domingo, 20 de julio de 2014

El verano aburre, asúmelo

Es un verano bonito en cierto modo. Diferente por lo menos. Todos los veranos aburren, eso es algo que hay que asumir pero de un año para otro, el tedio cambia. Es decir, aburrimiento hay pero siempre es diferente. No ha hecho más que empezar o ya quizá empieza a terminarse, no lo tengo muy claro, o se acaba la ilusión esa veraniega en el horizonte, sea como sea, no es momento de hacer ningún tipo de balance porque estamos en plena ebullición. Yo ebullo y mira que mi salón es fresquito. Poco balance es posible. Tampoco es mi intención. Balancear cero. Me pasa últimamente que los planes van saliendo y salen poco. Pero salen. Los planes, por llamarlo de algún modo. No están previstos y son los mejores. Nunca tengo planes para verano y eso me deprime. Me deprime muchísimo y no me gusta hacer planes, lo reconozco pero me gusta menos no tenerlo. Esto es una dicotomía. Este verano no tengo ni idea de lo que haré. Aburrirme a lo loco, toda la pinta. Pero no hay plan, ni ganas de planear, ni chica a la vista, ni nadie con quien quedar... Por no tener, ni tengo una triste entrada para algún festival,como en años anteriores. No estoy con mucha edad de festivales, me va la salud. Dormir se duerme en cualquier sitio o a las malas, no se duerme. Eso es lo de menos. Lo de dormir, pero es un poco todo el ambiente de alrededor. Los jóvenes. Que me cansa. Si no hay otro motivo que la fiesta o la música, los festivales me resultan un poco empinados. Que estoy en forma, eh. Pero que... No sé. A la hora de la verdad, cuando compré la entrada con antelación me apetece nada tener que ir. Es por eso que no compro con antelación. Hasta el último momento me espero y si hay que pagar en taquilla pues es un lujo al fin y al cabo lo de decidir al final y no estar comprometido por el factor precio. Veo la pantalla amarillenta. Me debería dormir un rato. Me cansa dormir mucho en verano. No es el plan macrofestival el que más me apetece este verano. Me quedaré en la ciudad. La ciudad desierto y yo, desierto. Dos desiertos. Ojo, no os creáis las redes sociales. Ponen fotos. Muchas plazas de parking. Poca gente. La ciudad vacía, que acabo de pensar que es una forma de replicar los clichés de los informativos estivales y su cíclica ausencia de material de última hora, pero no. No es cierto. Pasan cosas. Hay gente. Muchos como nosotros. Aburridos en la ciudad porque no pueden irse de vacaciones. Somo legión. Los que no tienen vacaciones. Nos pasan cosas. Pasan cosas en verano, incluso en las ciudades vacías. Me gusta esa promo de la Ser. Que recoge noticias importantes de la historia que ocurrieron en verano. El otro día la escuché.

Voy a hacerme algo de merienda, ahora vuelvo.
Las guerras empiezan en verano. Curioso, ¿no? El frio no es para buscar pelea, sino refugio. En el sol, o con el sol, nos ponemos más bravos. El sudor viene primero y después, la sangre y por último, claro, las lágrimas. Las guerras, en verano. Las guerras, en vano. Los veranos son guerreros. Los veranos son para soldados. Los últimos míos han sido de desertor que huye, que no es más que otra fase de la guerra, eso es así. Ahora parece que he firmado un armisticio conmigo mismo, pero tampoco me fío, hay guerra de guerrillas en mi interior, cédulas dormidas o durmientes o con insomnio, pero cédulas activas al fin y al caso, agentes dobles.... Guerra sucia. Hay un poco de guerra sucia en mi interior y no es que sea bonito pero os lo cuento, vosotros también sabéis que, por norma, exagero, así que tampoco me lo tengáis muy en cuenta, espero.

Y a veces cuando dejas que pasen las cosas, pasan y otras veces, no. Otras, por más que la persigues, por más que lo intentas, pues no. No sale. No funciona. No terminar de ser lo que uno quiere o espera. Las expectativas... Podría escribir varios libros sobre las expectativas... Echo de menos mi guitarra. Hoy me he vuelto a plantear lo del autostop tour. Si supiera a ciencia cierta que iba a traer algo de billete de vuelta, aunque fueran monedas me iría sin pensármelo dos veces. Pero es tan difícil y en acústico es tan desnudo, suena tan poquito, que no convences con el rollo floritura, de modo que es muy complicado que te paguen acorde a lo que pagan a grupos o solistas, en realidad, con poco dinero se puede tirar, siempre opino eso, que con poco se puede... En el fondo, no lo tengo claro. A veces lo poco es solo poco, es siempre poco, es poco a secas... Por otro lado, me seduce lo de pasar fatigas. Ya me vale. Pero es verdad. Vivir sin nada, solo con la guitarra. Y... No sé. Como si fuera un campo de entrenamiento... No dejar de tocarla...Llevarme una serie de versiones, no sé, de los Beatles... Hace poco hice, o me grabé más bien, mi primera versión y me di cuenta de un montón de cosas. Lo primero, solo me mueve el sentimiento. La hice para una chica. Hace falta una chica para hacer versiones, para que la letra tenga sentido...

