Me costó varias discusiones serias con mi chica. A cuenta de las acampadas. Estábamos en campaña, o bueno, lo estaban los políticos y aquí, en mi blog, pues critiqué o analicé la evolución del movimiento del 15M. Y tengo un par de actualizaciones que no pude rematar en Borrador.
una de ellas era una respuesta a las diez mentiras sobre el movimento Democracia Real ya, de Nacho Escolar. Iba refutándole una a una pero me quedé en la sexta.
Tengo en las entradas "Mi opinión sobre las Acampadas" la evolución del movimiento y de mi percepción. Estaba en contra del espectáculo informativo que se ofreció. también tengo otra entrada con varias portadas de periódico. En fin. Las discusiones con mi chica no iban en broma. Cosa seria. Llegó a llamarme joven del PP, cosa que agradezco por lo de joven porque uno ya no lo es tanto y muchas veces me dijo neoliberal a modo de insulto. A mí me daba igual. mantenía que las acampadas y la buena intenci´´on de la gente estaba siendo utilizada de un modo político en campaña por la omisión o por la permisividad y que plantarse en la calle y decir: no me muevo hasta que me echen, no es forma, a mi modo de ver, de cambiar las cosas. Claro que respetaba y respeto profundamente los valores de la propuesta y bueno, después de opinar tanto no e quedaba más remedio que ir a las acampadas y ver lo que allí hacían para tener uuna opinión con fundamento.
Fui con mi chica a una asamblea. A mí el modo asambleario me parece un tanto ineficaz, siempre lo he pensado. En cierto sentido, primitivo. Arcaico. Confío en que cada uno haga loq ue mejor sepa hacer y llegar al consenso de todo y por todos me resulta cansado. Pero bueno, allí estuve. Me cabreé un poco con el grupo de propuestas porque eran más grupo que propuestas en sí y me molestaba que los aplausos de la plaza se arrancaran cuando alguien decía: Viva la madre que os parió. Especialmente si esa persona, era una persona mayor. Me parecía populista a más no poder. A mi chica, sin embargo, esos momentos de júbilo intergeneracional compartido, le emocionaban y si contrastabamos opiniones entre su emoción y mi rechazo pues saltaban chispas. El caso es que yo estaba y estoy de acuerdo totalmente con la base del movimiento 15M, indignados, acampadas o como se le quiera llamar. Estoy con ellos. Contra la injusticia en cualquiera de sus formas. Así entiendo yo el movimiento: Contra la injusticia.
Y también estaba y estoy en contra del tratamiento épico en los medios de comunicación. Un hecho que confirma el uso político de las acampadas contra el que también estaba en contra y que ahora, pasada la visita a las urnas, se demuestra. El desánimo cundió en las acampadas después de los resultados electorales, porque las acampadas tienen signo político por más que Nacho Escolar lo negara en su "diez mentiras sobre...." Quiero decir, si de verdad queremos una revolución, no se debe distinguir entre izquierdas y derechas. Debe asistirse a todos los damnificados por las injusticias, sean cuales sean. Y no hacer un retrato robot del protestón, en términos perrofláuticos o lo que sea. Pero bueno, escribo esto porque ahora lo que sí que me indigna de verdad es que se ridiculicen a los que siguen acampados, a los que llevan más de una semana constuyendo canales alternativos de entendimiento, que se les acuse o se les describa como... No sé. ¿qué palabra usar? ¿Pamplinosos? ¿Por un cartel de consignas feministas? ¿Por un taller de Reiki? ¿por promulgar fórmulas alternativas? A ver. Ahora que no hay campaña, ¿lo criticáis? Recuerdo las portadas de el sábado de reflexión y durante esa semana. Las de la izquierda, haciendo historia. bla bla bla. Las de la derecha, fuera de la ley. bla bla bla. Propaganda, señores. Y ahora, que están formándose gobiernos en todas las ciudades, ¿desinflamos el movimiento porque quieren abarcar muchas facetas o porque se gestionan de modo asambleario y por tanto, entran todas las propuestas? ¿Por qué no criticaban eso hace una semana?
Ahora es el momento de pedirle a los alcaldes que no tengan asesores. El tema del número de asesores y el sueldo de los asesores, por Dios. ¡Que sallga a la palestra! Que se bajen los sueldos todos. Que compartan coches oficiales. Que no gasten dinero público en comidas, cenas, recepciones... Se están formando los gobiernos, es el momento de exponer las injusticias. Las flagrantes injusticias con las que nos hemos acostumbrado a convivir y ya es triste que sean cotidianas. El momento es ahora. No se burlen. No se rian. El momento no era hace una semana. ¿No veían que os estaban utilizando? Eso me hizo que me llamaran neoliberal, varias veces. No hagan demagogia por ver las aristas de un movimiento con tantas caras. La injusticia no para. El ERE de Telefónica creo que puede dar vida a un movimiento que no se adscribe ni a derechas ni a izquierdas, o no debería por más que los medios lo vendan así o el patrón perrofláutico quiera hacernos verlo de ese modo, la injusticia nos afecta a todos. Los acampados y los que no. En fin. Es sólo mi opinión. Y por supuesto, remarcar al hilo de la mención que mi chica tiene razón en todo, por más que yo me empeñe en discutir por discutir. Seguiremos teorizando en vano y opinando alegremente en la medida que se pueda. Saludos.
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