domingo, 28 de diciembre de 2014

Los años deberían empezar en primavera

El frio a mí me paraliza y supongo que a todo el mundo, me complica bastante la vida y la movilidad en mi propia casa, gélida como una cámara frigorífica, pues me atrinchero, manta, calefactor y, desde el año pasado, batamanta. Tengo una batamanta.
Llevamos seis días de invierno, quedan ochenta y dos. Termina el día 20 con un eclipse total. La primavera del año 15 llega con un eclipse total. Hasta el 1 de diciembe no puse la estufa. Tengo que buscar alternativas al calor en el hogar. Necesito un chozo o un sótano habilitado, todos los años lo digo. A ver si soy capaz de vaciarlo antes de que termine el catorce. Vaya año raro, por cierto.
Nunca me imaginé con una batamanta, fue un regalo. Es suave, Cuando me la quito o la fortó, suelta chispas. Suena que no veas. Me gustaría poder grabar ese chispazo. O como cuando lleno una sartén con agua y suena contra algo.


Me gustaría poder grabar los ruidos de mi casa.
grabar cómo cruje el invierno y como las puertas se salen de los goznes en verano, exhuberantes en sus umbrales y salidas de ellos, y lo mismo con los pájaros, en especial, los mirlos

siempre me propongo vencer al frio
y en un determinado momento me dejo ganar y me hago el muerto, olvido la leña, lo sostenible y pongo el dos en la estufa que me supone el palo, y ese es palo y no el de la leñera en la factura, dificilmente asumible y me siento mal con ese incremento, porque lo noto como un lujo y gana el frio, psicologicamente al menos, me gana pero no me rindo, ni yo ni la manta ni la estufa nos rendimos

muchas veces he intendo enfocarlo desde la positividad
Es cierto que el frio es bueno para la piel
El frio bien entendido es terso, nos tersa... Pero este año por primera vez me golpeó la ciática y noté el frio en toda su crueldad y nada le vi de salud, pasar frio es algo que no debería estar permitido por la ley, con la cantidad de humanos que nos tenemos los unos a los otros para darnos calos, deberíamos hacernos rutas para calentar las cajas ajenas, sin gasto, solo presencia, hablar y consumir oxigeno, regular la temperatura con un alto componente de calor humano, un café y unas pastas, una ruta por casas sin calefacción de personas simplemente amables y con conversación que respiran y sonrien y nos hacen vencerle la batalla a las empresas eléctricas de suministro. Cortan el oligopolio a base de conversaciones interesantes con los vecinos. El escuadrón de la charla caliente. No suena mal.. Quizá demasiado comercial.

El frio nos une, o debería
Yo estoy solo pero me siento muy unido a la estufa, a la manta, a la batamanta, al pijama y las sábanas de franela. y hace un sol maravilloso al que ni siquiera veo desde la ventana, las persinas tienen que estar abajo que no entre la corriente polar, cerca de la montaña el aliento de nieve me golpea seriamente. No es una batalla fácil de ganar, eso es cierto. Tengo en contra el viento, la montaña, la ubicación, las ventanas... Apenas ninguna ventaja. Nada de estrategia. Me acorrala. Pero por otro lado, sin estos inviernos atricherado no hubieran pasado muchas de las cosas que me han pasado, lo que no deja de ser un argumento un tanto falaz, lo reconozco. Nos perdimos del camino o el camino que teníamos que recorrer era por dónde nos perdimos, he ahí la cuestión. Ser o siendo. Haber sido, esa podría ser otra duda. Pero es vivir en el pasado. Escribir el blog, es vivir en el pasado. Somos pasado a poco que nos descuidemos. La frase anterior es pasado con respecto a esta, la cuestón que te planteabas hace dos líneas, ya es como de la primera temporada. Y nos da la impresión de que todo va mucho más rápido de lo que va. No es nuestro negocio la rapidez, en nada nos favorece. EL frio es lento, sabe que lleva la victoria silbándole en los oidos. Sabe lo que se hace. Nos perdimos y era el camino. No hay camino. Eso es. Machadonismo. Ligero de equipaje. Para poca maleta la que lleva el frio. Es el modelo a seguir. Su avance implacable. El frio es el tiempo en esta metáfora. Siempre gana. Siempre se le cmbate con la ilusión de un niño. Siempre se cree uno que vencera y no, pasa, como pasan los viejos, como pasa el calendario, como pasan los andenes, las estaciones, los aparcamientos, los momentos rutinarios y perfectamente olvidables de una vida y las tres fotos a enmarcar. Qué frio más terrible produce eso. Un marco frío de plata. Volver a no irse jamás. El camino está claramente delimitado en ese caso y es difícil salirse de la vía. Se paga para siempre pero es solo tu cabeza. El frio instalado en tu cabeza al que nunca vencerás. Es buena idea, o buen truco decirse a uno mísmo, dónde mayoritamente está ocurriendo esto ahora mismo, en mi cabeza o fuera de mi cabeza y si vemos, si lo hacemos con cierta regularidad, y en determinados momentos de absortismo, comprobaremos que el tráfico de nuestra mente está mucha más colapsado de lo que creíamos y que se nos olvida el frio hasta que los sentimos

