Creo que denota cosas.
La proporción.
Lo que hacen primerísimo primer plano porque se están quedando calvos.
Los que hacen cuerpo entero porque tienen acné.
Los que salen con gafas de sol... No sé por qué.
Tengo que cocinar una buena entrada al respecto. Vale, lo sé, esto no es nada, esto es poco menos que una tapa. Casi ni una pista. Hay tema ahí, ya lo digo. El tamaño de la cabeza en función del hueco de imagen de perfil: Como índice de ego, miedos y complejos. Como revelador de una actitud en redes sociales. No sabría cómo sistematizar el estudio pero hay tema ahí, eh. Hay.
lunes, 31 de diciembre de 2012
domingo, 30 de diciembre de 2012
Mi problema con las televisiones
Me despierto esta mañana con un tic tac de bomba.
Un rítmico patrón de tintineo que a las seis de la mañana me ha desvelado sin remedio. Pensé que era el ordenador, que se había quedado encendido, pero no. Antes de darme la vuelta con el edredón y volver a zambullirme en la almohada, hice el amago de apagar el aparato. No venía de ahí el sonido. Me acerqué al receptor de la tdt. Al levantarme, pisé mis gafas que estaban en el suelo al borde de la cama dentro de la zapatilla de casa que mi pie izquierdo buscó por inercia para evitar el frio suelo. Lo que viene siendo despertar con mala pata. No se han roto. Solo están dobladas cuarenta y cinco grados.
Me había parecido que era el pequeño cacharro de la tele digital y tenía encima un bote de cristal, que puse en la estantería. El pertinaz redoble me impedía conciliar el sueño. Suelo poner la radio de fondo. No la tenía en esta ocasión. O música, pero tampoco. Solo el eco de la gotera que parecía rebotar en algún sitio. Clin, clin, clin, clin... Imposible dormir así.
Me fumo un cigarro.
Clin, clin...
Las seis y diecisiete.
Vaya buena hora para el primer cigarro del día.
Me pongo las gafas, todavía tumbado. Cuarenta grados. Con dificultad me alcanza a cada ojo. Las dejo flotando de una oreja solo y medio rectas. Al menos las lentes están dentro de la circunferencia de la cavidad ocular. Planifico mentalmente la ineludible visita a la óptica. Opto por ir a primera hora. No me gustan las ópticas. No tengo un cenicero a mano y la ceniza va directa al suelo. Hay que barrer de todas formas, es una de mis excusas más recurrentes en esos casos. El tic tac cambia de ritmo. Cliin, cliin, cliin. Hablo de variaciones muy poco perceptibles. Intensidad, un modo distinto... Levemente distinto. Es como si fuera un reloj. Las manecillas del insomnio. Me vienen versos a la cabeza. No son ni las seis y media. Versos infumables. Cliin, cliin, cliin. Parecen más largos pero los pitidos duran menos de un segundo. Trato de contar los segundos sin realmente hacerlo. Como el que trata de determinar la intensidad de la lluvia por el impacto del agua. Sigo fumando. En la óptica habrá mucha gente comprando regalos navideños, pienso. Odios los regalos navideños, la gente que los compra, las tiendas llenas y todo lo que significa eso en la practica y en la teoría. Me da un poco de vergüenza lo de ir y que me arreglen las gafas gratis. Que me las enderecen. No te cobran nada. Por meterle un tornillo o recolocar una patilla. Siempre me ha sorprendido eso. No digo que tengan que cobrar mucho. Quizá un euro. Es como mantenimiento gratis, ¿no? Me parece bien, eh, a ver, que no se malinterprete. En cualquier caso me da un poco de apuro llegar con las gafas cuarenta y cinco grados de torcidas y decir, arregládmelas gratis, muchas gracias, adiós muy buenas, Feliz año nuevo. Las ópticas son así, que le vamos a hacer, mientras pienso en el trayecto con el coche y la zona más próxima para aparcar sin pagar zona azul y definitivamente la colilla también va a el suelo.
Las dos horas siguientes están difusas en mi cabeza.
De repente eran las siete y media de la mañana.
Y el pitido seguía.
Me he levantado del todo, he ido al baño, con las gafas puestas, me he dado un susto al verme la cara en el espejo y me he echado un resto de café de ayer sin recalentar ni nada. Me he venido al ordenador, con la estufa al lado y la manta y le he dado a la pestaña Crear nueva entrada.
Ya no había ruido.
Al intentar encender la televisión, el ruido cesó.
El tic tac similar al de la bomba procedía de dentro de la televisión. Es antigua. No es una pantalla plana ni nada de eso. Es como de color gris, aluminio, de finales de los noventa. Marca Grunkel. En fin, al darle al botón de encendido y apagado la gotera cesaba. Y al darle de nuevo para encender, volvió el clin, clin. Como que arranca con un clin la imagen, ¿me explico? ¿antes de salir del tubo? Bueno, digo lo de tubo por decir, no tengo la menor idea de cómo funciona un televisor, pero sé que el mío ha muerto. Y sus suspiros infinitos parecen el pitido de las máquinas de los hospitales que indican el rítmo cardiaco. clin, clin, clin. No se ha quedado estacando en un clin infinito de muerte total pero la cosa pinta chunga.
En un año que llevo viviendo aquí se han roto cuatro televisiones.
Quizá tres. Cuando llegamos había una que nunca llevo a encenderse, creo, y si contabilizamos esa, serían cuatro. En cualquier caso, son muchas televisiones rotas.
Cuando se rompe una televisión, así de repente, sin previo aviso... Genera una frustración específica que creo que no tiene que ver o más bien que no es homologable con que se te estropee el secador, la tostadora o la minipimer. Es como quedarse desenganchado del mundo. Se parece más a no tener internet. La frustración de que la conexión se vaya. Vaya y vuelva. Sin motivo. En fin. Ese tipo de frustración es a la que me refiero.
Sin televisión, estoy mejor en todos los sentidos.
Esta frase suena a tópico buenrollista y podría escribir una larga entrada, más larga que esta, explicando los beneficios que tiene en todos los aspectos no tener televisor.
El otro día se me ocurrió una teoría absurdo sobre si será la televisión y la exposición a sus rayos lo que generará cáncer. Oye, cuidado. Que lo mismo tiene su sentido. En países del tercer mundo hay mucha menos incidencia de cáncer, ¿por qué? ¿Qué tienen ellos menos? ¿Televisiones? No lo sé, lo mismo tienen las mismas televisiones por hogar, y demás. Es solo una teoría. Pero como ruta para buscar está bien.
La televisión, aparte de causar cáncer hipotéticamente que podría ser una cosa bien mala, no es nociva en todos los aspectos. Está la gran clave, que para mí es el aspecto sociabilizador. Y la ceremonia. El sofá. Llegar a casa. Punto de descanso. Punto de esparcimiento. La gran clave. El gran error.
