miércoles, 23 de diciembre de 2015

Un resumen de lo no ocurrido

Cuando uno se pone en serio, casi todo se vuelve ridículo en el ámbito creativo. No se parte de un plan o hablo de mi caso, porque el plan es algo previo que se escapa del hecho. El hecho. Lo que ocurre. Me han ocurrido las pinturas, con manchas sucesivas de las que alforaron ojos y todo lo demás en conjunto a la mirada y su trayectoria. La trayectoria de miradas de semblantes que no existen, pues igual, en poemas, en escritos... Los puntos suspensivos. Solo puedes hacer una cosa. Hacemos miles de cosas. Con distintas dosis de fe. Solo tenemos un depósito de verdadero intención. Solo un cauce al destino. Como piedras de río. Y luego, con el tiempo, queda el hechizo. El mundo de Oz que se crea. El corazón. El valor. Volver a Kansas. Solo te queda media docena de discos que siempre escuchas o uno o dos libros que son como refugios en la montaña. Que son la leña seca en el refugio. Y queda el calor, queda el humo, las estrellas derramadas en noche de flujos. Quedan los flujos... Puntos suspensivos. A mí se me ha quedao un rosario de finales abiertos. Y siempre se acaba hablando de amor. Amor. Menuda disciplina. ¿Por qué? Por lo mismo que lloran las acuarelas o se escapan los desafines, porque ocurre. Ocurre de veras. El amor ocurre. Y lo podemos proclamar a los cuatro vientos con total certeza por esas largas temporadas de secano en las gónadas y en las que nada ocurre ni se avista, esa es la prueba. Los desiertos de abrazos y besos confirman la existencia cientifica del oasis de amor y sus múltiples espejismos según las fases de desarrollo, esa miel del soñar sin reparos, esas masas de aire caliente que nos sacan de la órbita y no hacen sentir polvo estelar, infinitos. Años luz. El tiempo.
Ocurre. Ceñirnos a lo que ocurre, a lo que nos ocurre y nos vuelve astronautas. Solo a eso.
Cuando uno se pone serio, todo parece una risa loca. Una broma los anuncios de ofertas, el factor precio, la monetización frente a la eternidad y los nulos intereses comerciales. ¿Qué nos paso? Nos ocurrimos el uno al otro como catástrofes naturales, unos días éramos huracanes, otros amaneciamos cada uno con su terremoto y las tormentas eran bonitas a veces, esas cosas distintas... Las peculiaridades. Los puntos suspensivos. Ese tono. Al hablar. El infantilismo. El amor y el tono infantilista con el que se hablan las parejas, que se haga la tesis. Que se plantee. Y pasa. Como se pierde todo, que es la pena. Lo poco que se puede decir cuando la vida se pone seria y me refiero a un contratiempo. Al problema más o menos fatal. La biela. El inyector. Que eche humo y se queme algo del motor. Un tobillo torcido en un peldaño. Una uña rota. Un dedo que no deja de picar por un padrastro, o un labio mordido, la lengua estofada... Recuento de nuestros dolores. Una lista de pérdidas, y de bajas. Y de vagos recuerdos o borrosas estampas de cierto contento, de una mesurada felicidad, una buena digestión... Unos buenos puntos suspensivos. Qué nos queda. Nada. Absolutamente nada. Y es pudoroso sacar las manchas del mantel para que quede constancia de lo mucho que el vino corrió. Y tampoco son consejos. Que es ridículo. Lo es todo. Acaso por el propio sentido de la existencia, cuando uno se pone serio, es inevitable leerlo todo en el lenguaje de la miseria. Con el tiempo se cambia. Otra mentira la de lo inmutable. Todo se rompe a un ritmo vertiginoso. Nosotros mismos. Nuestros ocurres y nuestras ocurrencias, venían a pique de un repique, a punto de hacerse pedazos. Venían ya con sus taras. Cada uno. Con sus terremotos, sus tormentas eléctricas, sus taras... Sus secretos... Puntos suspensivos. Los secretos es algo que le gusta a todo el mundo, como un chorreón extra o una ronda de invitación. Hay que hacer eso. Invitar. Chorrear.
Hace tiempo me dijo una amiga: Te gusta trepidar. Trepidar. Y puede que fuera porque era joven o empezaba a dejar de serlo, que quería acción. Con los años se leen más libros porque te duelen más las rodillas. No puedes andar, pero puedes pasar páginas. Cuida tus riñones. Cuida tus piernas. Si tienes pensado andar en el futuro. Andar lo justo, no hablo de caminatas. Agáchate como es debido. Si no aprendes humildad, te la enseñará la ciática. Es posible que esté todo programado en lo referido al aprendizaje, o a su resistencia.
Solo podemos chorrear. Lo que se pueda.
Cuando uno se pone serio, las teorías más peregrinas suenan rimbombantes y estupidas. Uno querría que fueran estúpidas a secas y que, bueno, quién sabe, que oocurriesen como ideas que prende en una suerte de situacionismo in progress. La fe es insondable, como poder y motor de cambio. Luego está la política, que si se pone uno serio, no paras de vomitar desde el primer boletín a las seis de la mañana. Y de qué vale. El nombre propio. El partido político. Izquierda. Derecha. Progresistas. Liberales. Desmanes e injusticias. Burocracia. Cuando la cosa se pone seria, uno piensa que el blog es una estupidez sin sentido con la que perder el tiempo con divagaciones libres. Pensar. Eso ocurre también. El orden de los pensamientos y cuando no piensas con ningún parámetro, cuando te ocurren, solo así. Pasan. Caen. Como rayos. Como hojas secas.
Un resumen de lo no ocurrido. De los anhelos. Una bolsa de hojas secas. De los sueños. El mobiliario ideal de la que hubiera sido nuestra primera casa. De los intentos. Una vez, otra vez, muchas veces... De las pesadillas. La de verdad, la que tuve de verdad, en el hostal Zaida de Conil. De todo lo que no llegó a pasar pero estuvo a punto. Pasó en sueños. De todo lo que nos pasa por encima. De todo lo que nos marca para siempre. De lo que realmente ocurre. No ocurre todo lo que se mete pero todo lo que se teme, ocurre.
También por el lado de lo bueno. Es razonable. Con amor. Con el primer mes. Un cuerdo optimismo. Un cierto relax ante los acontecimientos positivos. Y hasta la primera cagada. La primera bronca. Que queda en nada. Nada. De las miradas que parece que revelan interés por parte de una chica desconocida pero que de pura insistencia en la ojeada pues ya pasa a ser intermitente el oteo y sin intención, que se pierde o que no nunca la hubo y pasan a no ser nada, pero ¿quién puede negar que ocurrieron? La oportunidad. Os tuve. Nos tuvimos. Fue bonito cuando en algún momento nos quisimos... Entender, sobre todo. Cuando nos quisimos entender en su circunstancia cada uno. Y amarla. Yo la tuya. ¿Quién nos puede negar el futuro que imaginamos? Y claro que hablo de nosotros, no de patinetes voladores o viajes intergalacticos. Uno se piensa. Luego se ocurre. Entre uno y otro, la vida se dibuja. Se parte la mina. Algna relaciones son de cuello fino, cuello de portaminas. No conviene asomar demasiado la punta. Es conveniente saber posicionarse. O no hacerlo.
Me dijo una amiga: Si no haces lo que el resto, no esperes lo que el resto.
Cuando uno se pone serio, la espera se vuelve eterna. No me llevo bien con las esperas. No sé esperar. Suelo llegar tarde siempre o lo mínimo de tarde para no tener que esperar a nadie nunca. Se me ocurren teorías que justifican la tardanza. Si no tengo móvil, acabo por ir a otro sitio. En fin, que mal. Lo de esperar, mal. Las expectativas, mal. Siempre pasa lo que no esperas y lo que esperas, ni se huele. O me pasa a mí al menos. Nada avanza conforme lo planeado, no sé si es culpa mía, de mi pro Muchos años antes, otra amiga me dijo: No esperes nada, ¿por qué esperas algo?
Y cuando uno se pone en serio, esperar algo es ridículo pero no hacerlo es más absurdo y desesperado. La sensación de que cualquier esfuerzo es inútil es recurrente. Uno no sabe hasta que punto ponerse serio es del todo ridículo porque, gracias a los astros del cielo, ni la broma ni la seriedad duran siempre, se alternan como los feriados y las telefonistas, como los marineros y los errores... Puntos suspensivos. Los errores. Las equivocaciones. Los engaños. Una lista de amores y venganzas, de nches al raso y frio en los huesos. Soledad. Misterio. Nos mueve el misterio y nos mata la soledad. Me gustaría poder escribirlo de otra forma, no lo leo dos veces. Y ocurre. Se debe poder escribir de otro modo. Siempre escuché de cierta capacidad. Es la rima. Se ponen solas. Es la música. lleva un orden. El tecleo es como el ritmo, la claqueta. Uno lo piensa, si se pone serio la música suena de otra forma, más lenta, más ceremoniosa, suena a música de iglesia, a ceremonia. Porque la escritura es ceremonia. Porque la lectura es ceremonia. Porque la comunicacion social va acotando esos espacios modernos de intercambio de mensajes y tienen unos tiempos, unos plazos, una forma... Un contexto. Unos puntos susensivos. y me gusta a veces hablar de los anuncios. Habrá algo más volador que un pasquin. Que un anuncio... Anuncios. Lemas. Escribe ahora tu historia. Es el slogan de un coche todoterreno japones. Escribe ahora tu historia. Compra un 4x4 color blanco y toque urbano. Escribe ahora tu propia historia. Acabo de dudar si la campaña o la frase del anuncio incluye la palabra propia o no. Si es propia historia o solo historia. Es un anuncio de un coche. Un coche. Bonito. Pero un motor y cuatro ruedas. Tu historia. Tu propia historia. Los trozos de camino que desgastarán la goma y se quedarán con su porción de caucho. El tiempo. El camino. Nos rompemos a cada paso. Perdemos adhesión en cada rodadura. Se lee más a la vejez, porque se anda menos. Se ve peor de lejos y se siente más desde dentro, desde el interior del trastero de emociones. El trastero donde se guarda la emoción que se quedó vieja, o la que no se entendió en su moemnto. El amor roto. El amor para el que no hay pegamento. El futuro en pequeños trocitos que tenía pensado y ya casi vivido para los dos. Los dos. Lo más lejos de ser dos que fuimos siendo uno más una. Los dos que fuimos cada uno queriendo ser uno. Querer. Lo que nos quisimos. Lo que se quiso. Eso merece la pena contarlo. Lo que se quiso. Y por qué... Puntos suspensivos. O ni eso. Sin porqué. Sin motivo. Lo que se quiso en toda su irracionalidad. Lo dije hace poco por el micro y alguién gritó Amén. Creo que fue en la Puebla de Cazalla. En Sevilla. Entre canción y canción. El amor es irracional. Si es verdad, si es amor de verdad. Amor. Menuda invención. Si es amor, no atiende a razones. Y decimos que no pero volvemos. Y miramos su perfil. O su teléfono. O su frase de estado. E inferimos. Y soñamos. Que vive uno de los trocitos rotos de futuro del que hablaba. Y eso pasa a todas horas. A todo el mundo. Y sin que sea demasiado importante porque en el fondo no pasa nada. Es justo eso. Un resumen de lo no ocurrido. De lo que no dijiste en su momento, lo que no hiciste en el momento de decirlo o el momento que no fue. Lo que no paso. En todas las formas y maneras que no pasan las cosas que no pasan. No pasan del todo, no se pasan (como las chaquetas de cuero, o los jeans), lo que pasa sin pasar como pensamos que pasaría, lo que pasa sin pena ni gloria, lo que pasa y ni te das cuenta, lo que pasa sin ser como debiera, lo que ya cuando pasa ni te acuerdas de la gana que le tenías, lo que pasa sin parecerse a lo que pensabas que iba a pasar, las pasadas de rosca en general... Lo que no se quiso... Puntos suspensivos. Los momentos suspendidos tratando de enterderlo todo. las erratas. Las malditas erratas. Los textos sucios y el descontrol. El existencialismo de pobre y adolescente perdido. La amenaza a no hacer nunca nada que tenga el suficiente peso. Que nadie se entere. Que nadie se haga eco. Que no existas. Que no ocurre. Lo que no fue. Escribe ahora tu no historia. Reúne todas las ideas, los abortos de bombillazo, las luces que apenas son un punto encendido, los amagos de estrella y los fulgores bajo los párpados. El gran tema del sueño. El sueño que tengo que son las 0:52. Mi querencia noctámbula. Y siempre una amiga durmiendo en el sofá del lado con la boca abierta y el cuello hacia atrás. Alguien que se duerma en el sillón. es el estribillo de una canción nueva. Cuando digo amigas, siempre son amores pero no tengo claro como llamarlas y ahora la mayoría son amigas, otras ni eso. Otras ni existen. Otras, murieron. El tiempo... Los puntos suspensivos. Cuando llegas muy adentro te da la sensación de que las conocerás siempre, a fondo, en la desnudez no del cuerpo que cambia con arrugas y expresiones, en el alma que cambia menos 'cuando se muestra pura y sin disfraz y es la misma en la persona o muy parecida. Voy a dar un trago de refresco. Beber menos. Parte de la herencia de una amiga con la que vivía, una amiga abstemia. Lo que no pasó. Lo que no se bebía ella. Lo que tampoco bebía yo. Alguien tuvo que bebérsela. Lo que no sabremos. Escribir sobre lo que sabes. Ni sabrás. Tener un blog personal para desconocer. Con cierta licencia por aquello de la intimidad de lo personal. Que cada palabra sea más en tono de epitafio que oliendo lo más in. Siendo el más tajante, el más claro, el más aventurado... Puntos suspensivos. Conjunto escaso de certezas, fe inquebrantable en la deducción propia. El criterio. Sea el que sea. Qué haremos... Qué nos pasará. El miedo. Eso lo dije en Alicante. Entre canción y canción. El miendo manda. nos guía. Somos animales. Nos asustan los ruidos en el bosque. En nuestro bosque. Nos asustan los ruidos dentro de nosotros. Nos asustan los que hacen rudo fuera de nosotros. El ruido. El miedo. Los ojos en la oscuridad de la noche. Entre los árboles. Entre los desconocidos. Entre los gritos. Entre las sospechas. Entre lo que puede que ocurra y lo que puede que no. Lo que nos queda por saber de nosotros mismos. Hablo de ambos. Lo que no pasa, ni va a pasar. Lo que ya no toca que pasa. Es demasiado tarde o ya es demasiado tarde me dijo un amigo que era una canción, el título de una canción de Malcolm Scarpa. Que ya es tarde. Que ya ha pasado el tren. Que ya no tienes edad de andar por estaciones. Que no te llegan los ahorros para interrailes. Que el ruido de dentro ya asusta más que el chaca cha del tren. El dolor. El miedo. La soledad. Cuando uno se pone serio, no viene mal viajar. Oler a hotel. Querer volver. Querer. Lo que pase o no pase, se quiere. Lo que se quiso. Lo que te quise. Lo que la quise, Dios mio, lo que la quise. Y así se canta flamenco. Lo que la quiso y lo que canta de lo que quiso. Y es un resumen de lo que no pasa, que es por tozudez o por hemorragia o por, pongámonos a teorizar libremente, por un impulso físico de fuerza que se crea en el espacio y que dibuja en una dimensión íntima un futuro del tipo que sea que, al final, termina por ser en forma de letra de canción flamenca. Ocurre. Tenía que ocurrir. No es que nos quedemos sentados a que nos pasen las cosas, es que somos la silla. Volverémos. Somos sillas, creemos que andamos. Patas tenemos pero nos mueven fuerzas que se nos escapan como se te escapaban las tormentas o a mí los terremotos y qué pena el miedo. Qué tapón universal de fuerza. el miedo. Que es instintivo y nos ayuda a mantenernos a salvo. Pero podemos tenerlo mal calibrado. Exceso de sensación de peligro. Paranoia. Kamikazes emocionales que se quedan en cada picado. Y no volver. Salir cada noche como si no fueramos a tener casa nunca más. Como nómadas en práctica para siempre. Así vivo. En casas que nunca es la mía o no del todo. Desde los pisos de estudiantes. Las habitaciones con fecha de caducidad y cuál no. Cuando uno se pone seriedad, nada lo es lo bastante. Todo es un teatro. Ymás desde que nos atricheramos en las computadoras. Quería cambiar mi avatar. Una foto de mi reflejo en un espejo. La representación de la representación: recuérdalo. La imagen del reflejo. El doble reflejo. El doble cristal. La doble distancia. El doble Platón y su caverna de dos puertas. Y lo que se altera en la experiencia. La anomalía. Lo despreciable, en todas sus acepciones. Cuando uno se pone serio, solo recuerda el dolor. Los nervios vuelven a apretarse ante el mismo color o los mismos tirones. Es una cuestión de estímulos. Es una cuestión cerebral. No pusimos el cerebro. O no lo hice yo. Lo que no pasó. Tampoco fui tierno. Fui un idiota. He sido idiota casi siempre a los dos años. Siempre he estado muy convencido de lo que hacía y pensaba y decía y las decisiones que tomaba, pero a los dos años el diagnóstico coincidía con frecuencia. Es nuestro idiota. Soy mi idiota. Diría que me tengo cariño pero tampoco, El ego te complica con lo que de verdad tiene importancia. Es el tercer reflejo. El reflejo del reflejo del reflejo. Y todo lo marca nuestra cabeza, esa serenidad, ese futuro, esa calma, esa forma de mirar. De afrontar. De ponerse frente al viento. De que ni nos muevas. Los días que ni sopla. Los días que ni pillas día. Noche tras noche. Amanecer a las cinco, con el cielo morado en invierno. Tan mal las descripciones. Siempre mal. Mal describir, ojalá los años despliegen la memoria aunque se intuye lo contrario, nunca se detiene del todo, siempre nos quedamos con esa sonrisa, ese vaya usted con dios o mañana será otro día... La amabilidad de los desconocidos. La amabilidad de mis puntos suspensivos. Lo que no nos pase, será más dificil de recordar. Ahora eres un miedo a un choque inesperado. El miedo que siempre tengo cuando voy al volante. El miedo por lo que no ocurre. Lo defiendo. Lo reivindico. No bebo. Y no fumo. Es miedo. Y prudencia. Bien en el asfalto, regular en la vida y malo en el amor. Tener ese miedo y a la vez amar no es posible. Solo se ama sin temores. Sin ningun temor. Amor sin temor, tamor. O sin conciencia. Amor en el subsconciente. El sustrato más íntimo de verdad. Una intimidad cósmica. Un pudor de otras dimensiones. Nada importa y menos lo que no ocurre. Me sorprende como se cuentan las noticias. Lo que importa. El fuego. Del que se conoce a gritos. Se grita. La noticia. El fuego. La alarma. El socorro. La urgencia. Cuando uno se pone serio de verdad, las noticias humanas se te cogen a la espalda como contracturas musculares. Mañana será otro día. Uno juega ese rol de minero de emociones. Más por intuición que por dogma. Al final importa lo mismo de poco. Hecho. Lo hecho, hecho queda. Lo dijo Maximo Gorki. He borrado esto sin querer. Estaba buscando la cita textual. He cerrado la pestaña. Por un momento pensé que había perdido todas estas divagaciones y he soltado un suspiro. Acabo de leer al siempre lúcido Pepe Colubi: Como vivo solo me paso el día diciendo en voz alta frases grandilocuentes por si son mis últimas palabras. Uff. He sentido que estaba haciendo justamente eso en el blog. Ahora mismo. Grandilocuencia preventiva. Otro suspiro. Suspiro. Suspiros suspensivos. No me gusta mucho esa palabra: suspiro. Estuve buscando su etimologia y buscándola en otros idiomas. La vida ha sido un suspiro, primicia. Va a ser el próximo single de mi grupo Enrique Octavo. El destino está en los nombres. Lo que se nombra, ocurre. Todo pasará, pero lo hecho, hecho queda. Esa es la cita de Gorki, me han dado ganas de leer La Madre. Me hago viejo más rápido últimamente, o es que me doy más cuenta, o es menos el tiempo o es más la seriedad o veo más cerca el fin de los que amo, el fin de los que amo es un buen título. El otro día se me ocurrieron títulos al azar:
- Basado en pechos reales
- Hemos quemado el turbo
- El frio es psicológico
- Nuestro aburrimiento
- No tenemos donde dormir
- Nuevas canciones, viejos errores
- La burbuja del desamor
- La realidad no existe
. El primer hijo varón
- Perdona tía pero es que yo de verdad te quería
- Un suspiro contigo
- Puta bida
- Calla y afina
- te quiero, traidora
- Cuello fino
- Pan y cebolla
- Contigo al mundo sin fin
- Vagina tonic
- Amor y no a Roma
- Al tun tún y al yon yón
- Todo es verdad 2. El regreso

