural que tengo al lado
DEBERÍA follar más y pensar menos
DEBERÍA no ser tan cabezón y tozudo con mis posiciones iniciales, sobre todo en temas en los que carezco de formación
DEBERÍA devolver unos libros de la biblioteca que llevan ¿años? retrasados
DEBERÍA tomarme en serio la guerra contra el pulgón
DEBERÍA sanear los lirios
DEBERÍA idear un sistema para aprovechar al agua de lluvia en agua de riego
DEBERÍA limpiar el sótano
DEBERÍA habilitar el sótano para salón de invierno
DEBERÍA solucionar el tema del local de ensayo que es una hiper movida para mi grupo
DEBERÍA pensar y/o buscar las fechas de otoño ya para las presentaciones en eléctrico
DEBERÍA pensar y/o encargar el diseño de la portada para lo que vamos a sacar, aún no sé lp o ep
DEBERÍA tomarme más en serio la dieta no para adelgazar sino para vitaminas de frutas y verduras
DEBERÍA apagar el frigorífico este invierno e idear una fresquera natural
DEBERÍA seguir con mis experimentos de compostaje natural
DEBERÍA tomarme más en serio mis expectativas de paternidad a medio largo plazo
DEBERÍA terminar de sacar toda la mala hierba de casa, queda solo un montoncito pero me tiene muy comida la moral
DEBERÍA recrudecer mi guerra contras las hormigas del exterior
DEBERÍA hacer una barbacoa fin de verano
DEBERÍA escribir menos en el blog y escribir cosas que me hicieran sentir más orgulloso
DEBERÍA comentar más temas relacionados con el periodismo
DEBERÍA hablar más de los entresijos y las entretelas de mi trabajo, en especial las miserias
DEBERÍA currarme más en general las entradas del blog
DEBERÍA hacer más fotos
DEBERÍA no tomar tanto café
DEBERÍA pasarme al té definitivamente, me gusta regular
DEBERÍA fumar tabaco de liar y dejar definitivamente el industrial
DEBERÍA dejar el tabaco radicalmente
DEBERÍA enviar cartas (de las de antes, de papel) que se me da bien escribirlas
DEBERÍA hacer un blog solo para hablar de cosas de Enrique Octavo, mi grupo
DEBERÍA tener una respuesta modelo para cuando me preguntan: Y, ¿por qué se llama Enrique Octavo?
DEBERÍA hacerme voluntario de alguna ong en la que me gustaría colaborar
DEBERÍA aprender nuevas recetas
DEBERÍA hacer vídeos
DEBERÍA viajar más
DEBERÍA olvidar
DEBERÍA no hacer listas de DEBERÍAS

Los personajes nunca mueren

Los personajes no se mueren nunca, se muere la persona que hizo el papel en la ficción o el finado lo es en el relato pero es no es una muerte real. Obvio, de acuerdo pero en los últimos tiempos se diluyen ciertos límites, los de la realidad y la ficción, y no está de más recordarlo. Es un convencionalismo relativamente reciente al convertir, por medio de las redes sociales, un obituario en la noticia del día y es especialmente relevante por la conciencia real, en contra de la social, del fenómeno de la muerte, algo para lo que no nos prepara nadie nunca, y decir esto, es tanto como no decir nada o casi nada, es poner en juego un cierto tipo de añoranza, una falsa cercanía que se extiende y quiero, me gustaría escribir algún día sobre lo del tema del día, que puede ser un virus, que puede ser un bombardeo sobre niños, que puede ser cualquier tipo de viral, un gato bailando o un perro con capucha comiendo cereales, y piensa uno, no será que el ojo asimila ese chorreo de imágenes, o por decirlo de un modo más abstracto, de unos mensajes, o casi ni eso, estímulos que se escrollean a la misma velocidad y todo pasa a ser lo mismo, un epitafio o una mascota haciendo una gracia, es lo mismo, mensajes unitarios, mensajes unidireccionales, una comunicación en forma de lemas, un intercambio de frases hechas, de hechos no interpretables y que no son experiencias personales, acaba por ser, el perfil personal, una forma de alinearnos desde dentro, como arquetipos comunicativos intercambiables que no dicen nada, que, en el fondo, nos trasmiten absolutamente nada y cuando se asimila la ficción a la realidad, es decir, cuando a un actor lo llaman por el nombre de su personaje, que es algo que pasa a menudo en España, y creo que debilita el star system, al que aludo cada dos por tres sin tener del todo claro que exista sinceramente pero a veces uno se teme que damos por sentadas a lo que no tiene ni piernas y ni anda ni camina y, en estos tiempos convulsos, queda como tabla de salvación a la que agarrarse un mínimo conjunto de certezas o de certecitas, las que lo son y las que nos duran dos asaltos porque a mí no me cuesta dar con ellas, soy un buen oteador y cazador de certecitas, lo que pasa es que en las jaulas no me duran, se me mueren como nos pasa a todos los seres vivos, ¿acaso tienen vida igualmente las ideas? No, no lo creo.

