lunes, 10 de octubre de 2011

Los complejos de los catalanes

Respeto a los catalanes, hasta el punto de llegar a respetar también sus terribles complejos de inferioridad. Sí, sí, he dicho inferioridad y soy andaluz. Granadino para más señas. Ellos se quejan de que los andaluces cobremos el PER y estemos todo el día en el bar, por ejemplo. Bares en los que la tapa es gratis, como en el caso de Granada, me gustaría recordarle ese detalle de la tapa gratis al señor Durán i Lleida para que le de más rabia. Pues sí. PER, caña y tapa. Yeah. Estamos triunfando en Andalucía. PER, caña y tapa. Marchando otra ronda. Y aún así, seguimos siendo la comunidad con el PIB más bajo. Y con el índice de paro juvenil más alto de Europa. Pero estamos en el bar, claro. Lo que no me queda claro es qué fue primero: la gallina o el huevo. Tenemos el desempleo porque estamos en el bar o estamos en el bar a cuenta del desempleo. En cualquier caso, y hablo por todos los andaluces -casi nada-, somos razonablemente felices y no nos metemos con nadie, Sr. Durán i Lleida. Y yo no cobro el PER, dicho sea de paso. Ni conozco a nadie que lo cobre, por cierto. Pero tampoco me ofendo. Es decir, le tengo casi pena por su complejo sr. Durán. Es como si el grandullón de la clase viene a pegarnos a nosotros que tenemos gafitas y somos unos enclenques. Desde Convergencia y Unió, ¿van a meterse con los andaluces? ¿Qué les hemos hecho? ¿Es su forma de ganar votos en campaña? Pues, no lo sé pero a Durán lo veo muy acomplejado como para ser el matón de clase. Si le califican la deuda diferente, venga ya. Menos que tiene que venir la agencia Firch a poner de manifiesto las diferencias. Suerte que aún seññalan las diferencias. Que si hacemos como que no existen, aún nos sale peor el reparto. No nos quiten el bocadillo solo porque somos débiles, y yo ni tengo bocadillo también le digo. Y suma y sigue. Somos el monigote "siempretieso". Porque recientemente me trago la polémica de Pilar Rahola. Se queja de que en Antena 3 planteen una pregunta sobre "Pan Negro". Que la gente la nombra en catalán, pero yo no. Pues bien. La pregunta era, algo así como, ¿qué le parece que una película en catalán vaya a los Oscars como representante de España? Pues mira tú. La señora Rahola eso lo veía a tope de condenable. La pregunta. La interpretaba en su columna como terriblemente capciosa. Y yo, como periodista, como humilde periodista en paro, me gustaría referirle a la señora Rahola, que no sé qué estudió pero me suena que Derecho o algo así, lo he mirado en su web y no, estudió Filología, primero Hispánica y luego, catalana, aunque por el fervor de su discurso deberíia haberlo hecho al revés, aquí dejo el enlace a su curriculum vitae: http://www.pilarrahola.com/3_0/BIO/default.cfm y sigo... Pues eso que según lo que a mí me enseñaron en la facultad, que fue poco pero bien aprovechado, le pregunta es pertinente. Es pertinente ajustándose a criterios puramente noticiosos. Es la primera vez que va a los Oscars una película hablada en una lengua distinta del castellano. luego, es noticia. Qué importa que pregunten qué opina la gente. ¿Qué malo tiene formular la pregunta, señora Rahola? Lo malo, si acaso, serán las respuestas. Las malas respuestas, caso de haberlas. Que las habrá digo yo. Pero las preguntas no son malas, lo son las respuestas. Lo malo, también, es su interpretación, señora Rahola. Las interpretaciones sí que pueden ser malas. Malas, no. Malísimas. E interesadas. Y partidistas. O espúreas. Las interpretaciones, de hecho, son un campo minado. Yo mismo me siento a punto de pisar una bomba mientras hablo con tanta ligereza de los complejos de los catalanes, porque oiga, ni todos tendrán complejos, ni todos pensarán igual, ni nada de nada... Y claro, yo aquí dejo escritas las movidillas