miércoles, 5 de diciembre de 2012

No a celebrar la Constitución y sí a tener fe de país

A mí me parece un chouvinismo o como se escriba lo de celebrar la Constitución, este año debería ser el último. Y adiós al puente, caraduras. Si de aquí a nada es Navidad. Otro parón. El parón de octubre. El parón de noviembre. El parón de diciembre. Se trabaja en serio de dos en dos semanas. No es plan. Es lo que opino. Se ajusta el calendario. No sé de eso, ministros tendrá la Iglesia para establecer festivos, pero lo del puente. Puente aquí, puente allá. Me lleva la corriente como en La Oca y ya pues tampoco sale la gente de casa rural o hace gasto. Que era un buen argumento. Poner a todo el país por las comarcales recónditas  a darse vueltas. Ahora, no. En casa. Las vueltas alrededor de la mesa camilla. Frío intenso. Los esquiadores están haciendo gasto, el resto del país pasa frío. Casa. Concepto casa. Como cuando caes en la casilla de la calavera y las dos tibias. A casa. Vuelves a empezar.


Creo que no somos del todo consciente de ello: el nuevo punto de partida. Yo hablo del país como si fuéramos tres o cuatro, somos más, claro... Cada uno con su cruz. En fin. Celebrar un texto juridico de la naturaleza que sea, no me convence. Es tontería. Entiendo que tantos años de sequia legislativa, pues llevara a los padres de la Transición y toda esa peña, a liar su ceremonia y su boato. A día de hoy, nada que celebrar. Más bien, lo contrario. trabajar. Mejorarla. Actualizarla al nuevo siglo. Sin polémicas, ni historias. Como si fuera la cadena de montaje de la Ford. Un ajuste de tornillos. De rutinas. De enunciamientos. De nuevos dispositivos. En fin, no veo la fiesta por ningún sitio. El puente, menos.


