miércoles, 11 de diciembre de 2013

Un mes sin ser el que ellos ven

http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/ellas/2013/12/11/un-mes-fuera-de-facebook.html

Hablar sobre Facebook me gusta.
Me gusta.
Chas. Es un chiste.

Darle importancia a estar fuera o dentro viene a ser lo mismo, ¿no?
Darle importancia a Facebook, he ahí la cuestión. Es el quid.
¿Estar o no estar? en Facebook es el nuevo ser o no ser.
Y tenemos a una Hamlet voluntaria y apesadumbrada que nos lo cuenta con detalle y ardor en su blog de El Mundo. Y yo lo comento en el mío para todos vosotros, mi peñita buena y reshulona.

Lo de Facebook ha cambiado. Lo de los medios con Facebook ha cambiado muchísimo. Para mal. Eso lo digo yo. Para mal y va a peor. No hace tanto tiempo, en los medios, no se le daba cuartelillo a las páginas de internet. No hace tanto tiempo, yo me acuerdo. Se decía... "En una página de internet..." Caso de que hubiera que citar o apuntar someramente la fuente de una información o más bien, el origen de unas declaraciones. No se decía Facebook. No se decía Twitter. No se decía Blogger. Ni siquiera se decía blog. Era algo mucho más abstracto. Más etéreo. Internet era como cuando dicen Droga. Todo lo mismo. Todo junto. Internet.
A mí me sorprendió que las marcas claudicasen y empezaran a incluir el logo de Facebook o Twitter en una esquinita junto al suyo, como si fueran partner.
Quiero decir, eso no pasaba con el MySpace.
Igual las empresas tampoco tenían página en MySpace pero que entiendo que, de un tiempo a esta parte, un tiempo largo, vale, pues se asume alegremente lo de hacerle publicidad a las dos citadas plataformas... Una publicidad que no se ha hecho a... No sé, a otras webs o plataformas similares. Era la asunción de que todo el mundo tiene o tenía perfil y era normal ponerlo.
Aún así me sigue pareciendo publicidad gratuita.
Que habrá quien me diga que no les hace falta publicidad pero ahí los medios especialmente pero el conjunto de marcas del viejo orden se ha dejado comer un poco la tostada porque es darle bombo a algo que te va a quitar margen como soporte publicitario, caso de los medios o como imagen de marca, o espacio, o notoriedad, en el caso de las marcas, aunque esto último es más discutible.

