Después de que hayan pasado unos días de la muerte de Steve Jobs y por respeto a sus familiares y a todos los fanboys de Apple que lo veneran, con más devoción y respeto si cabe desde el óbito, me he cortado de opinar nada pero lo cierto es que me gustaría escribir unas líneas al respecto.
He leído y escuchado artículos y semblanzas en las que se descolgaban hablando de Jobs como el "Leonardo del siglo XXI". Y en general, la exageración y los halagos o rememoranzas hacia su persona me han dado mareos y náuseas, aparte de verle la cara hasta en la sopa. Desde el vídeo de Youtube del discurso de Standford, repetido por mil contactos, hasta los cutrefotomontajes de toda índole que han corrido como reguero de pólvora en las redes sociales.
Steve Jobs no inventó el iPancreas. Le falló el suyo y no hubo forma de enmendarlo. Inventó muchas cosas pero no inventó el iPancreas y da la sensación que se ha ido de este mundo demasiado pronto. Como todos los enfermos de cáncer, por otra parte.
Eso me lleva a pensar en este mundo en el que convivimos los seres normales y los fan boys de Apple, la cuarta compañía del mundo no olvidemos, no es un mundo que vaya a mejor tras el paso del mesiánico Jobs. ¿Es el mundo que queremos tener los que seguimos vivos a día de hoy? Con cinco versiones de iPhone pero sin la cura del cáncer. ¿De qué nos sirve el iPhone si el páncreas o cualquier otro órgano susceptible de volverse canceroso decide no actualizarse nunca más y las células entran en barrena?
Habrá quien piense que no tiene nada que ver lo que fabrica la empresa de la manzana y la investigación médica. Puede ser. Pero al final, todo se paga con los mismos billetes verdes. Va más allá, claro que sí. Valores. Objetivos. Expectativas. Y la deriva es otra. El mundo está hecho para los que viven a tope. A destajo. Nadie piensa en los enfermos de cáncer, ni aunque sea en singular y se llame Steve Jobs. En este mundo que me asquea y que nos toca vivir se disfruta, se compra, se consume, se escucha, se ve en streaming, se descarga, se chatea, se almacenan mp3s, se renueva el modelo de iphone, se juega al Angry birds, se whatsappea full time, se renueva el Macbook, etc etc... Pero, ¿quién nos renueva el iPancreas? O, ahora, muerto el "Leonardo del XXI", ¿quién se lo inventará?
Me recuerda a la frase... Me ha costado encontrarla con el googleo.
Allá va: "En el mundo actual se está invirtiendo cinco veces más en medicamentos para la virilidad masculina y silicona para mujeres que en la cura del Alzheimer. De aquí en algunos años tendremos viejas de tetas grandes y viejos con el pene duro, pero ninguno de ellos se acordará para qué sirven".
Dr Drauzio Varella
Todo un personaje, el Dr. Varella por cierto. Pero bueno, no conseguía ponerle nombre al autor de la frase, me ha costado dar con él. La frase esta que también se leyó mucho hace tiempo por redes sociales y ahí lo tienen. don Drauzio. Para el tema de Apple pues se cambía lo de Viagra por Iphone y el Alzheimer por el páncreas, y listo. En el tema páncreas, cabe la sustitución de cualquier órgano con posibilidades de verse afectado por un cáncer, o sea, casi todos, porque son un chorro. Dicho esto, ¿no es necesario un cambio de paradigma? ¿de mentalidad a nivel mundial? ¿No es necesario enfrentar el progreso como un bloque común con todos los seres humanos pensando en lo que de verdad importa? Lo importante para todos, como especie me atrevería a decir. Y estoy seguro que la Fundación Steve Jobs, no sé si existe pero existirá casi seguro, se habrá dejado unos buenos dólares en investigación y tal, pero parece muy evidente que la partida no era o no ha sido lo bastante rápida o efectiva. Lo que de verdad importa no es tener iphone, es tener un páncreas sano, creo que ese es el mensaje de fondo de esta entrada de mi blog. Y supongo que la escribo también porque cuando leo o escucho en la radio o en las webs esa horrible coletilla de que "Steve Jobs es el hombre que ha cambiado el mundo", no puedo dejar de pensar en si los cambios no habrán sido para peor, no por la valía de su trabajo sino por el uso cotidiano que le damos a esas herramientas y que en lugar de hacernos vivir más y mejor, nos meten en nuevos laberintos de comunicación que no llevan a ningún sitio. Que no tendrá la culpa él, pobre hombre, pues de acuerdo. Pero el mundo no mejora. No mejora nada. Apple no mejora el mundo, por mucho que sus pantallas tengan una mejor resolución para el color. Los Macbooks no mejoran el mundo. O al menos, no el mundo que yo tengo cerca. No sé. En fin, este lunes está siendo horrible. Me gustaría mostrar mi respeto a los que admiran a Jobs, no es una entrada de blog contra él, sino contras las grandes compañías. Es contra el capitalismo absurdo que hace negocio de lo que no importa y descuida la salud. O lo que importa de verdad. El futuro. El verdadero futuro no es el iphone 5 sino el ipancreas. Creo que me he repetido mucho en ese punto, pero más o menos ha quedado claro, se adivina la intención o eso espero. Espero que nadie se ofenda. Mañana es martes. A ver qué pasa. Y que Dios lo tenga en su gloria.
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