jueves, 31 de julio de 2014

Reprochar soledad

¿Habrá algo más feo? ¿En serio, más peor que eso? ¿Que reprochar soledad? ¿Que atacar por ese flanco? El otro día lo hizo Rosa Benito a la que le pega todo ese tipo de estrategia en la confrontación, que es, creo, poco o nada elegante y fea en términos generales, pero también opino que no resulta tan eficaz como podría parecer. La cuñada de la tonadillera malograda y a la sazón, peinadora y arreglista de pelo y facha en general de la misma, pues dijo, en su muy sobreactuado gesto y copando ese loquísimo pero loco de verdad, primerísimo primer plano que no le sube más allá de la frente y le acaba antes del final del cuello, controlando cada espasmito maxilofacial, cada golpe de ojo, cada frase de impostado dolor... Y mira, que el otro día se sinceró, y se notaba que le dolía de verdad, porque detalló el pufo en el que le metió su ex y se nota que a esta buena señora el billete le duele más que nada, y le venía de perlas, al conjugar a la esposa ultrajada, traicionada y sufridora, resignada... Es un perfil que me asquea, siento decirlo por las mujeres que se vean dentro de él, pero no puedo con eso, no puedo con el sacrificio, con el no hacerlo por el bien de los hijos (¿Cómo va a ser bueno para nadie y menos para un niñico ver como sus padres se llevan a matar pero disimulan y hacen el paripé en la mesa, pero los cuchillos vuelan en el dormitorio?) o por la moral, que es algo muy ligado a determinadas épocas, porque es muy de la moral, el perfil de Rosa Benito y la esposa que aguantó y aguanta, la esposa aguantadora está muy en sintonia con la moral de un tiempo en España, un tiempo muy concreto, muy concreto y muy gris y muy oscuro en general...Pero a lo que vamos. No me cae bien a mi la cuñada peluquera, esto es un hecho y no lo disimulo. Pero si sobre gustos, no hay nada escrito, sobre las simpatías personales, ni te cuento. Pues bien. Pues vale. Con Rosa Benito, no puedo. No. Poco más que decir... Si no fuera por lo que representa... No es ella. No es su matrimonio y las vicisitudes por las que hayan podido pasar como pareja... Va más allá. Es una postura generacional, por eso me ocupo de ella en estas líneas, porque trasciende a esta señora que creo que se casó con bombo, lo que explica muchas, pero que muchas cosas... Tampoco le tenía ninguna simpatía a su marido o ex marido, no sé en qué punto anda la separación o divorcio, si los papeles han ido para delante o no, es lo de menos por otro lado, pero decía que Amador Mohedano no era, pero ni un poquito vaya, santo de mi devoción. Altanero, chulesco, creído, hortera como él solo... Un señorito andaluz o las maneras, el intento de serlo y ni eso. Que ya es chungo querer ir de señorito andaluz, cuando uno tiene todas las formas y maneras de una gañanazo, pero oye, era mánager. Que es otra cosa de la que ocuparse... La familia y los negocios. Los mánagers que son hermanos, maridos o padres de las estrellas. Estos casos también se dan en futbolistas y allegados. En donde fluyen los pastizales, básicamente. Y ser el mánager de tu hermana, pues le daba unos aires al buen señor que no llega a señorito, que, claro, con los infortunios del destino han agravado la caida y el estatus del otrora agrandado hermanísimo que se debía sentir Julio Iglesias y que me lo imagino entrándole hasta a las fregonas en las giras por Latinoamérica, con la mujer en la habitación de hotel y buscando otra habitación, que son imaginaciones, oye, pero que me la jugaba a que, más de una y más de dos, el señor no señorito mánager ha cogido dos habitaciones para un apretón imprevisto. Pero, claro, eran otros tiempos. Mejores, sin duda. Más saneados, eso seguro del tó. En la miseria, nos conocemos mejor. Lo tengo clarísimo eso también.


