lunes, 30 de abril de 2012

Volverán las cassettes

Nunca se fueron, ¿no? Más de uno se ha deshecho de las suyas, mal. Nunca se fueorn. Las mías al menos. Pero es porque el R5 que tenía el loro era solo para cassette y claro, pues las mantenía. Tengo una colección de todos mis walkmans rotos o trallados. La mayoría sin el trozo de plastiquillo para cerrarle lo de las pilas y algunos con la tapa de la cassette más bien bailonga o simplemente suelta o rota. Tengo cinco o seis. Nunca he tenido el valor suficiente para tirar los walkmans a la basura. Y digo walkmans, pero me vale casi todo lo coleccionable.
El caso es que veo con asombro que un montón de discográficas y de grupos que se autoeditan están sacando sus discos en formato cassette. Que superado el nivel reivindicativo del vinilo, pues están o son el siguiente paso a reconquistar a la industria en su sucia imposición de soportes y reproductores. Las cintas, que es como las he llamado yo siempre, las cintas siempre van a estar ahí. A mí me flipaba el hecho de que fueran tan complicadas. Tan muellecitos y ruedas y film y dientecitos. Esos mecanismos. Tan pequeñitos. Si te ponías con los tornillos. Y poder torcer una pestaña y regrabar. Ese detalle mola mucho de los cassettes, esa pequeña rotura, ese pequeño margen de libertad. En fin. Nunca se fueron. Como todo. Nunca se va.

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