Tengo un plan para dominar el mundo, bueno, no

Tengo un plan para dominar el mundo, me dije.
Lo tengo. Yeah. Me lo dije varias veces y me lo creí hasta caer en la cuenta de que con eso no sería suficiente.
Y, ¿si salía mal?
Necesitaba otros planes, uno más como mínimo.
Le di una vuelta.
Planear no es dificil. Y por planes que no sea.

Tengo varios planes para dominar el mundo, me dije.
ahora sí. Y no dos. Tres o cuatro, incluso cinco. Y una variante catastrófica por si todo sale mal desde el principio. El peor supuesto. Lo tengo en mis planes. Lo tengo todo, me dije.
Y me quedé pensativo.
Tengo varios planes para dominar el mundo, ok. Vale. Pero y si, ¿no hay un solo mundo? Y, ¿si son varios mundos?
Sin problema.

Tengo varios planes para dominar varios mundos, me dije.
Yeah. ¿Ahora qué?
¿Qué me falta? Nada.
Pero seguí pensando. El concepto de dominio.
¿Dominar? ¿Quien quiere dominar? ¿Los dominadores? ¿Acaso soy uno de ellos?
No. No quiero dominar. Fuera lo de dominar.

Tengo varios planes para varios mundos, me dije.
Ahora sí. Pero falta un verbo.
O, ¿no?
Está "tengo". Tener. Vale. Tener. Pero, ¿qué tengo en realidad?
Nada. Ya lo dijo yo.
Tener, lo que es tener, ¿qué?
Poco. Y para poco, pues nada.

Varios planes para varios mundos, me dije.
Yeah.
Eso es lo que hay, que no es poco.
¿Todos los planes de todos los mundos?
¿Por qué no?
El primero que diga que eso es imposible, pone de manifiesto que hay nicho con tamaño de mausoleo.
Lo imposible es la verdadera oportunidad.
Solo hay que fijarse en las palabras. En cada una y en su conjunto.
Ser riguroso, con lo que dicen y con el sentido.
Y perder tiempo en ello.
O con ello. O por ello. O sin ello. O tras ello. O a través de ello. O a raíz de ello. O lo que sea.
Y ¿eso es todo?
Pues sí, que no es poco.



"House fire" Cheap hotel
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