Cuando no tenía tele o en los lapsus de tiempo en los que se rompía una, estaba con la radio conectada veinticuatro horas. Con la tele funcionando, igual tengo conectada la radio siempre o casi siempre. En la ducha. En la cocina. Me gusta. Informativos. Tertulias. Música. Escucho varias emisoras a la vez. Cambio en los bloques de publicidad. En fin, que me muevo con soltura por el dial. Pero por ejemplo si estaba con una chica, con mi novia de entonces, la radio no era suficiente. A veces era mágico. Porque ponías Radio Melodías de los Viejos Recuerdos y aparecían unas canciones muy inesperadas, por decirlo así. Pero con la radio no está el espacio de la mesa camilla, del sofá, del sentarse frente a algo. Es distinto. Y no tienes esa conciliación: no es la palabra, ok, conciliación, no... Pero es un poco lo que quiero trasmitir... Que te reconcilias contigo.... ¿Sabes? Que llegas a casa y como que te defines en tu ser al sentarte en el sofá con las pantuflas. Y que esa definición del ser íntimo como sujeto receptivo de publicidad en la sociedad postmoderna capitalista no es un perfil por que sí, no es casual, no es una extensión evolutiva de la especie, hay intereses creados acerca de encontrar el núcleo del ser personal en el sofá con pantuflas. Es desnudar al ciudadano. Tenerlo en pijama. Tenerlo en pijama vendiéndole cosas sin que se de cuenta.
Y por eso es bueno que una televisión se me rompa de vez en cuando.
Aunque, cuatro en un año, ¿no son muchas?
Sin duda, sí. Cabe decir que todas son viejas, antiguas, recicladas del piso de la playa de nosequién que medio me la presta o me la regala o se deshace de ella porque es un armatoste. La segunda que se rompió tenían los laterales como en imitación madera. ¿Sabes lo que te quiero decir? Que no hablamos de reventar plasmas precisamente.
Me siento exculpado, claro, pero tiene que ver algo más.
No es solo tiempo.
Por más que los cuatro eran del Pleistoceno, no se joden cuatro tubos catódicos en un año porque sí. Tiene que haber algo más.
En el blog creo que ya he hablado alguna más de mi nefasta suerte con las bombillas. Me explotan que da gusto. Esto de darle al interruptor y que haga pum. Una bombilla menos. En mi antigua casa se rompía una bombilla a la semana. Un ritmo que te da ganas de comprar velas.
Mi ritmo de rompeteles, en mi familia me llaman así demostrando su agudeza y empatía descollante, me da ganas de volver a escuchar la radio y no encontrar mi ser en pantuflas en el sofá.
Menos tele, menos sofá. Es una ecuación sin fallo.
¿Casualidad?
Tarde o temprano quieres buscarte una nueva, tampoco hay que cederle todo el terreno a la conspiración, simplemente un día te apetece ver una película. Claro que con el portátil, eso está resuelto en parte. Pero al cabo de un tiempo sin ver la televisión echas de menos el ritmillo con el que hablan los presentadores, esa familiaridad con la que te tutean, con la que parece que estás como identificado y que si te enteras de un tiroteo en Iowa o un choque de trenes en Siberia, pues te de un poco lo mismo, pero como que parece que estás más conectado al mundo. Esa falsa ilusión de conectividad, mucho más conseguida que en el propio internet en el que todo es pura conexión. Esta última frase debería borrarla pero en fin, vosotros me entendéis. Al final, ¿qué pasa? Pues, eso. Que después de dos meses sin ver nada la tele, te quedas un rato delante de un informativo o de un programa y te parece muy falsuno. Muy de cartón piedra. Muy de refrito de imágenes. Muy barato. Muy casposo. Muy falseado. Que eso en la radio no pasa, o pasa mucho menos. Se puede falsear menos con colorín, porque es la radio. En la tele todo es brillo. Todo es vacío. Todo es adorno. Y si llevas tiempo sin verlo, te choca. Es como si vinieras de una isla desierta. Y dices, mira, qué marionetas. Qué graciosas. Pero parecen eso, marionetas. Y no hablo de entretenimiento, los informativos también. En radio el boletín es escueto. Directo y al pie. No hay falsos directo para crear sensación de notoriedad. A ese tipo de trucos me refiero. cuando ves dos horas al día de televisión, no se aprecia. Estas inmerso en el discurso. Te empapa. No te deja ver. Tampoco es que se esté muy pendiente. No es una actitud analítica la que se tiene ante la pantalla, ¿me explico? El ser íntimo en pantuflas. La desprotección del sofá. La vulnerabilidad que dan unos cojines.
Siempre lo he dicho: ¿cuánto rato aguantarías viendo la televisión de pie?
De pie y con los brazos cruzados.
Hoy, último día del año 2012, pienso en todos los minutos por no decir horas, por no decir días que habré consagrado a ver gilipolleces en esta televisión que se acaba de romper. Color gris. Aluminio. ¿Cuántos? Lo mismo son tres días completos del año. 72 horas. Quizá más.
Tres días de vida.
Que quita dos docenas de películas buenas, algún que otro programa de entretenimiento decente y alguna serie que haya seguido ocasionalmente y lo demás es morralla fina. Morralla fina. Y anuncios. Anuncios morralleros.
¿Cuántos minutos de mi vida regalados a los anunciantes de productos cosméticos que me interesan nada? Y aunque me interesaran...Minutos de regalo, ¿por qué? ¿Cuántos minutos de este año para los anuncios de perfumes de marcas caras? O así fueran baratas, pero peor siendo caros, claro. ¿Para qué los anuncios de pérdidas de orina? Para qué todavía. Hablamos de tiempo de vida. Pérdidas de orina. Tiempo de vida.
Llegados a este punto, puedo decirlo.
Se me ha roto la televisión. Gracias a Dios.
Es la cuarta en un año. Cifras de balón de oro.
Pero en el fondo no es tan mala noticia. Supongo que es la explicación de esta entrada del blog. Que me he dicho a mí mismo. Escribe una entrada de blog reflexionando sobre por qué no es tan malo que se te haya roto la televisión con un clin clin incesante que has estado oyendo dos horas de insomnio de seis a ocho. Peor mucho peor hubiera sido que se rompieran las gafas. Con o sin clin clin. Que espero que tengan arreglo. Y se enderecen. Gratis. En la óptica, ya tú sabes. Y por lo menos un par de meses, los primeros de 2013 me voy a limitar a la radio y a internet, que no es poca cosa. Y si algún programa se pone pesada la gente comentando por twitter y la curiosidad se vuelve insoportable, pues lo mismo me lo veo online. Pero nada más. Hasta que no cambie de opinión no voy a buscar un nuevo tubo catódico de saldo que joder. No más pérdidas de orina. Omitir publicidad.
Quería añadir algo más pero la verdad es que he perdido el hilo y son las ocho y media.
Me voy a la ducha.
Y después, a la óptica.
Deseadme suerte.
