miércoles, 3 de septiembre de 2014

Que pongan a los colaboradores de Sálvame a leer el cue

Hace tiempo que quiero escribir sobre ello.
Hará seis meses que empezaron, quizá más, no lo sé, pero me llamó la atención desde minuto uno.Los colaboradores (Mila Ximénez, Belén Esteban, Kiko Hernández, Raquel Bollo, Kiko Matamoros... toda la troupe de fieras) leen sus cinco líneas al inicio del programa a modo de sumario. Es el requetecebo de cada tema del día. Lo que sorprendía era verlos mirar, a la izquierda de la pantalla y a trompicones, unir frases con nivel de comprensión lectora de párvulos. ¿De quién fue la idea? Y, sobre todo, ¿para qué? Llenar a coste cero. Es lo primero que uno piensa. Pero, ¿para qué ponen a gente a hacer mal algo que hay mucha gente que se prepara, estudia y se forma para poder hacer?  Pues por lo mal que lo hacían, claro. Escarnio. Un escarnio barato. Llevo meses con ganas de escribir eso. Escarnio de saldo. Miren, señores, que no saben ni leer y ahí los tienen toda la tarde. Es mezquino y a la vez, un hallazgo. Pero me parece un asco que no haya duda, sobre todo, por la burla y me maravilla cómo consiguen desde la Fábrica de la tele sacar de donde no hay, no tener el menor rubor de hacerlo en vivo y a coste cero. Por otro lado, tiene ese punto de bullying, que deberian mirárselo desde el Sálvame que tiene esa dinámica loca de patio de colegio pero que acaba siendo en todo igual al patio de colegio: con el matón, con el intrigoso, con los violentos (violencia simbólica, violencia verbal, violencia implicita...) Lo más asqueroso, a mi entender, es el escarnio, de reírnos del que no lo sabe hacer... Me parece que, eso y mil decisiones más de esa productora y la importancia que tiene dentro del gigante Mediaset, tiene mil puntos para abordar. Mil puntos negros. Me parece, siempre me lo ha parecido, que el momento en el que se rompió la cuarta pared en televisión, pues se barrían todos los límites. Una cosa era la voz en off de Chicho Ibáñez Serrador, siniestra si se ve con los años, ojo, que parece un tanto omnipotente y en la época me parecía estupenda, pero nada tiene que ver con dialogar abiertamente con realización en un intercambio de frases cojo, del que solo se oye una parte, que es otra cosa bien distinta. En unos años se ha visto como normal. Lo que es un fallo de todalavidadeDios. Esto lo hacía la bruja Lola en Canal 47 y era motivo de burla... "¡Control, control!" ¿No se acuerdan? Ahora lo hace todo el mundo y es frescura. Hablar con el realizador. O con el director. O con "la cúpula" como lo llaman en la Fábrica de la tele que suena entre mafia y altas esferas, y es ridículo si lo piensas dos minutos. En lo de Pedrerol tienen hasta una cámara preparada en la sala de realización con la que conectan ocasionalmente cuando se mete la pata. No me cabe en la cabeza. Eso es un fallo. En Pekín, en Pokón o en Canal 47, vamos, digo yo. Son fallos. Siempre lo fueron. Siempre lo serán. Es como si el actor principal se para, le dice algo al apuntador, mira al lado, le comenta alguna cosa a otro actor y después, al rato, vuelve al texto. Eso no se permite en teatro, ¿no? Igual lo estoy explicando mucho... Gazapos son gazapos. Lo que es inexplicable es que se toleren... De cotidiano... En plan: Oye, ¡es frescura! Pues no. Que un presentador hable con un regidor fuera de foco.... Que un presentador responda en directo a lo que le dicen desde el pinganillo... No son innovaciones formales... Son lo que siempre hubiera sido: fallos. Y hacen del fallo, formato... Que es algo que se puede aplicar a Pedrerol y su chiringuito. Que viene a ser lo mismo, ya los comparó Michael Robinson, y en el fondo, no es una forma de insulto, así lo tomó el ex compañero del inglés en Canal +, cuando en realidad se trata de un tema de formato... Llenar horas sin coste. Con tipos discutiendo. Que es algo que cuesta cero. Cuesta tener a los tipos allí y ya. Sálvame se va a las 4 horas pero es que Pedrerol hace 2 y media. Haya lo que haya, y así pues sigue, cámara al hombro, a los colaboradores por los pasillos... El cámara en el pasillo... Lo hacen igual en Telecinco...
