jueves, 16 de junio de 2011

Sobre escribir acerca de I. P.

Superstición o simplemente, prevenir. Escribir sobre I.P. es quizá demasiado y sin duda, a mi modo de verlo y de puntuarlo, de simplemente producir las frases en su versión más primigenia en el cerebro, es lo más extremo a lo que me he enfrentado, lo más del final de lo última y está ahí, lo he tenido entre ceja y ceja.
Aunque, ya sabes, nombrarla y tal. Lo que dicen.
Que yo supersticioso no soy y que me presigne tres veces mienttras escribo esta frase no es más que atrezzo para coger el aire.
Al loro de quien hablas. No es cualquier cosa. Abrí la veda con Sergio Dalma, lo que me dió alas y me atreví a opinar sobre Bisbal, pero I. P. está a años luz. A galaxias. A varios agujeros negros más para allá.
Lo que decía en anteriores ocasiones. Si hablas de noseque, al loro. Que muchos seguidores de la estrella en cuestión, puede leerte y tal.
- Momento histórico en la televisión.
- ¿Perdona?
- Momento histórico en la televisión.
- ¿Por qué?
- Porque I. P. es entrevistada.
- ¿Por qué?
- Porque su hijo vuelve de un reality.
- ¿Por qué?
- Razones médicas.
- Vaya ¿Y? ¿Cuándo llega lo histórico?
- Es I. P. y la entrevista uno que la criticaba mucho.
- Vaya ¿Lo de Malaya ha salido?
- No. Para el otoño escuché.
- Eso sí que es histórico, ¿no?
- Hombre, en lo de la isla hay muchos que se identifican...
- ¿Quiénes?¿Los naufragos? Con ellos o con la familia.
- No, con los que tienen hambre. Hambre. Hambre. Hambre. Hambre. Ya sabes.
- Ah, vale, ahora lo entiendo.
Venga, imagínate ese diálogo con alguien de otro país. Dónde leí que a ver cómo le explicas a un extranjeroo quien es quien en el satrsystem de celebrities ibéricas, con elementos siempre tocados de un gran color local: toros, copla, flamenco. Y ex mujeres, en general, o ni eso o peor que eso pero en general, monoparentalismo resuelto lo mejor que cada uno puede. Tampoco son historías tan deslumbrantres. No sé si serían interesantes para alguien de Oslo, o de Michioacán, o Copenhage. Lo duro es ponerte a explicarle.

La bio abreviada de I. P.
Casi nada, amigo de allende de las fronteras, pero volviendo al hecho reciente y dejando a un lado la mirada foránea, vayamos al grano: ¿es quee estamos todos tontos o qué? Y digo todos, porque todos le dieron generosidad en la cobertura. ¿A qué? No hay noticia. Reencuentro madre e hijo. Live. Entrevista después de prolongado silencio. venga, vale. Pero algunos periódicos no deberían creer en el share de otros formatos, con otros modelos de negocio. Deberían interpretar el fenómeno más en clave de Sobre escribir acerca de, que de simplemente escribir de, a troche y moche comentando lo que ya vieron. Entrando en el juego de otro tipo de redifusión. Redifusión. Redifusión. El discreto método occidental de apropiación de mentes. Redifusión. Redifusión.
En el periódico ese tan prestigoso, pues sí. Ahí también.
Epítetos parecidos.
¿Inducidos por el shock colectivo?
Aprovecho para publicitar la Doctrina del Shock, de Winterbottom para quien tenga oportunidad de verla en pantalla grande. Fin del inciso.