Un rítmico patrón de tintineo que a las seis de la mañana me ha desvelado sin remedio. Pensé que era el ordenador, que se había quedado encendido, pero no. Antes de darme la vuelta con el edredón y volver a zambullirme en la almohada, hice el amago de apagar el aparato. No venía de ahí el sonido. Me acerqué al receptor de la tdt. Al levantarme, pisé mis gafas que estaban en el suelo al borde de la cama dentro de la zapatilla de casa que mi pie izquierdo buscó por inercia para evitar el frio suelo. Lo que viene siendo despertar con mala pata. No se han roto. Solo están dobladas cuarenta y cinco grados.
Me había parecido que era el pequeño cacharro de la tele digital y tenía encima un bote de cristal, que puse en la estantería. El pertinaz redoble me impedía conciliar el sueño. Suelo poner la radio de fondo. No la tenía en esta ocasión. O música, pero tampoco. Solo el eco de la gotera que parecía rebotar en algún sitio. Clin, clin, clin, clin... Imposible dormir así.
Me fumo un cigarro.
Clin, clin...
Las seis y diecisiete.
Vaya buena hora para el primer cigarro del día.
Me pongo las gafas, todavía tumbado. Cuarenta grados. Con dificultad me alcanza a cada ojo. Las dejo flotando de una oreja solo y medio rectas. Al menos las lentes están dentro de la circunferencia de la cavidad ocular. Planifico mentalmente la ineludible visita a la óptica. Opto por ir a primera hora. No me gustan las ópticas. No tengo un cenicero a mano y la ceniza va directa al suelo. Hay que barrer de todas formas, es una de mis excusas más recurrentes en esos casos. El tic tac cambia de ritmo. Cliin, cliin, cliin. Hablo de variaciones muy poco perceptibles. Intensidad, un modo distinto... Levemente distinto. Es como si fuera un reloj. Las manecillas del insomnio. Me vienen versos a la cabeza. No son ni las seis y media. Versos infumables. Cliin, cliin, cliin. Parecen más largos pero los pitidos duran menos de un segundo. Trato de contar los segundos sin realmente hacerlo. Como el que trata de determinar la intensidad de la lluvia por el impacto del agua. Sigo fumando. En la óptica habrá mucha gente comprando regalos navideños, pienso. Odios los regalos navideños, la gente que los compra, las tiendas llenas y todo lo que significa eso en la practica y en la teoría. Me da un poco de vergüenza lo de ir y que me arreglen las gafas gratis. Que me las enderecen. No te cobran nada. Por meterle un tornillo o recolocar una patilla. Siempre me ha sorprendido eso. No digo que tengan que cobrar mucho. Quizá un euro. Es como mantenimiento gratis, ¿no? Me parece bien, eh, a ver, que no se malinterprete. En cualquier caso me da un poco de apuro llegar con las gafas cuarenta y cinco grados de torcidas y decir, arregládmelas gratis, muchas gracias, adiós muy buenas, Feliz año nuevo. Las ópticas son así, que le vamos a hacer, mientras pienso en el trayecto con el coche y la zona más próxima para aparcar sin pagar zona azul y definitivamente la colilla también va a el suelo.
Las dos horas siguientes están difusas en mi cabeza.
De repente eran las siete y media de la mañana.
Y el pitido seguía.
Me he levantado del todo, he ido al baño, con las gafas puestas, me he dado un susto al verme la cara en el espejo y me he echado un resto de café de ayer sin recalentar ni nada. Me he venido al ordenador, con la estufa al lado y la manta y le he dado a la pestaña Crear nueva entrada.
Ya no había ruido.
Al intentar encender la televisión, el ruido cesó.
El tic tac similar al de la bomba procedía de dentro de la televisión. Es antigua. No es una pantalla plana ni nada de eso. Es como de color gris, aluminio, de finales de los noventa. Marca Grunkel. En fin, al darle al botón de encendido y apagado la gotera cesaba. Y al darle de nuevo para encender, volvió el clin, clin. Como que arranca con un clin la imagen, ¿me explico? ¿antes de salir del tubo? Bueno, digo lo de tubo por decir, no tengo la menor idea de cómo funciona un televisor, pero sé que el mío ha muerto. Y sus suspiros infinitos parecen el pitido de las máquinas de los hospitales que indican el rítmo cardiaco. clin, clin, clin. No se ha quedado estacando en un clin infinito de muerte total pero la cosa pinta chunga.
En un año que llevo viviendo aquí se han roto cuatro televisiones.
Quizá tres. Cuando llegamos había una que nunca llevo a encenderse, creo, y si contabilizamos esa, serían cuatro. En cualquier caso, son muchas televisiones rotas.
Cuando se rompe una televisión, así de repente, sin previo aviso... Genera una frustración específica que creo que no tiene que ver o más bien que no es homologable con que se te estropee el secador, la tostadora o la minipimer. Es como quedarse desenganchado del mundo. Se parece más a no tener internet. La frustración de que la conexión se vaya. Vaya y vuelva. Sin motivo. En fin. Ese tipo de frustración es a la que me refiero.
Sin televisión, estoy mejor en todos los sentidos.
Esta frase suena a tópico buenrollista y podría escribir una larga entrada, más larga que esta, explicando los beneficios que tiene en todos los aspectos no tener televisor.
El otro día se me ocurrió una teoría absurdo sobre si será la televisión y la exposición a sus rayos lo que generará cáncer. Oye, cuidado. Que lo mismo tiene su sentido. En países del tercer mundo hay mucha menos incidencia de cáncer, ¿por qué? ¿Qué tienen ellos menos? ¿Televisiones? No lo sé, lo mismo tienen las mismas televisiones por hogar, y demás. Es solo una teoría. Pero como ruta para buscar está bien.
La televisión, aparte de causar cáncer hipotéticamente que podría ser una cosa bien mala, no es nociva en todos los aspectos. Está la gran clave, que para mí es el aspecto sociabilizador. Y la ceremonia. El sofá. Llegar a casa. Punto de descanso. Punto de esparcimiento. La gran clave. El gran error.
Cuando no tenía tele o en los lapsus de tiempo en los que se rompía una, estaba con la radio conectada veinticuatro horas. Con la tele funcionando, igual tengo conectada la radio siempre o casi siempre. En la ducha. En la cocina. Me gusta. Informativos. Tertulias. Música. Escucho varias emisoras a la vez. Cambio en los bloques de publicidad. En fin, que me muevo con soltura por el dial. Pero por ejemplo si estaba con una chica, con mi novia de entonces, la radio no era suficiente. A veces era mágico. Porque ponías Radio Melodías de los Viejos Recuerdos y aparecían unas canciones muy inesperadas, por decirlo así. Pero con la radio no está el espacio de la mesa camilla, del sofá, del sentarse frente a algo. Es distinto. Y no tienes esa conciliación: no es la palabra, ok, conciliación, no... Pero es un poco lo que quiero trasmitir... Que te reconcilias contigo.... ¿Sabes? Que llegas a casa y como que te defines en tu ser al sentarte en el sofá con las pantuflas. Y que esa definición del ser íntimo como sujeto receptivo de publicidad en la sociedad postmoderna capitalista no es un perfil por que sí, no es casual, no es una extensión evolutiva de la especie, hay intereses creados acerca de encontrar el núcleo del ser personal en el sofá con pantuflas. Es desnudar al ciudadano. Tenerlo en pijama. Tenerlo en pijama vendiéndole cosas sin que se de cuenta.
