jueves, 5 de marzo de 2020

Todo cancelado

Pues eso. Todo cancelado. Vamos, pues como todos. Ni Jerez, ni Olvera, ni Puerto de Santa María, en abril iba a caer Sevilla y Granada, y tampoco. En mayo, teníamos Vigo. Veremos, quizá se mantenga. Aún no escribimos nada en redes sociales. Somos demasiados pequeños como para que ninguna de nuestras cancelaciones acarree mayores consecuencias. No tenemos que devolver importe de entrada. No hay entradas en venta anticipada. Por no decir, que la mayoría de los conciertos que hacemos son gratuitos. Así que, guardamos silencio el jueves por la tarde que fue cuando cayó todo, como fichas de dominó.

No compartimos nada porque todos han caído, todo ha caido. Nos sentimos diminutos y sabemos que lo somos. Aún así y aunque no dependa de la altura, la caída es siempre sonora y dolorosa para cada uno. En mi caso soy el manager. A mis chicos los dijo que me llamen Paco cuando hago de manager. Y Paco dice: Desastre total. Paco dice: Me cago en la puta de oros. Porque Paco no es de andarse por las ramas, como yo. Que lo veo todo desde múltiples ángulos y con cierta mesura. Lo que sucede, conviene y toda esa mierda. Pero joder, muchos amigos jodidos. El sector de la música a estos niveles se va a la mierda, eso está claro. Y es mucha gente cercana.... Amigos músicos. Amigos técnicos. Amigos que curran en giras o en backline.... Por no hablar de camareros o dueños de garitos y bares que hacen conciertos y que están igualmente jodidos, es lo que hay. Me refiero a esto, por ejemplo.

El jueves habíamos ensayado por la mañana. Ensayamos en casa. A veces corre la cerveza, otras, no. Mejor cuando trota. Si corre, lo mismo hay traspiés. Pero lo pasamos bien. Ahora no creo que volvamos a ensayar en un par de semanas. Quizá meses. Hablamos mucho en los ensayos. Nos salimos al sol. Hablo demasiado yo. Rafa no calla tampoco el cabrón. Me acabo de acordar que tengo una palmera de chocolate que me he comprado esta tarde. Qué mantequillosa alegria. Escucho las noticias sobre la pandemia mientras escribo esto. Todas las noticias son horribles. A veces me pongo música. Lo mismo estoy ya con el virus. El virus de la melancolia seguro que sí. Desde el puto jueves de la gran caida, ando tocado. Lógico. No solo por nuestra cutre agenda de shows. Sino por el rollo de todos, el miedo. Y joder. Y el todo cancelado. Lo que supone....

Todo cancelado. Nuestros tours son leoninos. Los monto yo. Son producciones de la Corte inglesa records, y somos los que nos comemos a la Armada Invencible, los que la vencimos. La Armada vencida. Y ahí vamos. A todo doblete. A todo gas. Y sin subir de 90 para no derrochar diesel. Buscando el mejor menú. Ahorrando en cada parpadeo. Y siendo amable porque ser amables, abre puertas donde no las había. La amabilidad destroza ladrillos. La amabilidad y una sonrisa a tiempo tira muros. Derriba prejuicios. Quería escribir sobre ello. Sobre los trucos para ir de gira sin dinero, o como buhoneros. Como atribuir valor a la vagabundia musical, pero claro, el puto jueves negro. Hoy es domingo. Domingo negro mate. Pero oye, he venido a contaros mi mierda. Que es lo que hago aquí siempre. Mi mierda cancelada, en este casito.