El shock de I. P. ¿Momento histórico dela televisión en este país? Pues vaya país, vaya televisión y vaya momento. Y después las hábiles estratagemas de la redifusión en distintos horarios, con distintos tratamientos, con variados comentarios y sin nada NUEVO que ofrecer y ni mucho menos, nada histórico. ¿Historia? ¿Me hablas en serio? La Historia.
Esto es un pitorreo, en la misma Historia a la que Franco pasa a ser el Tío Paco y autoritario pero poco más y no hay ni hubo ni se recuerdan dictadores por estos lares. En ese historia, I. P. es una reliquia. Una historia que ya hemos visto, ¿o no? Y con el mismo actor secundario, el hijo. El hijo. El mismo que sacaba al escenario. Algo que hoy no estaría bien visto. meterle el micro para que cante. Que lo hizo, reincidente I. P. con la hija adoptada en 2000, también la llevó de corista. Y eso, si me lo permiten es competencía desleal.
¿Quién compite con un featuring de tu propio chaveilla?
¿Quién tiene eso a mano?
¿Y si le añadimos la situación familiar?
Monoparentalismo.
Familia desestructurad since antes de la invención misma del eufemismo.
Un rollo como de muy todo me viene junto y tal.
I. P. no compite en igualdad de condiciones con el resto de compañeros de epigrafe en la Seguridad Social. Es desleal, a mi modo de ver, poner tanta carne en el asador. Sin tener ni un solo hit, de estos que versiona hasta el último mono. No lo tiene. Igual en los programas temáticos del ámbito de Se Llama Copla, un OT castizo que se emite con gran éxito, las primeras ediciones más como en casi todos los concursos del estilo, lo mismo allí es versionada con frecuencia, no lo sé, me desconfieso desconocedor total del ámbito de la copla. Y le tengo prejuicio, lo reconozco. Y me falta la gana, o sea que lo tengo todo para no acercarme nada. En fin, no quiero opinar sin fundamento. Quiero lanzar mi hipótesis sobre I. P. y su influencia en el mercado del performer profesional español.
Pone el listón muy alto.
Altera el mercado.
El alcalde de turno paga. El productor avispado paga. El nosequien nosecuantos paga. El dinero casi siempre no es del que paga.
¿No pasó algo así en la corte Malaya?
¿Un millonario contrato de representación?
Se sube a la parra. No tiene rival en materia de desgracias y de duetos. No hay nadie que puede hacerle sombra a su uso de la horfandad o la adopción en espectáculos con públicos y menores. Es una escándalo a mi modo de ver pero claro, no quiero ofender a nadie. Pero quiero poner el acento en los damnificados. Los que suben caché, porque no vas a pedir menos de nosecuánto si I.P. te pide tanto.
¿Lo genera?
¿Vende las entradas?
El que se gasta la pasta, ¿la recupera? Cuando no es de todos. Qué se lleva de contratación pública, de los concejales de fiestas de aquí y allá.
Me faltan datos. Igual es una máquina de hacer dinero y las cifras se me escapan desde mi humilde interpretaciión.
Pero bueno, el fenómeno I. P. es parte de la cultura popular de este país, por desgracia y nunca mejor dicho.
Vaya por delante, mi intención de ser lo más objetivo posible con las palabras sin faltarle el respeto a nadie, ni seguidores, ni allegados, ni profesionales que venden su trabajo o quien sea que pueda sentirse herido en mi uso de las palabras.
Nada NUEVO: oiganlo, no hay NADA nuevo.
Vende el mismo pack sin competencia. por desgracia. para el ecosistema artístico de este país. Para la propia cultura popular. ¿se ha perdido todo el respeto por las palabras? ¿Incluso por las siglas? Historia. ¿Momento histórico? ¿En serio os lo creeis?
Pero sí es el mismo argumento.
Tragedia, de dimensiones griegas, que viene al pelo.
onoparentalismo.
En fin. Enfermedades. Ya, lo que pongas. Lo que le añadas. Lo que te imagines, incluso lo inimaginable. Lo tiene.
Competencia desleal. Burbuja de cachés. Valores en grosso modo. Quejas por la exposición pública y sin embargo, duetos con menores. Exclusivas millonarias por imagen.
Y, ¿¿dónde quedaron las canciones??
