miércoles, 26 de septiembre de 2012

La puesta en escena

Pensaba ayer a mediodía antes de que se produjeran las manifestaciones del #25S si no era una representación perversa ideada por el Gobierno para preparar el horno para octubre.
Dar leña. Agitar el ambiente. Imágenes de violencia y protestas.
Piensas en Grecia. En noticias de hace un año. Fuego. Vallas. Heridos.
¿Queremos eso? Lo pensaba justo antes de que ocurriera. Pensé: No quiero ver fuego.


No lo hubo.
Pero hoy desayunamos con un policia "pillado": ¡que soy compañero, coño!, le suelta a un antidisturbio que no iba de paisano como él. Eso me hace pensar más aún en "La puesta en escena" (lo entrecomillo porque hay que decirlo como en plan título de obra de teatro).
La convulsión es necesaria para adoptar medidas duras. A ojos del televidente, los grandes problemas piden grandes soluciones, medidas extremas y excepcionales, etc etc
El lenguaje con el que se incuba el entramado de ideas que amparan las decisiones.
El marco de ideas. Las justificaciones. No hubo fuego, que era lo que más temía.


Una sentada sirve de poco.
A efectos de espectacularidad y agitamiento del ambiente. Hacen falta correrías, palos y en general, acción. Imágenes que se consumen como se consumían aquí las de Grecia en su momento. Vaya tela. No veas como están. En fin, vaya panorama. Supongo que será lo que pienses los lectores del New York times, Le Monde o Russia Today cuando ven el Congreso rodeado.
Vaya tela con España. Pero poco más.
Cuando aparezca el fuego, veremos.
Entiendo que esto es solo el primer acto.

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