ACTUALIZACIÓN; Al final no he dicho lo que quería decir. Con tanto lío y tanta remembranza, me voy y me pierdo del verdadero alcance o de dónde quiero llegar y no, no llego. A la cuestión de fondo, que es lo que quería realmente destacar, no era por la cuñada de la tonadillera, ni por el hermano ni por lo que representan como familia del, cómo llamarlo, mundo del espectáculo o el espectáculo que la familia da al mundo, la de la malograda tonadillera con sus rencillas, disputas y miserias, en emisión televisada inmisericorde que es terrorífico, siempre lo he dicho, que el star system español tenga esas rémoras, es un lastre para los jóvenes actores o las nuevas tonadilleras que tendrán que existir digo yo en el futuro y no, lo que hay que es las migajas de cuñados mal avenidos, no es serio, no es industria, no es moralmente edificante, no debe serlo un star system pero en fin, tú me entiendes, no es lo suyo... Pero vaya, que sigo sin entrar en el tema, en el que nos ocupa o me ocupa o me debería ocupar, que lo del star system yo al final lo relaciono con todo, como que un torero más bien lelo por el que se reían, de su acento, concretamente de la Sierra de Cádiz y se burlaba y era también un tanto loco, la lluvia de sostenes... A mí me parece una locura, vaya y es como un cierto tipo de beatlemanía que es respetable como cualquier manía, en eso vamos a estar de acuerdo pero lo que resulta un poco desproporcionado es que ese chico acabe teniendo un tigre y que su casa sea un zoo lleno de especies salvajes, incluidos sus familiares, en fin, que viene a ser el mismo proceso, de elevar a categoría de estrella a peña chunga. respetable igual, o en el límite de lo respetable pero, sin duda, muy chunga, peña muy chunga, pero bueno.... No es cuestión de cebarse en eso, vamos a lo que vamos. Reprochar soledad esta feo. Feo, no. Peor que feo. Es algo deleznable. Los cojo de ejemplo pero que podría ser un diálogo de cualquiera, a mí de hecho, es que me lo han dicho... O sea, estoy legitimado para opinar sobre ello porque lo he sufrido. El reproche de la soledad. Suele pasar que al que se lo dicen, ya sea yo o Amador, pues le resbala bastante. Es más, es lo que busca, lo que quiere. Quedarse solo o más bien, quedarse en paz.

Rosa Benito: Te vas a quedar muy solo, Amador.
Amador Mohedano: que sí, que sí....
Rosa Benito: (teatralizando más la voz) ¡Te vas a quedar muy solo!

Ese es el diálogo, y lo que decía que quizá alguien haya escuchado alguna vez, lo mismo. Te vas a quedar solo. Y resulta que te lo dicen cuando estás deseando que, por lo menos, te dejen en paz. Paz y soledad no son sinónimos pero una está en el camino de la otra y a veces, no siempre desde luego y gracias a dios, pero a veces, es el único camino. No me parece que eso sea tan malo. Malo es, no me cabe duda pero no tanto. Es peor entender la compañía como una moneda de cambio. Es peor entender la relación como transacción y ahí entra, totalmente, Rosa Benito como perfecto ejemplo de dar mordidas según el estatus o según la relación que se mantenga. Te vas a quedar solo es como decir, te voy a quitar tu asignación de compañía, de atención, de cariño, de lo que sea... Y los que lo dicen o las que lo dicen, han sabido ya tener la exclusiva, quiero decir, hicieron su negocio, supieron quedarse como único accionista y ahora, te cierran el chiringuito porque pueden. Porque pueden. Esto se dice poco, en general, pero muchas cosas, quizá demasiadas, pasan por eso. Porque pueden. Y te lo reprochan que es ya donde se pierde la elegancia y el saber estar. Te vas a quedar solo. Como las multinacionales cuando comprar a pequeñas empresas y las cierran. Ese tipo de practica pero a nivel emocional, te vas a quedar solo. Cuando en realidad es... Si no haces lo que yo quiero, te voy a dejar solo. Que dejar solo, es permisible. Quiero decir, que si alguien quiere irse, que coja la puerta y tire millas, pero oye, el matiz entre dejar y quedar. Uno se queda... Como abocado. Como, no sé como decirlo, una fuerza del destino. Un fatos que nos va quitando todo lo que tenemos, hasta terminar llevándose hasta la respiración. Pues eso mismo pero con firma. Alguien que te quita el aire. Alguien que culpa al desenlace, al discurrir de los hechos, la inevitable soledad que no es intrinsecamente mala. Ojo, que la soledad no es mala siempre. A veces hasta es buscada, fíjate lo que te digo. Igual eso necesitaría otra entrada para abordarlo a fondo. La soledad no es mala siempre. No es mala necesariamente. Reprochar soledad, sin embargo, usarla como arma arrojadiza, lanzarla contra los demás, eso sí es malo siempre. Reprochar soledad es malo necesariamente. Eso es todo, creo. Ahora sí está bien explicado.

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