Por eso los años debería empezar en primavera

martes, 23 de diciembre de 2014

El cine del siglo XXI te dejará sordo



vía Jose Miguel Bolívar (@optimainfinito)

Se acabaron todas las buenas chicas del pueblo

Esa sensación de: "Se acabaron todas las buenas chicas del pueblo".
¿Quién no la ha tenido en algún momento de su vida o algún pueblo de su vida?
de ser una caravana de solteros tu mismo. De tenerla dentro.
Y es terriblemente duro. Seguir aqui. Esa soledad despreciativa.
Se trata de una cuestión generacional, de una añada, de una promoción, puede ser una clase, puede ser la facultad o puede ser el baile... El caso es que se gasta. El número siempre exiguo de buenas chicas, porcentaje aún más pequeño por lógica en los municipios menos populosos, es limitado como los recursos naturales y los matrimonios en la comarca pues van dejando huecos en el mapa y vienen fuertes las nuevas generaciones pero tu ya no estás para chaqué ni qué ni cha cha chá
Pues eso.
Esa sensación: es una tonteria.
Lo mismo algo me sale. una cancion, digo.
O lo mismo no.

lunes, 22 de diciembre de 2014

Escribir aunque sea tonterías

He escrito una letra así un poco jugando, como siempre en realidad y me ha parecido tan patética, que me he decidido a ponerla aquí porque no creo que se convierta en canción aunque yo la canto sin querer cuando la lea, que me la imagino con melodía quiero decir, pero es bastante tonta y poquita cosa:

la vida ha sio un suspiro
un suspiro muy lento
casi como un bostezo

la vida ha sido un paseo
un paseo muy corto
en el que fuimos muy lejos

la vida ha sido un hastio
un aburrimiento
solo tuyo y mio

la vida ha sido bonita
una puta tortura
entre margaritas

la vida ha sido un vacio
un aburrimiento
solo tuyo y mio

la vida ha sido corta
y ahora no es vida
desde que vivo con otras

La vida ha sido triste
y ahora no es vida
desde que te fuiste




Plagada de clichés y feota, lo sé, pero es lo que tienen las letras, que vienen de pronto, con canturreo y todo y se quedan así o más o menos así si es que llegan a quedarse y creo que está, razonablemente, bien. El otro día leía It´s allrigt Ma I´m only bleeding traducida y me parecía un alarde por todos los lados, no nada inalcanzable o imposible, que es algo que pensaba a veces de la rima de gelista de Serrat y Mediterráneo, que me la veía ajena a mis capacidades, muy lejos en mi mejor día. Hay que escribir aunque sea tonterías, no siempre he opinado así, porque creo que es importante tener o al menos, albergar de forma peregrina un cierto propósito. Una búsqueda al menos, o un espíritu y suena a mierda de autoayuda y quizá lo sea. Tonterias de autoayuda, Uno tiene que creerse algo, mejor sería San Juan Nupoceno o como se escriba, o San Judas, patrón de imposibles e improbables, o cualquier virgen, o Buda, o un sabio... Lo más parecido a creer en Dios que recuerdo son mis pantalones de la suerte de salir los sábados. Que, a buen seguro, en mi última hora imploro como todos y no me acuerdo de mis vaqueros favoritos. Pero eso pasa siempre, ¿no? Al final no necesitamos lo que creíamos que nos iba a hacer falta y lo que tenemos de sobra, pero no lo que realmente entonces queremos o necesitamos. A mí me parece un hecho dramático de la existencia estas fluctuaciones entre lo que uno espera, lo que obtiene, lo que necesitaba, lo que realmente necesita y lo que creía necesitar. Es, definitivamente, demasiado complejo para mi cerebro de nuez. En gran medida defiendo, por eso mismo, escribir tonterias. Porque se convierte en un camino que se pierde y que te descubre nuevos claros en el bosque. Bueno, al que le quede bosque y al que le quede claro. Ayer hablaba con una amiga que es artista y que ha conseguido un premio recientemente que le ha puesto muy contenta, básicamente porque le dará medio año de vida y no tendrá que volverse a trabajar de camarera a Londres. Tiempo para pintar, me decía, pero también para que se le vaya la olla. Más o menos textual. Es necesaria la tonteria o la ida de olla o la idea que nace de un profundo hastío o el convencimiento que te da el manejar la freidora en un fish and chips de Candem Town. Uno necesita tener claras un par de estupideces. Es un paseo pero tenemos que ir lejos. Es un suspiro pero nos parecerá un bostezo. No podemos permitirnos ser camareros en Londres, si nos late por dentro. Si nosotros mismos somos una freidora. Si somos el mismísmo puto Candem Town o queremos serlo o sentimos que lo somos o cualquier estado del verbo ser que conjugemos correctamente. Qué necesitas, qué crees que necesitas y qué necesitabas realmente, no es muy distinto del qué eres, qué quieres llegar a ser y qué serás realmente. Me encanta ver y sobre todo charlar de estas cuitas de autoestima con los artistas. Si son chicas, mejor.
Nepomuceno.
Así se escribe. San Juan Nepomuceno.
Patrón de Bohemia. No será casualidad aunque haya pensado un nombre al azar de santo. Nos convendrá dirigir nuestras plegarias bohemias a buen Juan y confiar en lo que sentimos, en lo que necesitamos y no esperar absolutamente nada más.
O eso creo ahora, Nepomucenos. 
Mañana, ya veremos.
  


