miércoles, 11 de diciembre de 2013

Sara Carblogero

Telita.
El blog de Sara Carbonero es tope casual, me pongo cacherito.
Me da pelusona su desenvoltura bloguera aunque se le va mal.
En twitter. Que a mí me parece particularmente fatal que se le tire tanto en twitter a ella.
Me sabe mal. No hay ironía. Cierto. Cien por cien. Que a ver... Ella le gana a lo de icono.
Pero aún así, el pim pam pum. Y meterse con ella y cuestionar su valía profesional como periodista deportiva. Hasta un mono podría comentar un partido. De hecho, hay mucho repartido por las tertulias. No, va. Esto ha sido una sobrada. Es un blog personal, tú sabes. No es un blog de Elle. Estamos todos un poco perdidos con el internet, ¿no? En plan en general. El internet. Que le ofrezcan un blog, en plan desenfadado... El título de una canción de Alejandro Sanz. O una estrofa. O una frase. O lo que sea. Pero vaya... Que paguen por eso. El sueño de cualquier blogero, vale. Que estamos de acuerdo pero no sé. Es necesario, ¿de verdad? Es una inversión, ¿no? No sé. ¿están los medios para esas cositas? ¿Salen barato? ¿Es barato para el juego que da? A mí me convence regular, qué queréis que os diga pero vaya que Sara me parece bien, no le tengo manía ni tampoco me cae simpática, me es indiferente, no creo que lo haga mal pero tampoco es que me llegue especialmente. Hablar de Mandela, es lo que tiene. Si hasta Antonio Burgos, en su columna de los domingos de ABC, mezcló al fallecido con las marcas blancas. Las marcas blancas, anota. Menudo giro. Pues a ella se le va por los bebés pues me dirás, lo que tiene más encima, ¿no? En fin, en realidad me he quedado en el Hola y en esos enigmáticos puntos suspensivos.

Y todo ha empezado por esta noticia:
http://www.lavozdegalicia.es/noticia/vidadigital/2013/12/11/sara-carbonero-reflexiona-sobre-mandela-twitter-vuelve-reirse/00031386752213453424784.htm
El blog, ahí os lo dejo:
http://sara-carbonero.blogs.elle.es/

No veas con Mandela.
Lo carga el diablo.
Mi breve aportación: creo que los fastos a Mandela es que señalen la luna y mirar el dedo. Mandela es el dedo. Por si no me he explicado. Y eso. Un dedo largo y ejemplar como dedo pero la luna es más grande y está más lejos. Ya lo he arreglado. Hala, a descansar. Que ha sido un día completo.
Telita, con el día.
Veremos mañana.

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