Lo que creo es que la capacidad representativa mental del ciudadano medio es tan escasa y tan baldía que le cuesta pensar en la misma persona humana bajo dos identidades, o es el de la serie o es el actor, y como solo vemos la serie de moda, pues es el actor y desde los medios se contribuye a ello titulando muchas veces con el nombre del personaje, con el nombre falso... Por no hablar de la persona. La que hay detrás. Que tiene que tirar de la sombra del personaje durante toda su vida. Es por poca cabeza pero creo que hay dos connotaciones importantes: una, la ambivalencia, no se puede ser dos cosas, o eres una u otra, y la identidad y su construcción en un ámbito de ficción, es grave para las próximas generaciones, parece inofensivo pero no lo es, tiene calado y profundidad.

La muerte es un tema del que me acuerdo siempre en estas fechas.
Y la dimensión social de la muerte será algo de lo que nos ocupemos aquí con frecuencia.

lunes, 11 de agosto de 2014

Cervantes y la bizcochera Magdalena Enríquez, ¿misterioso amor?

"Pero, en mi opinión, el hallazgo más interesante es el del Archivo de Protocolos Notariales de Sevilla: un poder que Cervantes le otorga a Magdalena Enríquez para cobrar su salario. Esta mujer nunca había aparecido relacionada con el escritor. El documento es el único de los cuatro que está firmado por él”


Son palabras de José Cabello, un archivero sevillano que ha encontrado cuatro inéditos del autor de El Quijote.

Aquí, más datos sobre la noticia: http://cultura.elpais.com/cultura/2014/08/11/actualidad/1407749457_284764.html

viernes, 8 de agosto de 2014

Palace Brothers at Thread Waxing Space, New York City, 6-24-94 (live)







No es lo que tienes, es lo que das. Y el paso del tiempo... Que algo, quieras que no, se aprende.

The Secret Society - Microdrama moderno y urbano





Qué bonico disco,
Más tiempo pasa, más bonico.





Mi favoritísima:

Campaña contra el desamor

El tiempo que le dedicas al desamor se lo quitas a todo lo demás

The Cure- Push

Olvidar a todas de una vez por todas

A todas. Unas cuantas, eh. Todas. Sin excepción. De una vez por todas. Olvidarlas. A todas. Por orden. Una detrás de la siguiente. Estricto orden de llegada. Olvidarlas. Por salud. Por lógica. Por puros motivos de supervivencia básicamente. No sé quién me lo dijo una vez, pero es verdad, en la vida somos almacenes, o espacios, en los que caben un número reducido de cosas, y cuando digo cosas, no me refiero a objetos sino a motivos, a razones, somos eso, somos almacenes de razones, un muelle de carga de ilusiones, una nave industrial repleta de pequeños pensamientos, un discurrir continuo de palés con ideas.... ¿llegarán a su destino? ¿cuál es?


Varias veces lo intenté con una letras con todos los nombres, están en mi memoria, los que amé o las que fueron las primeras en algo, el primer beso, el primer viaje, el primer paseo de la mano, el primer polvo, la primera mamada, y darle aire poético. Un halo de ternura más allá del recuento y con los nombres. Raquel, Carmen, María Jose... Así. El destino está en los nombres. Y que fuera una canción larga, de estrofa larga quiero decir. Y bueno, a ellas seguro que algo de ... No sé, orgullo no es la palabra. Lo mismo les repugna. Hay un perfil en mis exs. La timidez. El ego a lo inverso. O un ego complicado o algo dañado o vete a saber. Quizá es culpa mía. Esa deberia ser la inscripción demi lápida, quizá es culpa mía. Aún hoy. Aún después. Aún muertas. Como el Cid. Ganando batallas. Pero no ganando letras porque nunca me salió y me lo dejé una y mil veces... No termina de convencer. Además que no le interesa a nadie. Lo digo no por falsa vanidad sino porque es obvio, se puede ver un poco cómo es de concreto el doble fraseo que vaya tras el nombre por el acierto de decirlo en pocas palabras y lo que es resumir la vida en general pero no convence, no es algo con lo que te vayas a sentir identificado. Aunque parezca una estupidez pienso en eso cuando las letras no terminan de salir, cuando simplemente aparecen pues por algo, saldrán y serán así y suelen estar bien, o convencerme automáticamente y cuando lo escucha una segunda persona, digo ok, esto era, y así pero cuando media un proceso de construcción, todo da más vueltas. Así. Estas vueltas. El destino está en los nombres. Es así. Los que siempre nos acompañan.