martes, 22 de diciembre de 2015

Es importante tener claro lo que se puede cambiar y lo que no

Es importante tener claro lo que se puede cambiar y lo que no. Se puede cambiar todo, ojo. Y nada ni nadie cambia nunca, atiende. Los dos son tan verdad como mentira. Nada tiene naturaleza inmutable y solo el tiempo puede hacer que las cosas se vean de otro modo, o es el tiempo el que ve lo que ahora se nos escapa y nos lo enseña. Al final lo importante es el tiempo. Solo el tiempo nos pertenece. Tenemos que saber en qué emplearlo. Que haya una llamada, una bombilla que se enciende cuando el tiempo se está malgastando. Ojo con lo de gastar, todo se gasta... Pero no en el modo que creemos. No se pierde el tiempo cuando se piensa por ejemplo. O cuando se toca la guitarra y se practica, que parece que sí pero no. Es un tiempo que avanza gateando. El tiempo dedicado a lo que no se sabe. Lo que hemos aprendido es lo único que nos pertenece. Mientras el tiempo quiera, claro. Y nos embolie el cerebro y nos cortocirtuitee por dentro los recuerdos. El tiempo siempre gana. Y no sabemos cómo administrarlo, es decir, hay estadísticas... Promedio de vida y tal. Pero tiene poco que ver con las medias aritméticas. El tiempo bien empleado lo solemos medir en los picos. En la desconocida que nos deja oler su edredón. En la fiesta que no acaba y nos dormimos ya de día por puro agotamiento. En los amores que flotan fuera del tiempo. El amor vence al tiempo. Es lo único. No en vano, son archienemigos.

En todo caso, es importante tener claro lo que se puede cambiar y lo que no. No se cambia de familia dicen pero los adoptados tendrán su propio lema. Todo está cambiando a cada momento, a peor, no quepa duda. No es casualidad. Es el tiempo de nuevo el que lo pone a malas. Pensamos que no, en la estabilidad que es un eufemismo que se escucha con frecuencia en las noticias. Una necesidad de la democracia: estabilidad. Lo estable es un cambio medible, es lo único, pero va variando, todo el tiempo porque gira el mundo, gira el sol, gira la tierra, gira la luna y giramos con los astros, es una estabilidad cósmica que hemos llegado a medir mejor que a entender. Se pueden controlar patrones que ni siquiera están del todo explicados. Y no se puede cambiar, no el universo. No el giro. No se pueden parar las galaxias para tomar un respiro. No se puede. Sin embargo, lo hacemos tan a menudo. Con el amor o con su hermano mellizo, el desamor. Que para el cosmos. Que hace muertos en vida. Que anula cabezas. Que vuelve erráticos los pensamientos y te hunde en el lodo. Es amigo del tiempo el desamor. Se llevan bien. Se juntan de higos a brevas pero cuando se ven sigue todo como el último día. Si no coinciden, no cambia nada. Pasa a menudo. Los que se empeñan en cambiar lo que depende de ellos, el giro del universo. Cambiar lo que no es posible. Gente que no cambia nunca. Gente que comete errores y no da marchas atras. Gente que toma otra decisión o que nunca se atreve. Gente que se equivoca con la misma puntualidad que la traslación terráquea. Con la misma banalidad aparente. El desamor no se nota. Gente que desaparece. Otros lugares. Otras suertes. Otras personas. Otros otros. El día a día. El tiempo. Hacen frente común en la guerra del cambio.


