jueves, 19 de mayo de 2011

Sobre Granada en Off (II)

Éxito de participación. Ëxito de bandas. Éxito de público. Éxito en todos los ámbitos, incluida la barra instalada en la que se acabó la cerveza antes de que terminara Jean Paul. Antes Hora Zulu pusieron al público trotón. Tres canciones, como todos. ¿Quizá Lagartija Nick tocó alguna más pegándolas? No creo. Cerraron con "20 Versiones" después de abrir con parte del nuevo disco "Zona de Conflicto".
Los Planetas con tres guitarras en liza, Banín sin teclados, plegándose a las dificultades técnicas para probar sonido cerraron con "Devuelveme la pasta". Con dedicación. Supongo yo que a los que multan.
Antes Eskorzo puso el recinto bocabajo y El Puchero del Hortelano hizo que gran parte del público bailase abiertamente. Ya se habían movido con más timidez en Plastik Frostik Machine, en el concierto que supuso la confirmación del que puede ser el próximo gran grupo.
A Chorrojumo no lo vi y a Niños Mutantes, casi tampoco. Juan Alberto con muletas no pudo bailar mucho, pero también tuvo momento dedicación con "Ya no puedo más contigo" y citando a cierto alcalde.
Lori Meyers se lo comieron loncheado. Con un Noni crecido que hacia las veces de portavoz leyendo el comunicado entre concierto y concierto, en lo que interpretaban "Luces de Neón" se bajó al foso a ponerle el micro al público para que dijeran "paparapapa".
Napoleón Solo no pudieron llevarse los laureles por un amplificador que zumabab pero aún así demostraron todas las tablas que tienen o que han cogido en el último año. A pesar de las dificultades, el público estaba entregado y todavía era solo a media tarde y el sol picaba.
Llegué a tiempo para ver a Demiurgo dar una pila de cabezazos y pisar con garbo. Lo que se dice subirse a un escenario con un par de cojones. Y leña meten como para aislarse dos inviernos.
Me perdí a Red Soul Community y a Bisagra, me jode especialmente por estos últimos porque tienen canciones nuevas y apetece verlas en directo crujiente. Por lo menos, vi a Jordan al frente de la batucada a última hora dandolo todo con Jota a los coros, apoteósico final por cierto.
Y también me perdí a Los Portazos. Granadinos genuinos más que ningun otro grupo del cartel, ya que ningunos otros pueden presumir dde haberle dedicado una canción a Muebles Molina y haber cogido un trozo de la melodía, inolvidable y rayante melodía, del anuncio radiofónico de la señera tienda de la capital.
Esto en cuanto a música.



Sobre la gente. Una barbaridad. Me sorprendió la cantidad de visitantes de fuera que vinieron solo al concierto. Olé. Se plantan un martes en Granada para ver a una pila de grupos de la ciudad, un macrofestival local y lo mejor de todo, gratis. Lo de que sea gratis es clave. El público atendía a los grupos pero a veces no eran más que la música de fondo. El ambiente era de fiesta total en cualquier caso.
El aspecto de Ifagra recordaba a tiempos pasados. Había unos paneles donde la gente podía dejar sus mensajes y me llamó la atención una pintada nostálgica: ¡El Espárrago ha vuelto!
La pena es que no es cierto, no ha vuelto pero más de uno se acordaría del espiritu de esa cita.
Otra pintada que me llamó la atención reinterpretaba parte del eslógan de la cita: "La música no es delito (bueno, no toda)", me hizo gracia.
Sobre la gente también me gustaría añadir que la Policía Local de Granada movió a toda la gente que estaba bebiendo al otro lado del río a la ribera de Armilla, es decir, les obligó a cruzar el puente. Se podría haber montado un pifostio pero todo fue ccomo la seda, cogieron sus botellas, cruzaron el puente y listo. Sin problemas. yo pensé entonces que si hubiera habido un par de cámaras haciendo un directo, probablemente la gente se hubiera agrandado un poquito, pero no fue así.
Me apetecía escribir sobre cómo lo crubrieron en distintos medios pero por otro lado, me da bastante pereza.

Sobre el acto en sí. La convocatoria estaba más que justificada. A mi modo de ver, no tanto por la protesta sino por la propuesta, por la idea, por el cambio de visión, no penalizar la música en Granada, sino potenciarla, ayudarla, asistirla, no perseguirla, no ponerlo más difícil.
por más que los músicos repitan que el acto no era político, ni se identificaban con ningunas siglas, las protestas hacia el anterior equipo de Gobierno, del PP, pues eran evidentes. A nadie se le escapa que el apoyo y la disposición que mostraron las autoridades de Armilla, del PSOE, que pusieron los medios y las facilidades para poder celebrar este gran festival en tiempo récord. Esto hay que señalarlo. No para acusar de bipartidismo, ni nada. Solo para demostrar lo fácil que es ofrecer cultura a los ciudadanos si hay voluntad política. De prestar instalaciones. De prestar servicios. De prestar oído. De prestar espacio público. Se puede. Si se quiere, se puede. Ahora no podrán poner una excusa. Estamos en campaña, claro. Espero que eso no sea el único gran motivo que explica esta iniciativa apolítica desde la base de Granada en Off.

Se puede. Si se quiere, se puede.
La música en un motor en Granada.
No nos cerremos los ojos a ello. Es un motor, se puede convertir en algo mucho más grande. Se puede crecer. Se les puede ayudar a crecer. Se pueden ofrecer infraestructuras y quizá no sea tan dificil. La buena noticia es que la escena está más unida que nunca en beneficio de sí misma. Esperemos que de fruto pronto. Se puede. Si quieren. Se puede cambiar el signo de esta ciudad en el ámbito cultural y abrir el abanico de propuestas porque es garantía de éxito y así lo demuestran los 18.000 asistentes que dan en algunos medios, aunque a mí, que estuve allí desde las 18.00 horas me parece una barbaridad, pero es posible.
También habrá que estar atento a ver si siguen las movilizaciones o las iniciativas desde Granada en Off.
Y entre todos, tenemos que cambiar la forma en la que miramos nuestro patrimonio, en este caso, el musical; pop, rock o lo que sea, pero una materia prima que no tienen en otro sitio y que solo se puede vender aquí. aprendamos a hacerlo. Se demuestra que es rentable. los barriles de cerveza se acabaron, por lo menos. Eso debería de significar algo pero quizá fuera mala previsión.
En fin, que nos veamos en menos conciertos reivindicativos y más en salas pequeñitas que son los que de verdad se disfrutan.
Saludos a todos.

PD: A pesar de la insistencia desde la organización en que Granada en Off no es un movimiento político, no faltan voces críticas que subrayan que la iniciativa es en campaña. Está claro que todo ayuda. Y no hay que ser ingenuo. Es una guerra de guerrillas. Lo malo es que las multas son anteriores, las restricciones a la programación de los locales y los cierres también, así que el hartazgo viene heredado desde mucho antes de las elecciones, aunque probablemente sin ellas lo de anteayer hubiera sido imposible. Si quieren, pueden. Es lo único que me ha quedado claro.

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