miércoles, 4 de febrero de 2015

Los viejos oyentes frente a los nuevos votantes

Me sorprende como las radios reaccionan ante Podemos y no quiero extenderme. Los tertulianos de derechas hacen bromas o interpretan para sus oyentes unas pantomimas ante el fenómeno de este partido político que, con menos de un año de vida, dan como primera opción en intención de voto en las encuestas. Los tertulianos de izquierdas los contemplan con cierta afinidad pero desmarcándose lo justo para que, caso de que no florezca finalmente, poder apartarse a tiempo y caso que la cosa fructifique pues tampoco estar muy lejos, para decir que ellos lo vieron venir desde el principio. Pero ambos y en general a todos los tertulianos esto de Podemos parece que les ha pillado como el pie cambiado y de la travesura de entrar en Bruselas a la jugarreta de disputar ayuntamientos hasta la sorpresa de tener un presidente con coleta pues parece que media un paso. El otro día pensé que su nombre, que me gusta más bien poco, es muy poco original: la traducción exacta del slogan de Obama. Yes, we can. Podemos. Bueno, le falta el sí. Es solo el we can. Pero esa campaña que quedó para la historia respondía a un momento histórico concreto y a una alerta social en reacción a una situación con la que la población estaba abiertamente en desacuerdo. Que las razones de los gobernantes no sean las de los ciudadanos es el primer error y la mayor objección que puede hacerse a la democracia moderna, que para completar ese proceso de adulterado de los genuinos intereses de las mayorías se sirven de las instituciones y del dinero que las mantiene con intereses espúreos a través de los entresijos de la burocracia y es lo que se denuncia siempre del mismo modo, condenado como popular, porque necesariamente tiene que serlo para volver limpio y trasparente, lo rebuscado y oculto que es el paso previo a que se vuelva corrupto. No soy el primero que compara Podemos con el Yes, we can pero confieso que tampoco tenía la menor idea de que lo hubiera hecho ya nadie dicho antes, aunque no era eso de lo que quería hablar aquí, y había prometido no extenderme.


Mira que hay radios de derechas en España, la inmensa mayoria salvo alguna cadena en concreto que tiene una simpatía hacia la izquierda pero que tampoco se pudiera calificar como reivindicativa u obrera y es más bien democristiana y progre a secas pero a veces, incluso, progre conservadora. Eso es mi opinión. Aunque con datos se puede hablar con más fundamento sobre el temperamento político del dial nacional. Muy tocado de un ala y por no hablar de las aberraciones que se escuchan, hablo desde la consulta de tarot a través de las ondas o de las emisoras piratas católicas que se dedican a rezar por el micrófono o a poner canciones de alabanza. No me explico cómo se permite (¡¡¡cómo se permite!!!) eso. Pero luego están todas las emisoras de derechas, unas con trasfondo económico y otras directamente con un patrón religioso o moral más presente incluso que la propia actualidad. Cuando supe que la conferencia episcopal era dueña de una radio que siempre me sonó familiar, que era un jovencito y aún andaba por el instituto, me sorprendí de verdad. Aún ahora me sorprende que la iglesia oficial tenga su emisora y que también esté el apostolado pirata, no sé bien para qué, para apostillar y reforzar el mensaje de Dios supongo. En definitiva, mucha derecha y mucho incieso. Y oyes por casualidad las tertulias, en el coche, en la cocina o en el baño, que es donde tengo mis radios y donde voy cambiando, moviendo la rueda hasta que encuentro algo que no sea música y sean voces y te metes a la ducha o en el atasco y te sorprende el tono, que se burlen de los nuevos, de los nuevos partidos políticos y más concretamente de Podemos. Que se burlen, no hay otro modo de decirlo: Es eso lo que hacen, ningunearlos e insultarlos. No ven más allá del bipartidismo, es o los nuestros o los otros o la nada, Ese tono es la nada. Me suena a la nada. Y llevan años en ese juego de dos y es difícil considerar a un tercero sin desdeñarlo directamente. Eso hacen, los ningunean cuando no se ponen peor, cuando no los insultan, los presentan como una amenaza y si antes eran los comunistas los terceros en discordia, y a los que casi presentaban con cuernos y rabo, pues ahora son los de los escraches y las asambleas, que hoy o ayer lo oi y me parece rastrero asimilar escraches a Podemos, y los llaman populista de ese modo que se les llama comunistas, como si fuera un insulto, en las películas del Hollywood clásico, como si el marxismo hubiera sido una enfermedad contagiosa a la que toda la sociedad estuvo expuesta y así hablan ahora de las nuevas alternativas, que si bolivarismo, que si Venezuela, el populismo que siempre se ha manejado desde la izquierda y la derecha, desde lo que es la casta es ahora el término acuñado contra el nuevo partido Podemos. Y van a poder precisamente por eso, porque el discurso es radicalmente distinto. Y sencillo. Y rompedor. Lo curioso es que esa aberracion con Podemos no es correlativa a nuevas aventuras de viejos conocidos. Escucho, con jabón en los ojos o parado en un ramal de la autovía, como las voces consagrades del conservadurismo nacional respaldan iniciativas que realmente no tienen el más mínimo tirón popular. Ejemplo: Libres e Iguales. Que está concebida desde la viralidad pero uno no ve que rompa. O simplemente que se consolide como posibilidad, ni siquiera remota.  Y por más que escuchemos a las grandes voces de la derecha mediática radiofónica clamar a favor de Upyd, de Ciudadanos o de Vox, pues no tiran, ni en las encuestas ni en los recuentos y por supuesto, no tiran en las redes sociales. Mi primera intención era eso, hablar de las ondas y los estados de facebook o los twits, esa batalla de mensajes que me parece tan desfasada, tan diferente, tan rara, que se mueve en espectros diferentes pero se encuentra en un mismo espacio físico, la urna.