Es importante tener claro lo que se puede cambiar y lo que no. En general. Claro en general. Las oscuridades puntuales son menos importantes de lo que creemos. Basta con un poco de buena voluntad. La voluntad es buen socio del amor. Y con todo, se lleva regular con el tiempo. Aunque no suelen entrar en batallas. No hay recetas secretas ni consejos mágicos. Hay que tenerlo claro. Lo que decía de cambiar o no cambiar. El cambio ya es. Ya eres cambio. Que es la palabra mágica que los aspirantes venden en campaña. Vota cambio. Somos cambio. Viene el cambio. Queremos cambio. Como si no lo estuvieran siendo siempre. Hay cosas que se pueden cambiar y cosas que no. Como nosotros somos cambio. Hay cosas que podemos ser y cosas que no. Y ojo, poco tendrán que ver con la noción de nosotros mismos. No es eso, tema de autoestima. O del reflejo que devuelve el espejo. Todo está cambiando todo el tiempo, tenemos que asumir eso. El giro del universo. Hay un patrón de cambio. En función del nivel de análisis veremos que el patrón no encaja del todo, es lo que tiene cambiar pero más o menos es predecible, digamos, hasta el punto en el que la brújula se imanta. Entonces son las estrellas las que señalan el norte. ¿Ves? El giro del universo. No se puede cambiar. Y tampoco las estrellas fugaces y los deseos. Hay que recordar los deseos. Hay que desear con memoria.  La magia es nuestra cabeza y la relativa fluidez de los neurotransmisores. Física. Chapa. Y un poco de química. Lo que comes. Eso se cambia, tarde o temprano. El tiempo te pone a dieta. Si no ahora, ya llegará la sopa de hospital. Nadie se libra de la sopa de hospital. Puedes no comerla. or elección propia. Quedarte solo con el segundo. Pero lo peor será que nos apetecerá. Algo calentico. Un caldo. Caldo de cambio. Una cosa es cambiar de opinión y otra, bien distinta, cambiar los criterios o el modo en el que se opina. No está el agua igual de fría en un bote que en la cubierta de un yate. No está igual de lejos el universo según nos funcione la brújula. No se puede cambiar el norte. Se puede perder. Se puede encontrar. Se puede convertir. Cuando un país se separa, por ejemplo. Nuevos nortes. Cuando una pareja se separa. Nuevos países. Es importante tener claro el agente de cambio. Lo que quiere o siente la ciudadanía. La ciudadanía que habita en tu pareja. El amor es un conjunto de muchas pequeñas fuerzas no especialmente fáciles de ver o analizar, dicho de otro modo, es o tiene un alto componente azaroso y precognitivo. Vemos con el cerebro. Sobre esto prometí una entrada en el blog este verano y ya es invierno. Vemos con el cerebro. Me pregunto si amamos con el cerebro. Pienso que sí. Pero no como se suele decir o distinguir entre cerebro y corazón. Creo que sería más preciso diferenciar entre cerebro y cerebelo.  El corazón está en todo. Es como el tiempo. El corazón es lo único que nos pertenece. Junto al tiempo y lo que aprendemos, es lo único nuestro.  Que nos pertenece. Que nos lo llevamos en el sarcófago. Lo aprendido es el cerebro. El tiempo es el corazón. Lo que late es lo que tenemos para amar. Incluida el periodo sopa de hospital.   Si juntamos todas las piezas, queramos con el cerebro y pongamos el corazón en el tiempo que tenemos para emplear lo aprendido. La guerra entonces es solo una: aprender.


Es importante saber a ciencia cierta lo que podemos cambiar y lo que no. Claro que pocas ciencias son ciertas o lo eran hasta que se producen determinados descubrimientos que lo cambian todo. Eso pasa igual en las parejas. De lo que hablábamos de la estabilidad y la naturaleza inmutable, es parecido lo que genera el corpus teórico de cualquier materia, la certeza. Es difícil cambiar certezas. Por más que sean errores científicamente comprobables. Es imortante tener clara la referencia, lo que se toma por rreferencia. Os lo conté aquí; bajando con el coche marcha atrás por la cuesta en curva donde vivía mi ex guitarrista para descargar bártulos. ¿Lo conté o no? La pared no tenía noventa grados, estaba inclinada. Setenta y tantos grados. El coche se me iba acercando a la cal mientras en el retrovisor todo iba aparentemente bien. Y estuve a punto de arañar todo el lateral. Pues eso. Así es todo. Las paredes no son rectas. Descubrimiento. Paredes no rectas. ¿Quién iba a decirlo? Una tapia antigua inclinada como la Torre de Pisa. Nada es del todo recto. La recta es una construcción mental. Vengo un poco a decir esto. Las rectas nunca existen. Descubrimiento. La recta como concepción imaginaria que nos ayuda acotar el mundo, pues no, no existe. En nuestra cabeza hay rectas pero ninguna lo es del todo. Y es importante a la hora de tomar referencias. No es lo mío la matemática porque en general no me gustan, ni me han gustado nunca los problemas. Analizar y diseccionar los elementos de una frase me parece mucho más exacto. Descubrimientos. Las palabras son permanentes descubrimientos. Cuando creemos haber leído bastante, llega alguien con un tono que nos vuelve a dejar lelos. Ojo a las referencias. También al leer. Lo que te crees, de quien te lo crees... Lo que crees es el primer estrato de cambio en lo que se puede cambiar y lo que no. Ciencia cierta. Es importante. No creer. En general no creer demasiado. Los descreídos llevan mucho hecho. Lo malo es que es imposible amar sin creer. Hay que desear con memoria. Y amar con fé. No hay otra ecuación posible. Si no es creyente y dice ser amante, es otra cosa: la mentira. La mentira es enemiga de todas las cosas, en especial, archienemiga del amor pero también del tiempo, que se unirían para luchar contra ella. La mentira no tiene aliados. Actúa sola. Es sibilina. Sabe hacerse querer, eso es lo peor. Que en el fondo la mentira no gustaría que fuera verdad y se le coge cariño. Aún a sabiendas y como sin querer. En el documental The Imposter se explica bien esto. Y es una historia real. Si no hubiera ocurrido, el guión seria del todo inverosimil. Un niño perdido en USA que supuestamente aparece en Linares. Sin tener el menor parecido físico, la familia acepta tácitamente que es quien creen que es. La mentira no tiene aliados pero a veces la fé se une a su bando. Os recomiendo el documental de Bart Layton, AQUÍ más información. Queremos creer. Queremos querer. Queremos encontrar. No queremos mentiras y sin embargo.... Mentirse a uno mismo es el peor escenario posible para una batalla. Es el Stalingrado del amor. Un asedio invisible a la fe. Un simulacro de lo que debería ser y no está siendo y creemos que es. Y queremos creer que es. Queremos cambiar lo que es. La mentira que es. Porque amamos con el cerebro. Con el corazon amamos, desamamos, luchamos, nos arreglamos y lo hacemos todo. Es el cerebro el que ama y no porque se piense sino porque las neuronas son las que sienten los abrazos y los bareman. Calculan su verdad. No está en las palabras. O no únicamente. Es un buen baremo. El treinta por ciento es el mensaje textual. Las palabras no llegan ni a ser un tercio de lo que realmente decimos. Sonreir es buena cosa siempre por eso mismo. Que el setenta por ciento vaya un poco amable, se diga lo que se diga. Es la forma en la que se dice. Hay cosas que se pueden cambiar y cosas que no, y dentro de unas y otras, hay un setenta por ciento que solo se cambia de forma involuntario, con espamos maxilofaciales, con sonrisas, con subidas o bajadas de cejas y brazos cruzados o palmas hacia arriba... La mentira no existe en la kinésica. No sé cómo de cierta o cómo de ciencia se la puede considerar, pero me la enseñaron en clase. No falla. Parpadea antes de acabar la frase, miente. La mentira tiene a su archienemiga a la kinésica. Y al tiempo, que es, como decíamos al principio, belicoso contra casi todo el resto de parámetros vitales.   Un tiempo sea el que sea, pero el tiempo que nos pertenece suele dejar ko en el suelo a cualquier mentira tarde o temprano, es el giro del universo. Que tiene a la recta imaginaria de la que hablábamos. Que tiende al ideal. Que tiene esa naturaleza de cambio, pero a bien. Que quiere mejorar. Que quiere crecer. Que quiere amar. Que pide verdad. El tiempo mata las mentiras que no actúan como kamikazes. Y que se comen cualquier migaja de amor que pudiera quedar. En sus vuelos en picado. En sus ataques de sinceridad. En sus una colorada, que ciento amarilla. Ojo con los parámetros, también os lo digo. Revisar. Chequear. Autocrítica. Revisar otra vez. Crear formas de echar atrás la mirada. Un blog, por ejemplo. Y la practica, claro. Uno se equivoca cada vez mejor con el tiempo. El tiempo y el error son de irse de cañas. Y echar unas risas. Revisión siempre. Parámetros. Referencias. Revisar la fe. Chequear el amor. Aunque no debería ser necesario. Cuidar las palabras. Cuidar la kinésica. Yo mismo me acabo de columpiar hace un rato en lo que dije, porque si es migaja, no es amor.  Revisar incluso lo que no decimos.

Hay que tener claro lo que se puede cambiar y lo que no. Y lo que no se puede tener claro y no se puede cambiar es mejor tatuarselo en la piel. En las muñecas por ejemplo. Para verlo cada vez que se nos vaya para atrás la manga.

jueves, 17 de diciembre de 2015

seguimos

Hola, qué pasa, como va la cosi, yo mal muy mal y tirando a malísimamente porque estoy bastante desquiciado y de los nervios, mis amores del blog, con el conjunto de acontecimientos que se suceden socialmente a mi alrederor pero sobre todo por la sucesión de leves desdichas personales que me tienen reptando el ánimo en el fango y regodeándose en ese suave lodo que es la autocompasión, y os dejé o dejé en algún punto del tiempo y el espacio, lo siento de verdad, me duele como un balazo en el estomágo, mis criaturicas queridas, pero es que mis ganas de escribir en el blog en el momento  son distintas, sobre todo en el que grababa las canciones nuevas, que ya casi no lo llamo disco, era el disco nuevo pero ya no sé qué va a ser o cómo va a ser, nunca se sabe lo que va a pasar, lo creemos saber y lo sabemos mayormente, pero tarda o no se cumple o no depende de nosotros muchas veces, no está bajo nuestra responsabilidad, no está en nuestra mano, y eso pasa con las canciones, son del viento, vuelan, se oyen y se soplan, así que no sé, si se las llevará un vendaval o aterrizarán en el desierto con un golpe de calima, y sobre todo no sé cuándo será, porque todo se está volviendo lento y tedioso hasta el infierno y hasta el infinito, infierno infinito, sería un buen título para el disco, o lo que sea, suena un pelín jevi, jevimetal, Infierno infinito, pero desde luego es así como lo estamos viviendo, o como lo vivo yo, que soy el que hace casi todo, y luego cuando estás cerca de las cosas, hablas de ellas con poco criterio, eso es así, uno está inmerso y no ve, lo bastante dentro como para no entender cómo funciona lo de fuera, no hay aliados, no hay otra forma, no se puede, solo el tiempo y su perspectiva, el tiempo no vence, la gravedad se impone, las fuerzas que no pueden frenarse, la lenta conquista de la vejez sobre nuestro entusiasmo, habitual darro de discurso por donde se aplaca el nervio bisoño y el torrente de clichés, la crecida de la palabrería juvenil, la muerte que son los ríos que van a dar al mar, que es la sal que nos conserva, o quizá la muerte sea el mismo mar, que el mar a mí me da un miedo de muerte, y desde luego, joder, ha sonado un ruido, la naturaleza parece responder, acaba de sonar una rama del árbol de fuera, del almendro y caen como si fueran satélites que se marean por no comer y caen desplomados, un universo que se queda sin batería, a mi el pum me trae unos sustos que vienen del espacio, y el clima alrededor de lo que veo, de lo que leo, de lo que ponen en las redes sociales, toda es mierda del día a día, me tiene particularmente pertubado y tenso: La Guerra de las Galaxias, las elecciones y sus guerras y sus galaxias... Y es que mayor que el universo y que mil universos, hay está la estupidez humana. Me calienta tanto veros tan seguros, tan dominadores del tema, tan preotentes porque no hay otra palabra que se pueda usar... Tan altivos en vuestros muros... De verdad que me molesta.... Esa absurda adicción a Facebook que todos sufrimos, menudo timo. Mirando y mirando. Sin ver nada. Y vuelta a mirar. Sin que haya nada que realmente nos interese. Actualiza. Mira. Actualiza. Vuelve a mirar. Un espejo infinito. Un espejo infernal infinito. Nada que ver con lo que debería ser las cosas, la forma de enfocarlo... El internet que nos prometían, con el que soñamos... La biblioteca de Alejandría que siempre deseamos es una archivos de resbalones en gif... Y estoy desquiciado como reconocía de antebrazo, por mí y por mis cosas que creo que lo qe veo a mi alrededor se ve condicionado por esto, y así, en ese amargor, pues voy a tope con las tontunas que veo y me enervan pero paso de meterme en fregaos y de pisar por donde hayan dado un agua, por eso me callo o paso, que pontifico lo justo para que no me llegue a encender con debates que me dan igual, porque es la cosa, que todos nos da bastante igual... no he cenado, tengo horarios de deportista pero una dieta de portero de discoteca En fin. Las nuevas canciones. De que quieres hablar realmente... Que era o qué será o sería lo que se queda ahí, aquí... Por decir. Por escribir. Mil cosas. Mil estupideces, pensé. Pensamos mayormente estupideces y uso el plural metiendoos en el saco pa no sentirme el más muñeco de cartón, mil tonterias nos rondan la mente a lo largo del día, que en mucho o en casi todo son ensoñación, o proyección... Pienso sin parar. Ansiedad por anticipación. Y a veces por no anticipar y ansiedad en general de todas sus formas y maneras. La televisión. Un disco. Que ideas de esas mil que tienes, ¿dejas aquí? Cero Por más inconexo que sea el senderillo, o la vereda un día lo lee alguien y entonces cobra sentido la maleza. Los años de maleza. Los siglos de sustrato. Pienso en los sitios. Pensaba mientras grababa las nuevas canciones. QUiero hablar de las nuevas canciones, se han hecho viejas muy pronto. Hemos vivido. Un año largo, ese tono de balance, de pérdida... Pensaba hace poco, por qué no leo? No dejo de moverme. Me funcionan las rodillas. NO demasiado pero van. Ha caído otra rama. Es un reloj arítmico de golpetazos inesperados. De sustos. Así es la vida. Un árbol al que se le caen ramas de repente. Ramas grandes. Y sigue vivo. Y echando frutos y flores. Aquí no sé si caen rayos, a mí me deben caer unos cuantos al día porque ando mega chamuscao con la vida pero a veces me he encontrado las ramas tronchadas como si les hubiera podido el día a día y les hubiera faltado la savia corriéndoles por dentro. Árboles que se rinden. Las ramas que claudican, Las canciones son eso. Ramas muertas. A ver qué coño pasa con el disco, voy a iros contando. Estoy harto ya. Grabar es una puta mierda. Lo odio. Y el repertorio estaba vivo y en estos dos meses, tengo la sensación de haberlo matado. He hecho lo mejor que podía y me he esforzado. Técnicamente me queda muchísimo por aprender. Por mejorar. Pero bueno, solo se puede hacer así. Equivocándose. Sufriendo. Buscando. Pasandolo mal. Y perdiendo por el camino el entusiasmo y la fe. Es así: es siempre así, hay que recorrer rápido el puente. Hay que pasar al otro lado y seguir. Simplemente seguir.