Debemos empezar de cero en cada amor nuevo y es tan difícil
La primera noche si hay sexo y cuando estamos desnudos y mojados o aún medio resecos uno encima del otro, se suelta la lengua y uno cuenta como perdió la virginidad o aquella vez que folló en un ascensor o hizo un trío... Se habla sin ambages y con el tiempo nunca vuelve esa espontaniedad. Es lógico. Empezar de cero pero sin dar detalles. Olvidar los detalles, no obviarlos. Simplemente que no los recuerdas, como lo que comiste ayer. No hay ningún motivo para recordarlo. Los platos. Pues igual los amores. Olvidarlos y ya está. Me esfuerzo a veces en todo lo contrario... En rastrear los motivos. En solucionar el caso. Como si fuera un crimen del que no se ha encontrado el cuerpo del delito. Y llevan razón cuando te dicen que olvides. Por salud. Olvido terapéutico. Una memoria selectiva de buenos y malos momentos, ¿es posible? ¿Manda uno sobre ello? Porque al final, pensar en esto es pensar en ella y pensar en ella es malo. Es justo lo contrario que una amiga me recomendo, que no me recree en ello, que no le de vueltas y no me es fácil. La cabeza se va inconscientemente siempre hacia los mismos sitios, los conocidos, las ruinas conocidas. Y paseo cómodo entre los destrozos. Le son familiares. Esas ilusiones rotas. Esos patrones o esos modelos que ya no valen y que nos hicieron cambiar nuestra forma de ver las cosas y mirar al mundo. Y hay que olvidar. Entrenar el olvido. Al revés de lo que hacemos con la memoria. Los juegos de memotecnia pues igual pero al revés. Convertirlo en acrónimo. Hacer un recorrido con los números o buscar una secuencia. Pues lo mismo para olvidar. Ha pasado el tiempo prudente. Cualquier alteración hasta no pasados seis meses, no llega a ser considerada desorden mental. Desde el punto de vista mental profesional es solo una mala época. Ella era la mala época que yo hubiera querido vivir siempre. No se libra uno de las circunstancias, lo que los rodea todo. Los nublos. Los temblores. EL temor. La mentira. Eso es lo que ella, mi amiga, me dice que me libre como si fuera fácil y como si estuviera en mi mano. No lo siento así y menos a nivel emocional. Solo hay una cosa que me hace vibrar más que nada y era ella, después de ella, cantar con la guitarra y escribir no sé si en tecer lugar o en tercer lugar simplemente dormir. Hubo un tiempo en el que sentía que había llegado al techo de nuestra felicidad y que todo sería después pena y dolor. Efectivamente era cierto, no lo del techo, aquello ni siquiera era felicidad ni tampoco fue un pico pero intuí a las mil maravillas que iba llegando el declive. Deprime ver o comprobar lo poco o nada que le importa al otro. No existir para el otro. No existimos para los que nos abandonan, desengañaos. Son años de amor. Son años de convivencia. Es algo que simplemente se vuela como unapluma, como una brizna de hierba. Y lo ves y piensas: era tan frágil? De verdad lo era? Fue un milagro entonces que aguantase, era como una rama rota que no cae del todo. Eso es. Y ahora yo sujeto el árbol entero desde mi autocompasión. Lleva razón. Ella lleva razón. Olvidarlo todo. No es una buena idea escribir esto. Intentaré olvidarlo también. Haced lo mismo que yo y olvidad que lo habéis leido.

