El forofo no escucha. Hablarle al forofismo tiene ventajas, no te escuchan, así que no es tan importante lo que digas, sino cómo lo digas. El tono. El forofo capta rápido el tono. Identifica al que tiene el mismo tono, hace suyo el tono y no atiende tanto al fondo, a lo que se está diciendo en realidad, lo importante en último caso.
El forofo es militante. De unos colores, de un equipo de fútbol, de una nación, de unas ideas políticas. Están adscritos a unos pensamientos de los que no se pueden desvincular, con una serie de líneas maestras que tienen que seguir. Un posicionamiento básico. Un lugar. Están ahí. No se mueven.
El forofo es, antes de nada, anti algo. Aplaude los envites al contrario. Siempre hay un contrario. El forofo se forma a partir de enfrentarse a otro. O como medida de defensa. Como reacción. Se alimenta mucho el forofismo con esa mecánica de respuesta, de consecuencia.
Para los forofos, seamos mudos.
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