Guapa y le ha tocado la lotería




Pero tiene novio.
http://politica.elpais.com/politica/2014/12/22/actualidad/1419256098_934085.html

sábado, 20 de diciembre de 2014

Sabina, te matará tu codicia

Tuve la tentación hace unos días de dedicarle una soflama al ínclito Joaquín a cuenta de su, tan glosada y comentada, espantada del Palacio de los Deportes de Madrid. Fue noticia destacada de todos los telediarios y me pareció especialmente insultante, no sorprendente lo de cancelar, sino como el propio Sabina echaba mano del nombre de una compañera para excusar o justificar su falta de gasolina en el depósito, me ha dado un "Pastora Soler", dijo ante el público que había apoquinado la desmesurada cantidad de euros que pedían por verle. En Barcelona lo más barato en tickets a la venta son 33 euros y lo más caro, 189 y lo del montón, pues entre 40 y 70. Pastizales para los que hay que jugar la baza del aniversario de tal disco, la exclusividad de que son solo dos noches o la madre que parió a Panete porque convendremos que no son precios normales por una entrada de concierto.

Una semana antes aquí, en Granada había estado tocando en directo Javier Krahe, del que Sabina robó todo lo que sabe, y hace, dándole quizá el giro más mainstream al rollo, por decir algo, McCartney evolucionando desde el tosco Brassens, pero para el que la palabra inspirador se me queda muy corta para tildar el trasvase de ideas de Javier a Joaquín. Pues el primero visitó la ciudad de la Alhambra y actúo en una sala con capacidad casi para mil personas, lo que me sorprendió y me alegré pensando que pudiera verlo mucha gente. La foto que ilustra el artículo es en La Tertulia, donde apenas cabrán cien y donde el espiritu es mucho más de sociedad secreta. Las entradas esa noche estaban en la media, por encima de los 12 euros, pero a precios asequibles, o los habituales y se preveía una buena taquilla. No es el típico aforo de los conciertos del autor de "Cuervo Ingenuo", sospechoso habitual en el extinto y añorado Secadero, donde venía varias veces al año y quizá su reciente dueto en Clamores con Pablo Iglesias, pues había hecho llegar a Krahe, círculo a círculo, hasta más votantes de Podemos. ¿Qué líder político canta en el mundo libre en directo en un escenario aparte de Obama? ¿Con quién cantaría Rajoy? ¿Mocedades? Pensé en Krahe cuando a la semana, Sabina más pálido que el papel y con el bombín cada vez más holgado, se le veía plañidear en vídeos de Youtube. Qué pensaría el mentor de aquel rostro pálido que se reconocía incapaz de rematar la faena, ya que alardea de taurino el propio artista. En mi sección en la radio, dónde anuncio los conciertos del fin de semana, me lié y le adjudiqué a Krahe nada menos que una década de más. Ojito al patinazo. Que no es poca cosa. 70 añazos tiene el gachón y está dando ahora, me presumo que muy a su pesar, el salto a salas de mil personas.

