domingo, 2 de octubre de 2011

Tres mil recomendaciones

Leo la noticia en El País.
Se me rebota el estómago. La CAM. No sabía nada de ella, ni falta que me hacía. Se me quedan dos nombres: Miss Amorós y el señor Modesto. Suena a comedia de Miguel Mihura. Ni pizca de risa.
También es que son los que salen en la foto.
Dejo la noticia de El País.

Os la enlazo:
http://www.elpais.com/articulo/reportajes/saquearon/CAM/elpepusocdmg/20111002elpdmgrep_3/Tes

No quiero ni comentar el artículo. Ni lo de la CAM. Ni quiero decir nada de la foto, en la que el sr. Modesto está en primer término y la muy mencionada Amorós va en segundo plano. No quiero aventurarme.
Me duele especialmente una frase.
Cobraban mil euros por asistir a reuniones del Consejo. ¡Mil euros! Por ir a una reunión. El sueldo va aparte. Mil euros por reunirse. ¿Qué clase de país de mileuristas que somos?

Pero bueno, con esta reflexión, muy básica cabe añadir no me daba para la entrada del blog. Quiero ir a otro detalle de esa noticia.
¡Tres mil recomendaciones en Facebook!
La pestaña de compartir en la esquina superior izquierda.
¡Tres mil recomendaciones!
¡Son muchas!
Y cada uno de esos tres mil que recomienda, tiene una media de 100 amigos. Trescientos mil lectores potenciales de esa relación detallada de sirvengozonerías variadas.

He aquí la buena noticia, esforzados lectores.
¡Una buena noticia!
Así es cómo cambia el mundo. No lo parece, pero es un hecho a tener muy en cuenta. Esto es la sociedad de la información, de la que tanto hablaban en la facultad. Esto es. Seiscientos mil ojos y otros tantos dedos acusadores. Los vecinos. Los del pueblo. Los que estuvieron en la misma escuela. Los que les arreglan el coche en el taller. Los que les venden la fruta. Vale, puede que muchos de ellos no tengan una cuenta en Facebook. Es cierto que no todas las fruterías del barrio tienen su perfil pero casi todos los negocios de otra índole, sí. Todo el mundo se entera. Se crea opinión o al menos se difunde. La difusión. El nivel de difusión. Lo que eso supone. Lo que eso significa. Puede que a primera vista, no lo parezca. Porque noticias de desfalcos o de barbaridades, pues ha habido siempre. Y periódicos. Y corrillos. Y las habladurías. Y lo que tú quieras. Pero creo que es distinto. Que cada una de esas tres mil personas te cuente esa noticia en su perfil de Facebook. Tres mil. Es que son cifras que solo se ven en páginas de descargas. Para bajarte películas. Las cifras siempre son modestas en las páginas del periódico. Un par de recomendaciones. Unos cuantos tuiteos. Poca cosa, en general. ¡Tres mil recomendaciones! No es que yo me maneje con los números de puertas para dentro, pero ha debido de ser un subidón serio para la web de El País.
Y yo escribo esto porque creo que hay una revolución en marcha, en virtud de pequeñas innovaciones técnicas en el ámbito de la comunicación o unos nuevos usos y constumbres en el propio hecho comunicativo, que va a poner el mundo boca abajo en breve. Los malos tendrán menos escondites, por resumir. He pensado mientras leía la noticia de la CAM en todos los chanchulleros de Consejos de Administración de entidades de crédito o de cualquier tipo y lo nerviosos que se habrán puesto al leer el artículo de El País. Habrán pensado en su frutero, su mecánico, sus vecinos, sus amigos y sus familiares. Mirándoles fijamente. Y pregúntandoles: Pero, ¿de verdad haciáis esto?

Me duele por dos motivos.
Lo de Amorós. Es muy injusto. Que se manche el que más ese apellido, cuando también perteneció a un antiguo empleado de la caja. La señorita era hija de un empleado de la CAM. Eso me parece poético y el perfil de ella, perfil bajo en lo tocante a lo maquiavélico pero que se ha llevado un pico la chica. Y Modesto pues tampoco es el más obtuso de la banda de ejecutivos que estaban al frente. López nosequé creo que es el peor. A mí no se me ha quedado el apellido pero él se ha quedado nosecuántos millones. A ver, no es por falta de rigor. Está en el artículo, búscadlo vosotros. No os lo voy a dar todo hecho.

Pero sí haré otro apunte en lo tocante al macrotexto de El País.
En la lista de Noticias más leídas, más abajo hay otra.
Me hiela la sangre esto.
La enlazo también, está solo un poco más abajo y también se ha movido, tiene dos mil y pico recomendaciones en Facebook.
http://politica.elpais.com/politica/2011/09/30/actualidad/1317411820_250833.html

El testimonio de una investigadora con dos carreras que se ha quedado en la calle. Esto es lo que hay, amigos.
Los dos tipos de mileuristas: los que los cobran por un trabajo especializado, técnico y que precisa de una capacitación muy especial y añadiría, una vocación muy especial, y los que se los llevan por ir a reuniones del Consejo.

no basta con decirlo.
No basta con que esté en dos páginas de El País. Dos casos que afectan a una zona muy concreta de España. No basta con eso. Tienen que hacer algo, que sea el auténtico escándalo que es y que no se informe desde la izquierda izquierdosa porque es una comunidad del PP y se hace daño de forma indirecta a nosequién. No, señores, se hace daño a nuestros hijos. A los de todos, a los que los tengan y a los que los tendrán, que igual es mi caso algún día. ¿Qué país le dejamos? ¿Un país de investigadores en paro y jefes de cajas de ahorros con la jubilación blindada con millones de euros de indemnización? ¿Es justo? Por dios. Tres mil recomendaciones en facebook y una entrada en mi blog, igual no sirven para cambiar nada pero que tengan claro los que metieron la mano en la caja o los que aprendieron a hacer negocios en la sombra, que eso, se acabó. Se acabó. Nos enteraremos. Por el twitter, por el facebook, o lo mismo, por un artículo de periódico. Se les acabó el chollo. La trasparencia ya no es un objetivo deseable. Es el horizonte. Y en él, no hay cabida para que la injusticia se esconda y no esté en boca de todos.

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