Solo es amor. Se nota o seré yo especialmente en verano la ausencia. Los veranos tienen eco en el blog. Es siempre una búsqueda. A veces hay amores especiales. Con sal. No es el caso de este año. No parece que vaya a ir demasiado bien. Me lo tomo con calma en cualquier caso. Abierto a cualquier plan. Me gusta así también cuando viajo. Y perderme sin saber dónde aparece al día siguiente, me gusta eso. No definir la ruta, no el sitio. Elegir caminos. Me gustan varias carreteras y vuelvo a ellas. Las de costa y duermo en parkings o en la arena cuando amanece. Me gusta bordear el mar en mi coche desde el atardecer o desdeque amanece con el cielo rojo de fondo. Me gusta conducir mucho, no me cansa. Si tengo demasiado sueño, aparco en el arcen. No suelo tener buena suerte con los coches. Siempre me ocurre algo, no son cosas graves. Es parte del peaje supongo. No queda otro remedio. Es tan difícil conseguir un pequeño hito, una pequeña parte del viaje, del trayecto, tenerla concluida, tachar la casilla y seguir. Es doloroso y terrible por momentos, una enorme satisfacción y orgullo, en otros. No sabes donde va a torcerse. Lo hace emocionante, es cierto pero también cruel. Me enfada la gente que cree saberlo todo. Soy un obseso del control. Me gusta pisar seguro. A veces quiere decir saber que no lo es. Que es barro. Que es agua. Que es un charco. Que es una cáscara de platano. Que es un chiste. Que es lo que no podemos evitar. Que es el turno del otro. Que se nos escapan porque hay mil cosas que se nos escapan y que, al fin y a la postre, solo es amor. Rápido y eterno. Inmortal y caduco. Somático y trasformador. Hace tanto que no siento la sacudida de un amor de verdad sin miedos ni cepos. Un amor de los que te pega un empujón, sin pedir ni esperar, sin horario ni candados, ni idas ni muerte... Un amor que esquiva balas y vuela. Una bonita historia que contará la abuela que antes harás madre y hoy es solo un culo que te enloquece. Solo es un culo loco. Que te vuelve loco. Culo Loco. Sería buen nombre para una banda de rock. Me gustaría tocar con más gente, en más grupos, aprender con otro instrumento.. Quizá teclado, soy torpe de dedos y lento pero diciéndolo aquí, poco avanzo y nada gano. Ensayar. Tocar. Me gustaría mucho saber tocar el piano como lo hacía Harpo Marx. Con las cabriolitas y los trucos con los dedos. Con ese swing de cabaret. No debe ser tan difícil. En verano estaría bien. Piensas eso en invierno. En otoño se te ocurren mil aficiones a las que dedicarte en el tedio del estío pero luego llega agosto y te pilla desnudo frente al televisor viendo reposiciones o encadenando películas antiguas que ya has visto. Nunca se ve dos veces la misma película, es filosófico pero aburre de todos modos. El verano aburre. Es un hecho. No se  ...   Envidio a los que disfrutan a destajo... En la playa. En el chiringuito. En los viajes.... A mí no me pasa. Me canso, me aburro. Me aburre el verano. Y es terrible que pensé. Que con ella los veranos eran igualmente aburridos pero me gustaban más. Quizá solo por el sexo. Con el tiempo veo que era sexo bueno. Puede aburrido... Sexo aburrido es como forma de aburrimiento, la más escogida y sublime y como sexo, pues tampoco es el peor. Y muchas veces fue súper emocionante. Trepidar piel con piel. Eso es lo que tenía como lapa. Es la verdad. A veces es más fácil resumir con lo simple. Culo loco. Loco de su culo. Delicioso. Deliciosa ella entera. La echo de menos como el sabor de la fruta que solo comes en temporada. La echo de menos. Me mordería la lengua mil millones de veces antes de reconocerlo pero la echo de menos y me pasan cosas que son ridículos, pasé por su pueblo, o el pueblo en el que se crió, donde daba clase su padre... Que es de la sierra de Málaga, Teba se llamaba o se llama mejor dicho... Y me dió un bajón terrible. Bajona. Y recaida cuando voy al apartamento donde quedábamos las últimas veces. Los muebles me recuerdan a ella. Como plomo. Qué bobada pero sí. Lo del pueblo me pegó fuerte. Hay una academia en el Zaidín con ese nombre y pasaba por allí y volvía a invadirme una molesta e inoportuna melancolía. NO sé por qué. No era momento de saudade. Pero pasé cerca. Con la furgoneta... Vaya.... Vaya... Y lo pensé. Me sentí alcanzado por ese cartelillo que ponía Teba 5km o 6 o los que pusiera, que no recuerdo. En el desvío o justo al lado había un campo de girasoles, no tuve tiempo de parar. Tiramos por Campillos, error de ruta. Mucho mejor por Los Palacios. Me quedé con las ganas. Una foto con los girasoles, qué original, ¿no?

El verano aburre.
nuestro aburrimiento era mejor
Con eso voy a hacer una canción

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