miércoles, 12 de octubre de 2011

Cargas de profundidad en la cultura pop: Tu cara me suena

Aprovecho para comentar un programa de televisión, creo que es inédito en el blog. Allá voy. Ayer se emitió en Antena 3 la tercera entrega del programa "Tu cara me suena". ¿En qué consiste? Famosos se caracterizan como otros cantantes famosos y cantan sus canciones. Es como un karaoke travesti. De hecho, es un karaoke travesti y tiene también esa dinámica de los concursos de famosos haciendo cosas que no se les dan bien, como bailes de salón o de esa cuerda. ¿Quién participa? Julio José Iglesias. Francisco. Toñi de Azúcar Moreno o la otra, nunca recuerdo bien el nombre. Entre ellos, cabe destacar la presencia de Santiago Segura. ¡Santiago Segura! ¿Qué necesidad tendrá ese hombre con los éxitos de taquilla de Torrente, de meterse en estos embolaos? Que haga Torrente 5. En fin. Es un despropósito de principio a fin. Pero está muy bien iluminado. Presenta Manel Fuentes. Otro que tal baila. Y el jurado: Ángel Llacer (bregado en el tema jurados), Mónica Naranjo que se ha operado la cara y parece una de las propias concursantes caracterizada (mal) como Mónica Naranjo, Carolina Cerezuela que se la conoce por Camera Café y ya, ¿no? y el camaleónico Carlos Latre. En fin. No he visto más de tres minutos seguidos del programa, pero no es sobre el programa acerca de lo que quiero explayarme, sino sobre el formato, la propia idea. Se parece a los programas en los que van acróbatas, bailarines de hip hop o cantantes aficionados y el jurado les pone nota. Se parece en formato, pero no tiene esa pasión única del amateur que tiene su momento de gloria. En lugar de eso, tiene el punto travesti y fiestudo de disfrazarse y hacer el tonto. Eso funciona. No sé de audiencias pero parece que les está funcionando a Antena 3. Yo quiero ir más allá. A un ámbito casi filosófico. La carencia de iconos. La carencia de verdaderos artistas. Nadie soportaría escuchar al artista de verdad -algunos están muertos, pero otros no- y volver a oír el éxito mil veces repetido. Eso aburre. El original aburre. Está muy visto. Hay que dar una vuelta de tuerca. Hay que fabricar un sucedáneo. De paso se le da trabajo a tipos insulsos que son famosos y tienen que comer. O se pagarán favores. O no sé. Pero hay gente metida en eso que, en fin... Que se prestan al kilo de maquillaje y a la pelucona quizá sabedores de su falta absoluta de personalidad propia. A ver, que es respetable. Que tienen que comer, ya digo. El propio Santiago Segura, en lo que se decide a hacer Torrente 5, tiene que comer. Pero tiene un efecto a nivel social, en mi opinión y alcanza una trascendencia mayor de la que podemos imaginar viéndolo como una "folletá". Se deprecia el imaginario colectivo. Se abusa de esa imagen estreotipada. Es verbenero. Es como una fiesta aburrida en la que se juega a disfrazarse y hacer un poco el ridículo en varios turnos de karaoke. Es cartón piedra desde su más primigenia concepción. Es dignificar el cartón piedra. Es darle trabajo, mucho trabajo, a maquilladores, peluqueros y gente de vestuario, me alegro por ellos, pero es un producto que le hace daño a todos los que intentan crear nuevas canciones que dentro de veinte años sean clásicos, o si me permiten exagerar, a todos los artistas que simplemente tengan un ápice de personalidad propia. Es volver a oír lo mismo, retocado, maquillado, vestido para la ocasión pero es lo mismo. Nos empobrece. Y es más, el nombre del programa: "Tu cara me suena" dice mucho, dice muchísimo de un tipo de actitud absurda del público atontado, iletrado o hipnotizado que tiene una borrosa imagen de alguien "famoso" pero no sabría si ubicarlo en "Operación Triunfo", "Gran Hermano" o en "Hombres, Mujeres y Viceversa". En el fondo, qué más da. Es todo lo mismo. Las caras que les suenan a la gente y que no trasmiten realmente nada. Es eso. Todos son marionetas. Cambian los hilos y las intenciones de los que los mueven pero todos están hechos del mismo trapo sin vida. Va más alla del simple entretenimiento. Tiene una repercusión a nivel social. Y es un negocio, claro. Es dañino. Son cargas de profundidad en la cultura pop. Un expolio en primetime y a las claras de iconos y de momentos concretos de la historia de la música que siginificaban algo, que significan algo. Es robar. Un saqueo de espíritu. Es también a su vez una forma de esconder a los mediocres, de que disimulen su ausencia de talento un grupo bien amplio de personas mediocres que están en el show bussines por sus padres o porque tuvieron éxito hace treinta años o yo que sé por qué, los supuestos artistas que imitan a otros artistas, ¿se puede caer más bajo? ¿se puede ser menos artista? Los imitiadores nunca tuvieron mi aprecio, no lo veo mérito, empezando por el propio Latre que está en el jurado. Hacer de otros, ¿para qué? En "Tu cara me suena" y por no andarnos con paños calientes hay gente que es chunga o muy chunga y lo mismo se puede excluir a Santiago Segura que realmente no sé muy bien que hace allí, pero el resto de concursantes son el tipo de simplones y mendrugos no tienen nada que comunicar o trasmitir. Nada que aportar. Es como idea, como concepto, nocivo para el futuro. Para nuestro futuro, si es que se puede seguir usando esa palabra sin caer en el peor de los sonrojos. En el sonrojo que ya es casi morado oscuro. Que Francisco se vista de Rocío Jurado es un insulto. Me acaba de venir a la cabeza la imagen de José Ortega Cano viendo la televisión con sus hijos en casa y tragándose la actuación de Francisco vestido como Rocío Jurado. ¿Cómo te quedas? Es una verguenza, como concepto. Yo ni siquiera la he visto y espero que el diestro tampoco, dicho sea de paso. De todas formas, dejo aquí el enlace para que cada uno eliga su nivel de aguante en el tema y para que en el futuro, si es que se puede seguir usando esa palabra, no digamos que esto solo fue un mal sueño.
http://www.antena3.com/programas/tu-cara-me-suena/concursantes/francisco/francisco-imita-rocio-jurado_2011101200010.html

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