martes, 8 de abril de 2014

Esta tarde en mi huerto plantando tomates

 







 









































 
 











































Reconozco que no es un huerto muy ortodoxo y que está aún, pues, cómo decirlo, todo por hacer. Pero hoy me dedique toda la tarde a plantar tomates, había comprado los tallos y no tenía opción. La tierra estaba removida, si me descuido dos semanas, se llena de hierba y hortigas. Las hortigas eran buenas, ¿no? ¿No había que quitarlas? He dejado la mayoría. Aún tengo matas de berenjena y pimiento, pero van en el otro trozo de tierra. He comprado estiércol de oveja. El primer saco de abono de mi vida, veremos cómo me va. Lo voy a poner junto a los lirios y margaritas, es mitad jardín de flores perennes y huerto de plantas vistosas, los pimientos me han parecido buena idea. Pimientos picantes. También pondré rabanitos. Un huerto poco ortodoxo ese también. Con los tomates espero perfumar toda la parte de atrás de la casa, hoy ya me olían las manos, a pesar del azufre. Tengo que cuidarlos con mimo. Una vez planté hace dos años un par de matas y no salieron adelante. La tierra es buena, la de ese trozo, sí. La otra es muy arenosa. Al regarla se vuelve fango. Y parece un hormiguero gigante, salen las hormigas de todos los sitios. He comprado un tratamiento. No es nada ecológico. No tenía muchas opciones. Es muy tóxico. No me gusta pero de verdad tengo un problema grande con las hormigas, me entran en todos sitios, se mueven por debajo de las baldosas, en fin, me traen mal. Y, bueno, no he encontrado muchos remedios naturales o cosas que pudieran aliviar un poco el asedio, sobre todo a la cocina, que está junto al jardín. Pero bueno, lo he dejado para mañana, que también terminaré de abonar. También tengo varias matas de lechuga. Me voy a hacer un buen huerto, pero lleva trabajo, es cierto. Es divertido pero cansado, mejor que el gimnasio, al que me apunté hace un mes por cierto y he ido menos de lo que tenía previsto, pero en fin, esta tarde me lo he currado. Vale que los caballones son manifiestamente mejorables, un pelín torcidos los surcos, de acuerdo, se pueden enmendar, probablemente mañana los repasaré, hoy no tenía tiempo de casi nada, ya digo que tenía tarea. Pero estoy orgulloso. Y mira que no tiene un gran aspecto, lo reconozco. Pero siento que la tierra es muy sincera, se abre y te muestra lo que es. Y el olor. El aspecto, el color marrón intenso de tierra potente, me encanta, me emociona. Lo flipo un poco, lo reconozco. Me he puesto en pantalón corto, la tarde ha sido estupendo. Quizá echo de menos alguna compañía concreta pero el revoloteo de los palomos, y algún mirlo, pues es también un regalo. Las crasas están estupendas, prometo fotos. Y los lirios van para arriba, también los geranios que trasplanten, ya les salió la primera flor. Una maravilla, en general. Un poco pocho el jazmín pero abrazándose a la columna, lo he ido conduciendo en lo posible a que trepe por la pérgola.





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