Y por eso es bueno que una televisión se me rompa de vez en cuando.
Aunque, cuatro en un año, ¿no son muchas?
Sin duda, sí. Cabe decir que todas son viejas, antiguas, recicladas del piso de la playa de nosequién que medio me la presta o me la regala o se deshace de ella porque es un armatoste. La segunda que se rompió tenían los laterales como en imitación madera. ¿Sabes lo que te quiero decir? Que no hablamos de reventar plasmas precisamente.
Me siento exculpado, claro, pero tiene que ver algo más.
No es solo tiempo.
Por más que los cuatro eran del Pleistoceno, no se joden cuatro tubos catódicos en un año porque sí. Tiene que haber algo más.
En el blog creo que ya he hablado alguna más de mi nefasta suerte con las bombillas. Me explotan que da gusto. Esto de darle al interruptor y que haga pum. Una bombilla menos. En mi antigua casa se rompía una bombilla a la semana. Un ritmo que te da ganas de comprar velas.
Mi ritmo de rompeteles, en mi familia me llaman así demostrando su agudeza y empatía descollante, me da ganas de volver a escuchar la radio y no encontrar mi ser en pantuflas en el sofá.
Menos tele, menos sofá. Es una ecuación sin fallo.
¿Casualidad?
Tarde o temprano quieres buscarte una nueva, tampoco hay que cederle todo el terreno a la conspiración, simplemente un día te apetece ver una película. Claro que con el portátil, eso está resuelto en parte. Pero al cabo de un tiempo sin ver la televisión echas de menos el ritmillo con el que hablan los presentadores, esa familiaridad con la que te tutean, con la que parece que estás como identificado y que si te enteras de un tiroteo en Iowa o un choque de trenes en Siberia, pues te de un poco lo mismo, pero como que parece que estás más conectado al mundo. Esa falsa ilusión de conectividad, mucho más conseguida que en el propio internet en el que todo es pura conexión. Esta última frase debería borrarla pero en fin, vosotros me entendéis. Al final, ¿qué pasa? Pues, eso. Que después de dos meses sin ver nada la tele, te quedas un rato delante de un informativo o de un programa y te parece muy falsuno. Muy de cartón piedra. Muy de refrito de imágenes. Muy barato. Muy casposo. Muy falseado. Que eso en la radio no pasa, o pasa mucho menos. Se puede falsear menos con colorín, porque es la radio. En la tele todo es brillo. Todo es vacío. Todo es adorno. Y si llevas tiempo sin verlo, te choca. Es como si vinieras de una isla desierta. Y dices, mira, qué marionetas. Qué graciosas. Pero parecen eso, marionetas. Y no hablo de entretenimiento, los informativos también. En radio el boletín es escueto. Directo y al pie. No hay falsos directo para crear sensación de notoriedad. A ese tipo de trucos me refiero. cuando ves dos horas al día de televisión, no se aprecia. Estas inmerso en el discurso. Te empapa. No te deja ver. Tampoco es que se esté muy pendiente. No es una actitud analítica la que se tiene ante la pantalla, ¿me explico? El ser íntimo en pantuflas. La desprotección del sofá. La vulnerabilidad que dan unos cojines.
Siempre lo he dicho: ¿cuánto rato aguantarías viendo la televisión de pie?
De pie y con los brazos cruzados.
Hoy, último día del año 2012, pienso en todos los minutos por no decir horas, por no decir días que habré consagrado a ver gilipolleces en esta televisión que se acaba de romper. Color gris. Aluminio. ¿Cuántos? Lo mismo son tres días completos del año. 72 horas. Quizá más.
Tres días de vida.
Que quita dos docenas de películas buenas, algún que otro programa de entretenimiento decente y alguna serie que haya seguido ocasionalmente y lo demás es morralla fina. Morralla fina. Y anuncios. Anuncios morralleros.
¿Cuántos minutos de mi vida regalados a los anunciantes de productos cosméticos que me interesan nada? Y aunque me interesaran...Minutos de regalo, ¿por qué? ¿Cuántos minutos de este año para los anuncios de perfumes de marcas caras? O así fueran baratas, pero peor siendo caros, claro. ¿Para qué los anuncios de pérdidas de orina? Para qué todavía. Hablamos de tiempo de vida. Pérdidas de orina. Tiempo de vida.
Llegados a este punto, puedo decirlo.
Se me ha roto la televisión. Gracias a Dios.
Es la cuarta en un año. Cifras de balón de oro.
Pero en el fondo no es tan mala noticia. Supongo que es la explicación de esta entrada del blog. Que me he dicho a mí mismo. Escribe una entrada de blog reflexionando sobre por qué no es tan malo que se te haya roto la televisión con un clin clin incesante que has estado oyendo dos horas de insomnio de seis a ocho. Peor mucho peor hubiera sido que se rompieran las gafas. Con o sin clin clin. Que espero que tengan arreglo. Y se enderecen. Gratis. En la óptica, ya tú sabes. Y por lo menos un par de meses, los primeros de 2013 me voy a limitar a la radio y a internet, que no es poca cosa. Y si algún programa se pone pesada la gente comentando por twitter y la curiosidad se vuelve insoportable, pues lo mismo me lo veo online. Pero nada más. Hasta que no cambie de opinión no voy a buscar un nuevo tubo catódico de saldo que joder. No más pérdidas de orina. Omitir publicidad.
Quería añadir algo más pero la verdad es que he perdido el hilo y son las ocho y media.
Me voy a la ducha.
Y después, a la óptica.
Deseadme suerte.
Partidillos de infantiles versus clásico en otro deporte
Me indigna este tema.
voy a escribir sobre información deportiva y jerarquización de contenidos, así que si no es lo tuyo, pues déjalo ya. Va sobre los telediarios y los minutos en radio y las líneas en prensa, en la sección de deportes, claro. Y me indigna.
Que abran la sección con un torneo de infantiles.
Anda ya.
Habiendo un clásico de la máxima rivalidad. Baloncesto, sí, otro deporte. Pero entre Barça y Madrid. Lo top. Lo máximo. La máxima. ¿Cómo no se utiliza eso en una semana sin fútbol? Calentándolo. Con entrevista a Llul. ¿La gente conoce a Llul? Quiero decir, ¿lo conocen del mismo modo que se presenta lapersonalidad pública de, por ejemplo, Iker Casillas? Y hablo de Llul siendo, a mi entender, un perfil menos alto que, por ejemplo, Rudy.
Rudy rebosa estrellato.
Por todos lados.
El típico deportista con extra de carisma.
Se merece una entrevista o un par. En Deportes Cuatro, en Deportes de La Sexta...
Y, ¡por qué no! ¡Una portada de Marca o As!
