miércoles, 21 de enero de 2015

Siempre es el primer invierno

Llevo desde 2014 sin escribir en el blog y me siento culpable por no hacerlo, no hay demasiado que contar pero siempre es mejor tratar de decir algo que no hacerlo, y no será por falta de ganas o intentos, en el borrador hay un par de repentinos ataques de argumentación que son los que suelen traerme aquí, pero ya es 2015 y el año ha empezado sorprendiendome por muchos motivos y como soy supersticioso, que es una absurdez, lo de creer en lo que sea, excepto en uno mismo y bueno, acabo de pensar que lo de no poner puntos es un poco como un plano secuencia, y está valorado, hablaba de eso hace tiempo con una amiga artista, los estratos propios del reconocimiento, que en la plástica pues de forma impepinable y por los siglos de los siglos se han asentado mucho en un figurativismo sin grandes alardes conceptuales, y yo añadia que creo que la ilustración excesivamente basada en la representación icónica pues nos estaba jodiendo a todos, jodiendo las mentes de las nuevas generaciones porque los referentes se quedan huecos, pero esto no tiene que ver con lo otro, pero quería soltarlo, lo creo firmemente y ahora es cuando la cámara avanza más rápido por un pasillo y entramos a lo que iba, la pericia, en el dibujo, en el trazo y exactamemte igual en la escritura, esa filigrana o reto, es por eso que escribo aquí a veces, por rimar sin sentirme culpable y poder colar cualquier texto de mierda que en otras circunstancias tiraría a la papelera que aquí es la carpeta borrador realmente, muy rematadamente malo y lesivo tiene que ser para que lo elimine permanentemente y bueno, ya sabéis, es un blog personal y cabe todo, lo que a mi me de la gana que sea todo, es todo, y así todo el rato, muy a lo mio porque es para eso para lo que lo arrastro, no podría decir lo llevo porque es algo como que más pesado y lento, más complicado, es complicado, como en las redes sociales, es complicado, podría ponérselo de título a algo, es complicado, una buena forma de resumir todo, todo lo que yo digo que es todo, porque en concepciones del todo podríamos perdernos otro rato o lo que viene siendo en concepciones a secas, que es la madre del cordero, el origen, y que me duele la espalda de una postura incomodísima que tengo ahora mismo por ejemplo mientras remato esta frase, que no lo parece pero afecta al texto, a mi espalda primero y a la claridad del discurso después, por más que suene a excusa, siento que tengáis que sufrir indirectamente mi dolor de espalda, debería de salir a darme una vuelta, caminar, hace tanto frío por aquí, frío de verdad, ya ha anochecido, directamente es una locura, pero me vendría bien salir a que me diera el aire aunque siendo sinceros, no creo que salga ni a tirar la basura, mi casa es grande y he quitado todos los muebles del salón, estoy redecorando, rollo minimalista y por lo pronto, toda la morralla fuera, tengo ocho mil muebles inútiles, la espalda me ha dado una punzadita como diciendo que aligere con la historia pero confieso que se me ha ido un poco el hilo, no, no creo que haga jogging en el salón pero debería y con esta helada meterle mano a la cocina me cuesta la misma vida, la semana pasada le pegué la gran limpieza a la casa, me llevó mal yo con las tareas domésticas, qué queréis que os diga, lo odio casi todo, tender especialmente pero lo que más fregar la hornilla y los platos, y las manos como cubitos, a pesar del agua caliente que me dura dos asaltos, mi hora de amo de casa necesariamente coincide con el sol pegando en la ventana que viene a ser al mediodía, y en el jardín, tres cuartos de lo mismo, mis pobres plantas están muertas de frío y yo, muerto de miedo de que se congelen, para algunos tallitos es su primer invierno, se me ocurrió lo ponerles bolsas de basura negras anti heladas pero desconfié de que el acabado me quedase fino, estoy aprendiendo, como con todo en realidad, y es que siempre es el primer invierno, lo he pensado antes mientras hablaba de mis flores en peligro, su primer invierno conmigo, en mi jardín, el primer invierno juntos, y me ha venido a la mente esa frase, siempre es el primer invierno, hoy he pensado en ello, esta mañana, en algo parecido porque mi madre ha ido al cementerio que ha muerto el padre de un antiguo compañero suyo y me ha dicho que está de bote en bote, que no veas como se mueren los viejos con este frío, creo que esas han sido sus palabras exactas, y he tenido que cortala, oye, que hablo contigo cinco minutos y me vas a dejar un mal cuerpo con lo de las muertes en invierno y entonces, como pasa mucho en las momentos críticos de muchas conversaciones, ha sacado a colación un dato estadístico, que la gente cuando más se muere es en enero y febrero, que me ha parecido muy lógico a primera vista pero bueno, la deshidratación, los ahogados en el mar y el río y bueno, no sé, los golpes de calor o las insolaciones severas. El verano lo veo bastante peligroso también. Riesgoso, que decía una amiga que sabía poco español. Qué riesgoso. Los inviernos se parecen. Hace poco la frase esa de Ana Karenina trasladada.

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