viernes, 22 de enero de 2021

La isla de la cobardía

 Ayer vi una de Casavetes que me dejó todo el mal cuerpo. La muerte de un corredor de apuestas chino. Muchas tetas. Y un poco pesada a decir la verdad pero atrapante y la alternaba, aunque no cambié ni una vez, con la nueva edición de la Isla de las tentaciones.


Vaya reality de mierda. La isla de las tentaciones. No me gusta nada. A mi ex le entusiasmaba y a su hermana. Me enganché un poco a la anterior edición de este bodrio pero me aburre. Hay mucha más perversión y retorcimiento en un plano de Casavetes que en mil minutos de tiradas de trastos de pretendientes mazadps y repletos de tatuajes. Es la puta generación de Mujeres Hombres y viceversa. Qué quieres. Qué esperas. Y una vez escribí que nada tenía q ver con el amor en el programa que ha creado una generación y un modo de relacionarse. Es sobre el rechazo. Nueve pretendientes o pretendientas. Ocho veces que hay que decir que no, si no nueve si no vale ninguno o ninguna. Se trata de rechazar de todas las formas posibles. Hacerlo con decoro. Una nueva escenificación del rechazo. Un proceso sutil de negación. De eliminación. De ir quitando lastre y poner excusas. Explicar el rechazo, que es lo peor. Darle coartada al no. Que son segundos, en mi opinión. El si o el no es como encender un interruptor y se ve en los ojos. Eso se ve. Lo ve hasta la lerda audiencia de reality que lee con dificultad pero el brillo no tiene lenguaje sino música.


De la Isla de las tentaciones escribí una vez que si se dieran libertad podría ser la isla de las sensaciones y luego, dos semanas después, pues armisticio y todo olvidado y perdonado. A disfrutar la vida. De verdad a disfrutar y con total libertad. Pero no va así. Se disfruta de la posesión. Su argumento es otro. Si MHYV iba sobre el rechazo con la excusa del amor pues la Isla tira del mismo recurso, del supuesto amor que se tienen los concursantes aunque no sea un concurso o lo único que ganen sea quedarse como estaban, para en realidad hablar de cobardía. Cobardía. Esa cobardía. 


Dentro video de Chiquetete.


Cobardía de no abandonar una relación que no quieres y llevarla al límite. Qué buscan los que van. Afianzar su amor, dicen. Recuperar la confianza, es lo que pretenden pero se expone con casi total probabilidad a perderla del todo. Es lógico. Qué necesidad de llevarlo al límite. Pues porque son unos cobardes. No se atreven a sentarse y decir, ey, ya no es lo mismo y estamos hasta arriba de rencores, reproches y mierda en general, así que por qué no lo dejamos y ya. Pues no. Vamos a una isla a que nos tienten chulazos y jamelgas que eso seguro que nos alegra la vista y nos despeja la cabeza. En serio, es por miedo y ya sabéis que el miedo no existe pero estas parejitas viven un mundo de terror cuando no es el aburrimiento el que les carcome. Y son mierdas super ridículas. Ciertas o no porque son sospechas, mensajes de periquitos o pajarracas que fueron perdonados pero no olvidados y que no demostraron arrimes pero claro, nunca se sabe. La crítica televisiva es mi pasión secreta, una de ellas. Lo de leer lo llevo mal

 Solo veo bodrios y a Ben Gazzara hundiéndose y por ahí me libro. Y esa decencia y serenidad con la que rompe con su novia negra. Qué clase. De eso se trata. De estar cómodo. Joder que buena es la reflexión final y qué razón tiene. Cómodo y con buenos números en el escenario. Y cuando el Señor Sofisticación habla del cariño que le pone y cómo eso lo nota el público. Algo así. Tampoco lo memorice. Pero bien. De eso se trata

 Estar cómodo. Los de la Isla son justo lo contrario. Y además cobardes por no atreverse a afrontarlo. La isla de la cobardía. Hay más miedos para ti. El miedo no existe . Recordar eso al menos. Y bueno, espero no engancharme a esta edición. No soporto a Sandra Barneda. Va como de sobrada y de pro. Y se le ve la poca comodidad

 Lo poco real

Es solo mi opinión sobre algunas intrascendencias

Otro día sigo.



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