Ya están todos los grandes éxitos, supongo que sí. Claro.
Me falta cultura coplera, ya lo he dicho.
Habrá quien considere que I. P. tiene himnos pero vamos que sobre escribir sobre I. P. que es como se titula esta entrada, pues es algo que podíamos que cualquiera debería hacer y que, sin duda, supone cruzar una línea. Lo hago sin miedo. Bueno, no. Con miedo. Lo hago con miedo. Con terror. De verdad, pánico escénica a una sombra que parece que me cubre mientras tecleo que tecleo.
Aceptarlo. Dar el paso. Cruzar la línea, no es fácil. Habría tanto que decir. Recuerdo cuando en algunos programas buscaban cambios en las letras de las canciones. ¿Puede haber un rollo más fan que ese? Por ver si mandaba mensajes ocultos,cuando decía para mí en lugar de para tí, o cambios más o menos del estilo. Sutiles diferencias.
Una pieza de televisión dedicada al origen de esa dislexia: ¿olvido involuntario o mensaje encriptado?
Una pieza de un par de minutos.
Con subtítulos. En fin, que no será por hemeroteca. Citas una como podrían ser mil. I. P. está ahí y sus respuestas y su escenificación o no, su forma de moverse, de gesticular, la kinésica, los gestos, las líneas de discurso. Escribir sobre I. P. es fácil. Hacerlo sobre ello, es más complejo por encontrar el equilibrio.
Imagínate, un finladés. Ve la televisión, póngamos que sois compañeros de piso y lee en la pantalla: "Momento histórico" y te pregunta, "hey, colega, y eso ¿por qué?".
Venga. Explícale. ¿Quién es I. P.?
Y ponle una canción en Spotify, para hacer la gracia completa. Y ahora, ponte qque no es de Finlandia, sino koreano, o de Australia, o húngaro o de Honduras. ¿Más o menos se lo explicarías igual? Supongo que sí. I. P. es tal y tal y cual y despues, cual y retal y requetecual.
Me imagino las caras que pondrían. Serían diferentes según la procedencia sin duda. Pero bueno eso no viene al caso.
Escribir sobre I. P. y volver a la cara oscura del monoparentalisma, al nunca te olvidaré, a no he rehecho mi vida y la prensa, la exposición, los medios con los que he trabajado, a los que vas, I. P. una vez más con hijo huérfano, más grandecito. No hay duetos esta vez. De grandes, no es lo mismo. Si fuera un arte espontáneo, lo mismo se hubieran arrancado, pero hay una pose calculada, a mi modo de ver. De repetir consignas. Modos de vida, por otra parte. No hay nada más respetable que eso, que no se malintrepete. Una viudez con unos patrones sociales, de un tiempo, de un modo de pensar, de un... Sobre escribir acerca de I. P. nos vamos a posturas filosoficas de la población ante determinados acontecimientos. Y tal y como está la calle. Que venga la Superman de las madres, con lo mismo. Con las imágenes de archivo. Con las mismas.
Es un daño al resto.
Que luchan en buena lid.
Sin semejante curriculum emocional.
Iba a usar el apellido para definir una especie de corriente terminada en -ismo pero eso devirtuaría el verdadero espíritu de lo que quiero decir, para lo que creo que es mejor usar siglas.
Los momentos históricos, amigos de los medios, en cualquier caso o del medio, con la gran exclusiva del encuentro maternal y todo lo que se ponga por delante, se están viviendo en otros foros. En otras plazas. En otros desalojos. En otras manifestaciones de una sociedad que está muy poco pendiente o no quiero estarlo de los que ya no estan. Como es normal, ¿no? Y prefiere mirar a los que estarán.
Y me la pego de vaticinador, pero ya os aviso: I. P. no estará.
¿Dentro de diez años?
¿Dentro de cinco?
¿En veinte?
No estará. No queda fuelle. Nada NUEVO: ni una sentencia explosiva y mira que está en juego una habitaación con vistas.
I. P. no estará.
El futuro no es suyo, eso está claro. Es de los que se lo inventen. Los que lo pidan, sea como sea.
El pasado para los vídeos de archivo.
Y un respeto a la palabra Historía, coño, que lo tiene.
Y tampoco quería hablar más pero es que me tiráis de la lengua.

No hay comentarios:

Publicar un comentario