Se adivina una salud diferente entre los que fueron amigos y componentes de La Mandrágora a día de hoy, y sobre todo, un estado del alma bien distinto. No se imagina uno a Krahe diciendo o aludiendo de ningún modo a una artista como Pastora Soler, sea cual sea su indisposición temporal y no se prevee que le den pájaras del tipo nervioso, de hecho, en una reciente entrevista en la Tuerka, con el omnipresente líder de Podemos, reconoció que ya ni siquiera se ponía nervioso antes de los conciertos. Que ya no, decía con una cierta nostalgia, como si echara de menos ese incomodo entusiasmo previo a subir a las tablas. Una entrevista, la de la Tuerka, de esas en las que te ruboriza el fervor de fan con el que se desarrolla el cuestionario y a la que Sabina, por qué no, debería enfrentarse. Iglesias versus Sabina. Pelotazo. Seguro que tenía muchas más visitas la entrevista con el de Úbeda, por no hablar del reclamo electoral. Ojo, Monedero, vamos a ir moviéndolo.  Llama a Berry. Que seguro que en 2015 se presta.  Y se explica todo: lo de Pastora Soler, lo de la mala cara, lo de despedirse o no para siempre... Despedirse eternamente vende entradas de concierto. Es un hecho. La enésima última gira de los Stones o de los Cure, da igual el estilo en realidad, o que sea un grupo o sea Iggy Pop o Nick Cave en el Forum.... Quiero decir, que los pastizales necesitan coartada. Y un nutrido grupo de fans con dinero dispuestos a creerse el plan. Pero que en ese juego de crédulos, pues uno tiene que poner sobre la mesa lo que haya. Los pantallones y las luces, los cañones de fuegos, el humo para nublar todo un estadio, los leds, en fin, todo lo que se pueda vender, un escenario que gira 360 grados, una retransmisión en directo, llamar a Mandela y hacer un skype... Hay que ponerlo todo encima de la mesa para sangrar a tus fans y que lo suelten a gusto. Es norma en el rock and roll. Sabina sigue jugando en esa liga. Y las luces no hacen sombra a la blanquecina realidad de su rostro: está agotado. No hablo del cancionero y la banda, con el De Diego y el Varona, que son una propuesta geriátrica incluso para orquesta en poblaciones de más de diez mil habitantes, pero la persona, el personaje, el bombín... El ingenio. La propuesta. Está más que agotada. Y eso te debe devorar por dentro. No llega para sablar ciento ochenta euros por más premium que quiera uno vender la burra y ponga cocktail, meet and greet y lo que Dios quiera. Cuida a tus fans, Joaquín, cuídalos. Que son grey y tienen, aparte de un reducido espectro de gustos, pasta, pues sí, pues vale, pero tronco, no los sables de ese modo. No les pegues esos palazos porque, hola qué tal, van a tu lomo. No estás para Palacio de Deportes, no estás para esos sofocones. Qué tal los teatros, lo de toda la vida, la gira de teatros y con un pianista si hace falta, cambiando de músicos, cantando, recitando, moviendo las manos para que cante el público... Si ya lo has hecho todo. Pero mira, Krahe, en salas de mil... Sacando cabeza. Fíjate en eso ahora y no pegues dos palos al año, y a vivir. No se lo merecen tus seguidores por más que lo paguen encantados.




Sabina, te matará tu codicia. Eso de agotar las entradas en una hora y hacer el gran evento, de renunciar al pequeño circuito, los teatros de toda la vida, y hacer varias noches, una semana entera, que fuera algo relajado, una vida más en la carretera, pero sin pisar el acelerador, sin reventar el mes, no en plan las giras de carretera y top manta, que vaya revolcón te pegaron, no a robar en los ayuntamientos y en las fiestas populares... Una cosa artística. Más fina. Más digna. Más como hacen los que tienen tu edad y no a competir en el tramo de los Ladys Gagas, los Enriques Iglesias y toda la peña de la luz, el sonido, las pantallas y el humo a tope. Que no estás para coreografías. Que funcionó el bombín, pues sí, pero ponte un sombrero mejicano, fíjate en Albert Plá, róbale a él... Mira Kiko Veneno, como se busca las habichuelas muy dignamente en los últimos años, dándose cuenta de que a la guitarra va unida la maleta con un candado y que tiene que caerse del caballo del rollo cinco bolos al año y a vivir. Y que está bien eso, que era por lo que empezaste y que te quita los achaques en lugar de producírtelos. Potque eso de la gran noche, eso del Palacio de Deportes, eso de jugar la carta de la melancolía, de los aniversarios, todo esa morralla... No vale. Es mierda que te vale para robarles una vez pero no para mantenerse. Y, sin darte ni cuenta, sacas un disco con Martin Buscaglia... Ese es el rollo. Vivir con ello y sacarle su pasta pero a buen ritmo, sin engaño, sin vender una burra que hace mucho que no come. Más como Krahe. Más como siempre has hecho. Que uno se imagina como un señor de setenta años no se pone nervioso al mirar cara a cara a la cuarta pared. Y es difícil responder a eso sin haberlo vivido. Pero me figuro que es porque ve expresiones, porque puede fijarse en ellas, porque está lo bastante cerca de esas reacciones, lo que es una metáfora bastante literal del no endiosarse y mantenerse a poco centimetros de la realidad. Porque imaginandose lo otro, el Palacio de Deportes, la multitud sin ojos, los brazos que baten, todo ese jaleo al que no puedes mirar fijamente sin sentir una profunda angustia y un intenso vació, porque, ¿qué ves? Tu propia muerte. No hay esa cara que va desencajandose, por risa o por emoción, conforme se acerca al estribillo. Lo que te devuelve la masa es un coro deforme que no va a veces ni en el tono. Un eco primitivo que es muy difícil calificar como música. Ver caras reales o ver vacío. Ver tu muerte o ver vida que generas con palabras. Ver números y billetes o ver cuentas apañaditas a pachas en restaurantes bien decentes de provincias y tener una guía Michelin propia de paradas gloriosas y rincones pintorescos. Al final, Sabina, te matará tu codicia, pensé en escribirlo, con ese título en el blog, pero me pareció sobrarme de gratis, porque reconozco mi animadversión al personaje. Nocivo, es así como lo considero para no solo la música sino el mundo de la cultura en general, por sus posicionamientos, por la dolorosa producción de sus discos en los ochenta, por su nihilismo... Por mil motivos, y no me parecía oportuno dar rienda suelta al encono pero hoy al ver la noticia que Sabina está siendo investigado por Hacienda pues no me ha quedado más remedio que rendirme.  