miércoles, 6 de agosto de 2014

Somos un tarareo

Hacer conciertos se supone que es el paso siguiente a tener un grupo y ensayar. Para mí, casi desde que recuerdo, los conciertos han sido el motivo para ensayar y poder decir de forma cierta, que sí, que tenía un grupo. Casi siempre tenía antes la fecha que el grupo. Lo que para muchos puede parecer una temeridad, para mí es lo habitual, o lo fue desde que dejé a mi primera banda, nos disolvimos en realidad, dejé de tocar con ellos, quiero decir, porque era un grupo democrático, con los amigos, puesto en marcha sin pensar ni siquiera en los directos, que luego resultaron ser la gran baza, por cierto. Hacer conciertos es un paso, eso está claro. Me cuesta entender a los grupos que ensayan y ensayan pero no tocan. Creo que no es real. Tienes que tocar con una fecha oliéndote el culo, para notar esa presión, que será parecida a la del día del concierto, la presión es necesaria, es útil. Es la única forma, en mi caso. No siempre te apetece sentir presión, de hecho, es algo que no apetece si lo piensas. Nadie quiere estar presionado, entrar en esa vorágine, no es una cosa fácil. Parece una tontería, poner de acuerdo a cuatro músicos, tener una fecha, que todos cobren o se sientan pagados de algún modo, que paguen... Realmente, es una odisea. Pero, ¿no ha sido así siempre? Y si tienes un grupo, ¿crees que quiero oírte quejarte por lo difícil o casi imposible que es todo? Pues claro que no. Claro que no. Si ya lloras antes de colgarte la guitarra... No hay que llorar. Esto es una pasión, es un verdadero disfrute, es un chute de adrenalina, es una noche que después recuerdas, que vives como algo especial... Y para el resto de las personas, es simplemente, un notas en un escenario con sus cosillas y sus movidillas. Es importante pensar en eso, creo yo. Porque a veces nos sentimos el eje del mundo, y solo le ponemos música a un momento. Que no es poco, pero tampoco es que sea gran cosa. Es el hilo musical. Es el fondo. No es lo que importa, la gente está a otra cosas. Nosotros estamos de fondo, dando banda sonora. Es mejor pensarlo así, verlo así. Quitarle importancia. No es más que una fecha, un concierto. Es bueno tener otro. En la agenda. Por lo que pueda pasar. Ha sido una norma que siempre he intentado cumplir. Antes de subirte, tener otra fecha. Para no terminar de bajarte. Y por si tropiezas que es un riesgo que uno corre siempre. Personalmente lo hago para esto. Para tocar. Las canciones. El grupo. Los ensayos. Son para eso. Para ese rato que siempre se hace corto e infinito. A veces, muchas veces, demasiadas veces, es un trago lo de subirse. Por lo que contaba al principio. Tener antes la fecha que los músicos con los que voy a tocar. No sé si será por los años o por la suerte, pero cada vez sonamos más rápido a lo que debemos. El sonido termina por ser un deber. Por más amor a la distorsión y a la baja fidelidad que tengamos. He conocido el sonido con el tiempo. Antes ni siquiera lo tenía en cuenta. No me importaba lo más mínimo. Me gustaba que mis canciones fueran crujientes. Que se partiesen como hojas secas. Que fueran como galletas mojadas en leche. Pero siempre pedía los técnicos que no le diesen mucho volumen a mi guitarra. Si lo piensas dos minutos, no es una gran idea. Nunca me propuse ser guitarrista. Mi primer concierto con guitarra colgada tendría los treinta años recién cumplidos, o a punto de hacerlo. Jamás me había propuesto lo de tocar la guitarra en público, ni siquiera le llamaba componer a lo que hacía por puro aburrimiento copiando