martes, 6 de mayo de 2014

Desde que solo veo televisión online...

...soy más feliz.

Quizá parezca un tópico o puede que lo sea, pero la caja tonta es una máquina de infelicidad constante por lo que genera en deseo.

El hecho incontestable es que me trago menos anuncios.
Hay menos anuncios en la televisión online y es curioso que es los dos canales que veo, todo emisión legal por cierto, pues se montan lo de la publi de modo distinto, pero eso lo comentaré en otra entrada de blog aparte, porque lo merece. Aquí quiero hablaros de otra cosa.
Cuando llego a casa... Cuando arrivo a casa, que decía el anuncio de Capuccino enciendo la televisión y a veces, no la enciendo o no la encendía porque al irme no la apagaba, una imprudencia grave con cómo está la factura de la luz, pero no más que puritita verdá. Pues bien, al romperse mi Black Trinitron de 20 o 25 años, pues renuncia a renovarla. Y llegó el silencio. El semi silencio. porque en la cocina tengo una radio, en el baño, otra y en la habitación, otra. Por radios, no va a ser. A veces enciendo las tres, es un poco ruidoso pero vivo solo y a veces, oir voces pues te aporta algo de familiaridad, me encanta el ruido, esa es otra. También es una buena forma de oír varias franjas horarias a la vez, en plan a primera hora y mientras haces cosas, limpiar por ejemplo. Los que seguís el blog, conocéis de sobra lo poco que me gustan las tareas domésticas, pero bueno, al tema. La televisión era otro foco de ruido continuo. Y bueno. Uno más.

Menos anuncios. Menos impactos publicitarios. Más felicidad.
Creo que eso es incontestable.
Como no tenía mando a distancia, pues... no cambiaba nunca...y mucho me tenía que molestar algo para cambiarlo, las sintonías de los concursos por ejemplo, eso en particular es tan molesto como para levantarme y cambiar manualmente de cadena. Dicho esto, quizá lo que se ha roto es el TDT, pero es que me da igual. Bueno, la Black Trinitron la quiero conservar. Si sirve, es una alegría. Os hablé de ello en otras entregas, y es raro. Lo mío con teles que se rompen. En fin, el caso. Que la televisión online tiene un importante componente: al menos, dos o tres clicks. Sino cuatro o cinco o seis, si quieres evitarte publicidades y engorros. Y es un poco desastre. Los streamings son curiosos. Se equivocan. La gente se queja en twitter en tiempo real. Es otra cosa. Es televisión pero a otra velocidad, una televisión elegida. Que se cuelga, con frecuencia. Pero al ver la tele online, pensé; esto es otra movida. Hemos superado al YouTube. En cierto modo. Los telediarios los pillo poco. Que es curioso porque la televisión convencional te hace un poco de señales horarias, las mismas de la radio, pero en lugar de pitos son voces engoladas de señores presentadores respetables de telediarios y dices: la hora de comer. La hora de cenar. La tele online, pues no. Es otra cosa. Pero por como veo a la gente conectada en twitter y demás, no son milongas de es el futuro, es el ya de ya. Y cambia la recepción. Por supuesto por no estar full time enchufada y la voz de fondo forever. A menudo en las madrugadas, y no seré el único, me he tragado a los adivinos y echadores o echadoras de cartas que no vienen a ser muy diferentes a los psicólogos, o hacen un poco esa labor, los más bienintencionados, y menos iluminados, pero vaya, que se quedaba puesta la tele y eso acumula infelicidad. Gente que le pregunta por sus infelicidades a los tarotistas de madrugada, es un buen ejemplo de lo que yo llamaría infelicidad. Por el otro lado, el consumo no es tan distinto. Pero compites con YouTube, eso sí. Me canso y pongo una canción. Me canso rápido. La otra tele se quedaba encendida y la canción sonaba de fondo. Me gusta el ruido, lo dije al principio. Y escribo esto porque creo que la recepción es distinta y cambia el canal, en fin, los elementos del proceso comunicativo. Tema uno de primero de carrera. Se me quedó. Pues cambian sustancialmente y en unos años, pocos y poquísimos, lo mismo es mucho más natural un nuevo, novísimo, sistema comunicativo que no es que sea de pantallas que vuelan sino de opciones de aquí y ahora de todo y sin cables a la pared y espacios en el salón para colocar un armatoste. O igual no. Un par de generaciones se tienen que quitar hábitos, porque dicho todo esto, supongo que tarde o temprano, esté viva o muerta la Black Trinitron tendré que comprar una nueva, espero que sea tarde... Pero vaya, que mi generación no creo que imagine su salón sin una buena y, sobre todo, grande pantalla plana, pero claro, hasta no hace tanto, nadie se imaginaba que fuera a ser planas. Pero esto es tema de mobiliario. Y yo iba más por lo comunicativo.
Y en resumen, para contar mi experiencia en cuatro pinceladas.
Y porque desde que solo veo televisión online, pues soy más feliz.
Y quería que lo supierais.

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