martes, 25 de febrero de 2014

Ay mis cuitillas

Últimamente escribo con los pies, no en el blog, que es lo suyo, ejercitar el dedo gordo a modo de garra y apelar a vuestra paciencia o interpelarla, más bien, con párrafos hechos de puro cemento, es lo suyo pero en el mundo real de la escritura, en la que se cobra, pues no vale, claro, ser pesado solo por ser pesado y la lira es algo que coge polvo, como todo y la armonía que sin embargo no es susceptible a sucumbir a la suciedad minúscula que flota en el aire, no se olvida como caerse en bici y al igual que el secreto del continuo pedaleo no se pierde del todo, pues el teclear con emoción tampoco se olvida ni se pierde o se pierde como se van perdiendo todas las cosas de la vida, tú sabes, el resto de recuerdos o movidas, y claro, dando por hecho que se haya tenido, el puntito, esa armonía, si es que alguna vez la ha manejado uno, que está por ver, tener esa cosita, esa chispilla, el aurita elocuente de contador o así se lo figura uno pero vete a saber, lo único verdad es que si a diario lo haces, pues mira, por pesado, por insistencia, por mera estadística, algo sale, aunque sea equivocándote, y en el ejercicio diario de trasposición tecleante pues vas pillando onda, entras en esa armonía como si tuvieras un scanner de frecuencias, todos los días con tus cuatro columnas, sin más remedio y cuando dejar de hacerlo, cuando no tienes trabajo o te dedicas a la tele o a la radio, se pierde o eso siento yo, que no es lo mismo, sí que te queda como el amago o el eco, el instinto, la cosita de aventurero parrafal, de guía de desiertos o esquimal que distingue nieves, saber encontrar caminos en algo que se ve todo lo mismo, la jungla, el sotobosque, ese puntito, que no vale para nada, dárselas de Dr. Livingstone, el afán explorador que es la mejor apuesta para perderse en cualquier sitio, porque al final teorizar esto es más bien ser experto en espejismos que es, quizá de forma inconsciente para lo que uno se va curtiendo, ver oasis en agujeros de arena es toda una ciencia, incluso bañarse en ellos, y lo pensaba hoy porque el caso es que, de vez en cuando, me toca volver a escribir bonito y que me paguen por ello, es como jugar al fútbol, no pierdes toque o puntería, caso de haberla tenido alguna vez pero se notan los kilos, las piernas no entrenadas, los gemelos ociosos, la puntera puteada, el empeine despeinado y es lo mismo en lo poner palabras una detrás de otra que en darse carreras controlando el balón, que es el ritmo, en lo de escribir y el gol es la frase bien clavada que lo deja arriba, y el desmarque es la idea interesante, escribir y jugar viene a ser lo mismo, sea el deporte que sea, lo de redactar debería ser disciplina olímpica, el uso de puntos y comas, el campeón mundial del punto y coma, medalla de oro en uso de los dos puntos, nuevo récord en los 1.500 caracteres lisos, medalla de plata en 1.500 caracteres vallas, anda que no hay disciplinas que te imponen en los encargos, ya es sabido que desde la redacción te piden el artículo que no existe y la mitad del trabajo es dedicarte a buscar ese artículo soñado en el mundo real, no es en especial el problema y mira que si te pones, lo encuentras, creo que pasa cada vez más, eso es el fondo, en la forma no suelen meterse, ya es cada uno, como le vaya o cómo quiera ir hasta vaya usted a saber dónde, esa es para mí la parte divertida en apariencia que termina por ser un suplicio, al usar dos puntos o punto y coma, tirando de enumeraciones o gilipolleces de ese tipo, pues todo se complica pero al final si no hay melodía, estamos jodidos, quiero decir que si no se canta al leer, no es cantar a voces, claro, viene a ser ese musitado sexy a lo Birkin que deja cosquillas en las comisuras y para lo que se necesita de una forma u otra algo de épica doméstica y cursilería bien administrada, o bien entendida, en sus justas dosis las típicas mierdas le ponen a todo blanditos y mimosones, es un lujo manejarlo, eso se pilla con el ensayo error, o lo que viene siendo trabajando todos los días como si tuviéramos un verdadero trabajo, que con la