posiciones de dedos y básicamente con quintas, de arriba a abajo del mástil y por puro aburrimiento. Lo repito. Es importante. Puro aburrimiento, lo de la guitarra. Cantante, sin embargo, quise serlo siempre. Porque uno piensa que son los importantes y porque uno piensa o más bien, pensaba, que no tiene que aprender nada. Aprender nada. Mi principal aspiración en la vida. Desde siempre. Aprender nada. Lo de colgarme la guitarra fue un accidente. Venía rebotado. Casi obligado. Ya que en mi anterior banda los esbozos de canciones eran míos y los riffs también, el groove, el feeling y luego, sin más remedio, tenía que comerme punteos de ocho compases con cero originalidad y más ánimo exhibicionista que verdadera fuerza. En mi opinión la verdad es otra cosa. Y la fuerza tampoco es eso, o no era aquello, o no lo era para mí que ya es bastante y que era el que llevaba el esqueleto de los temas. Me quedo el esqueleto. Es más, serán solo esqueletos. Y así, hueso a hueso, pues me monté mi propia banda más a mi gusto y básicamente, sin punteos. Ninguno. O casi. Casi ninguno. Poquito es cualquier caso. Muchas veces pienso en el día que aprenda a puntear. La que voy a liar. Pero bueno, no iba a eso. Se me van a quedar cortos los ocho compases. Pero esta entrada era para otra cosa. No para amenazaros con mi futuros arabescos con la pentatónica. No sé si tiene mucho que ver con la música o con banda, pero este post era para deciros algo que le digo a mis chicos, a mis muchachos. Tengo una banda de rock. A veces hacemos acústicos pero somos una banda de rock. Hemos metido arreglos de cuerda en el disco. Hemos grabado un disco, se está mezclando. Espero que lo esté mezclando a buen ritmo. Si las canciones no nos acaban de gustar, igual será un ep. Lo mismo ni siquiera acaba por ser nada. Para eso era esta entrada. Para recordar lo que somos. Lo que digo a mis chicos, a mis muchachos. A mis soldados. A mi banda. A mi grupo. Lo que siempre les digo. No somos nada, amigos. Nada. No somos ni lo más mínimo. No somos nada para ellos. Y eso es exactamente lo que somos, nada. Somos segundos. Somos una excusa para llevar a la chica a bailar y acercarte a su oreja a hablarle. Somos el pretexto para arrimar cebolleta en la verbena. Que no es poca cosa. Somos un letra que se queda. Somos una melodía. Somos unos segundos. Somos unos pocos segundos en la vida de los demás. Somos un silbido. Somos un tarareo. Todo esto, ojo, en el mejor de los casos. A veces ni eso. Como la canción de la Bien Querida. A veces, casi siempre. solo un intento. Muchas veces ni eso. Se queda en simulacro. Un intento poco logrado. Apenas conseguido. Un presunto silbido. Un presunto momento de abstracción. Un presunto recuerdo o evocación. Un presunto pretexto para llevar chicas al baile. Un presunto pretexto para amar. Una coartada para el amor, eso me gusta. Presuntas coartadas. Mira tú. No somos nada, le repito a mis chavales. Que sean presuntos pero no presuntuosos. Que se conciencien. Que nos somos nada. Que importamos nada. Que somos diez segundos. Veinte a lo sumo. Que somos un estribillo. Que somos un coro. Que somos una frase que se repite. Que esos somos para los demás. Que no se crean que ellos tienen en cuenta que detrás de ese soniquete hay cuatro bocas, que comen, que viven, que aman... No, eso ellos no lo saben, ni les importa. Somos un poco de aire. Somos silbidos. Somos un tarareo. Y hay pocas cosas mejores que poder ser eso para los demás aunque solo sea por unos segundos y después se les olvide para siempre. Y eso es lo que quería contaros.