No es solo un tema de la radio, está claro. Con la polémica de hace unos meses de Sosa Wagner me pregunté si realmente eso llegaba al ciudadano de pie. ¿Saben quién es Sosa Wagner los ciudadanos? ¿Les importa? A los votantes de Podemos les llega quién es Monedero o les convencen las formas y los mensajes sencillos anidados en la indignación general. Nadie conoce a Sosa Wagner ni tiene por qué, Otro debate sería si las caras principales de los partidos y el peso de los candidatos es lo mejor para que la democracia moderna funcione de verdad. Los medios y hablo de todos por no ceñirme a las radios cubrieron con deleite la polémica de Echenique y la forma de votación para elegir cúpula en el nuevo partido del populimso. ¿Saben quién es Echenique los ciudadanos? ¿Les importa? Voy más allá: ¿Cuántos políticos tiene que conocer el ciudadano medio para sentirse medianamente informado? ¿Quién tiene el interés en que les conozcan y por qué? No dejo de sorprenderme con la osadía de algunos y la ciclotimia de otros, se supone o se le presupone como el valor a los soldados que un líder político lo de la oratoria lo tiene superado, nadie se presenta a delegado de la clase si balbucea o si es tartamudo pero de repente, se nos presenta un presidente del Gobierno mudo. Oigan, mudo. Y, ¿cuál es la reacción? Pues votar al tertuliano que más habla y más claro les habla. Que parece de preescolar la interpretación, pero es que mejor siempre optar por lo sencillo. Qué alcance esperaban los asesores en comunicación del PP con la estrategia de hablar a través de un plasma, de no enfrentarse a la prensa nunca. Solo en foros europeos. Qué clase de entorno es ese para poder preguntar por las verguenzas de casa, ¿hay mejor ejemplo de estrategia de partido y desgobierno nacional? No lo creo. ¿Por qué no comparecencias semanales por ley? No me refiero al parlamento sino a los medios, qué menos que eso. Como los entrenadores de fútbol que dan la cara obligatoriamente antes y después de los partidos, pues lo mismo, no hablo del Congreso, de la pugna con los tiempos reglados y el usted ha dicho, y usted hizo o usted no hizo, no, eso no, no nos sirve, se escabullen con facilidad en ese juego de reproches cruzados, algo más difícil, los micrófonos y su áspero contacto a pesar de la esponjita, el espejo de los micrófonos que muestra en palabras lo que uno es o uno piensa, como los místeres de Primera División, hay que hablar sí o sí, cómo se les va a exigir menos a los máximos mandatarios del país. Las estrategias de comunicación de la derecha son siniestras y casi nunca funcionan. La comunicación en la época de Aznar de desmandó. Con Rajoy directamente no ha existido. Mutismo como estrategia. Hasta cúando. Cuánto iba a durar. ¿En serio? ¿Es ventajista decirlo ahora? La táctica del avestruz tenía un predecible futuro, el líder descabezado que después podrá correr pero no alzará el vuelo. Pero hablamos del PP que está investigado por financiarse con dinero negro, y que tiene un buen número de imputados y otros tantos ex militantes entrando o saliendo de la cárcel, que son los que gobiernan pero es que la oposición es un solar, con un ex ministro y vividor de la política o viviente que no quisiera que pudiera sentirse ofendido el señor corredor de fondo que siempre supo posicionarse y hacer de su perspicacia y agilidad mental un arma política pero sin grandes éxitos nunca en la primera línea, agarrándose al cargo hasta el último minuto, disputándole a una mujer, que si bien no estaba especialmente dotada con verbigracia era seria y cabal aunque pelin lenta al estilo de su aval, el buenintencionado que nos recordaba al otro gran líder carismático, en fin, un solar. La oposición hecha un solar. A veces yo me siento como el PSOE con el tema de mi ex, ellos no superaron nunca del todo a Felipe González, fue el gran amor de su democracia, de su régimen, de lo que en el futuro se conocerá como el régimen del 78 y nunca lo superaron, como yo con mi ex y buscaron parecidos en jóvenes y nuevas alternativas, pero se revelaron sin ese especial carisma y no descarto que en otras lides de lo considerado carismático pero con una fuerza similar el aznarismo marque a la derecha en el futuro. Superadlo, partidos tradicionales. La vida sigue. Os queda mucho por conocer. A nuevos votantes, lo mismo, no.


