domingo, 28 de julio de 2019

cuatro mil sordos

Hemos pasado de las diez mil escuchas en bandcamp. Buena noticia. En apariencia, sí. En total, catorce mil y pico visitas. Curioso. Diez mil plays. Catorce mil clicks. Podría hacer varios análisis. El más claro es hola a los cuatro mil sordos. Es fuerte. No ha quedado muy claro. Que hay un sesgo notable entre visitas y escuchas. Cuatro mil curiosos que solo estaban mirando, como se les dice habitualmente a los dependientes afanosos que te abordan. Son unos números modestos por más vueltas que uno le de. Por mucho blog personal y por mucha redacción enrevesada porque ya llevamos unos añitos dando la vara. Empecé a subir canciones en 2011. Llámalo canciones, llámalo berridos, llámalo desgarradores lamentos o aullidos de dolor. O sea, que hace tiempo ya. Que no es de ayer. Y claro. Pues siempre sin compartir muchos. A esas mierdas me refiero. Como en plan secreto, en esos primeros años. Y tal. No es para menos. Eran maquetas de mierda grabadas con el movil. Y rajaban el timpano. Aún siguen sonando molestos. Luego vinieron los discos y eso. Que suenan igualmente molestos. Esa es la constante. Da bastante igual lo que cuente. O les dió igual a nada menos que cuatro mil navegantes, que es muchito. Cuatro mil visitas que no se han parado a darle al play. No les ha hecho falta. Es curioso. A mi me lo parece. A primera vista, no les hizo falta primera escucha. Eso pasa mucho. Ha pasado siempre. Te llegaba antes una foto o un nombre o una portada que la canción en sí. Siempre ha sido así. La música se ve. Muchas veces no llega a sonar. La puta radio secuestrada, os he hablado otra veces. Música sorda. El signo de los tiempos. Música para los ojos. Imagen y nombre. Foto.Y filtro. Y foto y foto y foto. Y me gusta. Que lo mismo suena a queja o a reparo. No, para nada. Siempre se ha escuchado por los ojos. O con ellos. Con el cerebro. Va por ahí la cosa. Cuatro mil escuchas cero. Cero cerebros afectados. Me parece mucho. Qué impotencia. Ni les interesó.  Y es mucho, porque por momentos, ha habido muchas visitas. Me lo parecen. No es falsa modestia, es todo hecho por mí. Sin discográfica o bueno, sí, con la mía. La Corte Inglesa records, con un par. Lo de darle vuelta a los números siempre me ha parecido engañoso y poco fructuoso, pero no dejo de hacerlo últimamente. No sé por qué. En cualquier caso, plantearse por qué no te escucha sea una persona o mil es de lo más estúpido en lo que se puede perder el tiempo.  Estar interesado en las personas que tampoco están especialmente interesadas en tí. Pensar estas mierdas en cualquiera de los sentidos es una papanatez. Pero joder. Tienes ahí tu pestaña de estadísticas y a veces estás tan aburrido que lo miras. Y según el día, parece mucho o parece poco. Dices diez mil y parecen muchas pero la canción con más escuchas no llega a quinientos cincuenta o ahí le anda. El resto andan en unos pocos cientos. Muchas con cientos. Pero pocas con mucho. Mucho y poco, y todo es tan relativo. Tan en el aire.  Es todo dificil de analizar. Para mí, por lo menos. Es una mierda lo mires por donde lo mires. Pero es la mierda de uno y por eso, no sabes a qué carta quedarte. Tanto da. Que no haya ninguna canción con mil escuchas me deprime un poco. Es una cifra moral. Es como la canción del gol psicológico de Alfaro. Que es perfecta. Ese punch. Esa garra. Esa potencia invisible que sale de no se sabe dónde y te cambia. La cosa cambia. A veces cambia. A veces fallas. A veces te equivocas. Otras, aciertas. Es tonto deprimirse por eso pero parece inevitable. Es una mierda. También me deprimía un poco el corte de la canción uno a la canción dos en el disco del gato. Se caía más de la mitad de los escuchantes. Esas mierdas son curiosas. Te dan nuevos motivos para enbajonarte. Nuevos prismas del fracaso. Del último tiene menos oyentes totales pero también menos deserciones, que anima. Que gusta. Que entre entero. Que se tome por como viene. Significa que es más entero, es una pequeña victoria. Muy pequeña. No llega casi a victoria. Hoy en día que escuchen tres seguidas es la ostia. No te digo seis. O doce. Es lo que tiene. Pero son muchas. Luego no son completas, son escuchas parciales. Las estadísticas de bandcamp tienen mil entresijos para deshuesarte el alma. No las escuchan enteras. Puedes entretenerte en las miserias al detalle. El rastro del que se fue. Del que no aguantó más. La curva de la atención buscando el motivo del abandono. Qué coño estoy haciendo con mi vida. Joder. Qué coño hago. Es lo que piensas. Qué cojones es esto. Para qué. Es