PD: Últimamente también digo que el grupo es mi novia. Pero bueno, eso es una tonteria mía y quiere decir que ahora todos los caprichillos y atenciones son para mi grupo de rock and roll, que también tiene sus cambios de humor y sus antojitos y me gusta decirlo, la verdad, lo de que el grupo es mi novia. Y por ahora,  me quiere y nos queremos. Eso es todo.

martes, 5 de agosto de 2014

Amores que no se les pueda ni llamar así

Y qué palabra usar, porque es que, en tiempos de Tinder y de fastlovefood tenemos que inventar palabras nuevas...
Voy a darle una vueltecilla, a ver qué se me ocurre.
Odio las tipologías. Son para lectores vagos. Para amantes vagos.
Seguiremos con ello. En esta línea.

Rosa Benito llorando























Las cajitas pequeñas en las que se guarda lo importante

Hace unas semanas hablaba con una amiga. que es artista. y que volvía al país después de nueve meses trabajando como camarera en Londres, es licenciada en Bellas Artes y por eso digo lo de artista, es artista con papeles, que es como una forma de acreditación que para mí no es ni relevante ni necesario pero que, en cierto modo, a ella pues le viene a dar una cierta legitimación institucional ante el mundo exterior, aunque en la realidad o en el día a día, pues no, nada de nada o pues casi nada pero bueno, a lo que íbamos, era un momento especial para ella, el regreso, nueva etapa, y lo contaba con cierto vértigo por la vuelta a casa, a la ciudad del paro desbordado y porque se proponía o se propone retomar su actividad artística con la paleta, con los pinceles, con las exposiciones etc... Con el propio entusiasmo... Y ganar dinero, que era la segunda parte de la conversación, el mínimo para poder mantenerse mientras retomaba su actividad artística sin tener que poner cafés ni copas, pero vamos, que ella tampoco cerraba la puerta a encontrar un empleo puramente alimenticio a, por ejemplo, media jornada pero en principio, el plan era volver al pueblo y reducir a cero el gasto para poder solo pintar, una estrategia loable que me parece tan tierna y entrañable como imposible o poco práctica en la realidad, no solo pintar que es genial, sino no gastar nada por más que la renuncia a todo lo que se compra con euros nos dignifique o la dignifique a ella en el terrenos de los propósitos y sea un camino de búsqueda o de verdad o así me lo parece a mí y porque también, a cierto nivel, nos compromete a una miseria militante que, sin duda, repercute en la obra para bien creo y me incluyo en el compromiso del voto de pobreza porque alguna vez me he sentido igual pero no es eso por lo que escribo aquí sobre esto, sino porque aquel día que nos vimos y estuvimos charlando sobre nuestro futuro más inmediato, surgieron temas para los que nunca termino de encontrar una explicación, o una respuesta o a veces que no los planteo como una pregunta, simplemente no encuentro mi postura al respecto, no sé qué pensar de esa militancia artística y hablábamos como digo de estas dualidades tan corrientes y comunes que no tienen nada de especial con una mezcla de ascetismo y descreimiento, con cierta distancia y a la vez con la sensación de estar totalmente perdido en el bosque, es un mood de duda permanente y fervor constante en el que se aprecia por encima de todo, la pasión contenida que no mostramos del todo casi por pudor, por que no nos la pisoteen con lugares comunes y comentarios banales y que es la que hace de motor a la hora de tomar este tipo de decisiones privativas o marcar rumbo y estaba ahí, presente, un cierto tipo de entusiasmo íntimo o de fe del que apuesta y que va más allá de encaminarse de un modo profesional, de trazar los pasos de una carrera, quiero decir, que no es una estrategia sino que se parece más a lo que nos dictan las corazonadas y yo, viéndolo desde fuera o más bien escuchándola muy atentamente pero desde fuera, pensaba en mi situación y en ese tipo de disyuntivas a la que también me he enfrentado o me enfrento a menudo, claro que ni tenía consejos y que, ni teniéndolos, no me hubiera atrevido jamás a darlos, más que nada porque hablas con alguien que está dispuesto a renunciar a todo para crear, qué le puedes decir, qué puedes añadir a eso, nada o muy poco, y menos repetir consignas, lo peor que le puedes decir es eso, que es lo que todo el mundo le dice, no lo hagas, no te arriesgues, búscate algo seguro, etc etc...Qué vas a decir. Lo único que se me ocurrió fue mi ejemplo de las cajitas pequeñas en las que se guarda lo importante. Y ahí va.


Las cajitas pequeñas en las que se guarda lo importante, y que no le enseñas absolutamente a nadie, a nadie de nadie, no valen excepciones, solo las ves tú y las tienes a bien recaudo para que nadie manosee, y ni curiosee, son como tesoros, bien escondidos y a los que, incluso tú, les dedicas el tiempo justo a observarlos para que no pasen mucho tiempo abiertos, puede ser cajitas de lata, como las que usaban las abuelas para guardar los hilos de costura, como de galletas de mantequilla, pastas inglesas, ese tipo de caja redonda en la que no cabe demasiado pero va bien cerrada, a presión, es importante cerrarlas bien y meter ahí lo que realmente nos hace vivir, la ilusión, la cajita de la ilusión, no debe ser demasiado grande y siempre tenemos que estar renovando el contenido, que sea nuevo, que no se pudra, que no nos aburra que eso también puede pasar, que se nos atragante, pero es un funcionamiento propio, como autónomo, va solo. Son muchas emociones las que debemos proteger a la hora de enfocar un trabajo creativo. Son material. Son experiencia. Son nuestras armas. Son también nuestras debilidades. Son parte del proceso supongo. Son muchas:

La cajita pequeña de la inspiración.
La cajita pequeña del ánimo.
La cajita pequeña de la ilusión.
La cajita pequeña del amor.
La cajita pequeña de la autoestima.
La cajita pequeña de la esperanza.
El cajón grande donde guardas todas: el gran cajón del trabajo y la tenacidad.

