miércoles, 9 de marzo de 2011

A Guadalajara en 15 minutos

"Esto del automóvil es un gran invento porque te lleva en quince minutos a Guadalajara pero ¿para qué quiero yo ir a Guadalajara en quince minutos?" cita Rafael Reig a Ortega y Gasset en un video de conociendoalautor.com, refiriéndose a los blogs y al proceso de creación del suyo propio. Es una respuesta un tanto retorcida. Dice también que no hay inmediatez, que las entradas de su blog están corregidas, "muy cuidadas" y aumentadas digo yo, porque según revela mete cuatro folios en ellas.
No dice que hace lo que le da la gana. Sería una forma de resumir.
Por eso me gusta a mí.
Me pregunto si tendrá activada esa opción de Google en la que te avisan inmediatamente a tu email o no se adónde en cuanto te mencionan en cualquier página, web, blog...etc. En tal caso, bienvenido a mi humilde morada, Reig, si lees esto.
Lo de escribir la gran novela española de la Transición, no mola.
A mí, al menos.
Nada. Nein.
El propósito en sí mismo es aberrante.
Charca. Cliché.
Pero mejor hablar de lo que sí me gusta. En la entrevista no está mal tampoco, por si estás ahí, Rafael, cuando comparas los clases para partos con los cursos de escritura. A mí me lleva a pensar en los embarazos sicológicos y los talentos ocultos. Y un crossover: el aborto literario.
Me gusta mucho tu blog.
Más cuando hablas del pueblo, o pones fotos que te has hecho en casa, o enumeras los whiskys, que cuando te la agarras con Obama -¿Está Gadafi? Que se ponga- o te da por lo mitómano, tipo Amparo vs. Pavese o cosas por el estilo y me defraudas abiertamente en los momentos de gloria, con el Premio Tusquets por ejemplo, que te anudas la lengua sin desgranar más detalles escabrosos de los que se cuentan entre bambalinas y que le callas, granuja dosificador, a tus lectores del blog y hasta a tu novia la exclusiva.
Aún así, molas. El blog de Rafael Reig es auténtico. Lo es. Y por eso me gusta.
Que siga así. Lo consulto cada cierto tiempo. Un buen día digo: "Démosle un repaso a Reig y sus cosas". Allá que voy. Supongo que para mucha gente será así.
Debería leer tu última novela, Rafael, para opinar con todo el derecho.
Transición. Posguerra. Uff...
Cansancio de los materiales.
Antes me leeré "Un momento de descanso" de Antonio Orejudo, que es amigo tuyo, Rafael, por si sigues ahí. Me leí el priner capítulo en pdf y me gustó mucho. Veremos si puedo hacerme con ella relativamente pronto en la Biblioteca.
Y aprovecho para decirlo: ¿Nadie lee libros en pdf? Es más, ¿nadie se descarga libros en pdf? Suena muy retro, es cierto, cuando no dejan de salir noticias del libro electrónico, pero yo lo hago. Lo hago, me descargó libros en pdf. De todo tipo. ¿Nadie más lo hace? Si pudiera me descargaría más libros en pdf.... No solo novedades, que también.
Leer en la pantalla es molesto. Es odioso. Es malo para la espalda, estoy convencido, pero es una buena forma de llegar a muchos autores que de otro modo, sería dificil o imposible en muchos casos. Es una solución menos mala a no leerlos.
Dicho esto, no pagaría por ello. No pagaría por libros electrónicos.
¿Conocen scribd.com? Es una web donde se pueden leer muchos libros. ¿Nadie la visita?
En fin, estaba deseando sacar este tema pero no encontraba el momento.
Sin perder del todo el hilo que inspira esta entrada del blog, querría decir que yo tengo la sensación muy a menudo de estar siempre yendo y viniendo de Guadalajara sin motivo. Siempre en camino. Y no creo que sea malo. A veces sí lo creo. Cambió de opinión con frecuencia. Pero esencialmente creo que no es malo. Ni lo uno ni lo otro, ni lo de cambiar de opinión ni la sensación de permanente tránsito sin motivo. No del todo. En fin, mañana más.
Contra lo que suelo hacer siempre, me he releído esta entrada antes de publicarla.
Y nada. Me voy a servir otro café en lo que llego a Guadalajara y doy media vuelta.

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