viernes, 19 de diciembre de 2014

yo en plural

Llevo tiempo sin contaros cosillas y me gustaría decir que es porque he estado muy ocupado pero no sería cierto, más bien el peligroso nivel de ociosidad me ha empujado a este cómodo mutismo que me dispongo a quebrantar sin nada que querer comentaros en realidad, es decir, que mejor no seguir leyendo esto porque no os voy a contar nada nuevo. No me acuerdo de su olor y eso es bueno, aunque recuerde todo lo demás de una forma claramente sesgada. Mi casa está más limpia que nunca, y lo que siempre os decía que el fregadero me esperaba como pertinaz piedra de Sísifo pues ya menos, que sigue pero menos, y todo lo demás está anormalmente limpio, no es que sea esto muy interesante pero si hablo de ello en negativo, pues es justo que comente las evoluciones. El jardín está de un guapo invernal subido que me hace muy feliz, es la época en la que aparecen treboles por todos sitios y me he dedicado estos días a sanear los lirios, la lavanda y el romero y a quitar mala hierba, mucho he hablado de la mala hierba en este blog. Es increible como lucha por vivir la mala hierba, me gustaría tener esa convicción con la que se agarra a la vida, los cardos sobre todo, que, a pesar de mis esfuerzos por sacarlos para siempre de mi jardín, se traspasan de generación en generación la tarea de afearme los arriates. El otro día quité, por fin, un tallo pinchudo de casi dos metros al que le hice un par de fotos. Me pareció tan extraordinario que decidí quemarlo en la chimenea para darle un final más digno. El invierno una vez más me ha cogido de pleno, hace poco vi un anuncio, no recuerdo de qué marca, creo que era Skoda, de todo un pueblo que se preparaba para el invierno y me sentí identificado. A mediodía el sol da tregua pero a eso de las seis de la tarde, cuando el cielo empieza a ponerse oscuro, es terrible el aliento helado de la sierra que se cuela por mis rendijas. He hablado de las rendijas casi tanto como de la mala hierba. Son mis enemigos: ella y su recuerdo, el fregadero, los cardos, y muchos más que no nombró... El fin de semana pasado fue un desastre. Ojalá contaros todo con pelos y señales. Sobre todo, con pelos. Pero no puedo porque no sería plan y tampoco es el sitio este blog, creo yo, que tiene un público tan poco.... Cómo decirlo... Que tiene unos tiempos tan poco lineales, por no hablar de vosotros, amigos lectores, a los que no puedo imaginaros frente a estas líneas tan poco precisas buscando no sé exactamente el qué. No es nada bonito de lo que escribo aquí, ni sirve más que para matar el tiempo y darme algo de desahogo vital, que es para lo que sirven desde siempre los diarios, para reconcentrar las vitalidad y sacarle dos dedos de zumo. Llevo tiempo sin contaros cosillas porque tengo pocas cosillas contables, que esto es como dárselas de que vive uno a tope y nein de reneiin, nada de nadísima, pero sea como fuere, no es esto ni un diario ni tiene una utilidad. Los locos se vuelven locos por querer buscarle un sentido a todo, esta frase me la dijo una amiga hace unas semanas. Estoy muy de acuerdo con ella, y para no volverme tarumba pues ya hace tiempo que no quise buscarle ningún sentido a lo que escribo aquí, lo hago y punto. Es la mochila que nos ha tocado llevar, oh, cómo odio esa expresión... La mochila... Me la dijo ella... Que ella era mi mochila... Qué cosa más fea para ser, o para definirse, una mochila... Como el equipaje, como el... No sé cómo llamarlo... ¿El lastre? No es eso, o no quiero que lo sea, o desde luego, no estoy yo dispuesto a cargar con nada, bastante nos pone en las manos el día a día, como para hacer frente a más peso, el peso