¿Por qué no se "espectaculariza" el baloncesto en los medios con esos contenidos extra sobre la personalidad de los jugadores, con una recopilación de imágenes de sus mejores jugadas, con la actualidad, las previas, el top 3 de jugadas...?
No hay excusa.
Es Barça-Madrid. Mueve masas.
Es la verdad. Las mueve. Si fuera balonmano, las movería igualmente.
Que den antes el top 3 de jugadas NBA que las españolas... Son rutinas o dinámicas inexplicables.
Ya me estoy extendiendo.
En época navideña no hay Liga, de fútbol se entiende. Eso hace que el baloncesto gane un mínimo hueco en los medios, pero aún con un clásico y con un Madrid fuera de serie - debería opinar Mourinho del basket para que le dieran minutos. que hablase sobre su juego al contrataque-, en fin, que habré un torneo de niños. Joder. Un torneo de niños. ¿Estamos todos ciegos? Niños o niñillos a los que se trata como estrellas. Con esa proyección en las retrasmisiones que no tiene Llul. Ese ahondar en el personaje...
Me explico fatal.
Pero vosotros sois muy listos.
voy a escribir sobre información deportiva y jerarquización de contenidos, así que si no es lo tuyo, pues déjalo ya. Va sobre los telediarios y los minutos en radio y las líneas en prensa, en la sección de deportes, claro. Y me indigna.
Que abran la sección con un torneo de infantiles.
Anda ya.
Habiendo un clásico de la máxima rivalidad. Baloncesto, sí, otro deporte. Pero entre Barça y Madrid. Lo top. Lo máximo. La máxima. ¿Cómo no se utiliza eso en una semana sin fútbol? Calentándolo. Con entrevista a Llul. ¿La gente conoce a Llul? Quiero decir, ¿lo conocen del mismo modo que se presenta lapersonalidad pública de, por ejemplo, Iker Casillas? Y hablo de Llul siendo, a mi entender, un perfil menos alto que, por ejemplo, Rudy.
Rudy rebosa estrellato.
Por todos lados.
El típico deportista con extra de carisma.
Se merece una entrevista o un par. En Deportes Cuatro, en Deportes de La Sexta...
Y, ¡por qué no! ¡Una portada de Marca o As!
¿Por qué no se "espectaculariza" el baloncesto en los medios con esos contenidos extra sobre la personalidad de los jugadores, con una recopilación de imágenes de sus mejores jugadas, con la actualidad, las previas, el top 3 de jugadas...?
No hay excusa.
Es Barça-Madrid. Mueve masas.
Es la verdad. Las mueve. Si fuera balonmano, las movería igualmente.
Que den antes el top 3 de jugadas NBA que las españolas... Son rutinas o dinámicas inexplicables.
Ya me estoy extendiendo.
En época navideña no hay Liga, de fútbol se entiende. Eso hace que el baloncesto gane un mínimo hueco en los medios, pero aún con un clásico y con un Madrid fuera de serie - debería opinar Mourinho del basket para que le dieran minutos. que hablase sobre su juego al contrataque-, en fin, que habré un torneo de niños. Joder. Un torneo de niños. ¿Estamos todos ciegos? Niños o niñillos a los que se trata como estrellas. Con esa proyección en las retrasmisiones que no tiene Llul. Ese ahondar en el personaje...
Me explico fatal.
Pero vosotros sois muy listos.
jueves, 27 de diciembre de 2012
Standard de disculpa
La culpa es del Rey.
Claro. Mató elefantes. Murió su cadera. Vuelve y suelta las once palabras de turno.
Lo siento, no volverá a ocurrir, etc, etc... Y resulta que crea precedente. Es así.
Ahora pillan a una diputada jugando a Apalabrados en una asamblea.
Y ella, más ancha que pancha, se despacha lo mismito que el Borbón.
Las palabras para pedir perdón siempre se parecen.
Pero en este caso, es la disposición de la frase, son los términos... Hace unas semanas tuve una bronca con un amigo que me pidió que le hiciera un trabajo y se lo entregué un día tarde, me mandó un email con sus quejas, con todo el derecho a quejarse la verdad, y me dieron ganas de usar la fórmula del Rey: No volverá a ocurrir, etc, etc... Pero temí que me pillara y que no le hiciera gracia. Pero como fórmula de disculpa es perfecta... Está bien construida... Es definitiva.
En fin. En aquella ocasión me hubiera gustado escribir aquí el standard de disculpa gracias a la diputada Redondo, pues ya me he animado.
Cuando algo no tiene ni excusa, ni explicación, invocad las palabras del monarca.
Esto es así.
Claro. Mató elefantes. Murió su cadera. Vuelve y suelta las once palabras de turno.
Lo siento, no volverá a ocurrir, etc, etc... Y resulta que crea precedente. Es así.
Ahora pillan a una diputada jugando a Apalabrados en una asamblea.
Y ella, más ancha que pancha, se despacha lo mismito que el Borbón.
Las palabras para pedir perdón siempre se parecen.
Pero en este caso, es la disposición de la frase, son los términos... Hace unas semanas tuve una bronca con un amigo que me pidió que le hiciera un trabajo y se lo entregué un día tarde, me mandó un email con sus quejas, con todo el derecho a quejarse la verdad, y me dieron ganas de usar la fórmula del Rey: No volverá a ocurrir, etc, etc... Pero temí que me pillara y que no le hiciera gracia. Pero como fórmula de disculpa es perfecta... Está bien construida... Es definitiva.
En fin. En aquella ocasión me hubiera gustado escribir aquí el standard de disculpa gracias a la diputada Redondo, pues ya me he animado.
Cuando algo no tiene ni excusa, ni explicación, invocad las palabras del monarca.
Esto es así.
Lamento mucho lo sucedido. No hay excusa. Y por supuesto, no volverá a suceder. Lo siento.
Crisis sería tener que vender a Messi
Messi ha renovado hace poco por el FC Barcelona.
Cláusula millonaria. Mejora de ficha. Todos felices.
Pensé en escribirlo en Twitter pero no encontré las palabras exactas y quería expresarme lo más fielmente posible a lo que había pensado. Pensé: Para muchos españoles la crisis solo sería real, solo les afectaría, solo se materializaría y saldrían a la calle indignados si no quedase más remedio que vender a Messi.
Si la realidad nos desahuciase a Messi... O nos desahuciase de Messi.
Me vale igual para Cristiano Ronaldo en el Real Madrid.
Desahuciados de Cristiano.
Ídolos futbolísticos, dan iguales los colores, los equipos, las pasiones... Un coste fijo bien gordo, un ídolo con sueldo de ídolo, al que no pueden pagar en un país como España, al borde del rescate. ¿Nadie se hace esa pregunta? ¿No se lo preguntan en medios extranjeros? A mí me parece lo más lógico. Venderlo. Me parecería lo más lógico.
Desahucio de Messi.
Desahucio de Cristiano.
¿Qué supondría eso?
Estoy convencido que habría manifestaciones multitudinarias e indignación a raudales en las calles.
Colectas públicas también, no me cabe duda.