ME MOLESTA / NO ME MOLESTA

ME MOLESTA 
- la superioridad moral
- las consideraciones morales
- la moral
- la consideración
- la piedad
- la mentira
- las mentiras piadosas
- las verdades piadosas
- los ímpios
- los desconsiderados
- los desapegados
- el status
- el desconocimiento
- la arrogancia del que desconoce
- los veinteañeros que oyen a the Seeds por primera vez y se creen superiores a los demás
- los veinteañeros en general
- los que llevan camisetas de los Ramones
- los que llevan camisetas de Joy Division
- los que llevan camisetas de grupos heavies (Iron Maiden, Metallica...) y no son heavies, sino que es por moda...
- la moda
- llevar camisetas de grupos que no escuchas
- Inditex
- el rollo copia de las camisetas de Inditex o H&M etc
- las multinacionales en general y las de moda en particular
- las moscas
- las hormigas
- las migillas en el suelo
- recoger mientras dura la sobremesa sobre todo si hay charla animada
- los que cortan en general charlas animadas
- los que no hablan
- la condescendencia
- la falsa modestia
- los egoistas
- los egoistas falsos
- los egoistas encubiertos
- los egoistas modestos
- el ego mal administrado
- los envidiosos del ego bien administrado
- las pesadillas recurrentes
- la envidia en general
- los mal follados y mal folladas
- los que no tienen respeto por la palabra dada
- los que no tienen respeto por las parejas de los demás
- los que no devuelven llamadas nunca
- los que piden a voces o llaman al camarero haciendo aspavientos
- los que no dan las gracias a los camareros
- los que no dicen hola adiós y de nada a los clientes
- los que nunca invitan
- los que siempre se hacen los locos para pagar
- los que llevan la cuenta al dedillo pero disimulan
- los que nos disimulan sus malos sentimientos
- los malos sentimientos
- los manipuladores
- los malos manipuladores
- los viajes muy planificados
- los asesores de Rajoy
- las mujeres que no son claras
- las mujeres y los hombres que tienen a alguien detrás y pasan pero quieren que siga detrás de ellas o ellos
- los que van detrás y les da igual ser correspondidos o no
- los que no corresponden nunca
- los que solo miran su interés
- los que no tienen el más mínimo interés
- los privilegios de algunos por sus conexiones familiares
- las estructuras de poder en los medios
- la deriva de contenidos en internet en el sXXI
- la deriva de contenidos en los medios en el sXXI
- la deriva de contenidos en los informativos en el SXXI
- la deriva de las relaciones amorosas en el SXXI
- los amores líquidos
- los amores secos
- los amores que no lo son pero los llaman así porque no son odios
- los odios
- los odios enconados
- lo enconado sea lo que sea
- lo enconado si es odio
- los conos en la carretera
- la carretera en verano
- las multas
- la política de multas en carretera
- las carreteras con punto negros
- los puntos negros del tramo de Los Palacios-Utrera
- el mal estado de la A92
- las infraestructuras de mierda de Granada en particular y de Andalucía en especial
- la publicidad turística sobre Andalucía
- Granada y su embargo de todo tipo de dotaciones
- la política municipal
- la política regional
- la política autonómica
- la política nacional
- la política internacional
- la política en general
- los apolíticos
- los que nunca se contradicen
- los que olvidan y en particular las amantes que se olvidan de mí


NO ME MOLESTA- ir descalzo y ponerme los pies negros
- las migillas en la mesa durante la sobremesa
- las llamadas de amigos a cualquier hora
- la cerveza sin gas
- la cerveza caliente
- la cocacola sin gas
- la cocacola del tiempo
- los ajos
- el sabor a ajo
- que todo esté hecho "al ajillo"
- los errores por buen corazón
- los errores por despiste
- las comidas sin sal
- las chicas sin sal
- las películas malas
- la pizza un poco quemada
- que cocinen regular o abiertamente mal
- que no tengan instintos maternales
- que sean un poco masculinas, más en la forma de ser que en aspecto
- que sean un poco pijas
- que sean un poco tontas
- que tengan verrugas
- que tengan lunares
- que tengan arrugas
- que sean bajitas
- que sean muy altas
- que sean caballunas
- que sean aratonadas
- que no sepan de música
- que no sepan qué es el Primavera Sound
- que no sepan quién es Ray Liotta
- que no sepan quién es Tristán Tzara
- que no sepan ni quieran saber de según qué cosas
- que no hablen mucho de lo que es mejor no saber de más
- que beban
- que se drogen
- que no crean en el amor
- que crean en el amor
- que cancelen la compatibilidad
- que no haya compatibilidad
- que la compatibiliad se vaya a tomar por culo
- que no sea feliz nunca pero esté siempre contento
- que no tenga pareja fija pero siempre salga con gente interesante
- que se dedique a algo en apariencia no interesante pero te cuente con pasión sus cosas
- que odie lo que hace pero te lo cuente con pasión de todos modos
- que la pasión se haya perdido pero se ganen otras cosas
- que hagamos balance constantemente
- que haya entradas con cero visitas.
- que haya erratas en muchas entradas
- que sea una tonteria este blog
- que no vuelva a leer nunca mucha de las cosas que escribo y luego, si vuelvo a verlas, diga... pero qué puta mierda es esto
- que las cosas que hago me parezcan una puta mierda al tiempo
- que no esté convencido de nada de lo que hago
- que parezca que es mejor con el tiempo de lo que nos pareció que era en su momento
- que se joda todo
- que nos jodan con todo
- que no nos rebelemos
- que no saltemos de rabia
- que no nos levantemos en armas
- que me regalen cosas que no me gustan mucho
- que pierdan la fe
- que se pierdan
- que no me hagan caso
- que se alejen
- que no escuchen mis consejos
- que me olviden pero se acuerden de mí a veces de una forma que, si no es bonita, por lo menos entrañable o peculiar.... única de algún modo
- que nadie lea esto nunca

Políticos saludando por la calle indiscriminadamente

Será por ser de Granada pero a mí siempre me ha ofendido un poco esa libertad que se toman los políticos en campaña de ir por la calle saludando cordialmente a desconocidos impunemente, sin que nadie le suelte un exabrupto del tipo quepollases! porque ese teatrillo me agrede mucho visualmente y en las pocas ocasiones que, como periodista, he tenido que cubrir actos de ese tipo con lameculeo provincial galopante y espontáneos baños de masas, pues me ha dado toda la urticaria, concretamente recuerdo a Susana Díaz cuando estaba a tope de superstar que vino a una inauguración, y salió hiper diva del coche oficial tras una breve espera a la prensa y se fue directa no hacia donde estaban las cámaras para el pactado posado sino en dirección contraria a por una señora mayor que iba con la bolsa de la compra y sobre la que se abalanzó casi sin que a la anciana le diera lugar de apercibirse del respingo y la abrazo. Y siempre me he preguntado yo, y os los pregunto ahora a vosotros, ¿cómo saben los candidatos que es uno de los suyos al que le están tendiendo la mano? ¿Saben que es de los suyos? ¿Van de locos? ¿Los viejos son de atrezzo? ¿Están ahí adhoc? ¿Son partidarios siempre? Pues no. Es el fulgor de la fama. De los flashes. De las cámaras. Es el mensaje.

A mí me parece la mar de interesante, como concepto. Y, por el aburrimiento, pues una vez saqué el tema en corrillo de compañeros más veteranos y la respuesta fue casi unánime: No lo saben. Saludan por doquier. Saludan por deporte. Saludan con simulacro. Saludan para la foto. Saludan para la prensa. Saludan a las cámaras en realidad pero necesitan estrechar una mano, una mano inocente. Saludan al infinito. Saludan al ciudadano desconocido. Saludan sin saludar. Y se la juegan.... Ojo, con un par. Puro instinto... Y si te sale rana.... Y si te hacen la cobra.... Y te dejan ahí, en la foto, con la mano puesta... Con la mano tendida.... La mano tendida y que empieza a llover. Es el mensaje. Es la sonrisa. Es política, joder. Es un teatrillo. Toca saludar, pues saludan. Les acerca a la gente, les conecta con la ciudadania. Es un formidable teatrillo en realidad. El teatrillo es el mensaje.

Oiga, teatro en toda regla. Del bueno, que decía el entrenador portugués. Porque, por cierto, en el acto no se admitían preguntas de la prensa, es decir, era para nada. Los que estaban de atrezzo éramos nosotros, los periodistas. Qué penita de vida, señora. Ir cargando con el microfono para que no te permitan usarlo. Que no nos dejen preguntar, a ver si los sacamos del guion o se equivocan y dicen una verdad... Qué asco da el periodismo, a veces. Qué asco de periodismo político, y más municipal. Qué asco de corrillos, de meritorios y de gerifaltes con pocas luces. Y, en medio, los que se prestan a esa mierda, que somos los periodistas locales... Las últimas putillas... Los periodistas de pronvicias que hacen política municipal....Apasionante gremio, amigos, en el que a veces no se admiten preguntas y se admite. Admitir que no admitan preguntas. Inadmisible, a mi entender. Se arriesgan a estrechar la mano del ciudadano pero no a encarar una pregunta difícil, que tampoco es que te vayan a poner contra las cuerdas por concender un breve turno de preguntas... NO es lo profesional, joder. Eso es lo que me jode. Y hacer el paria. Hacer de tonto. Contribuir. Forma parte de ese simulacro. Ser el tonto que hace su papel de árbol en el teatro porque no te dan una línea, no puedes hablar, y solo contribuyes a la puesta en escena, a que se pueda dar el estrechón de manos que acerca al que cobra el astizal con el que se lo paga sin saberlo... Y allí estaba yo, con mis malos pelos y mi mala cara, deseando acabar cuanto antes y figurando como un monigote con los veinte compañeros, incluyendo a gráficos para los que no posó apenas cinco segundos. El posado. Es el mensaje. La foto. El saludo. Las manos que se encuentran. El discurso de inaguración. La maquinaria de la propaganda. Más de dos décadas de imperio. Lo de los socialistas es más grande de lo que nos imaginamos en Andalucía. Es como Nueva York, que no te haces una idea... Pues igual. El mensaje es el que ellos quieren. Y no hay físuras. Y no hay filtraciones. No hay disidencia. Es el mensaje.

