He descubierto la opción videos de mi telefono movil. Concretamente la descubrí el sábado que era un día lluvioso y que me colgé la guitarra y no la solté en toda la tarde. Ya estaba lloviendo antes de que empezara yo a cantar. Que conste. Y toqué canciones nuevas y me grabé como siempre. Esta vez con el teléfono móvil, plano cenital o es al revés, bueno,da igual con el teléfono en la mesa y apuntando al techo. Con todas las imperfecciones, como cuando me resbalo, como cuando suelto un gallo, en fin, un vídeo grabando con el móvil y mirando para el suelo. Y es simplemente porque me apetecía. Y digo. Yeah. Me apetece grabarme vídeos de nuevo. Es importante para el estado de salud de Enrique Octavo, que es mi grupo como pone en la pestaña de bio de este blog. Después de un par de conciertos, tienes que hacer algo. Estoy deseando poder grabar las canciones y deshacerme de una vez por todas de ellas y empezar a inventarme otras. Incluso de las nuevas, aunque de las nuevas, me apetece o me apeteció hacerme un par de vídeos con el teléfono. También ensayo mientras me grabo. Estoy volviendo a juntar el grupo pero tengo la impresión de que va demasiado lento. Siempre tengo esa impresión cuando estoy en un grupo, todo va demasiado lento. Es como debe ir. Uno debe acostumbrarse a que las cosas vayan lentas y bien. mal y rápido, no compensa. Ahora van bien, lento y bien. Todo perfecto. Pero me da el nervio de hacer mis vídeos y me pongo con el móvil y listo. Tres canciones de las nuevas fusiladas por la triste cámara de mi Samsung. El primer vídeo que me grabé de Enrique Octavo lo hice con la cámara de fotos del trabajo, en una apropiación indebida a mediodía y con un papel celofan rojo. Me acordé ayer. Alguien me dijo: Tienes que seguir haciendo vídeos, tus vídeos, tu rollo... Y digo, pues claro. Mis vídeos. Mi rollo. Pues eso. Lo hice el sábado que llovía. No es excusa pero llovía.
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