Quizá más indignación pública que `por los recortes en Sanidad o Educación.
Da que pensar.
No estaremos tan en crisis, si tenemos al mejor jugador del mundo.
¿Es ese el pensamiento que subyace?
Crisis sería tener que vender a Messi.
Cláusula millonaria. Mejora de ficha. Todos felices.
Pensé en escribirlo en Twitter pero no encontré las palabras exactas y quería expresarme lo más fielmente posible a lo que había pensado. Pensé: Para muchos españoles la crisis solo sería real, solo les afectaría, solo se materializaría y saldrían a la calle indignados si no quedase más remedio que vender a Messi.
Si la realidad nos desahuciase a Messi... O nos desahuciase de Messi.
Me vale igual para Cristiano Ronaldo en el Real Madrid.
Desahuciados de Cristiano.
Ídolos futbolísticos, dan iguales los colores, los equipos, las pasiones... Un coste fijo bien gordo, un ídolo con sueldo de ídolo, al que no pueden pagar en un país como España, al borde del rescate. ¿Nadie se hace esa pregunta? ¿No se lo preguntan en medios extranjeros? A mí me parece lo más lógico. Venderlo. Me parecería lo más lógico.
Desahucio de Messi.
Desahucio de Cristiano.
¿Qué supondría eso?
Estoy convencido que habría manifestaciones multitudinarias e indignación a raudales en las calles.
Colectas públicas también, no me cabe duda.
Quizá más indignación pública que `por los recortes en Sanidad o Educación.
Da que pensar.
No estaremos tan en crisis, si tenemos al mejor jugador del mundo.
¿Es ese el pensamiento que subyace?
Crisis sería tener que vender a Messi.
Que un personaje de ficción dé las campanadas
No es poca cosa.
Este año. Telecinco. Los personajes de la serie La que se avecina. O cómo se llama.
Y eso, desde luego, el personaje antes de dar las campanadas se merecía un spin off.
Pero bueno, en esas estamos.
Campanadas a cargo de un personaje de ficción.
En Neox un día antes hacen una gala con Cecilia giménez, la del Ecce Homo de Borja.
Un cachondeo, como parttenaire, la simpar Remedios Cervantes, que metió otro buen patón.
Deberían haberse buscado a la salvavidas de la piscina de Madrid que la lió parda con el cloro.
Y ya estábamos todos.
Lo veo bien, lo de la coña.
La ficción... Pues no. Yo que sé. No es por ser aguafiestas pero los límites entre realidad y ficción... Esas cosas. Preferiría que el actor hiciera de sí mismo y con su arte, me explico. Un actor. Eso es lo que es. Un actor. Que actúe pero como él. No como el personaje. Son las campanadas. No una serie. No es ficción. Son las campanadas. Que haga de actor pero no de personaje. ¿No sería eso lo normal? ¿No será que soy yo el que no es normal? De todas formas, odio la serie y cómo gritan. Es acojonante cómo gritan. La sobreactuación. La SOBREACTUACIÓN. Lo pongo en mayúsculas porque parece que nadie se da cuenta. EN fin. Paso de las campanadas, en realidad.
Que les den.
Este año. Telecinco. Los personajes de la serie La que se avecina. O cómo se llama.
Y eso, desde luego, el personaje antes de dar las campanadas se merecía un spin off.
Pero bueno, en esas estamos.
Campanadas a cargo de un personaje de ficción.
En Neox un día antes hacen una gala con Cecilia giménez, la del Ecce Homo de Borja.
Un cachondeo, como parttenaire, la simpar Remedios Cervantes, que metió otro buen patón.
Deberían haberse buscado a la salvavidas de la piscina de Madrid que la lió parda con el cloro.
Y ya estábamos todos.
Lo veo bien, lo de la coña.
La ficción... Pues no. Yo que sé. No es por ser aguafiestas pero los límites entre realidad y ficción... Esas cosas. Preferiría que el actor hiciera de sí mismo y con su arte, me explico. Un actor. Eso es lo que es. Un actor. Que actúe pero como él. No como el personaje. Son las campanadas. No una serie. No es ficción. Son las campanadas. Que haga de actor pero no de personaje. ¿No sería eso lo normal? ¿No será que soy yo el que no es normal? De todas formas, odio la serie y cómo gritan. Es acojonante cómo gritan. La sobreactuación. La SOBREACTUACIÓN. Lo pongo en mayúsculas porque parece que nadie se da cuenta. EN fin. Paso de las campanadas, en realidad.
Que les den.
Una semana sin calefacción
Me he propuesto estar siete días, quizá diez o doce, sin calor artificial.
Me apaño con sol y mantas. No es fácil de acuerdo pero el consumo de luz me lo agradecerá cuando llegue la factura y por otro lado no consigo calentar la casa. Es una derrota. Se enfría como un melón a la orilla del mar, no hay forma de mantener reconcentrado el calor. El problema es la orientación al sol, lo sabemos. Me siento un pequeño burgués de segunda fila o aún peor, de primera, con el radiador gastando a full time. No puede ser. No debe ser. No tengo con que. Es básicamente eso, pero también hay conciencia de clase.
El frio como metáfora de la conciencia de clase. Mantas. La realidad se puede laminar en un número limitado de mantas. A mí me sirve, y bueno, algo hay de penitencia. En las dos primeras semanas de diciembre abusé del radiador. Dormía a su lado. Despertad con el frío enroscado en el cuello como una boa muerta, era demasiado duro. Ya digo, pequeñaburguesía temblorosa. No es eso lo que queremos. Soluciones sostenibles. me apetece comentarlo por aquí. He pensado en una galería. Una galería montable y desmontable para el invierno, en verano fuera, y situarla en donde da el sol durante todo el día, de modo que actúe como un acumulador de calor, como un termo y que, de alguna manera, lo lleve o lo reparta por la casa. No lo tengo muy claro, me mola el concepto galería. Me mola aún más el concepto montable y desmontable según estaciones. Podría ser también un invernadero, claro. Porque hiela y es la muerte súbita para alguna de mis plantas. No es poca cosa la galería y claro, la idea es hacerlo a coste cero, quizá con cañas...No lo sé, es solo una idea sin mucha importancia. La primera semana de invierno sufriendo como un proletario y ahorrando con mantas, con recursos naturales. Sin electricidad. Por supuesto tengo la chimenea. Empecé la desconexión eléctrica el domingo con una gran chimenea. Solo me quedan dos troncos. ¿He hablado alguna vez de los problemas con el humo en el salón? Lo dejo para otro día. Hoy me han dejado en la puerta, una empresa que pone el canalón en la cornisa del techo. 9 euros el metro, me ha parecido barato. Me dejan una octavilla diaria. Tiran los precios. Jardineros, limpiapiscinas, albañiles, carpinteros... Habría que hacer cuentas con lo del canalón. Aprovechar el agua de lluvia es una antigua aspiración. Para riego. Como mínimo para riego. Se podrían intentar más cosas con el agua que el cielo nos regala. Hacer un estanque es uno de mis sueños. Con nenufares. Flipante, ¿o no? En fin, hay mucha tarea de jardinería pendiente. Opté por pasar del huerto del invierno y le ha crecido el pelo. Por suerte no hay mucha mala hierba. El año pasado acabé con ella. Consultar blog. Los tréboles se hielan cuando amanece. A estas horas me obligo a estar en el jardín acumulando vitamina A del sol. Hace frío. La vitamina A no entiende de termómetros. Tres grados. No es poca cosa. Y el viento frío de Sierra Nevada. Que corta. Pero lo cierto es que se está bien. El sol brilla muchísimo. No se me da bien describir. Ese es el problema de todo. Con una foto basta. Ahora la subo en la siguiente entrada. La vitamina A es lo primero. Las vitaminas en general.
