lunes, 24 de marzo de 2014

Retransmitir la agonía de Suárez

Si no escribo esto, reviento.
No entiendo el sentido de retransmitir la agonía de Adolfo Suárez. Cuando el viernes aparecía ante los medios su hijo, Suárez Illana, hablando de un inminente desenlace trágico, me planteé qué o quién le había aconsejado esa comparecencia. No es muy normal o no parece que tenga mucho sentido, ya que su enfermedad era conocida y la mala racha que atravesaba, pues también, así que poner el cronómetro, avisar de la muerte, con todo el desarrollo mediático que supone, los micrófonos en la puerta, los hagiógrafos frotándose las manos, las tertulias llenándose de tópicos... ¿Por qué desde el viernes? ¿Con qué sentido? ¿Con qué intención? ¿Desde dónde se promueve? No lo entiendo. Habrá quién piense que era una forma de silenciar las marchas de la dignidad, me cuesta creerlo, aunque parece que tenga sentido pero me cuesta creerlo porque realmente son dos temas totalmente distintos. No tiene nada que ver. Las voces de las plañideras oficiales, los biógrafos concediendo entrevistas, las imágenes de archivo...

Me vino a la cabeza una frase: España necesitaba un mártir... Un mártir en la memoria, un baño de masas en el sentimiento nacional, un remozado de todos los tópicos de las Transición y todo lo que se dice y se repite, y se dice y se repite, y acabamos por creer que es cierto. No bastaba con una nota, no era suficiente dar la noticia cuando se produjera. Había que ir más allá, crear el ambiente de alerta, que estuvieran pendientes. Que se volcasen. Que las miradas sigan el mismo trayecto y convergen en un mismo punto, la loa, la oda, el exceso de adjetivos y parabienes, la ausencia absoluta de autocrítica, de analizar con verdadera capacidad crítica lo que se hizo hace treinta años y los condicionantes que existían, obviar esos condicionantes me parece un sinsentido y un falseo claro de la realidad, la de entonces y la de ahora.


Esto no tiene nada que ver con los funerales, los honores de estado o el dolor de una familia que pierde a una persona importante y temía que al escribir esto, pudiera incurrir en errores, o que no se entendiera bien. Ni siquiera es el tránsito lo que me ocupa. Es la campaña de comunicación, es de lo que suelo hablar aquí, o de lo que me gustaría hacerlo. Comunicación y decisiones sobre cómo administrar las noticias y cómo enfrentarse a la prensa. Y, ¿quién decide eso? ¿Quién aconseja? En otro orden de cosas, ¿no estamos lo bastante maduros como país para ser verdaderamente críticos con la solución que se dio tras la muerte del dictador? ¿No nos damos cuenta del lastre que supone la desmemoria o los privilegios mantenidos a lo largo de los años o el reconocimiento nulo de los crímenes amparados en las injusticias de un régimen por definición injusto? ¿No somos capaces de analizarlo sin lugares comunes, sin grandes palabras, sin Victoria Prego y todos los de su generación, felices y autocomplacientes de lo bien que lo hicieron, ese espíritu de falangista reconvertido, profundamente católico y con una forma de pensar anclada en otros tiempos, que no ha cambiado, que no ha evolucionado, que en el fondo, no es tan diferente y lo demuestra por ejemplo la reforma del aborto, que es un buen jardín en el que no entraré pero que demuestra que no está superado lo de finales de los 70 y que no hay visos de entendimiento, da igual que muera Suárez o el que sea, porque es algo más trascendente: la Transición fue un parche, y fíjate si lo fue, que casi se nos va todo al carallo con el 23F, es decir, que no estaba todo tan bien hecho o tan a gusto de todo el personal. En el fondo es algo también muy español lo de no menearlo, lo de dejarlo estar, lo de olvidar para sobrevivir. Que tiene una lectura poética, lo de olvidar y el alzheimer, que es obvio, vale y creo que es la línea de un artículo en Diagonal.

En fin, si no lo escribía reventaba pero como se puede comprobar, tampoco tenía muy claro lo que quería decir. Es todo un mix. Y por supuesto, mis respetos al finado.
Que no tiene nada que ver, es paradójico, lo sé, con el circo mediático o el seguimiento del óbito y lo que significa o lo que querían que significara los que decidieron darle esa cobertura y a ese nivel. Hala, ya lo he escrito.
Mejor o peor, ahí queda.

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