A mí no me hace mucha gracia el tema.
Lo vi el martes. Con un enlace al artículo de Elena Pérez, en El Heraldo de Aragón, que fue la que levantó el tema. Y me jode que no la hayan citado más a ella, a Elena Pérez, que es la que se lo había currado. Esas cosas hay que cuidarlas. Lo de citar y tal.
http://www.heraldo.es/noticias/cultura/2012/08/21/la_restauracion_una_pintura_mural_una_iglesia_borja_acaba_chapuza_200865_308.html#.UDOykTWs448.twitter
Pero bueno, al caso.
Estamos a jueves y sigo sin reírme.
A mí no me hace gracia. Quiero decir, no me río. Yo también es que tengo un humor muy mío. Pero lo que me da, más bien, es penilla. Por el destrozo, claro. Pero también por el circo. Y luego esos montajes con photoshop con la cara de Paquirrín (la mejor encajada) o Carmen de Mairena o quien sea, pues tampoco es que me haga reir. ¿Qué me pasa, amigos? ¿Es que se me está agriando el carácter?
En general no me hacen mucha gracia esas explosiones virales en Facebook o Twitter a colación de noticias de este tipo, noticias grotescas o surrealistas. Las veo facilonas y por más que la carita de Kiko Rivera esté bien conseguida y lo mismo me dibujase una media sonrisa, me parecen, ya digo, muy facilonas. Y me sorprende que la gente se descojone con eso.
Es una desgracia. Es una chapuza, de acuerdo.
Pero, ¿y qué se puede esperar?
Creo que debería hacerse una lectura de fondo. Sobre la restauración de los templos y la responsabilidad de la iglesia en el tema. Me parece importante que los edificios destinados al culto y las obras de arte que contienen estén dejados y olvidados, en el mejor de los casos que su cuidado dependa de beatas bienintencionadas que no son especialistas en el tema. Me parece que tiene calado el asunto. Mucho más que la chanza del ecce mono, como lo han bautizado en twitter y me sorprende que nadie, algún tertuliano o algún columnista, no haya enfocado así el tema. Tiene importancia porque depende del dinero de todos tener en orden y en correcto cuidado unos templos a los que no todos vamos a rezar. El patrimonio artístico es de la iglesia pero se lo cuida el Estado o señoras que con su mejor intención se lo cargan. Que sea la señora Cecilia de la que ha trascendido que tenía dos hijos discapacitados y que uno murió, que no ha tenido una vida fácil, vaya, y que la vapuleen de esa forma. Claro, después se conoce que ha sido ingresada por un ataque de ansiedad y ya no es tan gracioso el asunto. Los medios se olvidan del impacto que tienen este tipo de noticias en la vida cotidiana de una persona anónima. La señora Giménez es la gran damnificada del asunto y a saber cómo le afectará esta simpática polémica a su rutina cotidiana en el pueblo. Por lo pronto ha pagado en salud un precio demasiado alto. Que no sea famoso el señor Ojeda, concejal de Cultura y primer responsable del estado de las obras de arte en el municipio o el párroco de la iglesia de Borja del que ni siquiera sabemos el nombre y es el que autorizó la restauración. En fin, que si se mira el tema desde estos puntos de vista pues pierde la gracia, que por otro lado yo no se la veo desde ningún punto de vista pero bueno, supongo que a mi sentido del humor le afecta el calor y no me hace gracia lo que para los demás parece tronchante. Pues eso.
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