martes, 26 de julio de 2016

No, no estamos en guerra

"Estamos en guerra", hoy he escuchado esa frase en una tertulia política, para explicar o tratar de arguentar la creciente oleada de atentados, "es que estamos en guerra".
Pues no. No lo estamos. Y no sirve como explicación porque es un recurso demasiado fácil y hasta temerario, como argumento es peligrosamente vago e inconcreto.
Hollande ha recurrido a esa frase al día siguiente de los atentados como lo hizo Bush en su momento. Lo explica bien Iñigo aquí. Las guerras se declaran y según Ginebra  se tienen que respetar unos límites, especialmente con la población civil que es la que está en primera línea del frente en estos atentados en salas de conciertos, centros comerciales o aeropuertos.
El siglo XXI trae una nueva guerra. Lo de nueva guerra suele escucharse también con frecuencia en las tertulias, y es el mismo tipo de bazofia hueca y tosca. Nueva guerra, no. Atentados contra civiles con respuestas militares sobre el terreno. Porque no estamos en guerra, no. Ni Francia, ni lo estuvo Estados Unidos, ni lo está la OTAN.
Estarán en guerra ellos por intereses que se nos escapan y nos toman como rehenes a los ciudadanos, con toda la impunidad del shock. Cuentan con el stress post traumático. Porque alegan que hay guerra después de que la población civil es golpeada cruelmente. Y es terrible lo sencillo que es causar el caos por medio del terror, no son intervenciones militares. No son operaciones de guerra, son cobardes atentados contra inocentes y son, sobre todo, muy cobardes. No es una guerra pero nosotros sí que somos rehenes de su disputa. El campo de batalla se ha trasladado a la sociedad occidental sin argumentan el por qué de la lucha.

No presiones a un enemigo desesperado. Un animal agotado seguirá luchando, pues esa es la ley de la naturaleza. Lo decía Sun Tzu, en el Arte de la Guerra. También: Maniobrar con un ejército es ventajoso. Maniobrar con una multitud indisciplinada, es peligroso. El peligro ya es para todos, los que estén en la terminal de un aeropuerto o viendo a los Eagles of death metal en concierto. El discurso no se centra en la protección de los ciudadanos sino que reactiva el odio hacia toda una cultura y una religión, en lugar de buscar la forma de arreglarlo. Usan métodos de guerra para no solucionar el problema. Desde el ataque a la sala Bataclán hasta el camión de Niza, nos hemos aconstumbrado todas las semanas a escuchar noticias de tiroteos o situaciones con rehenes, o ataques indiscriminados. No parece que en estos seis meses se esté enderezando el asunto, ni un poquito. Es más, va a peor. Se justifica una venganza en forma de ataque aéreo con respuesta en forma de bombas en Siria apoyados en el discurso del miedo. Sí, tenemos miedo. Todos tenemos miedo. Las noticias nos hacen tener miedo porque son, de verdad, temibles. Pero no se buscan soluciones. Se empeora todo. Tampoco parece que solucione nada la policía o que haya señores con metralletas por todas partes. Más miedo. Más problema. No se soluciona nada así. Y no es una guerra por más que le temamos como sí lo fuera. Es el terror. Es lo que pretende el kamikaze o el que se inmola. El que quiere causar terror no actua conforme a cánones, hace barbaridades y no lo esperable. No se comporta como un delicuente común, ni como un soldado. Cometen crímenes atroces porque la brutalidad está de su lado y la crueldad por lo azaroso y cruento de los ataques aleatorios, Con un camión o en un concierto. Da igual. Son ambos aterradores. No nos vamos a esperar los ataques, nos sorprenderán con nuevas barbaridades. Esto nos debería haber quedado claro con el 11M y el ataque al WTC, no se puede preever el terror en cadena. No se puede contener por más muestras de poder, por más que se enseñen las metralletas. No es por hacerme pasar por Gandhi en apología de la no violencia pero parece bastante obvio que con balas esto no se arregla. Y menos aún con bombas, lanzadas desde aviones. Con operaciones aéreas sobre el terreno vamos a tener más funerales aleatorios de ciudadanos inocentes. Me quiero rebelar contra eso. Entiendo que no nos beneficia a ninguno. No sabemos qué intereses son tan importantes como para poner a los nacionales en el punto de mira y en la trayectoria de las balas. No es una guerra y no somos soldados. Somos ciudadanos y tenemos derecho. No a la guerra. Siempre. No a la guerra siempre pero sobre todo, no a las guerras sucias encubiertas. Guerra invisible. Guerra de golpes. Guerra de inocentes. Como todas, supongo. Guerra que no lo es con muertos que sí que lo son y no deberían serlo. No, no estamos en guerra, no. No en mi nombre. No se combate el terrorismo con bombas y los discursos absolutos solo causan más victimas. Stop guerras.

Paz, coño ya.
¡Paz!


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guerra

Del germ. *werra 'pelea, discordia'; cf. a. al. ant. wërra, neerl. medio warre.
1. f. Desavenencia y rompimiento de la paz entre dos o más potencias.
2. f. Lucha armada entre dos o más naciones o entre bandos de una mismanación.
3. f. pugna (‖ entre personas).
4. f. Lucha o combateaunque sea en sentido moral.
5. f. Oposición de una cosa con otra.
6. interj. Era u. para excitarse al combate.

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