Para el espectador es engañoso o eso opino yo, lo de romper la cuarta pared y en general, romper las reglas, parece que acerca el sofá de casa a la tramoya, que se ven los hilos que mueven a los muñecos y uno se mete en el cotarro. Pero son fallos. De los que se sacan formatos. Formatos basados en fallos o en la escasez de recursos o en cosas peores, como antes decía, el escarnio o simplemente hacer que no pasa nada porque alguien salga en televisión sin saber leer un cue... O diciendo barbaridades. Porque claro, solo con debate no se llena un par de horas o el doble. Se necesita ir más allá... Las barbaridades las requiere el formato para no volverse peñazo. No es caro. Eso me parece un problema. Que la barbaridad salga gratis o a un coste muy muy reducido... Y barbaridad es tanto Belén Esteban como Tomás Roncero o cualquiera que grite en televisión a un nivel de decibelios con el que te mirarían mal en el mercado las propias tenderas, no es admisible por elegancia pero es peligroso en su trasfondo, y tiene calado. Si en la tele se grita, se puede gritar en cualquier sitio. Hoy por ejemplo, en la rueda de prensa de la familia King -los padres testigos de Jehová que se llevaron a su hijo con cáncer de un hospital-  el abogado defensor ha tenido que pegar tres voces, que el marido ha pegado un repullo... Y en fin, que se permite el grito. Se consiente la barbaridad. Nos alimentamos de ellas. Los formatos basados en fallos se alimentan de barbaridades. En el tema del fútbol.... Las analogías con la guerra que son constantes.... El lenguaje bélico... Ese tipo de barbaridad. Ese tono chabacano... Legitima a la masa a insultar a negros haciendo el mono... Si el tertuliano despotrica desde la pantalla, ¿qué no se va a poder hacer en una grada? Exacto, ¡barbaridades! Y más cosas baratas, poner a un reportero. En una puerta. Que ganan, salen dando voces. Abrazándose. Gritando. Como bestias. Se podría reunir en un dvd a gente gritando abrazada al reportero... Eso no es información deportiva. Eso no es .... ¿Qué palabra usar? No es admisible. No aporta absolutamente nada. Y creo que lo de ponerle el micro a los paisanos, sirve de algo o debería. Recuerdo a Antonio Domínguez Olano, creo que lo refirió en un programa de Hormigas Blancas, que por cierto difícil dar con los programas completos vía web, pero bueno, contó Olano que en su etapa en TVE eliminó las entrevistas de calle al pueblo llano porque además de llano, era bien bruto y no sabía de nada o casi nada, lo que me parece bien por una parte, pero muy mal por otra, porque si eso es lo que hay, pues es lo que hay. Si el nivel es: "A mí me gusta Carlos Alfredo, el chiquitillo morenillo de la Voz Kids", pues si es así, es así. Que Olano lo omita, o prefiera no dedicar esfuerzos, pues lo entiendo y casi diría que lo podría hasta apoyar, pero lo que es, es, que dicen en Jaén. Está claro que eran otros tiempos los de Olano y sin duda, mejores. Incluso en época de dictadura, que éramos pobres y miserables pero muy bien educaditos hasta los que no saben leer. ¿En qué punto perdimos el rumbo como país y pasamos de no saber leer a poner en la tele a los que no saben leer? Y hoy escribo esto, precisamente hoy, porque hoy Belén Esteban ha dicho que está tomando clases de dicción o algo así, eso me ha parecido escuchar... Y su jefe, Vázquez, diciendo condescendiente: Pues me parece muy bien. No es que te parezca bien, merluzo. Es que... Es lo que te han enseñado. Ser transgresor no es hacerlo mal o no necesariamente, aunque puede tener un significado rompedor pero no rompedor de juguetes, que ahí está el ejemplo de una persona con adicciones... Una máquina de barbaridades. Una destrucción barata y televisada. Una trama que confunde realidad y ficción con un elenco de trabajadores que ponen encima de la mesa su vida privada para hacer seriales... Que lo aceptan. Que juegan a eso. Que es otro límite.... Y volviendo al deporte, lo mismo. No es que sea vida privada, pero ponen su cara de aficionado, van con bufanda. Salen con la camiseta de una peña. No es que hablemos de objetividad, que lo mismo ya nos pilla muy a desmano cuando tenemos presente lo de hacer negocio. No parece que la objetividad sea muy rentable y oye, con cierta perspectiva y margen pues mira, va, palante, se hace la vista gorda de una cierta parcialidad militante... Pero otra cosa es.... Jugar a bandos. En fin... Solo hay que pensar en lo que nos enseñaron hace una década, hace dos... Lo que estudiamos en la facultad, ¿no vale para nada?  Acaso, ¿era mentira? ¿Tiene que ver nada más que con el negocio? ¿Es una cuestión de euros? ¿Se reduce a números? Hacerlo mal está permitido. Hablar mal está permitido. Lo escatológico está permitido.  Lo vulgar está permitido. Lo vacío está permitido. Lo zafio está permitido.
Influye en nuestro sociedad, condiciona un futuro peor.
Se ve, se asume.
Me parece tan obvio... Que después de escribirlo, siento que es una estupidez. Pero todo va pasando tan rápido, se asume de un modo tan natural lo mal hecho, lo hueco... Se vicia tan rápido. Se denigra un oficio, se fastidian unos géneros... Se comercia con un nivel de calidad pésimo. Se acostumbra el ojo del espectador a que la calidad no se tenía en cuenta, a que da igual hacerlo mal y es eso lo más terrible.
Es solo mi opinión.
Nos hace mal a todos que se haga mal en televisión.
Nos hace mal a todos que se hable mal en televisión.
Y peor que sea para hacer burla.
Y un regidor diga: Aplauso.
Y lo aplaudan.

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