domingo, 8 de mayo de 2011

Porque no nos lo merecíamos

Acojonante.
"Yo compré a mi hijo Lucas. Pague por él casi tres millones de pesetas. Me empeñé hasta las cejas. Por desgracia, Lucas murió en un incendio cuando solo tenía 18 años. Estoy convencido de que ese fue un castigo por haberlo comprado. Lucas está muerto porque no nos lo merecíamos".
Aquí:
http://www.elpais.com/articulo/sociedad/Compre/millones/hijo/murio/Fue/castigo/elpepisoc/20110508elpepisoc_3/Tes
Acojonante.

Los casos de niños robados me parece un ¡ESCÁNDALO!
Quizá el mayor escándalo de este país en el siglo XX.
O casi.

Aquí el especial en El País:
http://www.elpais.com/especial/vidas-robadas/

Aquí el especial en El Mundo:
http://www.elmundo.es/especiales/2010/09/espana/ninos_robados/vidas_ficcion.html

Hay demasiada información. Demasiada miseria. Demasiados casos que denunciar. Demasiadas injusticias. Demasiados culpables, son redes, son monjas, son curas, son médicos. Y es curioso que las denuncias vienen de compradores arrepentidos, como el caso del que extraigo las declaraciones al principio de esta entrada. Padres atormentados por su conciencia. Es demasiado. "No nos lo merecíamos", dice. Me parece tan brutal. Tan cruel. Y aludir a esa especie de justicia cósmica, por un lado me parece tan absurdo y por otro, es tan, no sé, es tan simbólico, tan poético.

Hace poco discutía con unos amigos si este tema tiene, o ha tenido, la cobertura informativa que se merece. Y me decían que sí, que en la tele habían dado muchísimo el coñazo, en programas de todo tipo, magazines de mañana, programas de tarde, todos habían llevado a vícitmas a contar su caso. ¿Es esa la información correcta? ¿El modo correcto de informar de este escándalo? ¿Es la mejor manera de venderlo? En televisión vende ese vicitimismo, es muy apropiado para el medio, un bloque de lloros bien conseguidos, y pasamos de la injusticia flagrante a otra cosa. Plis. Plas. Listo. A otro tema. No lo veo. No es justo. Es más duro aún llevar cinco minutos de programa con una vida. Un vida entera. No sé, me parece demasiado. Es difícil informar de ello y no cansar. Son muchos casos. Son muchas familias. Son muchas injusticias y al final el espectador, o el lector, se cansa de leer siempre lo mismo. ¿No se podia hacer de otra forma? Espero con ansía leer ese titular: "Primer condenado por un caso de bebes robados". Un cura, una mujer o un médico. O uno de los abogados que hacían negocio. Siento decirlo pero quiero escarnio público para esa gente. Se lo merecen. Se merecen que les señalen por la calle por hacer negocio de esa forma, a costa del sufrimiento de toda una vida para una madre, para una familia.

Se lo merecen.

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