Viejos oyentes, nuevos votantes. Ese era el leit motiv de esta entrada, Viejos partidos, nuevos líderes. Viejos debates, nuevos intereses. Y desde la perspectiva de los medios, parece que todo envejece a un ritmo loco. Parece que en el futuro no habrá ni espectadores, ni oyentes, por no nombrar a los inexistentes lectores o a los nuevos, los lectores de nanosegundo, de la atención fragmentada, de los tres mil impactos publicitarios por día, los panlectores de las pantallas táctiles que más que leer el texto, lo toquetean, lo mueven, lo manosean, le pasan las yemas en un ojeado que se ha vuelto más rápido que nunca y literalmente de contacto y en el que parece que no cimenten más frases que las de los titulares y las ideas más escasas y pasajeras, más endebles. Los lectores de papel mueren y no se renuevan. No viene remplazo, son la última compañía en el terreno antes de pedir un armisticio o mandar a la diplomacia, no va a cambiar, o no parece que sepan hacerlo hasta ahora las granes compañías, porque no creo que sea cierto del todo pero es cierto que por mis manos pasan muy poco papeles. Leo prensa cuando desayuno. En mi cafeteria de cabecera tienen el diario local, el de toda la vida, y el ABC. En mi casa los fines de semana compran el otro diario local, el de hace una década, en el que trabaje hace un lustro y creo que es por las revistas que regalan. La actualidad en el papel y lo conozco de primera mano se parece poco a las ondas o a los receptores televisivos. Y está a años luz de lo que se cuece en las redes, lo que parece o parecía que iba la puntilla definitiva y que les sirve, sin embargo, para ganar tráfico con los enlaces compartidos y de la ley de propiedad intelectual y de la AEDE y de la actitud en general de ls grandes grupos con respecto a la red, hablamos otro día, porque es indignante, no se aprovecha, no se trabaja a un mismo nivel y los contenidos en la red están teñidos de un amarillismo injustificable que se gana el click pero tira por la borda el trabajo y el respeto de muchas generaciones de plumillas, es alarmante e intento que mi tono también lo sea aunque creo que no me sale porque está asumido como tantas otras derrotas irreversibles porque lo que parece una derrota de un sector al poco tiempo se convierte en un nuevo nicho de mercado en el que invertir con otros ratios.

Pues más o menos, era eso.

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