Y a hablar de casito. El caso poco o nulo que hacemos a casi todo, yo el primero. Puedes soltar toda la mierda del mundo, si le añades el yo el primero al final. Ojo con donde lo ponéis. No vale todo, yo el primero. Con estilo: yo el primero. Con aplomo. Con confianza. Son tiempos difíciles. Lo eran ya antes. Lo han sido siempre para nosotros. Porque yo el primero, somos difíciles. Alterno plural y singular porque el grupo tiene un nombre personal y eso lleva a equívoco. Soy yo pero siempre somos tres o cuatro en total, pero a efectos prácticos, no es nada. No es una cláusula que hiciese real el compromiso de una fecha, no sé si me explico. El compromiso de un día y una hora, eso lo hace real. O un elepé. El marco de realidad es concreto y material. Es lo que hay. El youtube no lo es por más que sea lo único que veamos y tomemos por cierto. Por realidad. Pero no. No hay nada más que escuchar hablar a dos o tres youtubers, habrá mayor impostadores de voz. Me dan cosa. Pero no vamos a eso. Muchas veces he pensado en ser youtuber e impostar en ese plan como de coleguita cercano grimoso, quizá me saliera bien o quizá no. Lo de dar conciertos online lo mismo tiene gracia. Pero no creo. Lo nuestro es error sobre error, y es gracioso a veces ver la secuencia completa. Pero no suele darse esa ocasión. Los ahuyentamos antes, y muy bien por nuestra parte.

Todo cancelado. Y tanto mejor, porque era una quemada. Una quemada de las de la Corte Inglesa records y no sé si muy del gusto del vasallaje que siempre alzan la voz ante los rigores de la ruta, aunque luego disfrutan como cortesanos embriagados del discurrir de emociones y botellines. Dicho esto, los reyes no piden perdón ni se lamentan, ni renuncian. Hoy renunció el rey, el de verdad. El del país, no dejan de pasar cosas demasiado raras. Que no es raro en mi blog hablar de cosas raras, es más no dejo de hacerlo. Siempre me he sentido como ahora. Atrapado en cierto modo, no es nuevo. Me agobia que Canelita esté en el jardín y hoy me he jodido el dedo con una bolsa. Me duele al escribir. Como tiene que ser siempre. Como debería ser todo. Todo cancelado. Y qué. No era tanto. No era real. Una hoja mecida al viento. Una estupidez darse importancia en medio de todo esto. Siempre tuve problemas para medir esas importancias porque en dinero, obvio que no es la unidad de medida del asunto. Quizá me haya equivocado en eso. En no explotar al máximo el poco dinero que esa actividad pudiera dar. No veo mejor o mucho mejor a otros que se hayan podido encaminar por ahí Tampoco lo tengo claro. Es la verdad pero lo he pensado mucho.

Pensar mucho no se cancela. Pienso mucho exactamente igual que antes. No me he puesto a reubicar fechas porque no tengo entradas o dinero de tickets que devolver. Pero hoy tuve un acceso diferente. Empezar a pensar en el futuro. El que sea. Como será. Ni idea. Donde estaremos. Haciendo qué. Y sobre todo, cómo. Será todo igual. Pues no me lo figuro. Pero pensé en eso hoy, desde el jueves negro al domingo negro mate, sigue luchando joder, exactamente igual que antes. Y no pienses en septiembre o en el otoño o verano o lo que sea, piensa en 2021. Coño o en 2025. Piensa en lo que realmente te queda de vida, no creo que llegue a los 84 años con lo que fumo, a ver si para 70 me da. O sea me quedan aproximadamente 30 años, me da igual octubre de 2020. Todo cancelado de 2020 pero de la década. Una década en blanco y empezamos a hablar, con 52... De aquí a diez años. Pensar en otros márgenes temporales, es pensar de otro modo y tan de otro modo, que se debería usar otro verbo. No es pensar, es otra cosa. Algo mayor. Algo más grande. Más amplio. Más poderoso. Qué echaré de menos de aquí a diez años. A personas, en lo primero en lo que pienso.

Las personas no se cancelan.
O se cancelan solas.
O las cancela el tiempo.
Vosotros sabréis, qué hacéis aqui y dónde estarán esas personas en diez años.
Todos cancelados.

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