martes, 26 de julio de 2011

Son tan importantes las reuniones que no sirven para nada

básicas, a mi entender. las reuniones en las que de antemano sabes que nada va a quedar resuelto o al menos, resuelto al 100% por el motivo que sea, o bien porque depende de terceras pèrsonas o porque el proyecto, la idea, la colaboración o lo que sea que estés llevando a cabo no se encuentre en el punto en el que se debate. Y siempre se pierde el tiempo adelantando lo que probablemente ni ocurra.
Son importantes las reuniones que no sirven para nada, prcisamente por eso, para que no ocurra lo que nos imaginamos y subamos un nivel de previsión en el planning de lo que fiinalmente no se hará. Y hay motivos variados para que las cosas no se hagan: indisposiciones, cambios de parecer, imposibilidad física, mental o todo a la vez.
Son tan importantes las entradas de blog que no sirven para nada.

Siempre le he dado vueltas al concepto de utilidad, en la vida en general, que ya es darle vueltas.
Es decir, la importancia de las reuniones inútiles es que pasen cuanto antes. Que se produzcan. Que ocurran. Que se pasen, como se pasa la varicela. Como se pasan los tragos amargos de jarabe. Del tirón. Y es necesario. A veces, en temas musicales, te juntas y echas una tarde tocando blues. Que tocar blues pues servirá de algo, en ell caso de que sepas tocar más notas por minuto de las que yo soy capaz porque siempre acabo saliendome de la historia y probando por probar y ahí, en ese rato inútil de improvisación, está el primer escalón de la larga escalinata que supone tener una banda de rock y es solo un ejemplo estúpido pero primero, tendrás que perder un poco el tiempo tocando al azar antes de ponerte a buscarle arreglos a las canciones, por decirlo así. Mis canciones no suelen tenerlo, por otra parte. Arreglo, me refiero. El caso es que a mí, que me encantan perder el tiempo en general, con la música en particular y con las reuniones, pues igual, ahí voy. A reunirme. Vamos a reunirnos. Hablemos de ello en persona. En un rato. Una hora. Que será una y media. Lo que sea. Las reuniones que no sirven para nada igual son inevitables, porque es imposible empezar sin ellas.
O eso creo yo.

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