lunes, 16 de mayo de 2011

Mi teoría sobre las acampadas

Lo de las acampadas del movimiento ¡Democracia Real, Ya! creo que ha sido un golpe inesperado para los grupos políticos de este país.
Para los candidatos. Para los alcaldables. Para los equipos de cada partido.
no pueden clausurarlas. No estaría bien visto.
Están obligados a tolerarlas.
No les queda otra remedio.
Es una gran jugada.
La manifestación dura lo que dura y se le da la cobertura que se le da, bastante pésima y alejada del núcleo del asunto, las ideas, las reivindicaciones. Todos los medios informan o han informado conforme a su constumbre de hacer recuento de cajeros rotos, manifestantes detenidos y repercusión de los disturbios.
Un gran hashtag de twitter de ayer: #sindisturbiosnohaycobertura


No me gustó que los llamaran indignados. Los grupos de "indignados" y siempre tirando de la dichosa palabrita para referirse a los manifestantes. se olvidan del gran lema, el importante, ¡Democracia Real, Ya!
Me encanta imaginar a las autoridades competentes de Madrid, no sé si del Ayuntamiento o de la Comunidad, viendo como puede contener la #acampadasol o en Valencia, los máximos gerifaltes pensando en ponerle puertas al campo o a la plaza donde estén concentrados los concienciados campistas, o en el Paseo del Salón, en Granada, recién estrenado y remodelado y ahora es un camping de protestas. Me imagino al alcalde en funciones tirándo de los pelos de la frente y pensando una solución. Las acampadas son mucho más molestas, llaman más la atención, les quitan minutos de radio a los señores políticos que están en campaña.

Las acampadas son dificiles de acotar.
¿Cómo las limitas? ¿Cómo les pones normas? ¿Cómo consigues que no molesten y se vayan a casa? Son una colorida mancha en el mapa de la ciudad y se llevan la atención de los votantes, que están en la semana grande, las semanas de las decisiones.
Las acampadas deben de estar poniendo muy nerviosos a los políticos. Me gustaría pensar que es así. Que el sistema permite que haya grietas y el pensamiento único no se imponga. Y quiero creer que esa gente que duerme al raso, en campamentos improvisados al aire libre, como los de Lorca pero por otros motivos y sobre todo, con otras motivaciones, es la gente que va a cambiar las cosas.
Una manifestación dura un par de horas todos lo más.
Las acampadas igual se mantienen hasta después de las elecciones, aunque tampoco me quiero meter a futurólogo. Lo que está claro es que están ahí, han tomado posiciones. En distintas ciudades.


Mi teoría es que no pueden quitar las acampadas así como así y se va a notar mucho más o se debería notar en la presencia en los medios, el mensaje de los que están acampados. Es una forma mejor de que cunda el ejemplo y se oigan más voces contrarias a lo establecido. Una lucha a pie de calle pide una toma de posiciones a pie de parque con la tienda de campaña. La verdad es que es para sentirse orgulloso. Queda una semana para las elecciones y las acampadas pueden cambiar algo. Era escéptico con las manifestaciones, por la fecha, por el hecho de que fuera domingo y por la poca idoneidad con respecto a los días elegidos, previos a los comicios regionales. No me encajaba la componenda pero ahora lo veo claro como el agua de la mañana

Los políticos tienen un problema con las acampadas.
Y no creo que ninguno se atreva a resolverlo.
Interesante tesitura, a ver que pasa más adelante.
Veremos. O si no lo, leeremos, en twitter al menos, por si no le dan comba en los periódicos que váyase usted a saber.
Seguiremos desbrozando.

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