Alguien contó hablando del tema, de lo de estrechar manos a ciegas, que no siempre son bien recibidos los saludos y que le escupieron en un pueblo de Sevilla a Díaz precisamente... A la presidenta. Que fue noticia y tal. Podria googlearlo pero me da pereza. Se acerco a saludar a una señora y pum, resultó no ser de las suyas. No sé si lo del escupitajo lo he añadido yo y es cosecha propia, y fue solo reprimenda o exabruto sonoro... A veces sale mal. Y les da igual... No lo saben y les da igual. Se aplica una lógico de patio de vecinos. Cámaras, tv... Es famoso, sale en la tele y lo saludan... Saludan por defecto. Por miedo incluso a pasar por ignorantes de no conocer a la supuesta celebridad. Y es un teatro, y según vean el rictus improvisan. Son actores. Es ficción. Pues eso. El puño es real. La indignación es real. La miseria es real. Y hay que superar un ámbito perverso de moralidad o moralina, sobre si es o no es decente o indecente porque eso es irreal. Y dejar el teatro... Que es dejar los antagonismos. Que es dejar el bipartidismo. Que es dejar la manera más cómoda de organizar sobornos. A cinco bandos es difícil untarlos, a dos, o es uno o es el otro y en los consejos de administración, pues los unos por los otros. Es el mensaje.

No hay preguntas.

Una de las veces que me dio asco ser periodista.

Fue en la inuguración de un centro de Covirán en Granada, un acto de propaganda del que formé parte y me siento avergonzado, sinceramente.

Yo, en lo poco que me toca, retiro la mano.
No hay preguntas. No hay manos.

miércoles, 16 de diciembre de 2015

Desesperanza bailonga

ahora solo me dan ganas solo de coger la guitarra y hacer canciones super depresivas, super amargas, super tristes y super desesperanzadas en plan bailongas

más de salir corriendo

los que condenan la violencia, si un día me veis y me están dando una paliza dejad de condenarla unos minutos y la usáis para al menos separarnos porque yo diría que condeno la violencia pero en general soy más de salir corriendo

viernes, 27 de noviembre de 2015

Un palo y una linterna

Hay cosas que pueden contar otros, de otra forma, con su versión, con sus detalles, con sus postillas pero que la conocen, que la vieron, que alguien se lo contó... Y hay otra esfera de acontecimientos que únicamente nos pertenece y que nadie más conoce, ni comparte, ni siquiera intuye... El blog me lo hice en su momento para abrir ese alcantarillado emocional, porque es mayormente emocional y un darro, y ponerlo aquí, aunque en origen quería hablar de periodismo, bueno o de mi experiencia como periodista, cuando dejé de trabajar en prensa, pues se redujo a experiencia en general... Algo así como la trastienda de lo que se publicaba... Los ingredientes y las recetas de las noticias, era la idea. Lo que nadie más puede contar. Hubo un tiempo en el que me puse a leer como si estuviera enfermo, no por placer como debería hacerse siempre, sino por obsesión y tratando de ponerme al nivel de los filólogos amigos que leía en Facebook. No sabía quién era Walter Benjamin, por ejemplo. Y mil autores más que debería haber leído y uno se adentra con un palo y una linterna en su desconocimiento, con idea de hacer noche. Se vuelve demasiado oscura la tarde y la vereda. Hay relampagazos. En ocasiones te sientes libre de no compartir experiencia. En otras, ni siquiera la hay. La no experiencia que viene a ser casi siempre la misma: posponer las tareas domésticas y ensayar el tecleo como si uno hiciera música con cada letra que pulsa. Y la música... Hoy solo tengo amigos en facebook que están en el mundo de la música, una abrumadora mayoría. Y comparten las pruebas de sonido, los conciertos, las fotos desde el escenario... Hasta los ensayos. Y queda alguno que lee pero se ven menos recomendaciones. Ha bajado el perfil literario de mis contactos y diría que ha cambiado un poco facebook en ese aspecto desde sus inicios. Y antes me devoraba los blogs literarios que son como un circuito cerrado, y poco circuito en realidad, son más cerrados que otra cosa. Y bajé el listón o de modo natural, fue decayendo. La practica lo es todo y se ve que la habilidad de teclear fuera de la redacción y los correctores pues fue mermando. No por mucho escribir uno terminar por sacar pulpa de la palabrería. Y el silencio, la no experiencia... Es un cóctel. Al final termina por ser un desahogo y en el blog acabas reproduciendo un tono de épica doméstica en la que das repaso a los despropósitos de tu jardín, de tu huerto... o de tu corazón. El corazón lo he tenido también con un palo y una linterna perdido en el bosque durante un par de años. El desamor da cancha a la palabrería y la ilusión de que, al otro lado, el mensaje llega. Un palo y una linterna. Hasta cuando no hay mensaje, llega. No hay lados. Triste verdad. Y a veces es el rubor o la prudencia la que desaconseja los detalles que simplemente se acotan con minucias. Ya sabemos. Son las sensaciones universales de querer o ser querido. Eso lo entiende todo el mundo. Escribo peor ahora que entonces, que ya es decir.  Escribo peor enamorado que infeliz, que ya es sufrir. Que tampoco era fácil pero permanence la furia, la rabia... No sé, la música. No saber afinar pero cantar igual en notas agudas que han sacado su punta de darse contra la pared, que se han afilado solo por cabezonería. Cantar afilado y no afinao. Y hacer las metáforas malas aquí, que es donde toca. Y parecer que sabes algo que los demás no saben, cuando estás más agarrado al palo que a la linterna. Y la indignación, que es como correr en un bosque a oscuras. Con despavoridos argumentos a colación de esto o aquello, que no se aguanta con el tiempo, porque acaban por ser anécdotas, sobre todo si se trata de política pero así es como se posa el pensamiento y como alza el vuelo a teorías o hipotesis más amplias o más aprovechables. La ficción es otro terreno o la tentación de ficcionizarse un poco, la realidad es absurda casi siempre, la mía. Y no existe. Esto lo digo siempre en los conciertos: No existe la realidad. Hice una canción al respecto. La realidad no existe, la titulé. Me interesa eso, los límites realidad ficción. Desde un punto de vista práctico, psiconáutico y clínico. La realidad clínica existe. Ya lo conté, no sé si publiqué la entrada... Esa es otra, a veces las parrafadas se van diluyendo hasta perder todo el sentido original y se van a borrador, se retiran a dormir el sueño de los justos pero uno siente que ya lo ha dicho, que se repite. Me lo dijo un chaval del público en Algeciras después de un concierto. Estaba de acuerdo en que la realidad no existe, pero teníamos que tener en cuenta a Descartes. Aquí. Ahora. Esta entrada. Mi blog. Tú. Y yo que ando con estas frases sin verbo... Esa realidad cartesiana del aquí y ahora. De lo que estamos haciendo en estos momentos... Algeciras me pareció más bonita por dentro de lo que se ve desde la carretera, y lo dije. al final del concierto, por el micrófono... Como las personas, que somos más bonitas por dentro que como se nos ve desde la carretera. Me quedó canela. La verdad, queda feo que lo diga pero fue un buen cierre: La realidad no existe y Algeciras es más bonito de lo que parece. Uno se queda con esas cosas. Lo de dar conciertos y hacer giras es tan absorbente como la literatura pero mucho más cansado y azaroso. Depende en gran medida de la gente con la que vayas. Yo siempre he tenido suerte porque he ido con grandes amantes de la converación y la dialéctica y los viajes, los peores que son siempre los de vuelta, pues se hacían amenos con debates de lo más variado: el sentido de la vida, vivir para trabajar o trabajar para vivir, las relaciones de amor, las mujeres, las relaciones de no amor, las visicitudes de pasar del amor al no amor y seguir con la relación.... Es genial ir de gira. Estaría bien contarlo todo. Donde se come, cómo se come... Nosotros comemos poco en general y llevamos comida. Thor Harris recomienda siempre llevar naranjas y nosostros somos más de la mandarina pero llevamos vitamina c en todos sus formatos. No suelen faltar tampoco los frutos secos sin cáscara y pasas, que son muy buenas para la memoria, para que no se nos olviden los conciertos y las peripecias... Se habla mucho. Se olvidan las buenas conversaciones. Se retienen malamente las bromas tontas. No tienen gracia cuando no estás exhausto y te duele la rabadilla. En realidad te ries del dolor. Sujetando tu palo y alumbrando con el círculo de leve luz blanca que crepita. Y es difícil encontrar aparcamiento. Quiero volver a leer y escribir como un enfermo porque eso era mucho más saludable. Uno debe enfermar por lo que ama. Hasta ahí debe llegar el compromiso. Total, es más elevado que enfermar a secas y morir. El paso del tiempo que en el fondo es el traspaso definitivo, el paso último, la muerte, es el gran tema y al final, un blog personal pues tiene que irse un poco por las neuras más personales y la muerte es top tres. Y es a veces un poco vergonzoso releer todo esto, el mix. Y no tiene o no parece tener ningún sentido, o unidad. Es una línea más o menos continua de idas de olla y repaso de chascarrillos o explosiones de indignaciones por noticias o columnas o lo que sea. Se complica. Se queda en borrador. La intención primigenia era ahondar en la experiencia única, íntima... Es un mal rato. Tengo varios cientos de entradas en borrador.. Que es lo que importa de verdad.... Tenía una estrofa con pregunta indirecta incluida. Las ganas, decía en el estribillo. Ahora no estoy tan seguro. Le puse la letra. Los acordes eran de Kiko. El destino está en los nombres, lo sabe bien Mark el de Facebook al hacer la batida de apodos. El destino se impone. Los nombres. Los reales. La realidad no existe pero todos tenemos un nombre. Cuando alguien lo verbaliza, nos verbaliza, la palabra se hace carne... Hay un ámbito espiritual que es muy poco representativo pero está. Esa búsqueda... O no. Esa pérdida. Todas las pérdidas, las de fé especialmente. Todas las fés. No hay plural de fé y es necesario, muy necesario, creer en varias cosas a la vez, simultánea, tener fé simultánea en varios carriles y espacios y hasta especies, fé en nuestro cachorrito, en la mini piscina de nuestra tortuga, tener devoción en esos amores incondicionales, en la familia, en el amor que no muere... El paso del tiempo. La muerte. El amor. La realidad. La ficción.... Y la experiencia. La mía o por lo que me cuentan, la de otros. Esos son los temas del blog, en plan amplio y por resumir... Incluimos periodismo o comunicación scial o todo lo que implica receptor, mensaje y emisor. Y de higos a brevas, todo. Un palo y una linterna, así me siento siempre que clico en el botón de entrada nueva. Y no solo en eso. En las relaciones. En el futuro. No sé, no tengo ni la más mínima idea de lo que me espera... Hemos aprendido algo. Llevo el mismo palo desde que tengo conciencia. La luz varia. Eso me decía mi amigo Alfonso este verano cuando caímos en la cuenta de que casi éramos amigos desde hacía veinte años. Y ¿qué hemos hecho que no tenemos ni mujer, ni hijos ni nada? Eso pregunté. Las preguntas son tema blog también pero difuminado. Algo habremos aprendido. De algo servirá. En Mairena me dijo César, que es montañero y se ha visto muerto un par de veces, la frase de una peli. Y, ¿por qué subes esa montaña? Pues porque está ahí. No es del todo fiel la cita pero así me la dijo a mí, lo decía refiriéndose a mi musica y a mi grupo. Las canciones están ahí. Son montañas. Por eso intento hacer noche en ellas. Con un palo y una linterna. Con poca pila. Siempre me he sentido con poco fuelle para afrontar la desventura y las contrariedades. Poco resuello en la recta final. Uno se da cuenta de que son parte del paseo y hay que incluirlas en el plan. Las paradas para respirar. Te sientes más fuerte cuando cuentas con un par de desgracias que van perfectamente encajadas en el planning previo. Algo hemos aprendido. Será verdad, después de todo. Pero el palo viene a ser el mismo y uno lo nota temblar. Es el miedo. Que es normal. O el frio, que estando en noviembre pues viene a ser lo corriente, que tiemble.


