sábado, 2 de enero de 2021

Se me olvidó ponerle azúcar a la tarta

 Se me olvidó ponerle azúcar a la tarta. Fue un fracaso en la cena con mi familia. Sosa. Buen aspecto, eso sí. Como alguna novia. Al día siguiente le puse una capa de miel como si la barnizase y golpe de horno, oye y era otra cosa. La miel le dio el punto a la manzana medio pocha de dos días. Cocino con poca sal o ninguna y se me olvidó el azúcar, ya me vale pues vaya fiasco de tarta. Os pongo unas fotos. Me pasa a veces. Olvidar lo básico. Tenía muchas manzanas. Aún me quedan. Y yogures a punto de caducar. Debería investigar más recetas. He dejado de tomar azúcar progresivamente en el desayuno y no la tengo muy presente. Mejor sin ella. Dejar el azúcar y dejarlo lo que es malo y engancha. Malo de aburrido. Malo de maldad primigenia. De nociva. De toxicidad. De envidia. De todo lo malo. El enganche malo. Hay enganches que tienen su parte buena. La repostería engancha. En plan bien 




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De aspecto, muy bien. Luego no estaba tan mala. Aún me queda un poco. Voy a hacer otra en breve. Tengo un mango y le podría dar un puntillo a la manzana. También chirimoya pero eso lo veo menos claro cómo meterlo en el mix. El caso es gastar lo que se acumula. El concepto tarta como cajón desastre. Recetas de aprovechamiento, no me queda otra. Me gustaría intentar un bizcocho que no es del todo igual que la tarta. Me siento orgulloso de haberla hecho antes de que acabe el año. El puto 2020.  Qué harto de todo. Qué pesadez. Parece un blog 


Hemos hecho cosas. Estupideces la mayoría. Pero mira. Algo queda. El caso es seguir. Buscar. Intentar hacer algo y hacerlo. Poco a poco. No he hecho mucho. Estoy un poco harto del no hacer. Soy más de estrategia e inacción. De dejar pasar. De que sedimente. De que encaje. Que cobren su sentido último las estupideces. Como las cuentas de un rosario. Más leer vendría bien en general. Lo que sea. Tengo muchas cosas pendientes. Por leer. Por hacer. Por escribir 

He hecho jabón. He hecho una tarta. No se qué es lo siguiente por hacer. Pan. Pizza casera. Eso lo veo más lioso, la verdad. Meterse en harina. Pero es ponerse. Todo es ponerse. Me lo escribí en un post It cuando era adolescente y lo pegué en un póster. En mi habitación y sigue ahí. Todo es ponerse. Y s igue puesto. Sigue pegado. Más de 20 años ahí. La tinta se ha borrado. Le haré una foto. Pongo mucha foto. Se ha vuelto un diario de intrascendencia. No la echo de menos. Me acuerdo. No quiero nada. Pintar. Cocinar. Sentirme bien. No siempre tengo el control. Se dispara la ansiedad. Si sale mal, lo barnizas con miel. Quiero amor y amor no era. Dibujo corazones. Retorcidos. Unos dentro de otros. Dibujo mucho. La tarta es como un puto culmen a la ansiedad. No la echo de menos. Tengo propósitos y ganas de llevarlos a cabo. Tengo ganas en general. Casi siempre es bueno... Y me quedo sin palabras a veces, que está bien también. Un poco de no decir nada o no mucho. Y hacer . Y seguir. Y así. Un poco soso todo pero con solución. O algo 

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