viernes, 23 de marzo de 2018

no es darles voz, es dar tus orejas

Tres programas solo con voces femeninas, igual que el año pasado. Por el día 8 todo el mes es morado en Reactive commons y solo se escucha a mujeres cantar. O tocar. O rapear. O gritar porque pinchamos hardcore, punk, rock con toques metal... Buscando escapar del estereotipo y del prejuicio. Y partiendo de él. De lo triste que es tener que dedicar un mes a que se equilibre la presencia de género en las ondas. En lo que va de año han sonado muchos grupos de mujeres o mixtos, pero la balanza es desoladora. No hay ni siquiera cercanía. Y no atendemos, como sabéis, a nada que no sea el tipo de licencia o si están disponible en libre descarga. Y aún así, pasa. La semana del 8 de marzo es un aluvión de actos, de mareas moradas, de lazos púrpuras, de discursos y este año de modo singular, con una presencia arrolladora en la calle, lo que indica que la lucha está más viva que nunca. Partiendo como decíamos de donde partimos, brechas en todas partes. Poco respeto como cantaban Sin Lenceria en el primer especial: No quiero tus piropos. O Lo Siento, diciendo No es no. O el rapeado de Rebeca Lane en Ni una menos. Hay una música de mujeres y hay un mensaje de mujeres. Y son mensajes que están ahí y se le da una difusión muy parcial.
Bueno, pues hemos actualizado el blog, donde tenéis todos los programas. Llevamos 48 en total. Cerca del medio centenar. Tres especiales solo de voces femeninas de los que sacamos pecho porque están muy chulos los grupos y siempre en libre descarga o con licencia CC.  Y buscando en los márgenes, no en lo más habitual. En los tiempos que corren seguir apostando por las ondas, o por la difusión es casi apelar al puerta a puerta. Es tiempo de fragmentación de audiencia y empobrecimiento masivo de contenido. Pobreza y fragmentos, menudo plan. El pensamiento único deriva en programación única. Personalmente no veo salidas a corto plazo. Es todo peor, más barato en el peor sentido del término. Se ha obstaculizado la red como vehículo para compartir. Es todo una nube a la que nos asomamos para que nos cobren por usar el ventanuco. Es modos nuevos de sangrar al usuario. Que deviene en menos interesado, menos activo, menos en todo lo que se puede ser menos. Ofrecemos más. Más música, más nombres, más artistas... En marzo, más mujeres. Y el marzo anterior, más. No sabemos el marzo que viene pero si seguimos en la brecha, seguiremos dando la turra con todas las brechas que hay. Las de respeto. Las de educación. Las de consideración. No es solo el techo salarial. Son todos los techos que asfixian y ahogan. Sin perder el norte ni la posición.
Cuando saludo, intento hacerlo en femenino. Encantada de estar con todas vosotras. Intento utilizar el femenino como neutro común. Y me sale horrible. Desde luego, nada natural. Me chocaba en las asambleas cuando nos englobaban a todas con el femenino: con todas. Y nunca le di mucha importancia. A todo lo relacionado con el lenguaje. Con el tiempo me doy cuenta, de eso. Y de la importancia vital. No solo de las palabras sino de la naturaleza propia de los conjuntos. Las naturalezas femeninas. La discriminación de género sin sentido.  Como se menosprecia esa lucha. O el escarnio que genera algo tan sencilla como ponerle una a a una palabra neutra como portavoz. Esos cacareos antiguos que no son para nada consciente de los pormenores de una lucha que va mucho más allá de las palabras pero que empieza en ellas. Palabras que nos salen mal. Como es mi caso en las presentaciones en donde intento feminizar y día sí y día tambien, me tropieza. Es aceptar eso también. Que los hombres no vamos a tener mucha idea de cómo hacerlo y que, ojalá, alguna vez no hubiera que marcar líneas o vedar territorios, ojalá. Me recuerda a ese episodio de Transparent del festival solo para mujeres en el que salen las Dixie Chicks. Creo que son ese grupo, en fin. Que no es darles voz. La voz ya la tienen. No solo la voz, la letra. El mensaje es claro. No quiero que me ofendas. No quiero que me arrinconen. No quiero que piropees. No quiero que avasalles con el miedo. Quiero ir sola de noche y quiero hacer lo que quiera sin tener que temer a un hombre. Lo dicen en las canciones. No es dar voz, ni apropiarse del mensaje. Basta con que tenga el espacio que el momento pide. La necesidad de esas canciones y de esos mensajes y de esas voces es mayor que nunca. Tengan o no mensaje feminista y sean del estilo que sea, musicalmente hablando. Así que no es dar voz, no es eso lo que pretendemos en los ESPECIALES VOCES FEMENINAS del programa de radio, es dar tus orejas. Que pesan. Ofrecer las orejas pesa. Nos hacemos cargo de eso. Si uno empieza a pensar en donde pone sus orejas y se cuestiona el por qué. Qué nos lleva al trap de moda. O al vídeo ultra compartido por mil amigos. O a los temas de AC DC o de lo que sea. Qué nos lleva allí. El dinero que puso quién y para qué. Si somos críticos con ese ejercicio del gusto.... Y lo racionalizamos un poco. Nuestro poder de decisión engordara. Como socios de algo más grande. Más pura. Mas libre en la elección y en el proceso, en la misma búsqueda. Para huir de las tendencias de Youtube o delas multinacionales que nos siembran el camino de baldosas amarillas para hacernos llegar a Oz. Todos como ovejas vamos detrás de lo que se supone que se debe escuchar. Lo que está in. Lo que pega. Lo que se toma por bueno.
Si sabes del peso de tus orejas, las pondrás a buen cubierto.
En el blog están los últimos tres programas dedicados a mujeres y los 48 en total, pronto serán 50 y me escribiré otra parrafada en este plan. Da un poco de tus orejas y a ver qué tal. Pincha abajo y dale play:

https://reactivecommons.wordpress.com/

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