martes, 21 de febrero de 2012

Ofertas de trabajo en Laponia

Ayer, José Luis Feito, Presidente de la comisión económica y de política financiera de la CEOE, dijo esto:
http://www.elmundo.es/elmundo/2012/02/20/economia/1329751017.html

Hoy lo ha matizado. Tanto da.
En la tertulia de ayer en La Linterna de Colmenarejo, uno de los invitados, no sé quién, afeaba el gesto y ahondaba en la actitud chulesca, creo que usó esa palabra, del empresario o del empleador como sector en este país, personalizando a través de la anécdota. Apuntó directamente a Rajoy y su gobierno, al que instó el señor tertuliano desconocido a cuidar los modos, la forma de expresarse y la puesta en escena al plantear o manejar las delicadas situaciones relacionadas con el desempleo. En la Cope, emisora del programa y dial en el oí al citado tertuliano, no se puede temer que inciten a la rebelión del proletariado.

Lo de Laponia es muy tema.
Por cierto me acabo de enterar que Agustín Fernández Mallo, autor de la trilogía Nocilla experiencie, debuta con un grupo o más bien un dúo que se llama Frida Laponia. Sacan disco, que se puede bajar gratis, el 29 de febrero en su web: http://fridalaponia.com/
Laponia por todos lados.

Sobre lo del desempleo, el paro y Laponia, se debe ir más allá. Es un planteamiento maligno porque extiende la creencia de que los parados no trabajan porque no quieren. Lo que yo quiero abordar es que una falacia interesada. En un país con 50.000 desahucios el año pasado, ¿cómo no se le cae la cara de vergüenza a alguien por propagar bulos de ese tipo? ¿Cómo puede ampararse ese discurso en el mismo mes en el que se renegocian condiciones de despido a la baja? ¿Qué se consigue al filtrar de forma sutil hasta el sustrato de pensamiento de las conversaciones de bar que "El que no trabaja, es porque no quiere"?

Lógicamente, en un país de hipotecados, la movilidad laboral se resiente.
La mayor compra de tu vida, con la que te atas a un banco, no tiene patas y no puede acompañarte a Laponia. La casa no te la llevas, pero sí la hipoteca de la casa. Si aceptas un trabajo lejos de donde está tu principal gasto fijo, ¿cómo lo pagas? Además, la distancia importa porque tiene que amortizase, si asumes nuevos gastos fijos: en gasolina, por lo pronto, o en vehículo propio, gastos en residencia, si es que te quedas en el sitio donde trabajas entresemana. Que salga a cuenta no es tan fácil, pero en cuanto sirva para saciar la sed del banco, no creo que ningún desempleado diga no. No, claro que no.

Hay una maldad en las palabras: desempleado y parado. Parado, a pesar del participio, remite a paro. Primera persona del presente de parar. Parece como si fuera una decisión propio. Paro. Yo. Desempleo, que es una palabra que me agrada mucho más y al lector sensible le pasará parecido, tiene otro cariz semántico. Empleo, alguien te emplea, hay un empleo de uno a otro, en el desarrollo de una labor y bla bla bla. Que no te sepan emplear. Que no se valore la responsabilidad social del empleador. Que no se reconozca la dificultad que tiene el empleador, y se le doten de herramientas... En fin, no sé.  

No hay comentarios:

Publicar un comentario