Antes de que mi madre tuviera perfil en Facebook, pongamos que se lo abrió en 2011 o 2012, antes todo era distinto. Y no digo para mí. Era distinto en Facebook, en 2007, en 2008... Era otra cosa. Para empezar se veían el doble o el triple de fotos de borrachera. Los domingos eran puro voyeurismo de la noche anterior y sus excesos etílicos, o los que no se habían ido a dormir y documentaban su mañaneo. Esto es así. Y cuando aparecen los community managers y mi madre se hace Facebook, pues todo cambia. En general, todo cambia. No hay fotos de borracheras. Mucho menos comentarios fuera de tono. Todo muy medido. Todo muy domado. Unos modos mucho más corteses. Menos espontaneidad. Menos escarnio. Menos entretenimiento. Todo más familiar, más comedido. Más mirado. No sé. No es lo mismo y no es por mí, ni por mi madre. Diría que no es ni por los community managers. Es el foco. Ponerle el foco. Que poco favor nos ha hecho y hablo en términos de oficio, de profesión, para los periodistas. Quiero decir... La gente está a otras cosas. Pendiente de otras cosas. No de los medios, de ninguno. Ni radios, ni televisiones, ni periódicos, ni qué decir de los periódicos... En fin. A ver, esto está plagado de muletillas. Aquí ya escribí de Fallarás. En torno al tema de los desahucios, me he arrepentido muchas veces de meterme en aquel fregao. Teorizar sobre según qué cosas, pues suele ser arriesgado e infructuoso. Aún así, creo que mis impresiones sobre su modo de hacer, sobre su punto de partida al pensar o reflexionar, veo que me valen todavía, al menos en parte. Por esa manera de hacer. Bueno, no es hacer. De darle vueltas a las cosas. Querer extraer de su propia experiencia, una enseñanza moral y un cierto tipo de superiodad moral basada en el convencimiento íntimo de tener un espíritu mejor dotado que el del resto para el hedonismo y el disfrute. Esto es una cosa que intuyo. Un parecer. Que no quiero decir que sea o no sea una persona estupenda y muy amiga de sus amigos y amigas pero que... No sé. A mí me daría un cierto rubor hablar en primera persona, en un medio, a cambio de pecunio y no sé, con ánimo aleccionador por decirlo de algún modo, de lo que me preocupa o lo que me pasa. Es un diario, o se le parece. En fin, es complicado. En el blog, pues vale. No sé si el artículo de Fallarás llega al papel o se queda en el blog, hay como que un cierto ánimo de armar escándalo. Por los títulos de las entradas más leídas. No sé qué de tetas. No sé qué de coño. En fin, soez. No he picado. Ni siquiera el artículo lo he leído entero. Pero pontificar sobre Facebook en base a una experiencia propia... Y soltar sentencias de barras de bar. Pues, no sé. Y me he fijado que muchas veces escribe no sé. No sé. En el blog, en el suyo. Y yo lo escribo mucho en el mío y no me gusta absolutamente nada. Qué queréis que os diga. Lo he pasado mal. Ahora tengo el omoplato cargado como un pequeño armadillo haciéndose bola. Esto lo puedo poner aquí porque es un blog personal. Un mes sin Instagram. A que suena ridículo. Un mes sin Infojobs. Un mes sin Linkdn. En fin. Un mes sin yo. Un mes sin ti. Un mes sin que Cristina sea Cristina. Un mes sin el personaje que Cristina se había montado en las redes y al que tenía que alimentar diariamente a cambio de nada, de nada de pecunio, digo. Y foto va y foto viene. Y no la tenía entre mis amigos, que puedo opinar muy relativamente sobre lo que hiciera o dejara de hacer, esto lo veo extensible a todas y todos, opiniones muy relativas, pues así hay que tomarlo, con cierta relatividad, no solo la red social de turno, todo, todo es todo y todo es bastante relativo o relativo del todo algunas veces. Pues eso.
Un mes sin ser la Cristina Fallarás en red que ha sido hasta hace un mes, es más, ser o no ser lo que quiera que sea pero borrarlo, borrarlo no. Borrarlo es dejar de ser. Es que no recuerden lo que han sido. Quien no ha borrado una foto de 2009 porque era criminal o porque salían pasadito de jarabe de dinamita, en fin, esas cositas que pasaban en 2009 en las redes. Dejar de ser el que fuiste. Borrar tu perfil, no. Igual una foto, vale. Pero borrarlo, pues no lo veo bien. Es como no soportarse.
Y conste que a mí la tal Cristina Fallarás, pues verás.
El destino está en los nombres.
Lo he escrito aquí muchas veces y el de ella pues llama al error, pero bueno, eso es quedarse en nada, son sus formas las que no me entran mucho. El vacío. La apariencia de lo culto.
Usa la palabra culto nosécuántasmilveces en una de las entradas.
Culto. Es una palabra que en la calle no se oye mucho. Ser culto o no ser culto. Y para ella parece que es una movida que lleva como que muy dentro. En fin. En fines. En finísimo que se me está quedando el cerebro, en finas lonchas, a cuenta de querer explicaros estas tonteriillas a las que yo doy categoría de entrada de mi blog. Que esa buena señora haga lo que le venga en gana, a ver si nos entendemos. Que cada uno haga lo que le de la gana. Solo faltaría. Echo de menos 2009 y las fotos con las gente perdiendo los papeles. Eso lo echo de menos si soy sincero y desde que los padres están en Facebook y desde los community managers todo se ha vuelto muy de cartón piedra. Pero por otro lado me niego a denostar algo que nos engancha de ese modo, que nos hace discutir y que nos hace conocer iniciativas muy interesantes. Por ejemplo yo a la Fallarás, más allá de que sonase de antaño o de antaña pues la conocí con Sigue Leyendo, que a mí me pareció un proyecto muy guapo y parece que se les quedo sin gasolina a la primera de cambio y negar que Facebook pone en contacto y hace que localices a amigos de la infancia, compañeros de colegio... No quiere decir que vayas a tener una comunicación fluida con ellos solo por tenerlos como amigos, pero es una vía de contacto y como eso, pues mil ejemplos. Permite el contacto. No creo que amplie el mundo. Hay una actualidad Facebook o twitter y luego está la actualidad del mundo real, como dice Fallarás, como si las redes fueran un espejismo, una ensoñación. Y se olvida que son una herramienta de trabajo. Que son útiles para localizar información, como acceder a otras personas, para contactar, para conocer... Leer. Eso menos. Fallarás lo explica bien, ahí me gusta. En fin, los enlaces están abajo.
Un mes sin mí.
Un mes sin ser yo.
Un mes sin ser el yo que fui.
Un mes sin ser el yo que vosotros conocéis.
O lo otro, la realidad y no el titular engañoso, un mes después de haberme borrado el Facebook. Eso, sí. Y ahí lo dejo.
Os hablo de esto, por cierto. Que lo mismo no lo habéis leído.
http://www.elmundo.es/blogs/elmundo/ellas/2013/12/11/un-mes-fuera-de-facebook.html

Que viene de esto, por si queréis ahondar del todo.
http://www.elmundo.es/opinion/2013/11/09/527e70ef0ab740bd188b4572.HTML

pd... No lo había puesto ahora el enlace, pero para que se entienda mejor, lo voy a poner también al principio de la entrada del blog, va a ser un poco caos, que esté antes y después pero como esto es un blog personal y yo pongo las reglas, si las hubiera que no, no las hay, pues eso, pongo dos veces el enlace, arriba y abajo y santas pascuas.

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