Un palo y una linterna, eso es todo.

jueves, 26 de noviembre de 2015

Desvirgo adulto en USA

perdi la virginidad tal día como hoy hace 22 años, mi desvirgo podría comprar alcohol en EE UU desde ya

jueves, 19 de noviembre de 2015

QUE AFINES

- tienes que afinar - por que? - pues porque no suena bien si no está afinado - Y Will Oldham? - afina muchísimo - Y Lou Reed? - afinaba y era Lou Reed - Y Daniel Johnston? - Está loquito - No - Lo has visto recientemente? - Tiene buenas canciones - Pero no suenan bien - Y Syd Barrett? - era un loquito y acabo loco del todo - y yo... - tú no estás loco - como que no? - QUE AFINEEES

martes, 10 de noviembre de 2015

Ir o no ir, esa es la cuestión

El otro día mientras almorzábamos al sol un guisaillo de papas el productor del disco y yo, discutíamos sobre la conveniencia o no de tocar mucho en directo. Todas las semanas más o menos. Tocar con frecuencia... Y discutimos, es cierto, sobre casi todo y a pesar que, casi nunca, compartimos puntos de vista, estamos bastante de acuerdo el uno con el otro aún pensando totalmente diferente. Eso es como analizarlo. Decía él y no con poca razón que no sirve de mucho o que es para nada, ir a tocar donde no te llaman o donde no hay un público que esté interesado en lo que haces, realmente interesado o genuinamente interesado por conocer lo que haces, por la música de tu estilo o de tu "rollo", creo que dijo y que, además, ese público debía ser el idóneo porque no todo el público "alternativo" sigue el pop o los grupos de corte rock o etc... y apostillaba que no tenía que andar uno con prisas por llegar a él, al público natural de su música, fuera el que fuera y yo replicaba que, aún siendo cierto eso que decía, no lo era menos que tienes que moverte por iniciativa propia, simplemente porque sí, y si no vas donde te llamen y no te llaman, no vas y si no vas, no tocas y si no tocas, no te llaman y si no te llaman, no vas y así siempre, porque si ni vas ni tocas ni llaman, pues es difícil que se interese nadie, sea del estilo que sea, porque sin saber de ti, es difícil generar interés y que, para que quisieran "conocerte", pues tenías que, por lo pronto, ir... Ir antes de nada. Él me decía que no, que no era estrictamente necesario... Que podían conocerte antes, sonando en la radio... En Radio 3. Con una buena promo... Apareciendo en Mondosonoro, en los blogs... A lo que le contesté que eso se conseguía tocando y eso lo sé por experiencia propia porque cuando tienes fechas al menos te hacen caso, al menos te sueltan eso de lo metemos en agenda, que es algo. Estar en agenda es el mínimo, el mínimo premio de ir. Supongo que habrá quién piense que es un planteamiento ingenuo aventurarse a viajar a otras ciudades si nadie conoce tu grupo y yo doy testimonio de que lo es, pero es que no queda otra. Es un riesgo bien grande, y la vida de una banda está en peligro en la carretera, la convivencia, dormir mal, que paguen mal, comer mal, beber bien.... Saltan chispas. No es fácil y no se puede hacer con cualquiera. Lo mejor en una banda es tener compañeros que estén en el mismo punto a la hora de afrontar lo de dar conciertos, sea el que sea el punto. Que compartan una realidad cartesiana, como me dije un colega que me vio en directo en Algeciras este verano. Llevas razón, la realidad no existe, me soltó. Porque entre canción y canción para presentar la de "Realista", que es uno de nuestros hits recientes, pues siempre suelo reflexonar, a la par que afino la guitarra en el hecho incuestionable de la no existencia de la realidad unívoca. Y este buen hombre me salió por Descartes... Y me contó que se iba al Líbano a pegar tiros a la semana siguiente, que había matado gente y que le había gustado el concierto. En fin. Hay que ir. A Algeciras hay que ir con frecuencia... Un par de veces al año. Ir, no ir... Que vayan, que no vayan... No dejan de ser cuestiones o planteamientos un tanto medio burgueses. Si lo hablo desde mi y estrictamente desde mi, necesito mil conciertos para coger tablas y atreverme como guitarrista. Como vocalista no me falta el más mínimo pudor para desafinar agusto pero con la guitarra los errores son más tímidos. Mejor equivocarse del todo, para todo en la vida. Mejor hasta abajo, hasta el fondo. Uno se siente ridículo cuando no vende una entrada, cuando no viene nadie... Una ene. Una a. Una de. Una i y una e. N-a-d-i-e. No se hace uno a la idea  y se pasa mal. Es un purgante. Hay que hacerlo. Hay que tocar. Hay que aprender. Hay que mejorar. Hay que atreverse. Hay que intentarlo. O no.
Esa es la cuestión.
No lo tengo del todo claro, aunque parezca que sí.


Ir sí o sí Que te llamen o no te llamen e ir o no, es troncal, porque te posiciona de un modo bien distinto ante el público y dependes de eso, de cómo o cuanto aplaudan. Es molesto tocar ante gente que no aplaude. Que no están a eso. Ser música de ascensor es complejo, al menos para mí con mi acerbo y por el tema de las letras y tal. Al final uno se cuestiona para qué y por qué hace lo que hace, hasta dónde, hasta cuándo, para qué... Y está bien. Preguntarse todo eso y responderse. O intentarlo. No hay respuesta. Es como el amor... Que es capaz de rejuvenecer y reavivar nuestras ilusiones, nuestras expectativas, nuestros íntimos anhelos... Y una vez estemos ahí, en el estrato de íntimos anhelos Parece que son obviedades pero son posicionamientos ante el fatos, no es poca cosa de lo que hablábamos masticando las papas y cogiendo vitamina A en el descanso de grabar, ya estamos con las voces. Nuevo disco. Estoy excited como dicen los americanos. So excited con el nuevo disco. Las guitarras. bien. Sufrimiento extremo grabándolas y repitiendo y repitiendo y repitiendo. Extremo. Pero el resultado es óptimo. El disco lo estamos haciendo íntegro en Abeto 5. Lo que me llena de orgullo y satisfacción. O sea que orgulloso, satisfecho y excited. Mi current mood.

Ir o no ir, esa es la cuestión
Retomando el tema pues opino que ir y volver a ir y luego ir otra vez, es lo que hay que hacer, de hecho, lo único que se puede, se debe o se tiene que hacer....
Le puse de ejemplo que conocí o más bien, escuché por primera vez a Betunizer porque iban en gira a la Línea de la Concepción y fue como, ein... Esto lo tengo que escuchar yo. Y a eso me refería que no es la gente que te ve, la gente que va al concierto o la que se lo encuentra de casualidad, es lo que esos conciertos hacen en el resto. No podemos dejar de contemplar que se presupone que si tocas por ahí, es que te está yendo bien... Que eso es otra. No, obviamente va mal. Pero va y esos que se acercan y dicen: Eh, que te veo que estás en todos sitios. Pues esos.... No van a ir a verte pero ven que vas a que no te vean y eso es un valor, lo tengan o no en mente y lo tengan o no del todo claro pero ese valor que a los soldados se les presupone, los músicos lo tienen que demostrar con pequeñas gestas cotidianas como ir a taquilla a un lugar donde no te conoce nadie... A taquilla. Vamos a taquillas, somos héroes. A ver, no. Es que lo haces o no lo haces.... Vamos camino de los cuarenta conciertos este año y en todos, hemos ganado dinero. A veces, cinco euros. Pero los hemos ganado. Enalguno, nada. hemos tocado por la bebida y por cubirr la fecha pero nos hemos asegurado de dejar contento al personal y asegurarnos una próxima noche en unos meses. Hemos clavado  la bandera y la comida o la bebida nos ha permitido estar un día más en la carretera... En uno de los conciertos que peor salió, poca gente, cero bebidas, cero euros...A los tres días, nos sacaron una foto en el periódico. Algo que ni en la mejor de las hipótesis, podríamos haber conseguido con esfuerzos publicitarios o de promoción. No hay mejor promoción que tocar y tocar y tocar... No es fácil porque tocar y subirte a un escenario con una decena de personas delante es incomodo para todos. Es jodido para el público que si muevem sus copas un poco más de la cuenta, los cubitos suenan con eco chocando contra el cristal del vaso. Es chungo para todos un concierto vacío. Y es el enemigo a vencer, ese vacío... Esa invisible presión a la que nos somete la intimidad no buscada y si lo consigues, si eres capaz de reorientarlo y llevarlo a tu terreno, pues pasar a ser todo lo contrario, algo de verdad especial... Escribiendo sobre esto me siento un poco ridículo, no voy a negarlo. Hablo desde la experiencia de haber dado unos cuantos conciertos este año pero desde la total ingenuidad de todo lo demás y sin querer ni pretende aconsejar o no sé. emplear un tono que aleccione de ninguna manera, porque creo que es imposible tomar un modelo o un camino que funcione seguro. No se puede comparar ninguna banda con otra. No son comparables las trayectorias. Ni el público, ni el interés suscitado. Solo hay pocas cosas en común: los grupos se conocen si los ves en vivo, eso es un hecho, no hay modo mejor de llegar directamente a la música de un artista que tenerlo delante y escucharlo a poco metros en un bar pequeño. Además hay algo más: el valor. Que me decía una amiga, cuando éramos adolescentes, que las chicas ya saben que estás nervioso. Cuentan con ello cuando das el paso y te acercas para intentar ligar. Saben de tu miedo y ven tu valor, el coraje de intentarlo. Es común el trato regulero a los grupos, es también un denominador mínimo válido para todos los que cargan con sus amplis por esas carreteras de Dios, que se les reconoce el coraje de intentarlo. Nada de esto se traduce en beneficio. Pero o lo haces o no lo haces.
En 2015 lo hemos hecho.
No sé qué pasará en 2016.
Pero un grupo tiene que ir. Siempre. Tocar. Siempre. Intentarlo. Siempre.
Olvidarse de los amigos, de convencer por el wasap a las amistades para que se gasten los cinco euros de rigor y que le den a asistir en el evento, no, eso no vale para nada, y olvidarse del barrio, de la ciudad, de la batalla de bandas de la provincia, tienen que pensar de otro modo: global, que te oigan en todos sitios, que llegue a cuantos más sitios mejor y no dejar de pensar que hay mucha más gente que no les conoce y podría gustarle, que gente que les conoce y no les gusta. Esto es un hecho. Y tener cierto ojo en lo que se pone la ilusión, planificarlo lo más posible en frio. Ir siempre. Pero sabiendo que se va al matadero. Que se ganan de uno a uno. Que es difícil. Que se hace duro. Que se complica, siempre. Que es maravilloso el tiempo que hay magia en el escenario.
Que hay que hacerlo y no pensarlo.
Como tantas otras cosas de la vida. Es lo que opino, al menos, hoy.
Ir. Sin cuestión.