Y de eso hemos hablado...
Muy convencido y muy seguro yo.

Y hacía frio y aunque no viene al caso, yo he dicho, cuando más frio he pasado en mi vida, era verano... Porque las cosas pasan cuando no lo esperas.
Eso se añade lo de las cajitas pequeñas.

Guardadlas bien.

lunes, 4 de agosto de 2014

Ella no es ella

Me cuesta asumirlo pero no hay ella.

Ruina girl

Nuestra especialidad.

 

No, no te quiero

Decirle a alguien: Pero que si no me quieres, dímelo. Y que te diga: No te quiero. Así. No te quiero. Y ya está, así de claras las cosas, queda poco que decir.
Gracias. Si acaso.
Hay dos tipos, en mi opinión, de querer. De quereres. Hay más, supongo. Practico dos yo y las veo las dos modalidades más recurrentes, si bien es cierto que estoy a un tris de perder la práctica totalmente... Que soy de esas personas que se piensa si pone Besos en la despedida de los mensajes o lo deja en un escueto Abrazos o Un abrazo o simplemente Adiós o Hasta luego, quiero decir, que en el manejo de afectos en entornos sociales no vengo siendo el maestro pero lo que está claro es que le dedico tiempo, y mal, tiempo mal, en dirimir cosas así, ¿Besos o Abrazos? En fin. Para los quereres, o las tipologias o las escalas o llámalo como quieras, no me veo muy ducho, y creo tengo mis propios valores, mis propios niveles de afecto.

Dime si me quieres.
Pues no.
No te quiero.

Y tan campantes.

domingo, 3 de agosto de 2014

Bodas en las que notas que se quieren

Russ Meyer and Edy Williams, 1970


Más aquí;
http://www.buzzfeed.com/juliegerstein/41-insanely-cool-vintage-celebrity-wedding-photos




ACTUALIZACIÓN: Hace tiempo trabajé de camarero, en el office realmente metiendo vasos en el lavavajillas y bueno, fue hace muchos años, todavía estaba estudiando y me desfloré en lo de cobrar en b en el sector de bodas, bautizos y comuniones. No fue mucho tiempo, menos de cinco meses. De extra, como en el cine. Largas jornadas, los findes, algunas fiestas y a veces dábamos desayunos en días de semana. Me costaba levantar los ojos de la barra, especialmente en las grandes celebraciones porque había mucho ritmo. Era una locura, en realidad, lo de dar de comer a mil personas. Y la comida... En fin, cuando vayáis a ese tipo de saraos os aconsejo ir comidos de casa. No lo recuerdo con especial cariño, a decir verdad. Lo recordaba o me acordé hace poco para hablar de eso, del sector de bodas, bautizos y comuniones. Especialmente bodas. A mí me cogieron los meses de las comuniones, y era un mundo más particular, los refrescos, los niños correteando... Los bautizos no los he conocido mucho. Los que me parecen más a analizar, son los enlaces en los que media el amor, las bodas. Hablando estos días con una amiga que trabaja en el tema de las bodas, comentábamos la gran diferencia que existe entre las parejas que se quieren y en las que se nota, y las que no, en las que no se nota, que debe quererse, seguro que se quieren pero por el motivo que sea, pues no trasciende, no emociona. Ella, mi amiga, me decía que no todas las bodas son emocionantes, es más, es raro la que tiene ese puntito de emoción, en el que los contrayentes tiene los ojos acuosos y se cogen de la mano todo el tiempo. ¿De qué depende? Le pregunté yo. Suele ser los más jóvenes, me dijo ella. No creo que sea casualidad. Viendo las 41 fotos de boda de las celebrities que están aquí arriba, en el enlace, me he acordado de la conversación. Quererse o no quererse, eso se nota. Se quieren más los jóvenes... Eso es una norma o es así casi siempre o debe serlo o tiene lógica que lo sea. Se quieren más en las primeras bodas, los que repiten. La cara de Elisabeth Taylor en su primera foto de boda es ternura pura, también en las siguientes, distinta, también bonita... Las primeras bodas tienen que ser, por norma, más felices o quizá no, no por norma, pero parece lógico que lo sean. Otras bodas son símbolos. Un cierto tipo de símbolo y no siempre tiene que ver con quererse, ahí está Lennon en Gibraltar por ejemplo, que significan otra cosas, compromiso más que amor, y no digo que no quisiera a Yoko, no es eso. Es el acto. El símbolo de la unión y su significado. Y es diferente cuando es espontáneo, cuando se ve que se han casado siguiendo un impulso, no sé qué foto poner de ejemplo. Se nota en las fotos cuando se quieren... Y eso emociona. Debe emocionar incluso trabajando de camarero. En las bodas la gente trabaja. Es un sector el amor. En la crisis no se para. En los momentos bajos, el amor sigue dando billetes y mira, es un sector que no se detiene. Hay bodas que emocionan y bodas que no, eso es así. Y es triste por un lado pero también bonito por otro. En las que sí, en las menos. Eso se nota. Las cosas se notan. Eso quería decir, en realidad, con el título de la entrada creo que todo esto estaba ya contado, pero por si acaso.

