No tengo mucho tiempo para actualizar el blog, así que iré al grano. Que poco sentido de la, no sé, cómo llamarlo, poco sentido en general de todo, al programar ayer en Canal Sur un programa especial dedicado a Rocío Jurado, en el que su viudo, actualmente hecho un Cristo en el Hospital Virgen de la Macarena, enseñaba todas las bondades de su finca Yerbabuena acompañado por Inmaculada Casal.
Que poco sentido de la oportunidad. Del decoro. De lo apropiado. Yo que sé. Con el diestro hecho añicos, se ponen a emitir programas grabados de homenaje. En los que... No sé. No soy el gran defensor de Ortega Cano pero viendole ayer pedirle a la vida que le haga feliz en el día y día y tal. Pues no sé la sensación es extraña. No piensan los de Canal Sur que podría ocurrir si mientras emiten el especial al cartagenero le da un síncope.
Muy mal Inmaculada Casal y bueno, en el plano del contenido, un flipe. Ortega está ido de la olla. Habla de Jurado en presente. Siempre en presente. Se dirige a ella prácticamente y bueno, tiene un concepto animista del asunto que asusta. En fin, la sombra de la más grande es todavía más grande.
Por lo demás y en cuanto al accidente, hay novedades. La familia de Carlos Parra ha denunciado al torero por homicidio imprudente. En lo que se dilucida lo de las copitas o no copitas, por lo menos que vaya poniéndose en marcha el juzgado. Sobre esto, quería extenderme. Sobre el tratamiento del asunto, que me parece patético. Me parece mal que Carlos Herrera se eriga en la voz definitiva diciendo en su programa lo que le había confesado la Guardia Civil. ¿Con qué derecho? ¿Con qué fundamento? Va más allá. Tiene otra dimensión. por supuesto, no me creo nada.
Aún me impresiona más el testimonio de una camarera de la Hospederia (o Hosperia? no lo tengo claro) que decía que le había servido una copa de champán al ínclito Ortega pero que solo habia bebido un buchito. Me horroriza la lexitud con la que se toma todo esto. El tipo va pidiendo champán y se carga a un pobre notas que iba a currar, de casmarero precisamente y bueno, todo el mundo se harta de decir que no hay que condenarle, que no hay que decir esto o lo otro, que no hay que... Venga ya. Señores, seámos serios. Si yo me bebo una copa de champán y me empotro con otro coche, nadie iba a tener piedad. No me vale lo de los buchitos. Oiga, que tenemos un señor muerto. Incinerado a día de hoy, mientras escribo esto. Bueno, ya seguimos otro día que me caliento.
Para mí una verguenza informativa, otra más, en este país el caso Ortega. Por resumir.
Veremos lo que dice el juez.
Me alegra que casi cinco dias después del choque, los Parra se hayan atrevido a denunciarlo. Veremos.
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