lunes, 24 de octubre de 2011
¿Por qué confunden los niños buscar con encontrar?
Ocurre a menudo. No lo busco, no lo busco. Dice un niño o niña de cuatro o cinco años, cuando en realidad quiere decir: No lo encuentro. ¿Por qué confunden a esa edad y quizá más adelante los verbos buscar y encontrar? Y por qué a pesar de que le señales que incurren en un error, no terminen de ver clara cúal es la diferencia. ¿Los niños no encuentran? Simplemente buscan. Todas las búsquedas terminan en algo y si no encuentran lo que buscan, no lo buscan. Es decir, no existe manera de buscar si finalmente no se concreta en algo la búsqueda. No contemplan la opción de no encontrar. ¿Qué es encontrar? Si siempre que busco, encuentro. Es una redundacia conceptual. Busco o no busco. Siempre encuentro o es que no busco. Trato de encontrar la reducción de un pequeño cerebro libre de semiología. Es interesante porque igual condiciona en el futuro lo que se considera una búsqueda o el resultado de ella o el propio ejercicio de lo que el verbo significa. En la mentalidad de un niño o en su forma de conceptualizarla o verbalizarla no existe la posibilidad de no encontrar, se busca o no se busca, pero no se encuentra o se deja de encontrar. Los adultos entienden lo que significa esta segunda parte con el tiempo y no sé en que momento. Quizá cuando se dan cuenta de que algunas cosas son imposibles de encontrar o se encuentrar con lo que no buscan y se dan cuenta. Los niños siempre buscan. Por eso no encuentran. Creo que podría estar divagando sobre esto durante horas. Pero lo voy a dejar ya.
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