crisis, los medios y su puta madre, pues es un ejercicio de imaginación casi implanteable o, hete aquí, con un blog al que demos rienda suelta, que no es el caso mío, que ni hay riendas ni las suelto, caso que fueran invisibles porque el texto que se cobra va peinado y maquillado para los focos, con un número concreto de caracteres, un espacio, una doble página, una columna, en suma, va a un molde y a un medio que tiene su rollete, que cada uno es cada cual, me sorprende por ejemplo cómo en ABC se premia claramente la subordinada infinita que a veces genera una hipérboles en plan maestro Yoda de la Guerra de las Galaxias que son casi paródicas pero claro, ahí está la competi, a ver quién tarda más en darle al punto y aparte, con un par, es como el rap y lo del freestyle, el ego en fin, todo lo que conlleva enfrentarse a golpes sin puños pero con puntos y comas, dos puntos, comas, puntos, palabras y puntos y aparte: con lo que de verdad duele, y luego que no rime, que los que tenemos alma de poeta, a mí me lo dijeron una vez, me sonó a insulto si te dijo la verdad, pero me lo tomé bien y ya me va apeteciendo poner un puntito pero ya de coraje, pues no, sigo, al rollo de no tomar ni resuello, el caso era ese, lo que uno se marca, lo que se propone a la hora de juntar letras o lo que le proponen, que tal y cómo está la movida pues lo que te propongan pues va palante y volviendo a los símiles deportivos y cancheros pues es como que estás con el chándal y una gameboy en el banquillo, te llaman de repente y quieren meter de nueve rematador en los últimos diez minutos perdiendo uno cero, claro, aàgas el Tetris y palanta, a darlo todo, a reventar a los centrales a cabezazos, no te quepa duda, que uno se siente delantero y tiene más moral que Diego Tristán pero los dedos son los dedos, su rapidez, su audacia, en fin, que no es excusa de nada por más que suene todo a eso, a que me lo digo a mí mismo que en fin que los goles, las frases bien clavadas que decía antes, pues no son fáciles de meter y que con sudar no basta, no en esto y por otro lado, sale el Boskov del tecleo, y el freelancismo es así, como fútbol es fútbol, pues periodismo es periodismo y si quieres gonzo pues poco rollo mimosete y nada de giro cursiloide bien planteado, que es lo que pone tiernos a todos, y nos vamos a esculpir caracteres, a hacer trinchetes y meterlo todo con calzador, al rollo testigo, yo estuve allí y vi esto, que es lo mío, va pensando uno a medida que la lengüecilla se suelte y va susurrando a lo Birkin, se autoerotiza uno con el ritmo y está mal, abiertamente mal hacerlo, pero me pasa y se va gustando, que es el otro pecado capital en esto de palabrear, gustarse, que el primer paso para no gustar a los otros que al fin y a la postre es el principal objetivo, después de gustarle a tus jefes para que sigan llamando de vez en cuando, y a poder ser, con mayor frecuencia pero claro, entregas ladrillos sin épica, más bien tostones, que no hay por donde cogerlos, muy completos y tal, con mucho dato, con mucha miga pero que se hacen bola y está cayendo la tarde, con la poca luz que entra por la ventana, acabo de recordar que toca sembrar dos lavandas que compré el sábado y siguen en el tiesto, hace un día horrible, amenaza tormenta, cielo amarillo como enfermo, nubes febriles, no es el mejor momento para tratar con la tierra pero debería dejar esta disertación justamente en este punto, efectivamente es lo que he hecho, he parado veinte minutos y he sembrado las lavandas y también varios tallos que me trajeron mis padres de la playa el fin de semana, veremos si aguantan el frio de la montaña los esquejes de geranio y crásula, para mi línea de aromáticas, me dieron también hijitos de hierbabuena y menta, van junto a la lavanda y unas florecillas malvas de mata rastrera de las que no sé el nombre, pues bueno, todas sembradas y las manos las traigo llenas de arena, prigando el teclado del portátil ahora mismito dicho sea de paso, y ya es de noche, así que ya está, ya lo dejo, espero no haber dicho absolutamente nada. Besos.

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