del pasado. Nada de mochila, ni de equipaje, ni de cargas de ningún tipo. Me hace pensar que ella está más en el pasado, en donde por cierto, debería yo estar más para quitarme los pájaros de la cabeza y que volvieran los malos recuerdos que eran los que de verdad, importaba. A veces unas palabras bien elegidas con una determinada caída de ojos o un tono en concreto, te pueden destrozar como un tsunami. El fin de semana pasado tuve dos o tres tsunamis de ese tipo, destrucciones sutiles de comentarios afilados con los que te pinchas pero no te das cuenta, y a los días, te fijas y los tienes todavía bien clavados en punta. El tiempo de digestión de lo que me pasa es un poco excesivo últimamente. Todo lo es últimamente. Y me da ardores. Me pasan demasiadas cosas a veces y en el tracto intestinal de mi idiosincracia se produce atascos frecuentes. A veces tardo en entender por qué hice algo o dejé de hacerlo, y es como si me comiese a mi mismo y me atragantase. Por suerte lo entendí todo hace unos días y fue un gran alivio. Eso me pasa con frecuencia Cada cierto tiempo, lo entiendo todo. O casi. Vale de poco o vale de nada, por la cosa de uno más que nada pero lo que no pillas in da moment, se va. Y luego puedes decir... Ah, ok. Pero ya no vale en verdad, no es... No es... A secas, no es. Es una recreación, no es en el sentido del ser como algo que existe, en un tiempo y un lugar concretos. Planteamiento filosófico, ok pero las cosas no son cuando nosotros queramos que sean ni son porque a nosotros nos parezca oportuno seguir pensando en ellas, Pero alivia. Entenderlo todo de pronto es un bálsamo o lo es para mí al menos, y es muy posible que tenga que ver con hacerse las preguntas equivocadas o tomar mal las referencias. No soy de matemáticas, ni de problemas ni de ecuaciones pero la experiencia me ha enseñado que cuando algo está mal y todo el proceso ha sido el correcto y se revisa y el error se esconde o no hay error aparentemente es porque se tomaron mal las referencias, porque hemos trabajado a partir de un patrón mal tomado, que es más, mucho más habitual de lo que parece, y nos deja bastante a cuadros, porque claro, lo has hecho todo bien, has seguido los pasos, ahí estás tú, cumpliendo con la movida, como se supone que hay que hacerlo, como se supone que es, como te han dicho que es... Pero, no. No y no, y no hay explicación, a primera vista. Me pasó con una pared del barrio del Realejo, es complicado. Una calle sin salida, quién no ha tenido que verselas en calles sin salida, en este caso, en cuesta y entrabas, en cuesta y en curva cabe añadir, bien cerrada la curva y bien empinada la rampa, salir marcha atrás era la única opción.... ¿Lo he contado ya? Soy de esos pesados que repiten una y mil veces la misma anécdota, Total, marcha atrás. Y ni siquiera. Con dejarse caer, tenías que llevar el pie en el freno. Y movía el volante. Pero cada vez me iba más y más contra la pared. Me había bebido unas cervezas, lo que lo complicaba y le daba cierta épica. El caso es que la pared estaba curvada. Pero no un poco. Casi cuarenta y cinco grados. Una verdadera pasada y me iba contra ella como un imán, porque era simplimente imposible de ver desde mi retrovisor. ¿Conclusión? Tomar mal las referencias. Quizá para alguien que bregue con matemáticas y tal, esto le parece una nadería pero para mí, en la vida cotidiana que a lo que lo aplique es la explicación de muchos desastres. No es que se tome mal la información y vaya ya coja la componenda, sino que vemos lo que queremos ver. No tomamos la anotación real sino que nos sirve la corazonada y no sé porque hablo en plural porque me refiero simplemente a mí.  