No tiene nada que ver con la Constitución pero viene al hilo con la confianza y los puntos de partida. Díaz Ferrán y De Cabo. Cada vez que escucho que comparan a De Cabo con Richard Gere, con el personaje que interpretaba el actor en Pretty Woman, es que me da acidez. Me hierve la sangre. Eso es un problema que he detectado recientemente y lo llamo problema y quizá debería llamarlo tendencia. Es tendencia. O no se dan cuenta. No sé por qué. De donde proviene eso. ¿El qué? Comparar la realidad con historias de ficción y lo hacen en las noticias, en el telediario de forma cotidiana. Si ha ocurrido un suceso, del tipo que sea, se permiten incluir en la crónica unas imágenes de una película que tenía un argumento similar. Es grotesco. Y pasa ante nuestras narices y parece que a nadie le indigna. A mí me indigna. Tenía enquistada esa entrada de blog. Ficción como gancho en noticias. Pues vaya puta mierda de trabajo, compañero periodista. Es que no me vale ni de recursos didáctico. En el caso de Días Ferrán y De Cabo, pues el ejemplo de Richard Gere... En fin. Un galán. Una historia de amor. No. Señores periodistas que tienen un trabajo en los medios, a los que me cuesta llamar desde mi humilde blog compañeros, dense cuenta. Que es un daño para siempre en el cerebro de su audiencia. En el mío también, y no es justo para con la realidad, la verdad, la objetividad... Es un relato construido... Bueno, ni siquiera eso, es el reflejo de una historia de ficción en algo que es real y es propio y tiene sus condicionantes y simplemente encapsularlo en lo conocido, en Pretty Woman o en la madre que me pario me parece obsceno.
Periodismo. Periodismo, hay que decirlo más.
Porque hay programas... Ya me explayo con este tema, antes de volver con Díaz Ferrán, que decía que hay programas que tiran de eso también, las referencias a películas, la referencia de ficción para ubicarnos en la realidad... Es un doble giro con tirabuzón que marca como hacemos piruetas conceptuales en el mundo moderno. En Callejeros Viajeros por ejemplo. El clásico plano de... Salía en nosequé película. Es como.... Estás en el sitio... Muestrame el sitio. Enseñamelo bien. No pongas los planos de la peli. Que en ese programa, Callejeros Viajeros, los ponen en la pantalla de un portátil (¿por estilo o por no pagar derechos? Da igual en realidad) pero a lo que me refiero es que, ante la realidad, no recurras a la ficción para explicarla. Se puede hacer igual con McBeth y casi que tampoco. No es periodismo, es floritureo, pero vaya si son programas de entretenimiento pues se puede hacer todo, solo faltaría... Pero, ¡no en las noticias! Planos de películas en las noticias es aberración. Es una mentira. Mostrada a las claras y sin excusa.
Mentira, hay que decirlo más.
Días Ferrán, ha llegado tu hora en mi entrada de blog. Que poquita vergüenza, que po - qui - ta   ver - gü - en - za... El tipo que dijo: Tenemos que acostumbrarnos a trabajar más y ganar menos. ¿Ganar menos? ¿No se le cae la cara de vergüenza? Si no a él, que como sirvergüenza que parece que es presuntamente y tal, pues no, pero por lo menos que alcance el rubor a sus familiares y conocidos, ¿no? O ¿amigos? Ahora se verá si le quedan y cómo son de poderosos para echarle cables. O abrirle oleoductos llegado el caso. Pero claro, un tipo, de la patronal que dice: trabajar más, ganar menos... Pues te lo dice claro. Es mensaje de calado. Yo atiendo al mensaje. No a lo posterior. Es como: No vas a prosperar.
Es desesperanza pura. Y es curioso porque es un mensaje de hace unos cuantos meses (¿o años ya? que el tiempo se las pela) que da también medida de cómo se hablan las cosas en según que sitios y con qué tipo de sensibilidades y forma de verlo y en fin, matando la ilusión de trabajar para salir adelante. Ahora trabajar para mantenerte, sin posibilidad de mejorar. Eso es robarle el futuro a un pueblo.
Si encima eres corrupto... Es un robo con agravantes. El propio discurso en delictivo si nos quedamos en el territorio volátil de las ideas. Pisa la esperanza de crecer, de mejorar, de prosperar... Eso es mucho. La fe de un pueblo en sí mismo. Que te quiten eso es mucho y conseguir eso es difícil. Es claro y evidente al hacer memoria que España ha sido una nación sin fe en muchas ocasiones. Que ya lo hemos vivido. Ese tipo de desolación. Y recientemente. Y que cambió algo muy intensamente cuando se recuperó la fe en las instituciones, en un modelo, en una forma... Hablo de la Transición y esa mierda. Se creció. Se nació de nuevo como país. Se pdía trabajar y ganar más y crecer y mejorar y ser más competitivo y aprender... La necesidad de aprender. Si tienes que trabajar más y cobrar menos es muy posible que te olvides de aprender. Eso a una persona pues le afectará más o menos, pero un país que no aprende. Y ahí hay ramificaciones de todo tipo en el ámbito de la educación y sus conciertos de los que sé muy poco. Como de casi todo, aquí bien se demuestra. Pero me interesa el mensaje. Los mensajes. El mensaje de te quito la fe. Te quito la posibilidad de mejorar, de crecer.... Bueno no lo voy a repetir más veces pero debería hacerlo para tomar conciencia de la importancia que tiene perder eso. Todo lo que supone, lo que significa. Para los que vendrán. La destrucción de unas mimbres, de las bases de la ilusión, del mecanismo de la lógica retribución por tu trabajo, por tu esfuerzo, por tu labor.... Pues no. Machácate por lo que haya, que no habrá más, si acaso menos y sino, adiós. Eso no es aceptable. Para una persona. Pues sí, Una persona soporta eso, lo lucha, pelea... Pero un país no puede contra eso. Contra esa manera de pensar. Y Díaz Ferrán era el presidente de la Patronal. Y decía eso. Qué nivel de cinismo, qué nivel de indecencia si se confirman los cargos y las propiedades no declaradas y el dinero negro escondido. Pero, ¿¡cómo es posible!? Me encantaría poder preguntarle con un GinTonic de por medio a Joan Rossell que parece un tío simpático como ve el tema de su antecesor. A ver qué dice. Seguro que pone cara de menuda movidona más chunga. Pero lo que yo me pregunto es si es el percal general entre el empresariado corriente de a pie de España, porque es terrorífico. Uno puede admitir que un excéntrico como Ruíz Mateos hunda su imperio y a nosecuántas familias las lleve de la mano a la ruina, parece que dentro de su pasión por usar y encadenar sinónimos y por disfrazarse en otra época y en fin, por el personaje y su familia, peculiar y excéntrica como él, pues se puede aceptar la ruina de Rumasa, de Nueva Rumasa y de todos los que han metido dinero y no han vuelto a saber de él.
En fin, que habrá en las cámaras de comercio... En todas las instituciones. Si el jefe de la Patronal se supone que tenía millones en dinero negro bajo el colchón, ¿pero qué tipo de broma es esta?
Lo de Díaz Ferrán sería una buena metáfora de lo que pasa en España, si no fuera porque no es una metáfora. Es un juicio abierto. Que esperemos que no encuentren más altas instancias formas revocadoras, véase indultos o amnistía o yoquésé que consideración especial podría encontrar el ex presidente y sus secuases para librarse de verse entre rejas, porque la cosa pinta fea.
Por bocazas me gustaría que la ley lo aplastase, no basta con le caiga toda el peso de la ley, no, que lo aplaste por aquellas declaraciones de gallito. Se lo merece.
Y al próximo que menciona Pretty Woman, le pongo una denuncia en Consumo.

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