pero a saber cómo las interpreta cada uno. Pero bueno, volviendo al "Pan negro". Rahola, no te agobies. Porque ya te lo digo yo que también habrá muchos a los que les traiga al fresco esa cuestión de los Oscars y el catalán, y hablo de nuevo por boca de todos mis paisanos, que igual preferíamos a Benito Zambrano pero bueno, que tampoco nos traumatiza el tema. Y sinceramente toda la exposición mediática de la filóloga y tertuliana y lo de que la echaran de Onda Cero y que ya no está en el programa de Julia Otero y que ahora vuelve a estar y que sí y que no, sólo es una fantástica publicidad para la marca Rahola. Una campaña de primera línea que culmina en el programa de Telecinco, La Noria. Un carrerón, vaya. En Andalucía, el "Pan negro" nos iría bien, tuviera o no tuviera miga. El caso es que haya pan y de colores, no sabemos. Nosotros estamos a lo nuestro: el PER, el bar y la tapita. ¿Por qué tienen ese complejo los catalanes de que nos va a parecer mal que "Pan negro" vaya a los Oscars? Y, ¿por qué piensa Pilar Rahola que es una pregunta capciosa? A nosotros, andaluces en general, no nos importa. Y creo que desde Antena 3 podrían lanzar la misma pregunta si, por ejemplo, la elegida, la película elegida, fuera con actores ingleses y una producción española pero rodada en inglés. Igual la formulaban del mismo modo. Simplemente porque es un idioma distinto al castellano. Y punto. No hay temas identitarios. ¿De dónde viene el complejo de la identidad? Cuando Artur Más habla de la inmersión lingüistica como una conquista de la identidad de su nación, simplemente me parece un acomplejado de tomo y lomo, oiga. Que no hace falta. Que no hay que gastarse tanto dinero público en ser como es uno mismo. Que sea y ya. Que sea como se es. En fin, ya me entienden. Que no haya un juego político en ello. Que lo hay. Y que no diga, por favor que no diga, que a los andaluces no se nos entiende y a los gallegos tampoco. Anda que no. A los gallegos se les entiende hasta cuando no hablan. Amigo Más, se nos entiende toíco. Toíco der tó, se nos entiende. Entre tapa y tapa y caña y caña, en lo que llega el cheque del PER, se nos entiende a la legua. Nosotros, y vuelvo a echarme a la chepa a todos mis paisanos, lo decimos todo muy clarito desde siempre. Y así es. No tenemos complejos. Y cuando escucho a Javier Arenas, a Manuel Chaves o incluso cuando leo la carta que el alcalde de Jun, en Granada, le ha enviado al señor Durán i Lleida, me siento mal, muy mal, porque mis paisanos se sientan ofendidos y demás, o pidan incluso una rectificación pública. ¿Rectificar, de qué? Que digan lo que piensan. Que nos insulten. Así se demuestra su complejo. Sentir envidia o sentir que existe una injusticia con el trato a Andalucía, no solo es demencial sino que también demuestra una percepción de la realidad muy distorsionada, francamente desenfocada y poco clara. Es más bien a la inversa, señores acomplejados políticos de Cataluña. Son ustedes los que están mejor y los que se gastan el dinero que no hay aquí para promocionar su idioma. Gloria bendita, quiero decir. Que hablen lo quieran pero que no nos vengan a nosotros a tocarnos nuestras limosnas. Ni nuestros bares. Ni nuestras tapitas. Es demencial que un rico envidie a un pobre, ¿no? Que le recrimine. Que le diga que está echado al sol porque no hay trabajo mientras ellos se llevan a la saca en los presupuestos del Estado más del doble, del triple o de yoquesé. Y subsistimos. No sé ni cómo. Pero es verdad. Seguimos vivos. Y al sol. Y en el bar. Y felices de vivir en el mejor lugar del mundo.
Al que le invitamos a venir de vacaciones cuando quieran, que seguro que disfrutan y les sale todo muy bien de precio, y como tampoco somos rencorosos, pues serán bienvenidos.

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