¿Qué hacer con las fotos de las exnovias?

Tengo ese dilema desde siempre porque soy de guardarlo todo y cuando digo todo, me refiero a absolutamente todo: entradas de cine, de conciertos, las pulseras de festivales, tickets de metro, de bus, los justificantes de pago de cualquier cosa, de echar gasolina, los comprobantes del cajero automático, las cuentas del supermercado, las tarjetas de los hostales a los que no pienso volver, cualquier tarjeta que me endosen, me da nosequé tirarla, aunque no me interese, y lo que guardo como curiosidad, latas de cerveza de marcas extranjeras, los envoltorios de productos que me gusta el diseño, folletos de viajes, publicaciones de otros países, y por supuesto la maleza habitual, del día a día, los flyers de las discotecas, los descuentos de copas de los pubs o los pases de puerta en salas, o de conciertos, carteles en general, las guías de ocio, publicaciones gratuitas a cascoporro, periódicos antiguos como la canción de los Stones, Yesterday´s papers... Pues, en fin, con ese nivel de arramble y acumulación, cómo voy a ser capaz de tirar las fotos de las ex. Es imposible. Alguna vez me han achacado Diógenes pero no soy de guardar basura, aunque no niego que algo de eso habrá con mi fascinación por las compostadoras caseras, que no tiene mucho que ver, pero ahí lo dejo. Fotos, pues imaginate, hasta que se pudran del todo. Cualquier tipo de foto. En alguna ocasión me encontré tiradas en el suelo fotos de carnet, con caras extrañas, desde niños a señores y las guardé, no recuerdo porqué, o más bien, para qué. lo consideré un acto artístico, una forma de dar cobijo a esas caras tiradas a la calle. No negaré que alguna vez las miré y pensé: Quién me mandaría coger estas fotos que tienen un punto truculento y macabro. Quién me mandaría, porque al verlas en el cajón, pues...
Si eso lo hago con desconocidos... Por la propia fascinación de la foto.... Qué no haré con las fotos de las exnovias.... Conservo pequeñas fotos de carnet de todas, fotos de todo tipo, pero me gustaban especialmente las de carnet, de la facultad, a esas sí que les tengo un cariño infinito y me sería casi imposible deshacerme de ellas, en especial de las que están hechas en fotomatón.  Ojo ahí. Punto viejuno. Eso se ha perdido y si no se ha perdido pues casi. Fotomatoneo in love. Ahora recuerdo que estuve a punto siendo adolescente de follar en una cabina de fotomatón que estaba en la plaza de los Campos, quizá exagero. Pero fue un magreo intenso de eso no cabe duda, porque solo se nos veía las piernecillas con la cortinilla que tenían esas máquinas. Era adolescente y un potrillo desbocado. Una vez tendría que hacer una concienzuda enumeración de todos los lugares públicos en donde el roce ha pasado el límite de lo legal, siempre, desde mis más tiernos comienzos amatorios, las localizaciones han sido una parte troncal de la trama. Creo, siempre lo he pensado de hecho, que era un síntoma generacional. Los que terminamos de crecer en los noventa no soñábamos con casas y no habíamos llegado aún a los coches, o no en mi caso, al menos y era difícil o complejo lo de encontrar espacios aptos para los lances sexuales, que por entonces, eran bastante espontáneos y explosivos, o sea que podían planificarse un poco pero no demasiado. Debería hacer recuento y ser lo más explícito posible. De eso no hay foto. Retomo a lo que iba. Las de fotomatón son tan vintage como aquellas instantáneas en blanco y negro que veíamos de nuestros progenitores subidos a burros en el pueblo o con coletas y muñecas de cartón. Se ha perdido o está por perderse y no porque no existan. Las máquinas de fotomatón siguen existiendo, pero ya las fotos se pueden hacer con casi cualquier cosa. Me extraña que no hayan sacado mecheros con cámara incorporada. Y antes, en el siglo XX, pues no. La foto necesitaba de una cierta preparación, un carrete, un posterior revelado... Solo las polaroids y los fotomatones tenían ese rollo inmediato del aquí y ahora, del esto es lo que hay. Y salir mal. Eso es algo que se ha perdido del todo o casi, en virtud de una tiranía de la fotogenia de la que ya he hablado en otras ocasiones en el blog. La tiranía de la fotogenia es un síntoma muy del XXI. Y contra el que estoy frontalmente en contra primero de todo porque salgo regular en las fotos y soy mucho más guapo al natural, lo que, bien mirado, termina por ser una ventaja al ser desvirtualizado pero que es un inconveniente para todo lo demás, pero también y en segundo lugar, pero no por orden de importancia sino por secuencia de concienciación, me indigna ese totalitarismo de la imagen y el régimen opresor al que acostumbra al ojo. Es un tema al que volveré sin duda. Pero ahora nos ocupa otros pedazos de imagen y creo que también se puede establecer una frontera entre siglos. Porque nada tiene que ver, por poner un caso, un álbum de fotos con láminas autoadhesivas que un cedé con varias carpetas de fotos, y en nada se parecen esas fotos carnet, incluso cuando se tratan de fotocopias a color debidamente recortadas, con los jotapegés que guardamos en la carpeta imágenes de nuestro teléfono. Cuando cambié de terminal, hará un año o dos, tenías más de dos mil fotos con las que no tenía la menor idea de lo que hacer. Por supuesto no iba a borrarlas, guardo los comprobantes del cajero, como decía, no iba a tirar dos mil fotos, pero tampoco quería conservarlas o no sé, no sabía qué demonios hacer. Y me jodía verlas, obvia decirlo porque mis avezados lectores ya se lo habrán supuesto, pero en esas dos mil fotos, la mitad eran de mi relación con E. y las que no eran de ella, eran mías hechas por ella, y bueno, pues todo remitía a un viaje, o a un lugar, o a un sitio, o a una noche concreta... Aunque no fueran especialmente memorables las fotos tenían una línea en el tiempo que me resultaba profundamente hiriente. Es una situación curiosa por lo que tenía de metáfora con respecto al teléfono, que estaba saturado de datos y la memoria interna apenas permitía hacer más fotos. Así me sentía yo también con respecto a E. pero si lees esto con asiduidad pues ya lo sabrás. También sabrás que me robaron el ordenador, lo que fue un súper golpe, por los tres mil poemas que había escrito y otros tantos empeños que si bien no eran muy buenos, pues eran míos y me dolió que fueran robados con el portátil en su conjunto, tres años o más de un tirón que desaparecen en una virtualidad sustraida, me dió mucho que pensar. Pero no es eso de lo que quería hablar, quería decir que en ese ordenador, no sé si en la carpeta de Mis Documentos o en Descargas, tenía un buen número de fotos de ex novias pero particularmente a E. le molestaba ver, cuando por cualquier motivo le quería enseñar otra cosa en mi ordenador las fotos de P. y fue algo por lo que en alguna ocasión discutimos. ¿Te parece normal tener en el portátil las fotos de tu ex? Me recriminaba y puede que con razón, pero yo respondía con toda naturalidad aludiendo a que las fotos llevaban ahí más tiempo que ella, con otras palabras claro, pero básicamente, venía a decir eso.