viernes, 6 de noviembre de 2015

frente al mar


caras de chicas


Colorido plumaje

Bebiendo un café a las 4.53 asi os escribo para que os hagáis una idea. Y es noviembre, hace frío. Me gusta hablar del frío en mi blog o en general, quejarse. Siempre que he estado una chica que me ha dicho: tengo frio. muchas veces me pongo a escribir aquí con aires de sublimidad y acabo con tiritones. Tengo los dedos entumecidos pero no es por el incipiente invierno sino por la cantidad de tiempo que hace que no escribo. Es como montar en bici, no se olvida, pero caerte, te caes. La pedalada de la palabra tiene su secreto y su pauta. Hubo un tiempo en el que escribía automáticamente y la idea del blog era precisamente esa, crear el espacio para que saliera todo, la bilis, los apretones, las ideas implosionadoras, las cuestiones trascendentales pero siempre desde el set de rodaje, con la gorra puesta, hablando de lo bien que va a estar todo después de positivar... El making of. De la parte del trabajo que se podía contar, que es poca. Pero es. Era, cuando tenía trabajo. Hace tiempo que no tengo ese trabajo al que tus padres o los míos llamarían trabajo. Que no es cualquier cosa y las cosas son, en gran medida, como se les llamen, el nombre que se les ponga... El destino está en los nombres, os lo he dicho mil veces, amigos.... Mil. Y una. El café que bebo está tan negro como lo que veo. Me gusta el drama. Hace tres días el blog tuvo un pico de visitas de 600 y pico. No le doy explicación alguna. Pongo cosas inconexas, amigos, lo sé. Es como pasear. La bici no se olvida pero tampoco te pones a dar carreras a la primera de cambio. Reflexiono sobre internet como espacio de comunicación social en permanente cambio y a veces pienso que debería no reflexionar tanto y buscarme un trabajo de los que llaman trabajo tus padres o los míos, un trabajo con destino en el nombre. A veces cuando escribo de forma no sesuda salen cosas que parecen fresquitas y digo, mira. Pues mejor. Piensa lo justo y teclea con gusto. Me digo a mi mismo cosas así y a veces me doy ánimos. Pero eso no viene a cuento, pero vaya que es como la rima, que se escapa por ahí, no debe ser tan diferente el proceso creativo en el ámbito musical. Que es muy mi ámbito de un tiempo a esta parte, amigos del blog que seguís de modo lineal las publicaciones que seréis uno o ninguno. A veces le digo a alguien: Oye, lee mi blog. Pero es muy pocas veces y casi siempre son chicas y casi siempre les escribo cosas a ellas para que digan, oh, escribes bonito. Que es plumaje todo esto, quiero decir. Colorido plumaje y ni eso. Oye, lee mi blog. Normal que me vaya tan mal en el amor. Y en los últimos meses, no veas con la salud. Qué mal. No he tenido nada grave pero para un hipocondríaco de mi nivel, han sido duras jornadas de incertidumbre esperando resultados de varias pruebas. Hoy lo pensé conduciendo.... Es impúdico hablar en público de las enfermedades de uno. Quiero decir... Es hecho relevante y casi trascendental. Si te presentan a alguien... Bueno, no sé... Cuando alguien tiene un cáncer te enteras antes de eso que de su color favorito o de su segundo apellido... No me estoy explicando muy bien. No se si somos nuestra circunstancia, que lo mismo sí o casi seguro pero lo que somos, sin duda y desde luego, es un derrame continua de lozanía y salud, porque ante todo, somos nuestra enfermedad, eso seguro y cuando alguien tiene un problema de salud es su prioridad número uno y eso afecta a la proyección pública pero ¿se comenta en Facebook? ¿Qué estás pensando? En mi colonoscopia. ¿Acaso puedo pensar en otra cosa? Entonces... El cuerpo te envía señales, me dijo hoy una amiga y me dieron ganas de responderle que el mío se las enviaba al de ella y que no se daba por aludido pero le dije; sí, todo son señales. Lo pienso de verdad. Esto es una señal. Que estés aquí y leas esto. Es una señal no sé de qué pero de algo. De algo súper tocho. Señales tochas hay por todos lados, estoy de acuerdo, no sé de qué son las señales pero apuntan en direcciones y las direcciones son vectores y la vectoridad es un campo de realidad cartesiana ciertamente incontestable. No nos pensamos. No nos decimos. La noción del ser propio aparece solo en determinadas ocasiones, por ejemplo, cuando tienes que actualizar un blog personal a las cinco de la mañana en noviembre con el frio a estrenar del otoño aún crujiente. Aún crujiente.
Es la pulsión letrista lo que me lleva a ese desvarío o poco alcance en el disparo de ideas. Es el propio valor sonoro y el eco, el espacio, el silencio, la música... El tintineo. El mirlo. El jilguero. El plástico del paquete de tabaco que se arruga y se hace orqeusta sinfónica en la quietud de la noche. El ulular de mis pensamientos desechados en la balsa de la duermevela. Las frases largas sin verbo ni mayor trascendencia pero efectistas. Todo eso de universalizar la pelusa de debajo de mi casa. De hilar con gracia las miserias cotidianas y hacerse un collar de perlas con las mejores desgracias no trágicas de las vecinas y un broche solo para días especiales de los verdaderos dolores de los demás que más nos deleitan. Lo de los demás. Todo a la vez. Hay una mosca que no me deja ni a sol ni a sombra. Ya no hiela. Buena cosa. Hablar del tiempo como si lo tuviera. Una noche en blanco bastante poco luminosa. Tampoco es verdad que me vaya tan mal en el amor, como dije antes  Exagero. Si me fuera mal, ya sería algo. No va. No hay. No es. Es otra cosa, uno no lo tiene muy claro el qué pero es otra cosa. No me cabe duda.

miércoles, 4 de noviembre de 2015

peores canciones, mundo a peor

que las canciones cambian el mundo, papi papi papi chulo, es evidente y que si, dale dale don dale, no te posicionas como escuchador, papi papi ven ven a mi, pues el mundo va a peor, pues también es un hecho contrastable y contrastado

miércoles, 21 de octubre de 2015

cuchalx

me hace mucha gracia que en granaino se diga "cucha", que presupongo que viene de escucha, en lugar de "mira" y sobre todo me gustan sus variantes "cuchalo" o "cuchala" en lugar de "mira ahora este o esta con lo que me sale o con lo que salta"

ojo al tejado ajeno

tirar piedras contra tu propio tejado es absurdo pero si el tejado es de otro es igual de absurdo, ojo

lunes, 5 de octubre de 2015

¿Tienen sentimientos los ateos?

Entiendo que se puedan ofender sentimientos religiosos, y se juzgue, pero hoy pensé: ¿No es posible ofender sentimientos ateos? ¿no tienen?

Volveré sobre el tema de la protección jurídica al ateísmo y el marco legal del descreimiento, y sus costes sociales, en próximas entregas.

EnriqueVIII "Lo que quieres ser" 03/10/15@Zeppelin

domingo, 27 de septiembre de 2015

A nadie le gusta el pan congelado

- Compra varias barras y lo congelas.
- No.
- Son cuatro por un euro.
- No. No me gusta.
- Y, ¿no te da pereza ir ahora a por pan?
- Sí. Mucha.
- Pues por eso.
- Ya pero no.
- Y, ¿por qué no?
- Porque no me gusta el pan congelado.
- ¡A nadie le gusta el pan congelado!


Más o menos es fiel la transcripción. Y es cierto que cerca de mi casa hay varias panaderias con tres barras, o incluso cuatro, por el psicológico precio de un euro. Cuatro barras a un euro. Una barra, sesenta y cinco céntimos. ¿Nos hemos vuelto locos? Me parece caro, muy caro, más de cien pesetas un pan, una pieza. Y no hay o no suelen tener bollitos, dígamos individuales. A veces intento que ladeen en cincuenta o que me cobren con cierto sentido o sensibilidad con la parte alicuota, si son cuatro la están despachando a veinticinco, eso sí por dobles parejas se la liquidan pero ese margen en el precio final me parece un tanto terrorífico como dinámica capitalista y siguiendo esa misma dinámica pues tendría que tener el congelador lleno de barras atrasadas. Lo curioso: A nadie le gusta el pan congelado, que es como decir,a nadie le gusta esta dinámica doméstica de comprar con sentido industrial, esa planificación del tres por dos, del segundo a mitad de precio, del vale descuento o de las cuatro por uno, o tres, y es terror porque no deja de ser un absurdo, una técnica de llenar una burbuja y una nevera que tiene consecuencias y se me ocurre el precio de la leche que hay una falla seria en el sector por estos mismos procederes que,visto con cierto lógica, solo deben interesar al que de cuenta de los tantos por cientos. Y haga caja. A costa de su caja o me tengo que comer el pan congelado o sentirme estafado con una sola barra, y cuando vuelvo en dirección a mi coche, pienso: tengo que escribirlo en el blog. Los productos de bollería también me da la impresión que han pasado a sector de lujo. Las tortas de chocolate se han aupado a la frontera mental de la moneda única y deberían costar, a mi modo de ver, céntimos pero no. Te sorprendes cuando en algún sitio te dicen, tan campantes y tan claros, el euro y medio por una cuña, una palmera, una napolitana de choco o crema, en fin.... Pero no sé si esto tenía mucho q ver, con lo del tema pan. Tema oferta. Tema tres por uno. Tema cuatro por uno. Porque, y de aquí viene todo, es como si te penalizaran por ceñirte a lo que meramente necesitas. Lo contrario del decrecimiento, sobreprecio por la necesidad básica como dinámica de venta, premiando el volumen pero a un nivel doméstico y a nadie le gusta el pan congelado. Tiene que ser del día, como cantaba Jonathan Richman, pues lo mismo. Como el pan. Tampoco he madurado mucho la reflexión pero quería comentarlo con vosotros porque este tipo de disquisiones me abocan al abismo del pan de molde y me resisto con todas mis fuerzas.
Y la parte buena es.... Que he descubierto una panaderia en mi pueblo que te lo vende caliente de madrugada. Caliente de madrugada a precio de coste. Podría ser el título de mi biografía autorizada, Caliente de madrugada a precio de coste. Pues eso: barras a cincuenta, bollos a ochenta y recién hechos, de tres y media en adelante, y aún calientes. Ir al origen. Supongo que es eso.

En el siguiente capítulo de mis compras y mis movidas hablaré de mi búsqueda de huevos no industriales.
Seguimos.

jueves, 17 de septiembre de 2015

miércoles, 16 de septiembre de 2015

El eufemismo "refugiados"

¿Por qué les llaman refugiados si precisamente es eso lo que no tienen, refugio?

¿Es peor la palabra exilio? Esa equis es más dura pero el concepto es mucho más próximo a la realidad. O desplazados. Es más larga en carácteres pero tampoco tanto.

No tienen refugio:
No son sujetos son el objeto indirecto de los bombardeos. ¿Por qué no llamarlos bombardeados?
¿En qué punto o en qué momento se le dejó de llamar exiliados a los exiliados y sobre todo, por qué?

Parece o puede parecer que las palabras no importan pero también imponen fronteras.
O eso opino yo.

lunes, 31 de agosto de 2015

lunes, 24 de agosto de 2015

Sexo, drogas y mi blog

Llevo días con ganas de escribir y abro entradas, lo intento, le doy, le doy un poco, me desfogo con un par de párrafos, aprieto los puños, lo intento, me suelto de dedos, divago un poco y así se queda, sin más. En Borrador, claro. A ver si remato esto y lo subo. Rematar, remato nada últimamente. Y lo que sea. Preocupado no estoy. Me da bastante igual. Me cansa. Lo de rematar. el toque... Buscarlo. Fracasar en la búsqueda. En general me apetece escribir, eso es todo... Eso y trasmitir el momento interior, lo de airear detalles no me apetece y es poco ilustrativo a la larga, escribir sin describir me gusta también, frases cortas, pensamientos cortos, vine, me fui y sacarle la vena más de diario de adolescente a esto, pensé, vi, y pararme y deternerme y mirar con microscopio lo que me pasa, lo que voy pensando, lo que va pasando, mis pasos, mis traspies y mis saltos, la casuística, mi rumiada de experiencias, la no acción y que, en fin, tampoco son tantas las experiencias a decir verdad. No es que haga tantas cosas. Mal, la mayoría. Lo intento, lo intento... Me gustaría hablar de lo que veo... Una escritura de ojos, Que sea una boca la ventana y solo hable ella. Los sitios, los viajes... Las luces. Los brillos. Los atardeceres. La neblina. La bruma. El aire. Los olores. Esas movidas, y las sensaciones en compañía, con el grupo, las experiencias... Los desconocidos. Los amigos de un día. Las noches en vela. Las miserias. Sobre todo la miseria es lo que veo que es lo que más llama y las contradiccciones con las máximas del rock and roll. Sexo, drogas y mi blog. Sangre, sudor y mi blog. Y debería ir más al grano y dejarme de soltar aquí las aventuras y reservarlas, para hacer más cómics, el fanzine de mi grupo, nuestro cómic oficial, cosa fina y maravillosa, guardarme las historietillas para los dibujitos... Que me relaja tela lo de dibujar y dibujar y se me suelta la lengua. Que es lo que gusta. Una lengua suelta. Y darle rienda, tan suelta como la lengua a todo lo que se me vaya ocurriendo, en clave de las aventuras de Enrique Octavo, no sé qué habrá sido de los cómics... Las anécdotas. Los chascarrillos. Sexo, drogas y toda la pesca... Procrastinación... Porque por otro lado, tengo la casa que podrían venir del ministerio a declararmela zona catastrófica y nno pongo una lavadora desde el mes de junio, creo y en fin, tengo fondo de armario para estar dos meses sin tener que tender pero lógicamente me escasean los modelitos competentes para el fin de semana, y en otro orden de cosas, no dejo de recibir roba de segunda mano, lo que me flipa porque no estoy para nada de acuerdo eticamente con la ropa de Zara, en general con nada de Inditex, ni mango ni nada de eso, no me gusta ni para las mujeres ni para los hombres, ni H&M ni Primar ni nada... Vale tres euros porque lleva un cacho de vida del que lo hace. Me parece muy mal sustraerse a eso. A ese detalle. A ese condicionante del precio bajo.  Esta conversación no interesa en lo más minimo a las chicas que van a la moda y se gastan un fijo de dinero al mes en nuevas cositas. como decía, yo no necesito gastar porque me lo regalan. Lo último, la ropa de mi hermano pequeño: Como he perdido un buen montón de kilos me caben sus bermudas y como este año, el pasa de bañadores floreados pues me han caido media docena de pantaloncitos tropicales de distintas alturas, que me hacen la mar de juvenil, y en el lote ha caído hasta una camiseta de la selección española con la que no tengo ni la menor idea de qué hacer, ponérmela, no creo.

