Una foto de Trespatas.
Comiendo restos de pizza, se la hice a través de una ventana. Si no, hubiera huido. Es una bola. Parece un conejo. Aún no tengo claro si estará ciego. Tienes los ojos mucho más azules de lo que se aprecia en la foto. Y mira pero parece no centrar mucho la mirada. Está desorientado. Calculo que tendrá tres semanas. Quizá menos. Anda regular con sus tres patas pero es más valiente que su hermano, la bola peluda. La madre suele estar con ellos. Hoy vi al padre. Es un peludo marrón de muy malas pulgas. La cola como un plumero. A rayas. Marrón, gris y canela. Con un ojo azul y otro negro como una piedra. Rollo Bowie. No sé si estará ciego. Ellos dos, la madre y el supuesto padre se han terminado la pizza después de que Tres Patas y Bola de pelo se hartaran. Me caen bien. Sobre todo, Tres Patas. Bola de pelo va muy a lo suyo, es cobarde y la madre le ronda siempre. Tres patas debería ser trágico pero es cómico. Anda como un conejo. Como un conejo de dos patas. Es lento. No sé como le irá en la vida, en el futuro, en el barrio con una pata menos pero bueno, no he podido resistirme a darle los restos de la cena. Mi inclinación hacia la discapacidad. Soy todo bondad, lo sé.
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