sábado, 26 de noviembre de 2011

Los problemas del PSOE me dan igual

Ando a vueltas con el tema de la militancia. Su intrínseca ley, la naturaleza y la jerarquía, la posibilidad de medrar, de hacer equipo, las intenciones o las ilusiones de los que están ahí, desde siempre o desde las Juventudes, chupando rueda y acatando órdenes. Hay algo de estructura militar ahí. Soldado raso, cabo, general retirado, teniente coronel, sargento chusquero... ¿Habría que poner esas palabras en mayúscula? Lo que más me molesta de votar, este año he estado a punto de abstenerme por primera vez en mi vida, lo peor decía de ejercer ese derecho y según yo lo entiendo,  es verles las caras a los interventores (¿se llaman así?) que están en comandilla, de cada partido, velando por las urnas, mirando por los suyos, escrutándote en tus intenciones. en fin. No creo que lo esté explicando bien. muchas veces no escribo aqí sobre estas cosas porque no quiero extenderme. a veces me cuesta recordar para que es este blog. Pasa el tiempo y cada vez lo veo menos necesario y menos parecido a lo que yo me había planteado. El blog sobre el blog acerca del blog, y el concepto blog: y el yo y mi me, conmigo y sin mí, y viviendo sin vivir en mí, y escribiendo sin estar aquí y al tum tum y para qué, me pregunto algunos ideas: ¿para qué? ¿Los problemas del PSOE? ¿Para qué? ¿Quién me manda a mí hablar de esto? Pero me sorprende que sea o que quieran que sea o que lo conviertan, esa es la palabra, el verbo correcto: convertir, pues eso, que esté convertido en tema del momento y en apertura de boletín y en noticia destacada de primera página. La sucesión. La dirección. El congreso. Las cabezas visibles, la primera línea. Ahora que digo lo de la primera línea, me acuerdo de una cosa que escuché en la tertulia de Carlos Alsina de Onda Cero hace unos días. Comentaban la noticias de la salida de Pepe Blanco de la ejecutiva socialista. Al hilo del concepto "primera línea" se preguntaba el locutor si el simple hecho de ser diputado era segunda, tercera o quinta línea y si realmente lo único que iportaba era estar arriba, como si todo lo demás, fuera simplemente el camino por el que se medra o el reposo o la latencia después de estar expuesto a los focos. Ser diputado es tan poco, se preguntaba con cierta indignación el herético Alsina al que escucho a veces en el coche a las nueve de la noche, y hace un tiempo, seguía su espacio de economía que es interesante. El tipo es de derechas creo pero eso no viene al caso. Sobre Pepe Blanco, pues mira, mucho ha durado. ¡Bye, bye, campeón! A veces escucho o leo medios de derechas, yo que me siento tan no de derechas, lo dejo ahí. El caso es que la sucesión del PSOE me da igual. Lo flipo con un tuit de Jordi Sevilla diciendo que no le dejaron renovar el partido años atras, no se palabras textuales pero ya lo buscan ustedes. Este hombre, el tal Sevilla, ¿estuvo en la ejecutiva o no? ¿No fue ministro? No lo googleo, no me apetece, ustedes mismos. Que más da. Escucho a Leguina, en un carrusell que hicieron en la mañana de Carlos Herrera, y se soltó. Con el mismo argumento, que no nos escuchan, que no nos dejan, que no nos hacen caso... Y se ven o se oyen o se leen las declaraciones de Guerra, González.... Parque Jurásico socialista, oiga. Y a mí, plín. No oigo nada de Zapatero y me gustaría. Me encantaría que Zapatero hablase de una vez por todas y siendo sincero, asumiendo su derrota. El editorial de El PAÍS echándole la culpa de la derrota de Rubalcaba me pareció insidioso, por usar el léxico de Rajoy. Insidias, que me pregunto si no las habrá conseguido filtrar el propio equipo de Alfredo porque si no, no se explica. Pedir a ZP en tono aznariano: Váyase, ZP, váyase ya de una vez. Oigan, pues no. Que no tiene culpa. Lo escribí en twitter. Ni Dios me hizo caso, luego dije que Mario Vaquerizo era el reverso en cuero de Belén Esteban y lo retuitearon quince veces. A la gente no le interesa la política, pues no estoy de acuerdo. Le interesa, claro que sí. Interesa la política pero... Bueno, no sé, no sé cómo cuantificar el pero. Hay peros. Hay interés y hay peros. Lo peor para el ciudadano, para usted, para mí, para quien sea, es que no te interese, que pases del tema, que te abstengas.

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