martes, 9 de diciembre de 2014

Me ha gustado el dibujillo de aquí abajo

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Jean Jullien, en Playground:
http://www.playgroundmag.net/noticias/actualidad/loca-tragicomedia-vida-moderna-vinetas_0_1436856302.html

Su web:
http://www.jeanjullien.com/

Su facebook:
https://www.facebook.com/jean.jullien

Su instagram:
http://instagram.com/jean_jullien

La extraordinaria historia de Faustino Organero

Acabo de ver una pieza en el telediario sobre el Observatorio astronómico de la Hita y he buscado en internet más datos sobre su promotor, Faustino Organero.

https://www.google.es/search?q=faustino+organero&espv=2&biw=1242&bih=606&source=lnms&sa=X&ei=pKuFVJbxK8avUZ-igugP&ved=0CAcQ_AUoAA&dpr=1.1


http://www.lacomarcadepuertollano.com/diario/noticia/2014_11_23/25

Una nota sobre su trabajo, en 2007:
http://www.elcorreo.com/vizcaya/20071125/gente/faustino-organero-disenador-grafico-20071125.html

Nota mental: ampliar información más adelante... y redactar algo digno

Tomar el escenario

viernes, 5 de diciembre de 2014

Una tarde en el jardín

Hoy he plantado un montón de matitas en mi jardín, no tengo fotos pero si agarran, les haré un reportaje, pocas cosas me hacen más feliz que poner esquejes en vasos de agua y al par de días, pasarlos a la tierra, a veces, las menos, se me mueren pero casi siempre, luchan por sobrevivir y en ocasiones se quedan en estado de latencia y al pasarlos a maceta o cambiarlos de sitio, tiempo después, vuelven a echar nuevas yemitas y a la postre, nuevas ramitas. Hoy he cortado dos de esas ramitas, de una crásula de trompeta y de otra crasa de hoja morada, para que las planté un amigo y vecino. El intercambio de tallitos me parece de lo más entrañable, y me gusta porque son plantas que están hechas al clima de la zona y que lo más probable es que lo lleven bien. Hoy, en mi esquina de aromáticas, he hecho limpieza, fuera las malas hierbas y nuevos tallos, aunque no tengo gran cosa, quiero plantar orégano, por ahora solo hay lavanda, la que está más grande, romero, hierbabuena y menta. No hace mucho, en mi esquina de crasas cambié las pitas y todo lo que tuviera pinchos y puse una crásula ovata o árbol de jade o árbol de la abundancia y una portulacaria enana que estaban en una vasija. No me gusta eso de poner las plantas en sitios distintos de la tierra, ni siquiera en tiestos o macetas, sí para que crezcan o para que se reproduzcan pero su sitio está en el suelo, ¿no? Era algo que le gustaba mucho a E., lo de ponerla en recipientes raros, de hecho fue idea suya lo de usar la vasija y nunca me gustó, eso del reciclaje sin venir a cuento de latas o de cosas rotas, por ejemplo mi crasa morada la puso en una cafetera, eso lo hacía mi abuela, lo de usar las latas viejas pero no era práctico, ni hacía bonita, se quedó pequeña pronto, la vasija en la que cuando yo era pequeño se metía el lomo en manteca, ya se había reconvertido en macetero tiempo atrás, mi abuela de nuevo, es curioso que E. y mi abuela hicieran cosas parecidas, por eso la quería un montón, por esas similitudes, no creo haberselo dicho nunca y siempre lo pensé, pero lo de la vasija o la cafetera reciclada como maceta, pues no, no me molaba, y además tenía dentro una flor de las que llaman patos, que son blancas, en la esquina del jardín han aparecido otras, cosas de mi abuela también, ella plantaba limoneros con esquejes y flores por todas partes, me parece alucinante que haya pasado décadas y vuelvan a aparecer, no hace mucho les limpie las malas hierbas de alrededor. La vasija la llevé a la esquina de crasas, no sé si los patos aparecen en primavera pero por lo menos ya no estarán las tres raíces ahí apretadas Voy a subir una foto de ambas, enlazadas de internet, no de las mías, pero para que os hagáis una idea de como son, a mí me parecen muy bonitas.

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Se parecia a esta, lo que pasa es que ya rebosaba la vasija:




Y ahora está más así:



También tengo una como ésta, aún pequeña:



NO he encontrado el nombre.
Bueno, les haré fotos en breves y las compartiré.
Por ahora, esto os cuento.

Por cierto, estos son los patos de los que hablaba.
He aprendido que se llama Cala Blanca.
Mira, algo nuevo.