miércoles, 25 de junio de 2014

Frio sano

Lo sabía y creo que hasta lo he comentado en el blog. El frio es sano. Sabía que mi casita y sus rendijas me daban la vida por algún motivo pero no tenía claro si era una coartada o un consuelo, por lo difícil que es calentar el salón en invierno, pero la intuición me decía que venía bien. Aquí, el aval científico: http://www.20minutos.es/noticia/2175199/0/frio-temperatura-baja/grasa-parda/obesidad-diabetes/

Frio sano. Me siento tentado. ¿Lo será en otras facetas de la vida? Mi corazón en los últimos tiempos es una cámara frigorífica. Lo que parece malo, pero no lo es tanto en realidad, como el irrefutable hecho de que la cámara frigorífica está alarmantemente vacía. Porque, al fin y al cabo, si está llena, a pesar del hielo, de la escarcha, del aguilla que sueltan las cosas, que es marrón y que da un mal rollo que flipas, a pesar de todo eso, pues mira. Si está llena, es menos. Lleno, todo es menos. Medio lleno. Medio vacío. Puede que funcione con los vasos, no con las cámaras frigoríficas. Lo peor que tienen, por lo tocante a mi experiencia, es el olor. Olor a cerrado. Olor a comida en pausa. Como en el VHS. Alimentos temblando de frio. Tiritando como gorriones en invierno sobre un cable. Como los golpes en la cinta magnética. Está ya trallada, en general. Mi corazón, decía. Caso de que siga ahí. que lo dudo. Supongo que me lo robaron hace tiempo. Y pedí la renovación, como con el DNI, la renovación de corazón pero no me ha llegado o quizá lo he vuelto a perder. En fin. Será por metáforas. Uno es muy de echarle la culpa a los demás. El caso es que si mi corazón fuera una cinta de VHS pues está bastante gastaete. Se ha grabado mucho encima, ¿me explico? Hay mucha nieve. Muchas líneas grises que atraviesan la pantalla. Se ve. Con rayas. Pero se ve. Y eso es  llevarlo a mi terreno lo del frio sano. Porque lo pienso a veces. Que esta ausencia de corazón, de sentimiento o incluso de sexo, que está bastante ausente también, para qué inventar otra cosa, pues... ¡igual es sano! Es una idea loca, lo reconozco. Pero quién sabes, igual en un tiempo sale un estudio que la solteria o la castidad es buena para la salud. Que no lo creo. Porque lo que es en ansiedad, o en... No sé. ¿Salud mental? Pero no es mental, realmente. Tiene que ver más con lo espiritual. Un cierto tipo de comunicación intima. Comunicación íntima. Es un concepto como para darle un par de vueltas. Por ahora no he leído nada de soledad sana. Más bien al revés, uno intuye que la soledad es básicamente dañina y sobre todo, a la larga. No hay más que ver a los viejecillos que salen en el programa de Juan Imedio. Es que cuando entra la noche, Juan. Esa frase me perturba. Cuando entra la noche. Hay que poner voz de que te vas a morir pronto y lo sabes. Es que cuando entra la noche, Juan. Durante el día, bueno... Haces tus cosas. Sales a comprar. Vuelves. Comes... Pero cuando entra la noche, Juan.

He buscado un enlace que he visto en Facebook varias veces estas semanas, no lo he encontrado. Era algo así como: Ventajas de practicar sexo a diario. Algo así. O diez ventajas. O diez hechos científicos... Tenía algo de científico, creo. Y la gente que lo compartía me hacen sacar una sonrisa. A mí me gusta la ironía en Facebook y eso no tiene ninguna, creo. No sé. Me hace gracia. No lo he encontrado, claro. Pienso en ella. Vaya enfermedad de melancolía, que arrastro, eh. Lo reconozco. A veces lo trato de ver como una cantera. Una mina de sentimientos enfermos y dolidos. Una mina de dolor. Para las canciones pero para todo en realidad. Es algo bueno, desde ese punto de vista. Lo del enlace, el de Facebook, el que no he encontrado me parece del todo impúdico y feo. Será porque no estoy sano. Científicamente hablando. Sano no estoy, no hay que ser doctor para saberlo. Está claro. Sano no. Malsano igual tampoco. Pero, ya se sabe, la mina te come la salud. El frio vale que sea sano, pero los pulmones en la mina se van muriendo poco a poco. Respirar siempre pasado. Respirar el aire envasado de los recuerdos. Salen canciones, eso es cierto. A corazón quitado. Ayer dije eso por primera vez, una mezcla. De a calzón quitado y a corazón abierto.

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