Jose, ¿cómo te sientes?
Jose, ¿qué novedades tienes?
Jose, ¿qué te cuentas?
Jose, ¿cómo te va?
Estos son los nuevos mensajes que me aparecen en la casilla de actualizar estado de Facebook.
Van cambiando.
Donde antes ponía: ¿Qué está pasando? a secas, sin vocativo, sin llamarme por mi nombre. Ahora me dan cuatro opciones y apelan a los sentimientos, que es lo que más me ha chocado. ¿Cómo te sientes? Vaya. Quizá sea un matiz sin importancia. Particularmente preferiría que no hubiera mensaje alguno en una casilla en blanco. En un espacio a rellenar, que no hubiera ninguna indicación ni pregunta ni dirección que condicionara el sentido de tu acción de rellenar ese espacio en blanco. Incurriendo como hago con frecuencia en este blog en lo más meramente obvio, a mi me gustaría que los espacios en blanco estuvieran en blanco. ¿Es mucho pedir? Estos sutiles camios en la forma de decir o de hacer que digan en la página del señor Zukerberg son para tenerlos en cuenta porque afectan a la forma de decir, de hacer decir, de expresarse en general y de interelacionarse en particular que son interesantes, vaya. Aunque no negaré que escribiendo sobre esto, me siento como si comentase programas de televisión online. Hablar de la televisión o lo que es más, de la recepción de programas con un mando a distancia, de modo que construyes un discurso en función de cómo saltas de un canal a otro, pues comentar eso, lo mismo que adentrarse en la experiencia personal de interacción de Facebook, donde los canales son amistades y los cambios van en orden descendente y hay grandes líneas de comunicación, por llamarlo así sin tener ni idea de lo que es, pero que hay, no sé, corrientes. En fin, hablar de Facebook y sus políticas de comunicación, ¿se puede caer más bajo?
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