lo que pasa. Si tiene quinientas, no llega a trescientos que se esperaron a los putos tres minutos completos. Joder, qué poco gancho. Qué tostón. Como esto. Doble tostón. Tostonazo. Piensa uno en esto aunque no quiera. Es la puta mierda del aburrimiento y las estadísticas en general. Pero pasa con todo con lo que te sientes a hacer balance. A pensar. A contrastar. A pensar en los números. También es cierto que el primer disco solo salió en bandcamp y que las maquetas, que son horribles y sangrantes para el oido y que solo están ahí por suerte para todos. Hay en spotify. Hay en youtube. Se nos reparten los escuchantes que no tenemos tantos. Uno se rompe la olla para captar oyentes. Es una mierda. Uno está de espaldas hasta que son los demás los que están de espaldas. Llega un punto que no sabes si la espalda es la tuya o la de otro. Te pasa que te acostumbras. Como a todo. No es que el bandcamp tenga meneo, quiero decir, que se va a tiro hecho. O es la impresión que da. Por el youtube hay más permeabilidad. El que te va a buscar en bandcamp, es que te buscaba. Quizá los tags. Y por las ciudades, y tal.  Los estilos.... No sé. No tengo ni idea por qué me planteo estas cosas. Es una mierda. Es dificil saber donde uno está, aunque casi siempre sea en la mierda. Es dificil saber cuánta mierda. Cuánto de jodido con respecto a jodimientos anteriores o jodiendas de caladas. Son heces pero no son iguales todas las veces. Es una mierda, la verdad. Pero uno sigue en ello. Porque no es siempre igual. Es una caca distinta cada vez. Flotas en la caca. La caca cambia. Según se mire. Según se ilumine. Según esté uno por dentro y cómo lleve las expectativas. Lo parece del todo o disimula que es una defecación con sus seducciones sutiles. Pero que sí. Totalmente caca. Es verdad. Pero estás en la mierda y estando en la mierda, es complicado ubicarse. Nos pasa a todos. Es el peor momento de encontrar la dirección para el siguiente paso, es jodido tomar referencias estando en la mierda pero están, y estar, está. Estás tú, está la referencia y está la mierda, y ya puedes bracear o tratar de sacartela de encima que te vas a poner hasta arriba de excremento y puedes lloriquear o quejarte o maldecir o blasfemar o no asumirlo o meterte en un agujero o dejar de respirar o lo que quieras, pero lo que es, es o está siendo y es así, poco más que decir, es todo bastante mierda. Pero está guay. Es una buena mierda o lo es a veces. Eso de las estadísticas. Piensas: Pues vaya mierda de escuchas. Y ya. Te quedas ahí. Es poco. Poco y punto. Pero tiene cero de presupuesto. En promoción y publicidad, literalmente cero euros de presupuesto. Y qué quieres. Pues menos de mil. Menos de cien. Menos de lo que ya parece que es poco. Por otro lado, lo piensas y dices: Ey hay gente escuchando. Uno. Dos. Doce. Veintitrés, no lo sé. Da igual. Te dices: Da igual. Sabes que no da igual. Pero dices: Da igual. Así es o así te lo dices a ti mismo. No sé por qué. Esto venía a cuento de los cuatro mil sordos. Las cuatro mil visitas y pico que ni le dieron al play. Venía a cuento de eso. Pero me he perdido. Me pierden los números y las ínfulas. Las expectativas. Nada es poco. Todo es suficiente. Y todo es como tiene que ser. Todo lleva el ritmo que lleva. Todo es simplemente como es. O como está siendo. Puede ir siendo de otra manera. Es la zanahoria. Yo escucho esa voz que me dice; Cero presupuesto. Que repite: Cero presupuesto. Los cuatro mil luego son cuarenta mil que no escuchan pero siguen y apoyan. Igualmente sin dar a play. Es así. No es cuestión de querer cambiar las cosas como son. O como están siendo. Las cosas cambian. La caca cambia. Cambian a peor. Cambian a mal, casi siempre. No siempre pero mal, mayormente mal. No es verdad es leyenda de lo inmutable, de la gente no cambia, las cosas no cambian, el poder no cambia, la mierda no cambia o las injusticias no cambian.... Que es verdad casi siempre que no cambien a bien pero cambiar a  mal pues claro que cambian. Todo cambia. Quiero decir que nos escucharán menos. O que eso puedo esperar. Tendra que ser como sea. Pinta mal. Pero seguimos pintando. La gente que no escucha, no interesa. Lo he pensado siempre. Los cuatro mil no los quiero para nada. Pero si te pones en ese plan, a los de las escuchas parciales tampoco los quiero por vagos. O por inconstantes. Es cansado escribir, siempre lo pienso cuando llevo más de un folio. No me apetece cansarme. Siempre escribo sobre gilipolleces, lo siento pero tampoco es mi culpa del todo que tú lo leas.

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