Me apaño con sol y mantas. No es fácil de acuerdo pero el consumo de luz me lo agradecerá cuando llegue la factura y por otro lado no consigo calentar la casa. Es una derrota. Se enfría como un melón a la orilla del mar, no hay forma de mantener reconcentrado el calor. El problema es la orientación al sol, lo sabemos. Me siento un pequeño burgués de segunda fila o aún peor, de primera, con el radiador gastando a full time. No puede ser. No debe ser. No tengo con que. Es básicamente eso, pero también hay conciencia de clase.
El frio como metáfora de la conciencia de clase. Mantas. La realidad se puede laminar en un número limitado de mantas. A mí me sirve, y bueno, algo hay de penitencia. En las dos primeras semanas de diciembre abusé del radiador. Dormía a su lado. Despertad con el frío enroscado en el cuello como una boa muerta, era demasiado duro. Ya digo, pequeñaburguesía temblorosa. No es eso lo que queremos. Soluciones sostenibles. me apetece comentarlo por aquí. He pensado en una galería. Una galería montable y desmontable para el invierno, en verano fuera, y situarla en donde da el sol durante todo el día, de modo que actúe como un acumulador de calor, como un termo y que, de alguna manera, lo lleve o lo reparta por la casa. No lo tengo muy claro, me mola el concepto galería. Me mola aún más el concepto montable y desmontable según estaciones. Podría ser también un invernadero, claro. Porque hiela y es la muerte súbita para alguna de mis plantas. No es poca cosa la galería y claro, la idea es hacerlo a coste cero, quizá con cañas...No lo sé, es solo una idea sin mucha importancia. La primera semana de invierno sufriendo como un proletario y ahorrando con mantas, con recursos naturales. Sin electricidad. Por supuesto tengo la chimenea. Empecé la desconexión eléctrica el domingo con una gran chimenea. Solo me quedan dos troncos. ¿He hablado alguna vez de los problemas con el humo en el salón? Lo dejo para otro día. Hoy me han dejado en la puerta, una empresa que pone el canalón en la cornisa del techo. 9 euros el metro, me ha parecido barato. Me dejan una octavilla diaria. Tiran los precios. Jardineros, limpiapiscinas, albañiles, carpinteros... Habría que hacer cuentas con lo del canalón. Aprovechar el agua de lluvia es una antigua aspiración. Para riego. Como mínimo para riego. Se podrían intentar más cosas con el agua que el cielo nos regala. Hacer un estanque es uno de mis sueños. Con nenufares. Flipante, ¿o no? En fin, hay mucha tarea de jardinería pendiente. Opté por pasar del huerto del invierno y le ha crecido el pelo. Por suerte no hay mucha mala hierba. El año pasado acabé con ella. Consultar blog. Los tréboles se hielan cuando amanece. A estas horas me obligo a estar en el jardín acumulando vitamina A del sol. Hace frío. La vitamina A no entiende de termómetros. Tres grados. No es poca cosa. Y el viento frío de Sierra Nevada. Que corta. Pero lo cierto es que se está bien. El sol brilla muchísimo. No se me da bien describir. Ese es el problema de todo. Con una foto basta. Ahora la subo en la siguiente entrada. La vitamina A es lo primero. Las vitaminas en general.
Fórmulas de cortesía
Hay antiguos amigos, aunque creo que eso es un oximorón, si son amigos no pueden ser antiguos, la amistad requiere una actualización continua como la de cualquier aplicación pero al caso, que nos encontramos, con amigos que no veo hace tiempo y en lugar de preguntarme, lo típico, ¿estás bien? Me preguntan: ¿estás escribiendo? Porque sobrentienden que si escribo es que estoy bien, presupongo yo. Me gusta que lo formulen así, me reconforta. Es como si ellos vieran algo que yo no soy capaz de visualizar, o no todos los días al menos. Digo que sí, porque soy un mentiroso. pero la verdad es que no escribo una línea desde hace más de un año. Una línea de esas que puedes decir orgulloso que has escrito. Que trasciende la mera redacción... Ya sabes. ¿Motivos? Los hay. No me apetece compartirlo todo. Lo de las mentiras, es mentira por ejemplo. No soy nada mentiroso. El blog me delata. Digo que estoy escribiendo porque prefiero dejarlo ahí, a tener que ahondar en los motivos de por qué no lo hago. Incluso para mí mismo prefiero dejarlo estar. Al fin y al cabo, no es más que una fórmula de cortesía. Que me gusta particularmente, claro, por eso escribo esto y bueno siendo estrictos con lo de escribir, pues sí, aquí lo hago. Pero no trasciende la mera redacción, ya lo siento. Me quedo con eso de que los antiguos amigos no existen. No pueden existir. Algo es algo.
miércoles, 26 de diciembre de 2012
El indulto a Reboredo, esa verguenza
Cuando leí lo de la huelga de hambre de Willy Uribe en apoyo a David Reboredo pensé: Olé, ese par de cojones. A los pocos minutos, me asaltó una duda: ¿Es Willy quién debía hacerlo?
Por supuesto es legítimo y que sea Willy quien lo haga, pues mola, pero no tiene el peso social.
O el peso, que la palabra peso no es la más adecuada, es la dimensión... Que fuera Marías, por ejemplo. Que lo hiciera mismamente Pérez Reverte... Que se me ocurre para no poner a prueba la resistencia del boquino barbado del cartagenero, pues que fuera solo una huelga de twitter... Que Pérez Reverte no vuelve a twittear hasta que no haya un indulto para Reboredo. Y le darían más páginas en la prensa que al sacrificio de Uribe al que sigo por su blog que me gusta y por los experimentos que ha hecho vía internet.
Quiero decir que es un perfil bajo, no por profesional sino por popularidad...
Por desgracia ¿Cuántas veces habéis visto la noticia en los grandes medios?
La propia de David, la propia de Willy...