Nadie me merece

Hoy he tenido un sueño pertubador.
Ha sido en lo que llamamos por aquí, una cabezá.

Nadie me merece, me decían, nadie. Nadie me merece. Me he despertado con esa frase perturbadora.

sábado, 2 de agosto de 2014

La desnudez en los medios

Hola, quería contraponer a dos mujeres que cantan desnudas en el escenario.
Dos casos distintos. Dos actitudes distintas. Dos desnudos involuntarios.
Pero sobre todo, dos formas de reaccionar ante el mismo, llamémoslo así, descuido.


Hace una semana.
Laura Pausini, en Perú.
http://www.20minutos.es/noticia/2207617/0/laura-pausini/desnuda/concierto/



La frase: "Yo la tengo como todas". Olé.
Es un hallazgo, si lo piensas un minuto y sobre todo, totalmente espontánea.



Hace un año.
Amandar Palmer, en Inglaterra.
https://www.youtube.com/watch?v=_c7-nHHZ86o

Su descuido, el de Amanda, recogido en el Daily Mail, que es el que origina todo, aquí:
http://www.dailymail.co.uk/tvshowbiz/article-2351373/Making-boob-Amanda-Palmers-breast-escapes-bra-performs-stage-Glastonbury.html

Me gustaría reflexionar sobre la labor de espejo que tienen o deben tener los medios de comunicación en la sociedad y puede que esto sea precisamente eso. Un ejemplo o un símbolo del mundo en el que vivimos, que es, especialmente y creo que hay que remarcarlo, jodido con las mujeres y en particular, con las mujeres que cantan. Parece que deben pedir disculpas, el tono de Pausini y por más que sea muy del mainstream y por ahí se la entienda, es un poco como para preocuparse. Lo de Palmer es, sobre todo, valiente y es por eso que lo comparto y lo contrapongo. Dos formas de reaccionar pero un mismo dedo acusador bien reaccionario. Una forma de señalar, un modo de discriminación... Esto no es algo que requiera de un posicionamiento. Quiero decir, que no es a favor o en contra. Las mujeres y las mujeres cantantes, como dueñas de su cuerpo, pues en el escenario, más dueñas todavía y es absurdo eludir el hecho de que el negocio de la música tira del cuerpo de la mujer como argumento de venta, es así y no es que sea muy distinto para el hombre, aunque obviamente, las diferencias son abismales y no me atrevo ni a compararlo, aunque está claro que la superficialidad actual se olvida un poco de ls géneros, pero las mujeres están a millones luz de nosotros, es así. Y en todos los medios se denigra a la mujer... Con diferencia. Con saña incluso. Y barra libre de top less en informativos.... Y todos los tópicos.... Y todos los clichés.... No creo que si a un cantante se le escapa un testículo lo hirvieran en el Daily Mail, ni si un Alejandro Sanz o alguien del palo de Pausini, si saliera con la cremallera abierta y se le viera un poco la churra, no creo que lo criticasen de ese modo. Ya digo. Todo esto es tan obvio, que casi no hay ni que decirlo aunque yo más que por la guerra de géneros, lo quería pillar por la tendencia actual de los medios de comunicación, de la sociedad en general.... Y puestos a resumir, pues os dejo una cita de Alix que he visto hoy por el facebook. Hala.



"El pudor es un lastre. Ahora hay muchísimo pudor. Las fotos de Mapplethorpe no podrían verse en ningún lugar. Puedes ver niños muertos, bombardeos, cualquier salvajada, una teta no. Nunca hemos sido tan pacatos”
Alberto García-Alix