Llevo días con ganas de escribir, que es como tener ganas de follar.... Las ganas de escribir son como las ganas de follar. Sexo, drogas y mi blog. Ya, ya sé que no. No. No es lo mismo, de acuerdo, es más no se parece en nada, porque me apetece lo de escribir y pum, me pongo y aquí estamos, dándole vueltas a la nada, pero lo otro, no es cuestión de uno nada más, supongo que la verdadera escritura tampoco, porque se establece en un canal más noble, es un estado del pensamiento más depurado, más especial, no sé cómo... Follar enamorado iba a decir. Una verdadera conexión. Algo especial. follar enamorado es un decir. Follar con ganas y ganas de follar no es lo mismo. Sexo es algo más grande, más general... Más de todos los ámbitos. En verano todo el mundo está como a tope de ganas de follar. Ganas de follar por todos sitios, protones, neutrones, todos en frotación universal. Ganas de follar del universo. Follar con ganas, follar enamorado, follar con el periodo de celo... Somos animales, al fin y al cabo. Tenemos una canción al respecto: El Mercado negro de los sentimientos. Vamos a grabarla en breve. Vamos a grabar un repertorio entero nuevo. Tengo que ir a por tabaco. Qué pereza.  Es especial lo que creemos especial o lo hacemos especial al creernos que es así, no lo sé y tapoco tengo claro si le he dado el tono retórico oportuno a la frase anterior. Lo malo de este blog y de todos en general, es su carñacter marcadamente onanista. Pajeo mental que lleva a ningú sitio, que ni siquiera lleva, que es ningún sitio. La alocalización de pensamientos peregrinos que segñun el día son nómadas y que hoy por ejemplo, que es domingo, apenas si son pensamientos y se quedan en sensaciones vagabundas, en latidos perdidos sin mayor esperanza. Las ganas de escribir son más llevaderas.

Hoy pensé que llevo años sin escribir poesías

Voy a contaros algo. Una desgracia. Que siempre alimenta. Se me perdió un ordenador, me lo robaron, tenía la pantalla rota afortunadamente, no pudieron ver los archivos y confio en que lo vendieran por piezas pero allí tenía tres o cuatro años en poemas, a mil versos por año, en bruto, sin corregir, escritos a impulsos, a golpes de remo, con miedo, con inquietud, con puro fervor y con mucha tontería, y todo perdido, todos perdidos.... Perdiciones cotidianas. No tendría tanta importancia. No serían tan buenos si no los había depurado, en el fondo no existían, como tampoco existe esto. O son borradores. Somos borradores. Lo eran. Lo éramos. Nos daremos cuenta en algún momento de que era todo un simulacro. La poesía tiene mucho de simulacro de vida, de concepción primigenia de sentido único, o eso opino. Y en el fondo, definir la real existencia es más importante de lo que pudiera parecer porque la mitad de la vida se nos va en cosas que realmente no existen. Los límites de realidad ficción son complicaditos desde siempre y con la calore que hace, peor poner puertas al campo pero los lectores habituales, porque fiel hoy en día no es nadie, pues deben saber que es uno de mis temas favoritos. Nuestro tiempo se ve muy amenazado, lo que es el límite... El fino hilo del sentido común. Tengo sed.

Tengo el jardín seco
Me he equivocado de tecla y he puesto tengo el jardín sexo en lugar de tengo el jardín seco...

Y llevo años sin plantar nada
Exagero, planté unos geranios hace unos meses pero murieron, me he despreocupado del jardín, en los últimos meses y me siento mal, culpable, un asesino de futuros hijuelos de mis plantas que no nacerán y no me siento nada bien al respecto,  por no regarme, por irme durante una semana, por confiar en la lluvia y me gustaría que la valla la trepasen algunas campanillas o alguna planta con flores que fuera bonita y dura, y resistente, que me hiciera de pantalla de mis vecinos, odio a mis vecinos, no está bonico decirlo en el blog, pero es la pura verdad y eso que solo están en casa un mes al año pero me molestan mucho, creo que es mutuo, y estaría bien que la naturaleza se aupase a la malla metálica y pusiese flores de por medio... Todo lo arreglo con flores. Las flores tienen poder. No es una chorrada hippie, es un rollo atávico. El almendro está hecho una pena. Y cuando florece es un espectáculo. El almendro es una metáfora de mí mismo. Uno se secó. El grande, el de siempre. Se cortó de cuajo. Hace tres inviernos terminé de quemarlo en la chimenena, El año pasado cortamos el ciruelo. Prendía peor pero ya es igualmente ceniza. Me gusta que acaben dando calor. Es una penica el proceso pero no queda otra. Antes se me secaba una planta y casi se me caían las lágrimas. Me siento mal pero menos. Me he aconstumbrado a que cada cierto tiempo sobrevivan solo las más duras. Porque no hay una estación buena o piadosa en lo que al tiempo se refiere. El invierno es salvaje aquí, puede que el verano sea más o menos molesto pero el viento en invierno corta como cuchillas. No estoy preparado para el próximo invierno, nunca lo estoy. Nunca se prepara uno para que te corte una cuchilla. Solo hay una: esquivar el tajo. Tengo un plan. Es el plan. El buen plan. Montar un salón de invierno. Cuartel plan b. Un búnker. En el sótano. Hay baño en el sótano. Por ese lado está solucionado. Y ochenta mil millones de trastos y chismes de todo tipo. Esos chismes he pensado en venderlos. Donde sea, en el rastro, en el mercadillo, donde sea... A un euro, me da igual. Quitármelos de encima, a lo bruto, a lo bestia. Limpiarlos, venderlos... El polvo lo afea todo mucho. Con un buen trapo, lo mismo lucen lo bastante como para ponerlos encima de un mantel con un cartelito al lado de todo a un euro. En un compra venta. En un trastero, no sé... Tiendas de segunda mano. En desguaces, aunque sea al peso por el hierro o el metal que tengan. Lo que sea. Cinco euros. Buenos son. Y sacar toda la morralla fuera. Para el cuartel de invierno, para el sótano secreto. Estar bajo tierra ayuda a combatir el frío, la húmedad sería el nuevo enemigo. La camiseta de la selección española de fútbol podía caer en la tienda de seguna mano, lo mismo si me dan algo, aunque creo que la venden por tres euros en todos los mercadillos, o sea que es tonteria pero quién sabe. Los muebles que no sirvan, pues a la basura y a redecorar. Sin dinero. Con cuatro duros. Con estilo y buen gusto. Me apetece hacer una mesa baja con pallets, por ejemplo. Pintarla de blanco, y en los huecos, meter como cajones de cartoné. Lo del cartoné es solo una idea, valdría también readaptar las cajas de zapatos o de lo que sea, cualquier cosa hace las veces de cajonera. Le temo a los taladros. Soy el anti bricoman, no me doy nada de maña con el taladro, es más, soy más bien, torpe pero como me dce mi colega Jose hoy en día no hay nada que no tenga un tutorial en Youtube, y es verdad.

Quería volver a lo de las ganas de follar...
Y pero no veo claro como retomar el hilo.
Quiero hablar de mis gafas rotas.... Ganas de escribir, ganas de follar.... Gafas rotas. Voy haciendo recuento de temas pendientes. Las tengo en la punta de la nariz. haciendo equilibrio y miro ajustando la mirada y el cuello. No me quedan gafas de repuesto. Las ganas son lo que importan. Tenía una canción, a medías con mi amigo Kiko que se llamaba así. Las ganas. Quizá habría que recuperarla para la nueva grabación. En otro post hablo del disco que vamos a grabar. Ganas de escribir, ganas de follar, ganas de grabar.... Gafas rotas. Tengo las gafas rotas. Llevan meses así.  Se han roto en el escenario. Las de ahora y las anteriores. Duraron ambas un par de semanas con una sola patilla. Que la gente, los que conocía menos y tal, después de un rato de charla me decía timidamente: Oye, solo tienes una patilla, ¿no? Y yo, pues sí. Una. Nos timan, amigos. Con una patilla, la gafa tira. En serio. No hacen falta dos. Es un gasto inecesario lo del par de patillas, porque con una y un pelin de equilibrio se apaña y ojo, es el doble. Me duró semanas. Y después, al romperse. tuve que tirar de mis clásicas gafas redondas rojas que me hacen la cara o me la hacían, redonda y roja, bueno roja, no pero es que quedaba bien. Gafas odiosas y sobre todo, odiadas por mí desde el miuto después de salir de la tienda con ellas compradas. Hace poco estuve en Sevilla con mi amigo Alfon y salgo en una foto con él, en el campus de Reina Mercedes, año 98 o 99 y con esas gafas.... Gafas rojas odiadas y odiosas. Redonda y roja mi cara en Reina Mercedes a finales de los 90 y con perillita indie de la época. Total. Que estoy harto del todo de esas gafas que se temrinaron de romper, patilla uno en el concierto de la Velvet y patilla dos el jueves pasado.... Ayer se cayó al suelo y se rompió la pasta roja del cristal derecho... Es cuestión de tiempo y de un par de golpes más, que el cristal se haga añicos... Y bueno, será el final.
Lo de comprarme unas, ya.
No hace falta que lo digas.
Lo sé.
Me voy a comprar unas. Me tengo que comprar unas.

Las ganas de escribir son ... algo muy bueno, creo yo.
No he retomado el hilo pero me apetece escribir porque ahora no escribo nada, de las últimas veces que he trabajado escribiendo me he notado desfondado y bastante incoherente, nada que ver con los tiempos en los que me despachaba una doble y me editaba otras tantas, que me chorreaban los párrafos como el que no quiere la cosa y tenía que huir de la rima para que no fuera todo alicatado hasta el techo, pues claro, claro que añoro aquello, pero no era vida, no era vida, ni se le parecía y lo echo de menos como se acuerda el soldado de las guerras, con fuertes latidos pero sin ganas de volver y lo añoro, es verdad. pero no podía durar como todo y flipo tanto tantísimo tanto con lo anquilosada y jodida que está la profesión, que el blog era un poco para eso... Me gusta escribir sobre ello. No lo hago tanto como quisiera. En parte porque son polladas, quiero decir... Que no son trancendentales, los artículos o el determinado tratamiento de una noticia... Luego la noticia se olvida y apenas si tiene sentido hablar sobre lo que se olvida... Eso es poético...Igual no tiene sentido o quizá lo tengo todo, todo el sentido.... No lo sé. Eso también, el blog lo tengo para dudar. Dudar en público, que es un lujo. Tendría que estar poniendo una lavadora y fregando platos y dejarme lo de dudar, en público o en privado. Debería cambiarle el título al bloh y llamarlo: La procrastinación de mis tareas domésticas. El castillo del terror está realmente tenebroso. Y la semana que viene, tengo visitas. Y vamos a grabar. El castillo del terror. Debería de estar limpiando y no aquí. Debería estar durmiendo.
Debería haber sido ya feliz.