A mí se me aturullan las palabras y por eso recurro a los puntos suspensivos porque lo último que querría sería quitarle mérito a lo de Willy, todo lo contrario, eso fue lo que más me chocó. Al leer lo de la huelga de hambre, fue como...Olé, puedes hacerlo. Tú puedes hacerlo. Un escritor poco conocido nacional puede hacerlo. Y me asaltó una sensación, que fue también la que primero me motivó a escribir esto. Una persona sola puede contra todos. Contra la injusticia. No sé si vencerla, quizá no, pero desde luego puede combatirla. Uno contra la injusticia. Uno poco conocido... Un soñador. Un escritor solo podía ser un escritor, esto es lo que pensé. Solo podía ser un soñador y un soñador poco conocido, quiero decir, los soñadores no pueden ser millonarios o tener cuentas corrientes demasiado hinchadas, no es de lo que hablo. Es algo mucho más romántico, mucho más prosaico, nada tiene que ver con el dinero pero influye en el perfil, en la persona, en la forma de presentarlo en los medios... Los grandes medios. Reflexiono a mi manera sin tener muy claro nada y sin haber leído las últimas noticias al respecto. No es fácil medir la incidencia social de determinados sucesos publicados en prensa, pero no está mal como baremo usar las páginas de firmas como Actuable o Change. Y ahí, Reboredo ha arrasado. No quiero terminar esta entrada del blog sin hacer alusión al problema de fondo en el asunto, que es la droga. Que es el asunto, la droga. Aunque no me siento con fuerzas para hablar de ello, pero si quizá fuera otro tema, otro delito, otra movida... La droga, no tiene perdón la droga o no quieren dárselo y creo que eso se puede traducir en muchos estigmas, en muchos problemas sociales en problemas de integración. Que no tiene nada que ver, pero me lleva a pensar en eso, en los bordes, en las franjas, en los límites conceptuales de determinadas cabezas. Es injusto. Con haber escrito eso ya bastaba, mil veces: es injusto.
Por supuesto es legítimo y que sea Willy quien lo haga, pues mola, pero no tiene el peso social.
O el peso, que la palabra peso no es la más adecuada, es la dimensión... Que fuera Marías, por ejemplo. Que lo hiciera mismamente Pérez Reverte... Que se me ocurre para no poner a prueba la resistencia del boquino barbado del cartagenero, pues que fuera solo una huelga de twitter... Que Pérez Reverte no vuelve a twittear hasta que no haya un indulto para Reboredo. Y le darían más páginas en la prensa que al sacrificio de Uribe al que sigo por su blog que me gusta y por los experimentos que ha hecho vía internet.
Quiero decir que es un perfil bajo, no por profesional sino por popularidad...
Por desgracia ¿Cuántas veces habéis visto la noticia en los grandes medios?
La propia de David, la propia de Willy...
A mí se me aturullan las palabras y por eso recurro a los puntos suspensivos porque lo último que querría sería quitarle mérito a lo de Willy, todo lo contrario, eso fue lo que más me chocó. Al leer lo de la huelga de hambre, fue como...Olé, puedes hacerlo. Tú puedes hacerlo. Un escritor poco conocido nacional puede hacerlo. Y me asaltó una sensación, que fue también la que primero me motivó a escribir esto. Una persona sola puede contra todos. Contra la injusticia. No sé si vencerla, quizá no, pero desde luego puede combatirla. Uno contra la injusticia. Uno poco conocido... Un soñador. Un escritor solo podía ser un escritor, esto es lo que pensé. Solo podía ser un soñador y un soñador poco conocido, quiero decir, los soñadores no pueden ser millonarios o tener cuentas corrientes demasiado hinchadas, no es de lo que hablo. Es algo mucho más romántico, mucho más prosaico, nada tiene que ver con el dinero pero influye en el perfil, en la persona, en la forma de presentarlo en los medios... Los grandes medios. Reflexiono a mi manera sin tener muy claro nada y sin haber leído las últimas noticias al respecto. No es fácil medir la incidencia social de determinados sucesos publicados en prensa, pero no está mal como baremo usar las páginas de firmas como Actuable o Change. Y ahí, Reboredo ha arrasado. No quiero terminar esta entrada del blog sin hacer alusión al problema de fondo en el asunto, que es la droga. Que es el asunto, la droga. Aunque no me siento con fuerzas para hablar de ello, pero si quizá fuera otro tema, otro delito, otra movida... La droga, no tiene perdón la droga o no quieren dárselo y creo que eso se puede traducir en muchos estigmas, en muchos problemas sociales en problemas de integración. Que no tiene nada que ver, pero me lleva a pensar en eso, en los bordes, en las franjas, en los límites conceptuales de determinadas cabezas. Es injusto. Con haber escrito eso ya bastaba, mil veces: es injusto.
Lo de las audiencias del Rey
Los de Cadena Ser han tenido a bien escribir un artículo sobre el tema.
Ojo, hizo un 18%.
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/mensaje-navideno-rey-visto-ultimos-anos/csrcsrpor/20121226csrcsrsoc_3/Tes#despiece1
Ojo, hizo un 18%.
http://www.cadenaser.com/sociedad/articulo/mensaje-navideno-rey-visto-ultimos-anos/csrcsrpor/20121226csrcsrsoc_3/Tes#despiece1
Las tres esposas de Ronnie Wood
3.- Sally
2.- Jo
1.- Krissy
More info: http://www.dailymail.co.uk/tvshowbiz/article-2251816/Ronnie-Wood-weds-Sally-Humphreys-private-ceremony.html
lunes, 24 de diciembre de 2012
¿Cúal es la audiencia del discurso navideño del Rey?
Me ha asaltado esa duda. Acaba de tentarme la idea de buscaros el share del discurso del Rey por años para compararlo, pero me he frenado a tiempo. Voy a hacer café.
¿Qué números hará este año?
Claro que no importa mucho, no es como un programa cualquiera, que si hace baja audiencia lo retiran.
¿Qué audiencia hizo en 1984, por ejemplo? Y, ¿en el 97?
Y, ¿el año pasado con el affaire Urdangarín incipiente?
Visto con cierta perspectiva, parece medido el impacto en los medios del tema cuñado.
Salió durante la primavera, se desarrolló en verano...
En fin, lejos del foco de las fiestas.
El foco que hoy tiene el Rey, ¿qué audiencia tendrá? Que haga alguien la comparación, en plan reportaje o para la tele o para el periódico....
Las audiencias del Rey...
Se le puede dar una buena vuelta al titular.
Go for it.
domingo, 23 de diciembre de 2012
Fotos de mi chimenea (III)
Unpreviusly in Homefire...
Anteriormente en "Fotos de mi chimenea":
http://josembolivar.blogspot.com.es/2012/12/fotos-de-mi-chimenea-ii.html
Y la primera serie de fotos al fuego de hogar:
http://josembolivar.blogspot.com.es/2012/09/haciendole-fotos-la-chimenea.htmlhttp://josembolivar.blogspot.com.es/2012/11/mi-chimenea-tope.html
Anteriormente en "Fotos de mi chimenea":
http://josembolivar.blogspot.com.es/2012/12/fotos-de-mi-chimenea-ii.html
Y la primera serie de fotos al fuego de hogar:
http://josembolivar.blogspot.com.es/2012/09/haciendole-fotos-la-chimenea.htmlhttp://josembolivar.blogspot.com.es/2012/11/mi-chimenea-tope.html
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