sábado, 25 de agosto de 2012

El capitalismo fracasa cuando se acaba el dinero de los contribuyentes honrados

Supongo que conocen la frase de Margaret Thacter.
"El socialismo fracasa cuando se termina el dinero de... los demás"
Los puntos suspensivos no me parecen poca cosa, tienen su importancia.

Hablemos del dinero de los demás, de los impuestos. Patiendo de la definición.
Tributo que se exige en función de la capacidad económica de los obligados a su pago. Es la que está en el Diccionario de la Real Academia de la Lengua. En función de la capacidad económica, miren. Capacidad económica, ¿lo leen?

Y, ¿quiénes son los que tienen que pagar? Al diccionario de nuevo.
Los contribuyentes son los que están obligados por ley a pagar esos tributos. Por ley y en función de su capacidad económica, recuerden, y los honrados son los que cumplen con esa obligación sin buscar subterfugios legales para ahorrarse todo lo que puedan en su compromiso por ley. Y como se trata de leyes, se busca el método legal para evitar la proporcionalidad.

No tiene nada que ver con socialismo, el dinero de los demás es nuestro.
Esto se lo digo a Margaret, es tuyo también. Por ley, es de todos. Y los honrados, los contribuyentes honrados pero yo ampliaría lo de contribuyentes a ciudadanos, los ciudadanos honrados simplemente pagan. Simplemente pagan lo que les toca. Los que no son honrados pagan a terceros para conseguir pagar menos de lo que por ley les corresponde.

El socialismo fracasa por motivos parecidos a los que fracasa cualquier sistema.
Es la corrupción en cualquiera de sus formas, en las altas esferas o la corrupción moral del que buscar ahorrarse impuestos y la señora Thatcher defendía mucho que el dinero del ciudadano es suyo y no debe dárselo a los demás, lo que es bastante antisistema visto con el paso de los años, bastante antiley si nos ceñimos a las definiciones del diccionario.

¿Qué ocurre hoy en día? Que Margaret Thatcher necesita una cuidadora para poder moverse porque anda con bastantes achaques. Su discurso de la individualidad salvaje, en el tema de tributos pero es trasladables a una concepción del mundo, debe de aplicárselo ella misma a su actual artrosis. Y ampliando miras y extrapolando los dolores, debería aplicarlo también a la artrosis que sufre el capitalismo en nuestros días.

El capitalismo fracasa cuando se acaba el dinero de los contribuyentes honrados.
La corrupción es la misma, o muy parecida, a la del sistema socialista y habrá quien piense que es connatural al ser humano, endémica, al fin y al cabo, para qué iban a estar sino los burócratas en sus puestos si no es para acumular poder y prevendas, da igual el sistema, la intencionalidad es aprovecharse de él y pasa, es innegable en todos los sistemas. Así de sencillo.

Lo peor del thatcherismo es que denosta a sus supuestos contricantes para afianzar su discurso.
Y acusándolos de ser unos aprovechados o de subsistir a expensas del dinero de los demás. Por el camino de las privatizaciones que no son otra cosa que un método para vender los que es de todos, supuestamente para reportar beneficios a todos pero la comisión la cobra, sea real o simbólica, el que se encarga de autorizar la venta. Vender algo que se consiguió con muchas aportaciones honradas en forma de tributos correspondiéndose con su nivel de ingresos de un gran número de familias modestas.

El capitalismo fracasa cuando el dinero de esos contribuyentes honrados ya no es suficiente para mantener una burocracia que no se ajusta, ni hoy ni nunca, a la realidad de escasez de recursos que toca vivir. La maquinaria del estado, el que sea, tanto da, no baja el pistón y sigue pidiendo la misma cantidad de dinero para financiarse. Pero llega un momento en el que el ciudadano simplemente no puede seguir aportando, no porque no quiera sino porque se le desproveé de medios.
Y eso lo hace y lo ha hecho el capitalismo.
El mismo capitalismo salvaje que Thatcher anunciaba como liberador del individuo.

Y después viene la recesión por más que el sector de lujo siga creciendo, la falta de recursos del ciudadano medio, afecta a todos. Y eso, es un fracaso a gran escala del capitalismo.
Y es lo que no está tocando vivir.


PD: Hace unos meses durante una conversación con varios activistas, surgió el tema del capitalismo. Se me ocurrió decir que en el siglo XXI, si quería sobrevivir el modelo capitalista, no le quedaba otro remedio que convertirse en un Capitalismo Ético.
Me cayó la grande. Mis interlocutores empezaron a decirme que eso además de imposible, era estúpido. Que el sistema se basaba justamente en lo contrario, en la falta de ética y escrúpulos, ya no solo con el trabajador sino con los medios de producción, los países en los que se produce, los ciudadanos de esos países... No sé o no recuerdo cómo terminó la conversación.
Hoy pienso que no solo el capitalismo sino el socialismo o lo que sea no sobrevivirá en el futuro si no se reconvierte en el mismo movimiento pero con un fuerte componente ético. Y así será, auguro, por el elemento fundamental de la comunicación, ya no se hacen las cosas a puerta cerrada sino que se comparte, se comenta y se conoce todo, y tarde o temprano, esa era de la comunicación conseguirá que la ética sea una herramienta más a la hora de hacer las cosas y que importe. Que decisivamente importe que el sistema sea ético.

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